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16

Capítulo 16:

"¡Cómo añoraba los inefables sentimientos de amor que por aquel entonces trataba de imaginarse por medio de los libros!"

Ya dije que soy muy buena para las frases, que estas se quedan tatuadas en mi memoria de una forma que no se compara al resto de la información que almaceno en mi cerebro. Pues bien, ahora no puedo quitarme de la cabeza la última frase que Lowen dejó para mi en Madame Bovary, hace ya casi una semana.

Una casi semana en la que hemos estado viéndonos seguido, saliendo a lugares fuera de la biblioteca y sí, besándonos tal y como aquel día bajo la lluvia. Oficialmente estoy saliendo con el demente que quería una historia de amor con una extraña y no me estoy volviendo más loca de lo normal por ello. Es más, ni siquiera me molesta estar pensando en la frase que subrayó de un libro que es propiedad pública; ni siquiera me molesta estar pensando en él en este preciso instante.

Y lo que es más impresionante es que, siempre que pienso en él, termino sonriendo como una estúpida ilusionada, como la tonta protagonista que cayó en una historia de la que estaba intentando escapar al principio ¿Cómo fue que pasé de ser un extra a ser la persona suspirando por alguien más?

Vaya giros da la vida, me siento en esas ruedas de la fortuna en las ferias ¿Lo sorprendente? Creo que no me quiero bajar.

-¿Me estás escuchando, Ev?

Desgraciadamente, vuelvo a la realidad cuando mi hermano me llama. Sacudo mi cabeza para volver a tierra firme y me ordeno ubicarme: estas en casa de Rowan, sentada en el sillón más costoso en el que has puesto tu trasero luego de abandonar a tus millonarios padres, hablando sobre la mudanza de tu hermano y preguntándote si esa televisión pantalla plana no es quizá un poco exagerada para la sala de estar.

Ahora sonríe y finge que si estabas ahí y no pensando en unos ojos oscuros bastante bonitos, Evelyn Rose.

-Claro -le digo a Row, sonriendo tal y como la Evelyn en mi cabeza ordena -. Lo que estabas diciendo era muy interesante.

-No, no lo era -señala él, observándome con diversión -. Veo que no ha cambiado esa costumbre tuya de viajar a otro mundo mientras alguien más te habla.

-Demonios, fui cachada en el acto.

Él ríe y eso me hace sonreír. Es lindo poder restablecer mi relación con Rowan. Es más, se siente como si jamás nos hubiésemos separado. A pesar de que sigo escondiéndome de mamá y papá, y de que técnicamente él trabaja para ellos, no hay tensión entre nosotros dos. Hay complicidad, comodidad, confianza...Tal y como en el pasado.

Tomo del chocolate caliente que me preparó, con tres malvaviscos como cuando éramos niños, y paseo mi mirada por la sala de estar del nuevo hogar de mi hermanito. A ver, Rowan Everick Lancaster ha trabajado demasiado duro toda su vida, merece estos lujos e incluso más, pero es evidente que me siento un poco rara estando rodeada de tanta ostentisidad luego de huir de ella.

El lugar se ve moderno, con sillones que probablemente valen millones, una mesa estilizada frente a nosotros que probablemente es exclusiva, una gran televisión pantalla plana, paredes falsas de piedra y un piso de mármol. Es bonito, caro y sofisticado. Sin duda, va muy bien con el aspecto de mi hermanito:

Un joven empresario moderno con más pinta de puto que de experto en negocios.

Escucho unos pasos provenientes de la escalera-porque sí, esta casa tiene tres pisos y unas escaleras de caracol que parecen haber salido de un cuento de hadas -y sé que se trata de la novia de mi hermano porque solo sus tacones podrían sonar de esa manera. Hillary aparece en la sala de estar luciendo tan espectacular como siempre, ya ni siquiera me pregunto como hace para parecer siempre estar posando para una revista. Supongo que debe ser una especie de talento natural, o algún pacto con el demonio para verse bien siempre; le apuesto a cualquiera de las dos.

Rubia de ojos verdes, con piernas kilométricas que se alargan mucho más gracias a esos tacones de aguja que, en lo personal, me dan vértigo. Parece una modelo, pero no. Resulta que Hillary es una genio en negocios, es absurdamente buena manejando financias y negociando con clientes. Es lista, cosa que admiro mucho de ella. Crecimos en el mismo mundo, donde al ser mujer te clasifican únicamente como un objeto bonito. Pues bien, ella está haciendo que todos se traguen sus palabras.

Hillary no es un objeto bonito, es una hermosa y empoderada empresaria que podría mover la tierra a sus pies solo con chasquear sus dedos.

Llega a nosotros esbozando una amplia sonrisa que le devuelvo. No tengo quejas de mi cuñada. Lleva saliendo años con mi hermano y sé que él la quiere; prueba de eso es que ahora están viviendo juntos aquí en Manhattan. Por lo que me ha dicho Row, su relación es agradable. Ambos tienen mucho en común, se entienden y se apoyan...

