13
Capítulo 13:
*♡*
》Quiero leer tu historia, Evelyn Rose.
Bien, yo definitivamente no debí decirle a Lowen Hayes que comencé a escribir de nuevo y por supuesto que jamás debí escribir el mensaje que delata que mi historia es sobre amor. No debí hacer nada de eso pero, ¡sorpresa!, lo hice.
Y gracias a eso, ahora me llegó este mensaje en la que él afirma que quiere leer mi historia...No me sorprende estar ahogándome con el té que me estaba tomando. Es más, debería dejar de toser y dejar que esta manzanilla me mate, a ver si así reencarno en alguien más consciente y capaz de pensar antes que actuar. Me conformo con alguien aunque sea un poco consciente que yo, quien sea ¡Solo quiero dejar de meter tanto la pata!
—Wow, ¿estás bien? —pregunta Grayson, pero creo que la respuesta es obvia dado a que estoy tosiendo como si mi alma estuviera intentando escapar por mi garganta. Claro que mi compañero necesita algo más específico, así que niego con la cabeza y él palmea mi espalda.
¿Y si mejor reencarno en un pez? Así tampoco corro el riesgo de ahogarme con una bebida nunca más, porque estoy segura de que me veo más ridícula de lo usual.
Cuando por fin logro calmarme, hago algo tan difícil como ordenar mis ideas. A ver, primero que nada, ya llevo unos diez capítulos de mi novela y he de admitir que estoy amando cada detalle de ella. Los protagonistas, que aún no tienen nombre, viven un amor que se escapa lo justo de lo cliché pero adquiere ciertos toques clásicos que todo romance necesita. Aún no tiene título, lo único que está 100% claro es la trama. Aún así, a pesar de cada detalle en blanco que tengo, me está encantando y es cada vez más personal para mi.
Lo que me lleva al siguiente punto de mi desorden de ideas: Lowen Hayes quiere leer mi historia, quiere leer algo demasiado personal para mi.
¿Que si me pone nerviosa? ¡Joder, si! Es decir, este hombre vive de juzgar y análizar libros. Él podría destrozar mi humilde historia de amateur con tan solo parpadear. Ha leído libros escritos por verdaderos genios de la literatura, eso sin mencionar que él escribe hubiese hecho algún pacto con el diablo para conseguir dicho don. Todo eso ya es una buena razón para mantener mi novela lejos de sus bonitos ojos oscuros.
Además, y creo que esta es la verdadera razón por la que me rehuso a enseñarle lo que hago, debo admitir que mi historia está ligeramente inspirada en la vida real...¡¿Qué?! ¡No me juzguen! ¡No es como si toda la trama fuese igual a nuestra historia en general! Solo hay algunos diálogos y gestos en el protagonista que quizá se parezcan un poquitito a los de Lowen Hayes...
Bien, estoy mintiendo: ¡se parecen más que un poquito! Pero, en mi defensa, Lowen no parece real y habría sido tonto de mi parte no inspirarme en alguien que parece haber salido directo de un libro. Yo solo aproveché las circunstancias.
Como entenderán, no sé si me siento cómoda con el hecho de que él lea una historia en donde un personaje se parece a él. Sería vergonzoso e implicaria aceptar que estoy cayendo por él; cosa que ya se sabe, pero no hay necesidad de seguir avergonzandome para confirmar ese hecho una vez más. Es por eso que la decisión más sabia que puedo tomar es que mi historia permanezca solo disponible para mis ojos y para los de Andie. Él ni siquiera se tiene que enterar que me ha inspirado, ya bastante tiene con saber que me animé a escribir una vez más.
¿Y qué voy a hacer con su mensaje? Algo muy maduro: ignorarlo.
—¿Te encuentras mejor? —me pregunta Gray una vez mis respiraciones vuelven a ser normales tras casi ahogarme con mi té. Yo le sonrío.
—Sí, Gray. Ya estoy bien —le digo y él vuelve a su lugar frente a la olla en el fuego. Es agradable ver a Grayson cocinar, al menos él si sabe lo que está siendo —. Repíteme una vez más como se llama la delicia que estás preparando.
