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Nostalgia

Nanika no podía evitar sentir una ligera sensación de nostalgia al ver el gran rey marino abriéndose paso desde las profundidades del océano y rompiendo la tranquila capa de agua para observarlos con ojos feroces, llenos de un deseo devorador de satisfacer su hambre o de proteger su territorio de los intrusos que se atrevieron a sobrepasar su imponente figura oculta.

Sus compañeros de tripulación estaban en shock, fue demasiado repentino. En un segundo estaban jugando y al otro un imponente rey marino se relamía los labios para devorarlos o asesinarlos por placer, ¿Quién sabe lo que piensas los reyes marinos? No es como si fueran muy habladores y quisieran, de buena gana, comunicarse con Chopper.

Un recuerdo flotó entre las voces angustiadas de sus compañeros y sus pensamientos temerosos, ante el susto inesperado de la creciente amenaza.

En su isla natal, todo era completamente blanco como las prístinas escamas del imponente rey marino, pero mucho más pulcro, más fino.

Había una, que era, para los extranjeros, leyenda muy conocida, pero para los habitantes de la Isla del silencio, era muy real.

Hace mucho tiempo, su isla fue tomada por un imponente dragón, el cual poseía una gran sabiduría que le compartió a los humanos en reconocimiento de las buenas intenciones de los que con él vivían. Esas personas eran las primeras en adentrarse en esas peligrosas aguas, cuatro desafortunadas parejas que naufragaron a la isla propiedad del majestuoso dragón.

Las parejas adoraban al sabio dragón y el dragón los adoraba de igual manera.

Ambas partes, humana y mitológica, se llevaban muy bien y al paso de los años el dragón vio como sus queridos amigos iban lentamente muriendo ante sus ojos, como el paso del tiempo los afectaba y enfermaban.

El dragón no quería perder a aquellos que consideraba sus amigos, casi familia.

Entonces les otorgó poderes, habilidades que aumentaron su esperanza de vida, pero no podrían hacerles inmortales como los codiciosos forasteros anhelaban, sino que les otorgó poderes que resonaban con el mundo mismo y una vez que murieran, las personas se fusionarían este mismo, así, incluso si el dragón perdiera a sus preciados amigos, nunca más estaría solo.

Y los años pasaron, los descendientes de las cuatro parejas fueron formando una ciudad y una civilización en armonía con el dragón y los espíritus de sus antecesores, desarrollando mutaciones genéticas que les permitían escuchar cosas en donde no había ruido y desarrollar poderes cuando antes solo eran simples humanos. Todos rendían tributo y respeto al gran dragón que les brindó la oportunidad de vivir, que les enseñó y, prácticamente, crio.

Todos estaban agradecidos con la figura de poder y las cuatro parejas.

Por supuesto, todo lo que tiene un inicio tiene un final y la vida no es eterna, y un día, el dragón se durmió haciendo que los habitantes guardaran silencio para no despertar el sueño eterno de su venerado ancestro.

Desde ese día, la isla lentamente se empezó a teñir de blanco y las personas que guardaban silencio, pudieron escuchar a los espíritus de sus antepasados y los muertos.

Nanika cerró sus ojos y lentamente las puntas de sus dedos se empezaron a colorear de un suave celeste gélido, casi congelante a la vista, y una ligera escarcha empezó a rodearla, haciendo que su palidez se acentuara aun más a la vez que la temperatura descendía lentamente.

Luffy miró a la mujer sintiendo un ligero latido en su corazón, sus instintos, siempre correctos y precisos le avisaron que la mujer albina haría algo emocionante, impactante.

Y él quería verlo.

Zoro y Sanji soltaron un quejido doloroso cuando sus cuerpos chocaron duramente entre sí, observando con enojo los gomosos brazos de su imprudente e impulsivo capitán alrededor de sus cuerpos.

Antes de que siguiera pudieran preguntar, ambos sintieron un ligero escalofrió y observaron la hermosa flor turquesa que se hallaba en las manos de la albina, preguntándose de donde rayos salió esa flor y porqué su capitán la miraba tan intensamente.

Entonces sucedió algo sorprendente.

La flor en las manos de la mujer fue lanzada precisamente a la boca del rey marino que rugía determinado a devorarlos y, a penas la flor, que ahora reconocieron como una rosa, se clavó en la suave carne del paladar del rey marino, todo el ser se congeló en lo que se podría decir menos de un segundo.

—¡Impresionante! —gritó Luffy soltándolos a ambos y corriendo hacia la albina con ojos brillantes.

Los gritos del capitán sacaron a todos de su shock inicial y lentamente miraron a la albina la cual se removía ligeramente incómoda ante la mirada expectante del azabache, respondiendo suavemente sus preguntas una por una con gran paciencia.

—Bueno, al menos no tendremos que congelar la carne —tarareó Sanji convenientemente mirando al rey marino completamente congelado florando en las aguas del extenso mar.

Sinceramente, estaba ligeramente aliviado, su capitán había estado algo revoltoso los últimos días y no había parado de tragar en consecuencia, tenía demasiado apetito como si intentara comerse sus pensamientos y preocupaciones y eso le estaba preocupando un poco.

¿Qué podría ser lo suficientemente serio como para que su descerebrado capitán empezara a usar su cerebro, y, en eso, de manera tan intensa?

Claro, quería alabar a la albina por su gran contribución, pero el sonido del estómago de su capitán y el silencioso de la albina hizo que suspirara y fuera a cocinar de inmediato, ¡Que mal cocinero había sido! ¡Permitir que una bella dama sufriera de hambre al punto de que su hermoso estómago gritaría por comida!

Sanji se retiró justo a tiempo cuando cierto azabache saltó sobre la mujer albina enrollándola varias veces con sus brazos de goma. Con una gran sonrisa en su rostro a la vez que restregaba su mejilla contra la mujer, haciendo que la afectada, Nanika, se sonrojara ligeramente al sentir el abrumador afecto de su despistado capitán.

Nanika temió que los latidos de su corazón fueran escuchados, en especial por Luffy.

Los pensamientos de Luffy estaban tan centrados en lo genial que era ella, como era impresionante o como le fascinaba ella.

Nanika sintió que sus piernas temblaban ligeramente por los nervios, pero se mantuvo firme sin soltarlo.

Zoro miró ligeramente a su afectuoso capitán, entrecerrando ligeramente sus ojos, con sus manos en los bordes de sus espadas, acariciando ligeramente el mango distraídamente. Era tan obvio lo que Luffy sentía y expresaba en ese momento que le sorprendía bastante que alguien tan inteligente, sabia y conocedora como Nanika no averiguara lo que pensaba o sentía su capitán, en especial conociendo lo intrusivo que podrían llegar a ser los poderes de la mujer al leer sus diversos pensamientos o emociones.

Quizás la mente de Luffy era un caos como la misma persona, eso explicaría porqué Nanika no podría leer bien sus pensamientos.

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Lastimosamente no encontré la foto original con mejor resolución:(

Elegí la 2 y 3 imagen para la creación de este capítulo

No me convence mucho el capítulo, pero bueno, es difícil superar el primer capítulo porque creí que podría hacer distintos oneshort, pero no fue así uu