¿Pero se aman? Esa es otra pregunta completamente diferente que, lamentablemente, no me incumbe.

-¡Evelyn! ¡Que bueno verte! -exclama, agachándose para abrazarme. Besa mis mejillas y estoy segura de que su labial quedó estampado en mi rostro. Genial, estas marcas caras son difíciles de quitar -. No sabes lo que me preocupé cuando desapareciste, pero sabía que debías estar bien. Eres fuerte y terca, dos cualidades que le permiten a cualquier mujer sobrevivir a lo que sea.

-También es bueno verte, Hill -le digo, sonriéndole -. Y debo decir que es la primera vez que alguien me dice terca como un halago.

-Eso es porque tú y yo crecimos en un mundo donde la terquedad está reservada para los hombres, mientras que la sumisión es lo que nos toca a nosotras. Están equivocados. Lo que ellos no saben es que la terquedad masculina es tan vaga que los vuelve neardentales bruscos y sin escrúpulos, mientras que la terquedad femenina tiene propósito, nos hace listas, calculadoras y mucho más poderosas que cualquier hombre.

Un tanto extremista, pero viniendo del mundo que vengo en el que básicamente querían obligarme a ser la señora de alguien más, no puedo negar que tiene razón y es hasta esperanzador escucharla hablar de esa manera.

-¿Debería tomarme eso como algo personal? -pregunta mi hermano. Hillary ríe y se acerca a él para dejar un beso corto en sus labios.

-Tú no, cariño. Tienes de terco lo que tu hermana y yo tenemos de tontas, eso te vuelve una afortunada excepción.

Él le sonríe y toma su mano para besarla. La última novia que tuvo mi hermano antes de Hillary fue Andie, y no debo decirles que esa relación acabó terriblemente mal porque es algo que ya se sabe. Sin embargo, no puedo evitar hacer comparaciones del Row que salía con mi mejor amiga al Row que sale con Hill. Seguro está mal, pero no puedo evitarlo.

Cuando estaba con Andie, Rowan actuaba...diferente. Desaparecía el hombre serio y estructurado que las circunstancias lo obligaron a ser y aparecía un chico atrevido, sin miedo a romper normas, o a mostrar sus sentimientos sin importar quien lo viera. Era un Row apasionado, cuyo corazón le pertenecía totalmente a mi mejor amiga. Aunque, claro, ese solo fue su primera relación seria de adolescente ¿Acaso no todos actuamos de esa manera con nuestra primera historia de amor?

Ser joven te permite soñar, ver el amor de una forma cursi en la que no existe un futuro, sino solo el aquí y el ahora. Ver a mi hermano con Hillary es totalmente distinto porque ambos parecen centrados y estructurados, mucho más que enamorados. Hay cariño, sí, pero creo que ambos están enfocados en lograr que ese cariño madure lo suficiente para generarles estabilidad a ambos; estabilidad y un futuro seguro.

Claro que esa es solo mi percepción de las cosas. No sé-ni quiero saber -las cosas que le decía mi hermano a Andie en privado, ni mucho menos las que le dice ahora a Hillary.

-Bueno, yo debo irme al trabajo -anuncia Hillary, quien me observa con una sonrisa una vez más -. Espero que vuelvas a visitarnos muy pronto, quiero pasar un tiempo contigo y charlar ¿Te parece?

-Claro-le digo -. Eso estaría muy bien, Hill.

-Pasa cuando quieras, recuerda que esta también es tu casa.

Ella vuelve a inclinarse para besar mis mejillas, reforzando esas marcas de labial que de seguro no podré quitar. Luego, se despide de mi hermano con otro beso breve y sale de la habitación luciendo tal y como es: una despampanante empresaria que da miedo si no la conoces bien.

Está mal, muy mal, pero no puedo evitar hacerme la pregunta de qué habría pasado si Andie y Row no hubieran terminado ¿Acaso mi hermano se hubiese guiado más por su corazón que por mis padres? ¿Habría estudiado para ser veterinario, que era lo que quería, en lugar de irse por negocios? ¿Tendría una casa tan lujosa, o se habría conformado con un lindo y sencillo apartamento?

Las cosas se dan por una razón y supongo que está bien que mi hermano haya acabado con Hillary, al menos la quiere y no le pesa estar a su lado. Sin embargo, creo que la duda de "¿qué habría pasado?" permanecerá en mi mente hasta que mi gata o el mismo Row me aclaren qué fue lo que los separó.

Porque presiento que lo que Rowan siente por Hill no es ni la mitad de fuerte de lo que sentía por Andie.

-Bueno, te repito lo que estaba diciendo -mi hermano vuelve a llamar mi atención, así que lo observo a él en lugar de ver el pasillo por el que se fue Hill -: la forma en la que logré contactarte fue porque hackeé tu teléfono utilizando tu número, así pude obtener tu dirección.