—Pato a la naranja con vegetales salteados —suelta él y todo lo que yo entiendo es: sabrá rico —. También haré una tarta de frambuesas para el postre. Jamás he hecho una, pero conseguí una receta y no veo porque no puedo intentarlo.
—Seguro te queda delicioso.
—Solo lo dices porque estás enamorada de mi comida.
—¿Puedes culparme? Tu comida es asombrosa, Gray, y no te lo digo solo por ser tu amiga. Es decir, pasé toda mi infancia y adolescencia comiendo en restaurantes finos, tengo un paladar exquisito aunque no lo parezca. Aún así, rechazaría cualquiera de esos platillos caros por tan solo un mordisco de tu comida.
Veo que él se sonroja incluso cuando no me está mirando. Al parecer, toqué alguna fibra sensible con mis palabras. Me sorprende que no se las esperara y que de hecho se intimide ante una verdad tan acertada. Es decir, más allá de que la comida de Gray huele y sabe a como debería oler y saber el Cielo mismo, se nota que disfruta hacerla. Hay pasión en su mirada siempre que se acerca a la cocina, emoción siempre que consigue una nueva receta, entrega cada vez prueba nuevas técnicas y orgullo en su mirada cada vez que Andie o yo disfrutamos lo que prepara para nosotros.
Grayson disfruta estando detrás de los fogones y no me cabe duda de que esta es su vocación. Él debería deleitar al mundo con su talento. Es por ello que apoyo mis codos en la mesa y luego mi cabeza sobre mis puños. Lo miro con mis ojos entrecerrados y suelto una pregunta que jamás he hecho seriamente hasta ahora, pero como buena amiga debo hacerlo.
—¿Por qué eres contador en lugar de chef? —lo escucho reír ante mi pregunta. Se suponía que era algo serio, no sé porque se ríe —. No te conté un chiste, Gray. Te estaba preguntando algo bastante serio.
—Por favor, Evelyn —él me mira como si hubiera dicho alguna estupidez —. Asar un pato no me dará una vida. Cocinar no pagará mis cuentas.
—Pero tu odias ser contador —digo —. Y no me digas que no porque te he visto llegar agotado del trabajo, sin ánimos y hasta enfadado con la vida. Pero luego tocas una olla y es como si otro Grayson despertara en ti ¡Tu amas cocinar!
—No se puede vivir de lo que amas.
—Dios, suenas como mis padres —hago una mueca —. Permíteme abrirte los ojos y decirte que sí, si se puede vivir de lo que amas. Mira a Lady Gaga, ella ama cantar y la veo viviendo bastante bien ¿Y qué hay de Chris Evans, Johnny Depp, todos esos que viven de pasiones? Si se puede vivir de lo que amas si te empeñas en hacerlo bien.
—Esos ejemplos son terribles. Ellos son famosos, excepciones. La mayoría de la gente no logra vivir de lo que le gusta.
—Bien, ¿quieres a alguien que no sea famoso? Mira a Tessa —le digo —. Ella es artista y, por lo que he hablado con ella, ama la pintura mucho más de lo que yo amo tu comida. Trabaja en una galería y yo no veo que se este muriendo de hambre. Ella está viviendo de su pasión ¡¿Ves que si se puede?!
—Las personas como ella terminan por desplomarse tarde o temprano —me dice, con una expresión que no sé reconocer en él —. Está en una nube, pero pronto bajará y se estrellará contra el suelo. En la vida real no se puede vivir de un hobbie, mucho menos del arte.
Mi boca se abre ante la incredulidad que siento. Lo que dice suena exactamente igual a un discurso "motivacional" que darían mis padres. Lo observo sin comprender, porque Grayson, una de las personas más comprensivas y amigables que conozco, no se parece en nada al hombre de mente cerrada que tengo frente a mi ¿Que no se puede vivir de algo que se ama? ¡Por favor! ¡Si eso es lo que mantiene al mundo con vida!
Personas que se arriesgan, que ponen su talento antes que las exigencias de una sociedad tan comercial como la nuestra, son las que mantienen vivo el espíritu que nos hace humanos. Dicen que nuestra especie es como es por ser más inteligentes que los animales, pero yo digo que somos como somos porque somos los seres vivos más apacionados que han pisado el planeta tierra ¿Qué seriamos sin la pasión? Pues, orángutanes que saben sumar.
Y sé que eso no tiene sentido en términos evolutivos, ¡pero tiene sentido en términos de lo que creo y es lo que me basta!
Entiendo que mis padres crean lo contrario. Después de todo, la pasión de los Lancaster es el dinero y por supuesto que ellos prefieren buscarlo por lo seguro; los talentos nunca son terreno asegurado para aquellos con ambiciones codiciosas ¿Pero Grayson? Gray tiene ese brillo en su mirada cuando cocina que me dice que él sabe apreciar el valor de una pasión, que entiende lo que es querer explorar un talento. Entonces, ¿por qué cree eso? ¿Por qué cree que la vida debe empezar y terminar en su diminuto cubiculo de contador?
Había notado lo extraño que se puso con Tessa cuando descubrió que era artista, cosa que se ha repetido las veces que nos la hemos encontrado. La mira con incomódidad y no puede pasar mucho tiempo a su lado. Es como si el aire lo asfixiara siempre que la tiene cerca. Eso sí, no la mira con odio, lo que me lleva a pensar que Gray no cree todo lo que dice.
Él es una de las personas más honestas que conozco, pero estoy casi segura de que esta vez se está mintiendo a sí mismo.
—¿Por qué te cae mal Tessa? —pregunto y él aparta su mirada de la mía a una velocidad récord. Aquí hay algo más que yo no sé, lo puedo notar por más que él se niega a decirlo.
—No es que me caiga mal, es que prefiero no juntarme con gente de ese...tipo.
—¿De ese tipo? —pregunto, porque realmente sonó como si se refiriera a una especie distinta —. ¿Te refieres a artistas?
—Me refiero a la gente que cree que todo es fácil, que todo empieza y termina con un poco de color en un cuadro y ya está. Ellos están llenos de fantasías que al final se quiebran como vidrio...¿Alguna vez te has clavado un pedazo de vidrio, Ev?
—No.
—Pues duele como el carajo y cuesta quitarlos —suspira él, luego vuelve la atención a su pato-a-la-no-sé-que-cosa —. Personas como Tessa son así, mejor es dejarlas que vayan por su cuenta hasta que se estrellen. Que ellos recojan sus pedazos rotos cuando la realidad los golpee y que a mi no me lastimen.
—Pero eso suena...
—Es mi opinión, Ev. Solo respétala, por favor.
No quiero dejar esto así, pero siento que lo más inteligente es hacerlo. No me cabe duda de que Grayson no siente lo que dice, es imposible cuando él se ve tan cómodo detrás de esa olla. Pero, como él dice, las personas que se arriesgan por fantasías cortan igual que un vidrio roto ¿Será que él tiene algún cristal incrustado? No conozco lo suficiente a Gray como para saber su historia, pero algo me dice que está más conectada al arte y a la pasión de lo que a él le gustaría admitir.
Quizá ya ha conocido a alguien como Tessa antes; quizá ese alguien dejó heridas que yo no puedo ver.
Además, por triste que suene, yo no lo puedo juzgar cuando hubo un tiempo en el que pensé igual que él. Es decir, no creía que vivir de un talento era doloroso al punto en el que él dice, pero si pensaba que era una pérdida de tiempo. Eso es lo que ocurre cuando tienes a personas susurrándote al oído día y noche que lo que amas no sirve para nada.
Pero ahora es diferente, ahora me siento libre para hacer lo que amo.
—¿Andie Kat ha dado señales de vida? —me pregunta, cambiando habilidosamente el tema. También es muy bueno en eso.