-¡¿Qué?! -pregunto impactada -. ¡Rowan!

-Oye, no me estabas dando opciones, hermanita. Quería encontrarte, saber que estabas bien, y Andie no hizo más que darme tu teléfono. Sabía que si le preguntaba por la dirección ella...

-¿Te arrancaría los ojos? -cuestiono, alzando una ceja.

-Ajá, y luego se los daría de almuerzo a unos cuervos.

Rio un poco. Lo que sea que le haya hecho Rowan debió ser muy fuerte porque mi amiga utilizó la clase de amenazas que solo usa cuando quiere darle sustos de muerte a algún muchacho.

-En fin, no me voy a disculpar por hackearte -dice él, encogiéndose de hombros. Yo ruedo mis ojos -. Pero, si yo contacté a un hacker, mamá y papá también pueden hacerlo. Es más, me sorprende que no lo hayan hecho.

-De seguro es porque todavía no quieren encontrarme -suspiro -. ¿Estarán esperando que vuelva desamparada a sus brazos?

-Estamos hablando del señor y la señora Lancaster, Ev. Por supuesto que están esperando que vuelvas con la cola entre las piernas y pidiendo su dinero. Ellos aman que les rueguen por dinero.

-No tanto como ganarlo.

-Buen punto -señala él, tomando de su vaso. Él no tiene chocolate caliente, sino un whisky a las rocas porque según él "en su techo se puede beber alcohol a cualquier hora, incluso si son las nueve de la mañana" -. Aún así, no creo que haya que arriesgarnos. Tienes el mismo celular que cuando te fuiste de casa, al igual que tu laptop.

-Ya, pero al celular le cambié el número de teléfono. Fue lo primero que hice cuando las llamadas de casa comenzaron a hostigarme.

-Igual te pueden localizar. No hay nada más eficiente que un hacker al que le pagas millones.

-Lo sé, así me diste el susto de la vida al aparecer de la nada en mi puerta.

Él pone esa sonrisa traviesa que utilizaba cuando éramos niños, esa que dice: "estuvo mal lo que hice, pero no me arrepiento". Lo escucho hablar sobre desechar mi teléfono, conseguirme uno nuevo al igual que mi laptop, pero en cierto punto nace una duda en mi cabeza que me hace sentir la peor persona del mundo. No debería desconfiar de mi hermano, pero entonces no tiene sentido que me esté ayudando cuando él sigue trabajando para nuestros padres.

Rowan es el niño perfecto, el Lancaster a seguir, el futuro de los ingresos en mi familia...Entonces, ¿por qué está arriesgándose por mi?

-¿Por qué tienes esa cara? -me pregunta, ladeando su cabeza hacia mi -. Te ves pálida.

-Row -digo lentamente -. ¿Por qué me estás ayudando?

Él frunce su entrecejo, como si mi pregunta no tuviera sentido. Esto está mal, de repente tengo la necesidad de alejarme. Las palmas de mis manos comienzan a sudar y las restriego contra mis jeans una y otra vez para que estos nervios se detengan ¿Y si Row me está engañando? ¿Y si volver a armar nuestro lazo era solo una carnada? ¡Dios, me siento tan mal por desconfiar de mi hermano!

¿Pero cómo espera que confíe en alguien con nuestro apellido?

-Evelyn, no seas tan...

-¡Respóndeme! -le exijo -: ¿Me ayudas porque estás trabajando para ellos?

Él suspira y pasa una mano por su cabello, como frustrado. Quiero correr, quiero alejarme de todo este lujo y refugiarme en la biblioteca, o en mi accesible apartamento del cual pago solo una tercera parte de la renta. No puedo volver con los Lancaster, no puedo dejar que me obliguen a traer a la Evelyn sumisa cuando recién estoy encontrando algo de libertad en mi vida.

Estoy escribiendo, cosa que me gusta y que cada vez me libera más. Esa es mi decisión.

Estoy aprendiendo a hacer cosas tan simples como lavar ropa, comprar víveres, mantener un hogar, tener un trabajo...y, aunque aún no sé cocinar, lo intento porque tengo la elección de hacerlo.

Estoy comenzando una relación con alguien que me gusta, no por su dinero sino por su increíble intelecto y porque su terquedad no lo vuelve un brusco sin escrúpulos. Es, más bien, un soñador que tiene una seria obsesión con las historias de amor.

No puedo permitir que, justo ahora que estoy comenzando a ser dueña de mi vida, alguien más me la arrebate de las manos. Me pongo de pie y estoy muy dispuesta a irme. Siento lágrimas en mis ojos y un nudo en la garganta porque, a fin de cuentas, él es mi hermano. Me duele que esto esté sucediendo de esta forma, que me sienta traicionada por alguien a quien yo defendería hasta la muerte. Tomo mi bolso, pero en el acto Rowan toma mi muñeca.

Veo en sus ojos que él no me va a dejar ir. Mi corazón inmediatamente se acelera.

-Rowan Everick Lancaster -suelto con el tono de voz más amenazante que tengo guardado dentro de mi; aún así, sale algo tembloroso -. Será mejor que me sueltes en este instante.

-Deja que te explique, Ev -me dice él, sonando muy calmado -. No te busqué por ellos, sino todo lo contrario.

-Trabajas para ellos, diriges su maldita compañía, haces negocios como te enseñaron, eres el hijo perfecto y esa siempre fue una meta que quisiste conseguir ¡Ahora lo eres! ¡Ahora eres el Lancaster ideal! ¿Esperas que no crea que haces esto para ganarte su aprobación?

-Evelyn...

-Oh, miren nada más al perfecto Rowan trayendo a casa a la descontrolada hija que solo sirve para causar problemas -suelto, fingiendo aterradoramente bien la voz de mamá -. Es un héroe, nuestro héroe...¡Es el niño perfecto y ella el error!

-¡Por amor al cielo! ¡¿Quieres calmarte?!

Me toma por ambos hombros y es horrible sentir miedo de mi hermano mayor. Él no me hará daño, pero puede entregarme a dos personas que si pueden destruirme ¿Y si esta vez me encierran en mi habitación por más tiempo? ¿Y si esta vez si logran acabar conmigo? Rowan suspira y niega con la cabeza, no sé porqué está negando. Luego, suaviza su expresión, pero no su agarre. Él de verdad no me quiere dejar ir.

-No iba a decirte esto tan pronto porque ibas a enloquecer -suelta -, pero veo que ya enloquecistes, así que a la mierda eso de esperar. Te lo diré de una vez.

-¿Qué cosa? -me escucho preguntar.

-No estoy intentando ayudar a mamá y a papá, estoy intentando dejarlos en quiebra -abro mis ojos ante la sorpresa. Lo dijo en susurro, como si incluso el aire en esta habitación pudiera delatarnos -. Descubrí unas cosas, Evelyn...Unas cosas que no me agradaron, una forma de hacer negocios que no va para nada con la persona que soy. El dinero del que vivimos toda nuestra infancia no era del todo limpio.

-¿De qué hablas?

-Que las haciendas de café no eran solo de café, ¿bien? Las fabricas tampoco producían únicamente bebidas y no todos los trabajadores estaban ahí porque así lo quieren.

Parpadeo un par de veces para intentar procesar lo que me dice, tiene que estar bromeando. Me suelto de sus hombros, pero no me voy. Quiero hacerlo, de verdad quiero correr, pero mis piernas no se mueven. No responden a lo que mi cerebro les pide.

-¿Quieres decir que...? -digo con lentitud y debo tragar antes de pronunciar lo que sigue -. ¿Somos hijos de traficantes?

-El término se les queda corto, no solo trafican droga -suelta él, cruzándose de brazos -. Y no lo descubrí de una manera bonita, si te soy honesto.

-Mierda -debo sentarme porque esto no tiene sentido.

No lo tiene.

-Al principio fue raro, vi unas cuentas privadas de la compañía en Las Islas Caimán...

-¿No eran esas un paraíso fiscal? -pregunto, dándome cuenta de que algunas cosas de los Lancaster no han abandonado mi ADN todavía.

-Lo son, al igual que Mónaco, Las Bahamas, Panamá...La compañía tiene cuentas en todos esos lugares, pero en ninguna distribuyen café. Fue ahí que comencé a sospechar. Intenté que papá me explicara que estaba sucediendo, pero su respuesta siempre era "paciencia, hijo, algún día estarás listo".

-¡¿Para qué?! ¡¿Para ser el maldito rey de los narcos?!

De verdad siento náuseas con solo imaginar a mi hermano en ese lugar ¡Tengo náuseas con tan solo imaginar a papá moviendo negocios tan sucios! Ese hombre estricto me hizo la vida miserable durante años, pero también me daba sermones sobre como el trabajo honesto siempre te recompensa más que el sucio ¿Acaso fueron palabras vacías?

Decido seguir escuchando a Rowan, pero la verdad siento que esto se pondrá cada vez peor:

-No había comprobado lo del tráfico en ese momento, para entonces solo creí que era evasión de impuestos o algo que me llevaría a contratar un buen abogado. Luego seguí investigando y...¡Mierda, Evelyn! No tienes idea de todo lo que descubrí. Es más que drogas, es crimen en todas sus formas y variaciones. Es grave, tanto que si descubren el verdadero negocio de papá todos los que tenemos su apellido caeremos junto a él.

>> Tienes razón, Ev: he trabajado toda mi puta vida para ser el Lancaster perfecto, el niñito de negocios adorado ¿Acaso tienes idea de todo lo que perdí? ¿Todo lo que di para ser quien soy hoy? Pude haber sido feliz, pero decidí que enorgullecer a mamá y a papá era mejor ¡¿Todo eso para luego enterarme de que hacen negocios sucios?! Simplemente yo...