—Nop —digo, recordando que mi mejor amiga salió hace unas buenas horas con un vestido corto y ajustado tras decir: no me esperen, y mucho menos me esperen sobria —. Está rara, mucho más alocada de lo normal ¿No lo crees?
—Sin duda —asegura él, probando un poco del contenido en la olla. Siento envidia —. Está así desde la visita de tu hermano.
—Cierto...—la verdad, no había pensado en ese detalle hasta ahora —. ¿Gray, tú sabes por qué ellos dos se odian?
—¿No lo sabes tú?
—Ninguno de los dos me quiere contar.
—Pues, para Andie, tu hermano es un tema tabú. Siempre he sabido que su relación la marcó, pero no tengo idea de porque.
—Es frustrante no saber.
—Ya lo sé, pero no puedes leer todas las historias de amor que deseas, Ev. Algunas se cuentan solas.
—¿Historia de amor?
¿Mi hermano y Andie, tras años de estar separados, una historia de amor? Debo admitir que lo pensé cuando vi su reencuentro, pero lo cierto es que ahora no lo creo. Rowan está con Hillary, quien aún no se ha mudado pero está pronto a hacerlo, y llevan mucho tiempo juntos. Él la ama, respeta mucho su relación dado a que se conocen desde niños. En cuanto a Andie, ella superó a mi hermano en términos amorosos en tiempo récord cuando era adolescente.
Ellos dos superaron todos esos sentimientos de amor, solo quedó odio. El que Gray mencione una historia romántica me descoloca ¿Podría decir que me sorprende? Pues esa es otra pregunta...
A la que no responderé porque mi teléfono suena anunciando una llamada.
Esta vez, aparece la Evelyn sensata y me recuerdo de leer el identificador de llamadas. Me parece demasiada casualidad que se lea el nombre de Rowan en la pantalla y, de hecho, frunzo el entrecejo por ello. Contesto, ya seria demasiado si de repente me habla sobre Andie.
—Hola, Row —digo contra el altavoz del teléfono —. ¿Qué pasa?
—¿Andie está contigo?
Mierda, esto es demasiado. Mucha casualidad para ser verdad.
—No, Andie no está conmigo —Grayson me mira ante la mención de nuestra amiga. Creo que también le impresiona esta casualidad.
—¡Maldición! —escucho decir a mi hermano. Luego, suspira, y por supuesto que yo no sé que está pasando —. Pues bien, vas a tener que ir a buscarla.
—¿Qué? ¿A dónde? ¿Por qué?
—A un bar al que ella describió como "el bar con las peores bombillas del mundo" y porque ya me ha llamado unas cinco veces completamente ebria.
—Mierda.
—Sí, Evelyn. Mierda.
Mi amiga llamó a su ex de la secundaria unas cinco veces estando ebria ¡Mierda, esa suena como la clase de cosas que yo debería evitar! Evidentemente, me preocupo. Andie no dijo en donde estaría y si llamó a Rowan significa que está tan borracha que dudo que recuerde la dirección del bar con una iluminación de mierda, según ella.
Esto jamás había pasado con Andie porque, dentro de todo, ella es consciente. Si sabe que va a tomar demasiado, nos lleva a Gray o a mi para cuidarla, o al menos nos da la dirección en la que estará. Esta situación solo afirma lo que Grayson y yo ya hemos notado: mi gata está rara.
Y creo que está rara porque mi hermano reapareció en su vida.
—Ev, de verdad tienes que ir por ella —vuelve a hablar mi hermano —. No sonaba bien.
—Yo...no sé donde está.
—Te enviaré la dirección que me envió.
—¡¿Te envió su dirección?! —exclamo, poniéndome de pie. Estoy muy segura que enviarle tu dirección a tu ex estando borracha esta mal, ¡muy mal! —. Oh, mierda. Andie debe estar ahogada en alcohol.
—No tengo dudas sobre eso, hermanita.
—¿Qué fue lo que te dijo en la llamada, Row? A parte de la dirección, claro...