Sus labios están muy tensos y niega con la cabeza mientras sus manos se convierten en un par de puños. La verdad, no sé todo lo que Rowan perdió, pero sí sé todo el esfuerzo que puso por convertirse en un chico perfecto para mantener un legado familiar que creyó que era admirable. Ahora veo a ese niño abandonando su sueño de ser veterinario sentirse decepcionado y traicionado. Es triste.

-No estoy de acuerdo con lo que hacen -continua, mirándome a los ojos. Hay furia contenida en su mirada -. No estoy de acuerdo con que nos exijan perfección, que hayan obligado a mi hermanita a casarse solo por un "legado familiar", todo para que ellos tengan un imperio basado en drogas y negocios ilícitos de los que no quiero formar parte.

-¿No formas parte de ellos? -pregunto, colocándome de pie -. Row, si estas al mando de buena parte de la compañía, esos negocios recaen en ti. La droga esta a tu nombre.

-Yo trabajo limpio, Ev. Desde que descubrí esto, he estado moviendo acciones: comprando y vendiendo. A esto me refiero con que quiero dejar a los Lancaster en quiebra.

-Explícate mejor, no todos nos graduamos con un máster de como joder a unos traficantes.

-Digamos que me estoy quedando con la parte de la compañía que esta limpia, que se mantiene con el café y con haciendas que me aseguré que trabajan bien; honestas. Por otro lado, a papá le están quedando todo ese dinero sucio...

>>No quiero que nuestro padre vaya a la cárcel, pero tampoco quiero que nos joda la vida a ti y a mi cuando lo único que hemos hecho es seguir sus instrucciones sin saber a lo que nos estaba empujando. El día que papá caiga, esto nos va a salpicar en lo mínimo. Te busqué para asegurarme de que nadie más te encontrara, de que estuvieras a salvo y lejos de negocios horribles. No solo me aterra que mamá y papá te encuentren...

-¿Crees que socios de nuestros padres podrían atacarnos?

-Es lo que suele pasar en esta clase de negocios -él se encoge de hombros -. Pero yo tengo contactos casi tan buenos como los de papá y que no me meten en problemas. Estamos a salvo.

-Dices contactos y me imagino a unos matones.

-Para salir de esto debo embarrarme un poco, no todos mis amigos son ángeles.

-¡Rowan!

-Mira, esta mierda nos supera a ti y a mi. De verdad, de verdad, quiero arreglarlo todo, pero debo hacerlo de esta forma o no habrá otra salida. No pienso perder dinero, ni todo por lo que he trabajado estos años. Ya papá me quitó algo que no puedo recuperar, pues no le daré lo que me obligó a conseguir. Sería perder una batalla que solo estoy dispuesto a ganar.

>> Solo necesito que confíes en mi, Evelyn; en que te voy a cuidar. No tienes que hacer nada, tienes que vivir como siempre lo has hecho, ¿bien? No alteraré tu vida, solo nos protegeré cuando nuestro padre caiga.

Sé que está siendo honesto y le creo, pero tiene razón al decir que esta mierda nos supera. Paso una mano por mi cuello, siento un poco de sudor frío en él ¿Qué pasó con mi tranquila vida? Se suponía que lo único que la alteró fue Lowen Hayes y su propuesta, no esperaba tener algo de tráfico de drogas incluido.

La trama de mi historia en verdad se está volviendo un grandísimo desastre.

-¿Hillary sabe de esto? -no puedo evitar preguntar. Él respira con fuerzas.

-No lo sé -admite -. No sé que tanto sabe su familia y preguntar es riesgoso. Nadie sabe que sé de esto.

-¿Confías en ella?

-Sí...y no.

-Una vez más, explícate.

-No me traicionaría, a menos que alguno de sus planes se vea frustrado por mi culpa. Así es Hill: me quiere, pero quiere mucho más sus metas.

-¿Y tú la quieres?

-La quiero...pero a ti te amo y amo mis principios.

Y eso dice mucho de la clase de relación en la que está metido mi hermano. Dudo que Hillary esté involucrada en esto, pero no me fío de su familia. Al menos Rowan es lo suficientemente listo como para mantener todo lo que sabe en secreto, todavía no sabe si confiar en Hill y lo mejor es que no se exponga frente a personas que no son de fiar.

Ahora la gran pregunta: ¿qué haré yo con esta información?

No necesito pedir pruebas, quiero creerle a mi hermano ¿Y si está mintiendo? No lo creo, no con esto. Dudaría de él si toda esta situación involucrara al Row perfecto, pero esto se aleja de todos los principios que sé que mi hermano no ha perdido. Confío, pero no sé muy bien en qué estamos metidos y prefiero no arriesgarme.