Él se queda en silencio por unos segundos que me exasperan ¡No lo quiero callado! ¡Yo quiero que me diga que le pasa a mi mejor amiga!
—Es mejor que no sepas, Ev —es su respuesta y yo resoplo con molestia.
—¡Oh, no me jodas! ¡Esa es la única respuesta que me dan ustedes dos!
—Es la única respuesta que necesitas —sip, definitivamente quiero golpear a mi hermano mayor —. Solo ve a buscarla, Evelyn.
—Bien, a eso voy. Y, antes de que me lo pidas, no le diré que estas muy preocupado por ella.
—No estoy muy preocupado, solo quiero que deje de llamarme.
—Claro, Rowan. Fingiré que te creo porque te amo.
—Yo también te amo, hermanita.
—Ahora me despido porque iré a salvar a mi gata ebria del embrollo en que se metió —él rie.
—De verdad te extrañe, pequeña rara.
Eso me hace sonreír. Termino la llamada y ordeno mis ideas; una vez más, no es tarea fácil.
Bien, Andie está en un bar ebria, llamando a su ex novio por razones que desconozco. Mi hermano no me quiere revelar esas razones y Grayson, quien es casi el hermano de mi gata, tampoco las conoce. Definitivamente, aquí hay una historia sin contar, algo que yo ya sabía ¿Es la clase de historia que incluye amor?
Esa es la clase de preguntas que no debería estar haciéndome justo en este momento.
—Grayson, apaga la cocina —digo, mientras tomo mi bolso —. Hay que salvar a una felina de un bar.
—Oh, mierda —dice él, mirándome con preocupación.
—Sí, Grayson. Mierda.
Bueno, al menos toda esta situación hacen fácil el ignorar que estoy ignorando a Lowen. Es más, ya hasta dejé de pensar en su mensaje...
Joder, y ahora vuelvo a pensar en él. Perfecto.
***
La dirección de mi hermano nos llevó a un bar que no se ve tan terrible como esperaba. Es decir, es grande y se ve que no alberga delincuentes borrachos. Eso sí, una vez entras, te das cuenta que necesitan contratar a un electricista con urgencia. Las bombillas a duras penas si funcionan, lo que está haciendo difícil esto de encontrar a Andie.
—¿La ves? —me pregunta Grayson, cerca de mi.
—A duras penas si veo mis propias manos —le respondo —. ¿Qué pasa con la iluminación en este bar?
—Ven, adentrémonos un poco más.
Me toma de la mano y nos guia más hacia el interior del bar. Noto que hay música, pero está lo suficientemente baja como para escuchar murmullos de las gente sentada en las mesas. Hay una pista de baile lo suficientemente pequeña como para que esto no parezca una discoteca y veo las siluetas de varias personas paradas en unas mesas altas diferentes a las que están más cerca de la barra.
Esta es la vida de la gente con vidas sociales activas los viernes por la noche. Yo, por lo general, leo libros y, a diferencia de lo que dice la mayoría, creo que es más probable que me quede ciega en este lugar que leyendo en la oscuridad bajo mis sábanas ¿Cuánto cuesta pagar por unas buenas bombillas? El bar está lleno, ¿acaso no venden suficiente alcohol como para cubrir ese gasto?
—Andie suele ser ruidosa cuando está ebria —me dice Grayson, cosa que es cierta —. Deberíamos poder escucharla.
—Quizá está en el baño —sugiero —. Si yo fuera una chica que acaba de llamar a su ex, seguro estaría en el baño discutiéndo con mi reflejo por ser tan estúpida.
—Eso suena a algo que harías tú, no algo que haría Andie.
—Bueno, quizá ella solo esté en el baño vomitando...¡Pero no soy la única que debe hablar con su reflejo!
—Lo que digas, Ev. Vayamos a revisar el baño.
—Sí, pero con cuidado porque no veo nada y seguro termino por...
Tropezar.
Juro que iba a decir tropezar, pero entonces me tropecé con alguien y sus bebidas calleron justo sobre mi blusa que debo admitir que solía gustarme. Ahora huelo a whisky, genial. Por suerte, el tropezón no me hizo caer al suelo solo porque Grayson me sostuvo por la espalda. Observo al hombre con el que choque, estamos lo suficientemente cerca como para poder ver que está apenado.
—¡Mierda! Lo siento, lo siento —me dice, dejando los vasos vacíos en la barra una vez más para concentrarse en mi —. Joder, que cagada. Perdóname, en serio no te vi.
Su voz es muy profunda, pero amistosa. Como en la barra hay un poco más de luz, noto que tiene barba y que sus ojos deben ser entre verdosos o azulados. Es más alto que yo y eso, además del hecho de que es absurdamente atractivo, es todo lo relevante que puedo notar con estas bombillas de porquería. Él me sonríe, intentando aligerar la situación. Luego, me ofrece una servilleta que tomó de la barra.
—Siempre le digo a mi amigo que este bar es un asco y que terminaremos por matarnos con esta luz de porquería —me dice, yo tomo la servilleta —. Estoy apenado por haberte dado un trago de una forma que seguro no esperabas, pero usaré este incidente para que el muy cabrón se de cuenta de que es momento de empezar a beber en otro lado.
—En ese caso, me alegra saber que el estar bañada en whisky sirve de algo —digo, limpiando mi blusa. Le sonrío con amabilidad porque soy un desastre social, pero la cortesía la mantengo —. Y yo también estoy apenada. No te vi venir hacia nosotros.
—Dudo que alguien pueda ver algo en este bar. Por cierto, soy Roderick Hudson. Prefiero presentarme antes de que se corra el chisme de que te bañé en alcohol y me conozcan como el imbécil que hizo algo como eso.
—El chisme no tiene porque correr, Roderick.
—Ya, mejor prevenir que lamentar —me sonríe de forma amistosa y, con una seña al cantinero, creo que pide unos tragos que reemplacen los que acaba de tirar sobre mi. Quizá pueda preguntarle a Roderick si ha visto a una gata ebria por aquí, él se ve amigable —. ¿Y cómo se llaman ustedes, o es que eso de las presentaciones ya no se hace? Siento que envejecí como unos cinco años desde que nació mi hijo porque ahora todos solo saludan como si te conocieran de toda la vida. En mis tiempos, la gente usaba su jodido nombre en lugar de solo decir "hermano".
—No te ves viejo, aunque no sabría decirte si lo eres o no. Con esta luz, no veo tus canas.
Roderick ríe y yo me sorprendo ¡Oh, miren eso! ¡No estoy siendo tan una rarita en esto de ser social! Miro a Grayson con emoción y creo que él entiende la razón por la que lo hago porque niega con la cabeza y alza su pulgar con diversión. Cuando encuentre a Andie, le diré que su aburrida favorita hizo reír a un extraño.
Seguro me preguntará si estoy segura de que no se trata de un bostezo, ¡pero eso no arruinará mi momento!
—No soy viejo, solo tengo veinticinco y ni una cana en mi cabello —me asegura y, aunque es mayor que yo, no me parece algún anciano —. ¿Me harán esperar más por sus nombres?
—Oh, perdón. Él es Grayson —señalo a mi amigo —. Es pelirrojo, solo que no se ve por la luz. Dicen que es de buena suerte andar con uno de estos. Ya sabes, como un trébol de cuatro hojas.
—Ella solo está emocionada porque es la primera vez que socializa en años —suelta Gray, estrechando la mano de Roderick —. Pero ya comienza a decir cosas tontas.
—La verdad, fue gracioso —asegura él, luego me ve —. ¿Y cómo se llama la señorita divertida?
—Soy Ev...
—¿Evelyn Rose?
Oh. Grandísima. Mierda.
¡Yo conozco esa voz!
Volteó y la luz no me deja ver bien, pero hay alguien lo suficiéntemente alto como para ser quien creo que es. Se acerca más hacia nosotros, hasta que los bombillos de la barra lo iluminan por completo. Ahora si me gustaría morir y reencarnar en cualquier animal que no se sonroje, porque estoy muy segura de que se nota que mis mejillas están del color de un tomate aún con esta iluminación de mierda.