Saco el teléfono de mi bolso y hago el ademán de entregárselo a mi hermano, pero en última instancia hago esta cosa exagerada de lanzarlo por la habitación y este se destruye al chocar con un muro. Quizá Andie tiene razón y sí soy dramática.

Ahí no tenía nada importante, salvo el mensaje de Lowen que me envió esta mañana, invitándome a cenar a su casa. Recuerdo la dirección, recuerdo la invitación, así que el inútil aparatito ese no me sirve en lo absoluto. Es más, no puedo evitar sonreír de satisfacción al ver todos los pedazos rotos en el suelo.

Yo en serio odiaba esa cosa.

-Vaya...-suelta mi hermano, impresionado -. Eso es mucho más barato que el hacker.

-Escúchame bien, Rowan -digo, llamando su atención -. Voy a confiar en ti porque eres el único Lancaster que jamás me ha traicionado, pero como me entere de que estás metido en esto más de lo que dices, Andie y su plan de sacarte los ojos te sonará como un bonito tratamiento de spa comparado con lo que yo te haré ¿Entendido?

-Te doy mi palabra, Evelyn: no me voy a meter en más de lo necesario y voy a dejar en quiebra a esas personas que tanto daño nos han hecho.

-Lo más importante es que estes a salvo, Row. Déjalos a ellos con su dinero y tú mantente limpio.

-No, lo más importante es que tú estes a salvo. Esto es personal entre papá y yo, tú no tienes nada que ver y me aseguraré de que no salgas lastimada.

-Pero...

-Hablo en serio, déjame manejar esto a mi. Después de todo lo que me ha hecho ese hombre ya no puedo verlo como familia, no me importa arruinarlo. Quiero hacerlo...No con la cárcel, sino con algo peor: que su propio hijo le quite lo que más quiere, así como él me quitó algo que yo quería. No me basta con simplemente alejarme, yo quiero justicia.

Y este es un Rowan que no conocía. No es el niño perfecto dedicado a los negocios, no es el putito empresarial, no es el atrevido adolescente enamorado...es un hombre vengativo harto de que lo usen como marioneta, de que lo engañen y de que le quiten cosas que ama ¿Qué le arrebató papá para que lo odie de esta manera? ¿Qué le hizo para que piense que es más importante dejarlo en quiebra que salvar su vida? No lo sé, pero todo esto me hace saber que mi hermano ha pasado por muchas más cosas de las que me puedo imaginar.

Suelto mi bolso y me lanzo a sus brazos, abrazándolo con una fuerza que no sabía que tenía. Él me abraza de vuelta y de repente somos dos personas heridas sin saber cómo acabaron así, como fue que pasaron de vivir en una familia acomodada a una familia tan dañada. Me siento sucia por llevar la sangre que llevo, sucia por seguir amando a mis padres incluso después de todo lo que nos han hecho. Sé que Row se debe sentir igual, o quiero creer que así es.

Al menos nos tenemos el uno al otro, ¿pero por cuanto tiempo? Yo estoy alejada de todos estos problemas, pero Rowan los tiene cerca.

-Cuídate, por favor -le pido, porque sé que a partir de ahora me comenzará a ocultar cosas por mi bien -. Y recuerda quien eres en verdad, Row. Lucha por justicia, pero no por venganza. Tú eres bueno...

-Ev, sigues siendo muy inocente -me dice, tomando mi rostro entre sus manos. Veo que sus ojos contienen lágrimas, me sonríe a medias -. La gente buena no siempre hace cosas buenas; a veces solo son buenos porque hacen las cosas malas indicadas.

Trago saliva, mi corazón podría huir de mi por el miedo en este momento. Lo abrazo de nuevo e intento quedarme con el Rowan que quiero y conozco: el hermano protector, el chico de buen corazón, el inteligente, el cariñoso...Por favor, no quiero perderlo.

Y yo que creí que había regresado para reconstruir una historia de amor, posiblemente con Andie. Ahora entiendo que esta trama tiene otra naturaleza y que esta peligrosamente cerca de un final no deseado ¿Qué clase de desenlace trágico podría tener la historia de mi hermano?

*♡*

La tormenta salió de la nada, pero no me sorprende considerando que es época de lluvias fuertes. Escucho en la radio del taxi que están recomendando que la gente se quede en sus casas esta noche y notifican posibles apagones. Nueva York casi nunca está a oscuras, es una locura pensar que esta noche podría estarlo. Sin embargo, no me concentro tanto en eso. Mi mente no está procesando la información como debe.

Solo estoy pensando en Rowan, en nuestra familia y en el posible peligro en el que nos encontramos.

Le pago al taxi una considerable suma de dinero, pues resulta que la dirección que Lowen Hayes me dio queda a las afueras de Manhattan en un edificio que fácilmente podría ser hermano perdido de la enorme casa de Rowan. De verdad espero no haberme confundido de dirección o esto será vergonzoso para mi y mi billetera que no tiene más dinero para un taxi de regreso.