—¿Lowen Hayes?
Creo que ambos estamos en una especie de shock, no esperabamos vernos aquí. Estamos acostumbrados a encontrarnos en la biblioteca, no en un bar y me sorprende lo diferente que es. El efecto que causaba en mi hace unas semanas no se compara en nada con el que siento ahora. Cada sensación en mi cuerpo se siente muchísimo más fuerte y creo que maldigo bajito cuando la sensación en mi vientre aparece. Digo creo, porque no sé si lo hice. La verdad, estoy muy ocupada viendo lo poco que puedo ver de él.
Tiene más barba de la que recuerdo, pero su cabello sigue igual que siempre, desordenado y aún así se ve increíble. Trae puesta una camisa oscura, ni idea de cual puede ser el color, pero se ajusta muy bien a su cuerpo y un par de botones en el cuello están sin abrochar. Este hombre si que sabe verse bien, incluso cuando no lo puedo ver del todo.
Sus ojos negros reflejan la luz de la bombilla, puedo notar que me miran de arriba hacia abajo. Esa mirada siempre me ha puesto nerviosa, ¿pero ahora? Joder, ahora es como si sus ojos fueran rayos x intentando alcanzar todo de mi. Que extraño es que estos nervios me gusten.
Al final, cuando parece que finalmente dejará de examinarme, me regala una sonrisa. Su labio se ladea de la forma en la que recuerdo y me doy cuenta de que me agrada verlo sonreír mucho más ahora que lo conozco mejor. Le sonrío de vuelta, dándome cuenta de que ya no le estoy sonriendo a un extraño.
—Sabía que debía ser tu voz —me dice. No sé si su voz suena más gruesa en persona o por teléfono, pero es impresionante de las dos formas —. Escucharte por llamada es lindo, pero debo admitir que en persona es otro nivel.
—Y tú...
—¡Aburrida! ¡Estás aquí! —hago equilibrio para no caer ante el abrazo de Andie ¿Pero de dónde salió está loca? Me besa en la mejilla y huele tanto a alcohol que aparto mi rostro con disgusto. Dios, mi amiga está mal.
Y me siento un poco mal porque debería estar pensando en ayudarla, pero pienso en que quizá si es parte gata porque solo la visión nocturna explicaría que me encontró en este lugar.
Aún abrazándome, se fija en Roderick y Lowen, quienes nos observan con atención. La muy descarada los examina a ambos y me sonríe. Siento que esto saldrá mal.
Sé que esto saldrá mal.
—¿Y quienes son tus amigos? Son sexys —me dice. Luego nota a Grayson y se arroja a él —. ¡Bebé Gray! ¡También estás aquí! Aw, tú también eres sexy a tu manera.
—Y tú estás bastante ebria —señala Grayson, sosteniéndola. Noto que ve a Lowen por instantes, pero no sabría decir porque con esta luz. Después, devuelve su atención a Andie —. Joder contigo, Andie Kat. Estás metida en un lío por el que querrás que te mate en la mañana.
—Lo certifico —le digo, pero ella se distrae contando las pecas de Grayson.
Al menos sé que ella está bien y no sin ese vestido y sobre un tipo. No quiero idiotas aprovechándose de mi amiga en este estado.
—Esperen, esperen. Tiempo fuera —dice Roderick, quien me mira a mi, luego a Lowen y me señala —. ¡¿Ella es la Evelyn Rose Lancaster?! ¡¿La bibliotecaria?!
—La misma, Rod —dice Lowen y no puedo evitar sorprenderme.
—¿Se conocen? —pregunto, aunque es obvio que si.
—¡Claro! Este es el imbécil al que le iba a contar la historia de yo bañandote en whiskey para no venir nunca más, pero ahora que sé que eres Evelyn Rose estoy seguro de que ahora no querrá irse. Quedaré ciego antes de los treinta y esa mierda si que es triste.