Acomodo mi abrigo y mi bufanda, para luego salir corriendo del auto hasta la entrada del lugar. La lluvia está cayendo con mucha fuerza, hay viento y no me siento como la última vez que estuve bajo nubes grises. Aquí no hay emoción, ni olor a libros, ni besos que marcan inicios. En su lugar, hay gotas de lluvia que golpean con fuerza mi piel y me hacen sentir pequeña. Llego hasta la entrada, ni siquiera entiendo como es que recuerdo el número que me pidió marcar en el intercomunicador y aún así siempre olvido las llaves de mi propio apartamento. Mi cerebro en serio necesita empezar a ordenar sus prioridades.

-¿Hola? -escucho desde el aparato.

-¡Lowen, soy yo! -y debo gritarlo porque la lluvia es incluso más fuerte que mi voz -. ¡Evelyn!

-¿Evelyn Rose? -él suena genuinamente confundido, como si no hubiese estado esperándome. Hay un poco de silencio y luego lo escucho de nuevo -. ¡Mierda! Debes estar empapada. Pasa, pasa.

Hay unos segundos de silencio en los que no pasa absolutamente nada, y por supuesto que yo uso ese tiempo para pensar en mi hermano y todo lo que me dijo. Quisiera simplemente ignorar que mi familia está metida en todo eso, que toda nuestra vida fue como una especie de farsa y que yo fui incapaz de verlo ¿Pero cómo lo ignoro?

Finalmente, las grandes puertas frente a mi se abren y yo corro hacia adentro. Atravieso el estacionamiento sintiendo toda el agua entrar en mis zapatos y alcanzo a la figura con paraguas que de lejos reconozco como Lowen. Debe pensar que es por la lluvia y el frío cuando lo abrazo casi con desesperación, así que él me atrae hasta su cuerpo y nos guía hasta una entrada bastante amplia de cristal. Entramos y puedo jurar que incluso siento que mi cerebro esta inundado, demasiada agua en unos pocos minutos. Veo a nuestro alrededor, parece que estamos en un lobby elegante con unos pocos sillones y una mesa pequeña.

-¿Qué haces aquí? -me pregunta Lowen, soltándome para cerrar el paraguas.

-Tú...Tú me invitaste -le respondo. Estoy temblando del frío.

-Sí, pero luego te escribí para cancelarlo -habla él, ofreciéndome su chaqueta. Yo la acepto con gusto -. Escuché lo de la tormenta por las noticias y preferí que no salieras de casa para que no te alcanzara la lluvia.

-Ah, eso tiene sentido...

-¿No viste el mensaje?

¿Cómo lo voy a ver? Si mi teléfono ahora es una colección de piezas rotas descansando el el contenedor de basura de mi hermano mayor. Suspiro y muerdo mi labio inferior, admito que estoy algo avergonzada.

-La verdad, mi teléfono se rompió -yo lo rompí, pero ese error técnico no lo tiene que saber -. Así que no, no leí el mensaje. Mhm...¿no te molesta que este aquí, o sí?

-Claro que no -él me regala una pequeña sonrisa antes de ladear su cabeza un poco hacia la derecha. Sus rizos algo largos siguen ese movimiento -. ¿Cómo podría molestarme estar junto a ti?

Le sonrío y lo abrazo de nuevo, esta vez con mucha más fuerza. A ver, lo que sé de esta situación entre él y yo es que estamos comenzando a salir. Con cualquier otra persona con la que estuviera iniciando una relación, este abrazo tan íntimo habría sido completamente inapropiado. Sin embargo, estoy con Lowen Hayes, la persona que me ha visto llorar antes y a quien yo he visto llorar. Aquí hay cercanía, hay una especie de confianza agregada que no nos hace una pareja formal todavía, pero que nos acerca cada vez más.

Y veo que él siente lo mismo porque no se incomoda ni me aleja ante el abrazo. Más bien, él me da tiempo y acaricia mi cabello mojado mientras intento calmarme. Siento mi corazón latir muy rápido y tengo un nudo en la garganta. Hace unos días solo pensaba que mis padres eran abusivos y demasiado anticuados, hoy descubrí que quizá toda esa hostilidad y agresión tenían raíces más profundas que el simple hecho de ser solo terribles criando a sus hijos.

Vengo de un mundo mucho más oscuro del que imaginé y tengo una vida mucho menos aburrida de la que pensé.

-¿Estás bien? -me pregunta él, tentativamente. Yo suspiro.

-No...-admito porque parte de esta extraña confianza me impide mentirle del todo -. Acabo de darme cuenta de que mi vida si tiene material para ser una novela. Claro que no una novela de amor, sino una de tragedia.

-¿Por qué dices eso?

-Aprecio el interés, Lowen Hayes, pero lo mejor es que no lo sepas. Son problemas...familiares.

-Oh...

Él me aparta un poco del abrazo y toma mi rostro con sus manos, el contraste entre el calor de su tacto y el frío en mis mejillas me causa un pequeño y agradable escalofrío. Me fijo en sus ojos oscuros, esos profundos abismos en los que estaba segura que no iba a caer cuando lo conocí. Es extraño todo esto porque yo estaba segura de que juntarme con Lowen iba a convertir mi normal vida en una completamente distinta.

Resulta que ahora él es lo más normal que tengo.

Quizá si añoraba un poco sentir lo que sienten ciertas protagonistas de novelas románticas y no lo sabía. Sigo creyendo que el amor de libros es irreal, ¿pero por qué no hacerme la fantasía de que hacia ahí es que me estoy dirigiendo? ¿Por qué no reconducir la trama de mi historia hacia una persona que me cause sonrisas y no a unas que me han estado engañando toda la vida?

-Hay novelas trágicas hermosas, ¿sabías? -me pregunta él, peinando hasta detrás de mi oreja un mechón de mi cabello que estorba entre nuestras miradas -. Y, a veces, traen incluso más romance que las novelas románticas en general...por más redundante que eso suene.

-Lo sé, también me leí Cumbres Borrascosas -suelto, con una media sonrisa -. ¿A dónde quieres llegar con esto?

-A que los detalles trágicos no te vuelven menos increíble, Evelyn Rose.

Suelto una respiración un tanto entrecortada cuando su pulgar bordea mis labios mojados. Él sonríe con cierta picardía antes de inclinarse hacia mi. Ahora estamos muy, demasiado, cerca.

-Y a que los detalles románticos en tu historia te los puedo dar yo -asegura, dejando un beso en la comisura de mi labio que me deja tonta por un breve segundo.

Este hombre si que es bueno eligiendo sus palabras. Ahora mi corazón está acelerado y no precisamente por miedo a mis padres. Él toma mi mano y yo no me opongo a entrelazar nuestros dedos. Tampoco pongo resistencia cuando comienza a guiarme hacia un elevador.

-Ven, subamos a mi casa -es lo que dice -. No te dejaré volver a tu apartamento hoy, no con esta tormenta.

Yo asiento con la cabeza casi por inercia. Tiene sentido que me quede hoy aquí, pues escucho los truenos incluso desde aquí adentro y casi parece que el cielo se va a caer. No tengo ganas de volver ahí afuera y, honestamente, la compañía de Lowen hace que olvide un poco los problemas con mis padres.

Pero por supuesto que otra parte de mi está pensando que esto quizá es ir muy rápido. Es decir, yo recién me permití vivir esta extraña historia de amor y ahora estoy por pasar una noche en su casa. Intento buscar el lado inocente que hay en mi y me repito que no tiene que pasar algo...pero entonces me lo estoy imaginando y siento ciertos nervios.

Que mal momento para recordar que la última vez que me quedé en casa de un chico fue en la secundaria y que la última vez que desperté en una cama que no era mía fue durante mi error con Grayson.

Estamos cara a cara, esquina a esquina en el elevador y estoy haciendo mi mejor esfuerzo por no sonrojarme. No obstante, su sonrisa ladeada y el calor en mi rostro me dice que si lo estoy. Se acerca un poco a mi y se agacha un poco para verme directo a los ojos.

-Verte así, sonrojada y empapada de pies a cabeza por la lluvia me trae muy buenos recuerdos -dice con su voz rasposa.

-Digamos que verte así, con esa sonrisa de coqueto burlón, también me trae recuerdos -digo -. Claro que no precisamente de los buenos, sino de unos en los que fuiste un intenso al rogarle por una historia de amor a una extraña.

-Y fueron justo esos momentos de intensidad los que nos llevaron a los buenos recuerdos. Ya puedes agradecerme por haberte molestado tanto.

-Uf, mejor espera ese agradecimiento sentado, Lowen Hayes.

Me observa de esa forma tan profunda que parece que solo él consigue dominar. Hay diversión en su mirada, pero también hay algo más. Me estremezco de solo pensar que mi mirada podría verse exactamente igual.

-No pareces una historia trágica, Evelyn Rose.

-Tú tampoco, Lowen -le digo, a lo que él asiente lentamente con la cabeza.

-Supongo que somos buenos para esconder la tragedia en nuestras historias.

-Eso, o nos estamos volviendo expertos en enfocarnos solo en el romance.

Él sonríe una vez más y vuelve a su esquina del elevador. Nuestras miradas dicen mucho y el aire a nuestro alrededor parece estar electrificado por toda la expectativa que conservamos entre los dos. No tengo idea de qué sucederá y me refiero a algo mucho más grande que solo esta noche.

Solo sé que quizá Lowen y yo somos dos historias trágicas que se juntaron por alguna razón. Y, como en toda tragedia, alguien va a salir lastimado...

¿Pero qué importa eso cuando la parte romántica es en la decidimos enfocarnos?

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