—Em...¿lo siento? —digo, confundida.
—Si bromea es que le caes bien —me anuncia Lowen, con una sonrisa —, o que quiere que le caigas bien. Así se comunica Roderick.
—Por supuesto que quiero caerle bien a la bibliotecaria que tiene a Lowen Hayes Regnault como todo un adolescente ilusionado. Estás jugando muy fuerte con su cordura, linda. Siéntete orgullosa de eso.
—¡Ya va! ¡¿Lowen?! —ahora Andie lo ve sorprendida y luego me mira a mi aún más sorprendida.
Quizá no está tan ebria y quizá este bar tiene más luz de la que creí porque yo en serio siento que todos están notando que me estoy sonrojando, y mucho.
Andie camina hacia él, tambaleándose, y lo observa de la forma en la que supongo que los niños observan a Mickey Mouse en Disney. Oh, Dios, yo no sé que hice para merecer pasar tanta vergüenza. Mi amiga voltea a verme y alza sus brazos en un escándalo. Lo que sea que vaya a decir hará que yo quiera cavar mi propia tumba y esconderme en ella.
—¡Por Dios, Lyn! ¡Es incluso más guapo que su foto de Wikipedia!
Me equivoqué, no quiero cavar mi tumba. Quiero cabar la de ella.
Todo es silencio por un momento y yo podría morir de la vergüenza en este momento. Luego, escucho risas y me doy cuenta de que Lowen y Roderick están riendo del comentario de Andie ¿Qué es peor? ¿Que se rían, o que se callen? ¡Ay, ya no sé, pero creo que me habría gustado quedarme en casa a comer el pato a la fruta de Grayson! Por razones como esta, yo no salgo.
—No puedo creer que te buscara en Wikipedia —carcajea Roderick y luego me ve —. Emparejaré esto y te diré que él te buscó en Facebook.
—No tengo Facebook.
—Lo que hace mucho más vergonzoso el hecho de que te buscara.
—No tengo nada de lo que deba avergonzarme —dice Lowen, encogiéndose de hombros.
—Se está muriendo de la vergüenza, esa seguridad es su escudo —me dice su amigo y me guiña un ojo con complicidad —. Vengan a sentarse con nosotros. Tengo el presentimiento de que esto será interesante.
—Debemos llevar a Andie a casa —dice Grayson, sin ánimos de quedarse.
—¡Bu! ¡Aburrido! —y por supuesto que esa es mi amiga abucheandolo.
—Su amiga está muy ebria —señala Roderick —. Será un problema llevarla a casa. Por suerte, Lowen y yo sabemos lidiar con situaciones como esta. Quédense y conseguiremos que su amiga vuelva a estar sobria en un santiamén.
—¿Santiamén? Bien, quizá si eres un poco viejo, Roderick —eso último se me escapa. Pero, en mi defensa, ¿quien dice santiámen en estos días?
—Es graciosita la bibliotecaria. Me agrada.
La verdad, debería llevar a Andie a casa y regañarla por estar tan ebria que incluso parece que no puede mantenerse bien de pie. Una buena amiga la empujaría al auto y luego dejaría que Grayson le preparara una buena sopa se pollo mientras la obligo a darse una ducha. No obstante, debo admitir que en serio me estoy debatiendo la opción de quedarme. Culpo a cada sensación que Lowen está provocando en mi, me están volviendo una mala amiga.
Porque justo ahora recuerdo que él prometió besarme y mi voluntad está fallando.
—Evelyn Rose —pronuncia mi nombre entero y suena tan bien que asusta. Me sonríe una vez más y me dice unas palabras que finalmente me convierten en la peor amiga del mundo —: quédate.
Así que nos quedamos aún cuando sé que lo correcto es irme a casa, pero no es como si dejaré de cuidar a Andie mientras estemos aquí. Grayson me mira con desaprobación y lo entiendo, pero eso no me detiene ni me hace sentir peor. Roderick tiene razón, todo este asunto se puede tornar en algo muy interesante.
Y la noche acaba de empezar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro