Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

(IV) Cejilla

Aurora

Era una porquería de las grandes el hecho de compartir gimnasio con Noah Flutygerl.

Aunque muchas envidiarían mi posición, el hecho de estar cerca de aquel, según muchas seductor, cantante, solo me hacía maldecir el universo.

Y lo peor es que ya no había más nada que hacer, puesto que como ya habíamos discutido, yo no me cambiaría de gym y no había días en los que él no fuera.

Sin mencionar que mis horarios eran así para que me alcanza el tiempo a ir a entrenar, a la uni y al trabajo.

Sobre sus horarios... Realmente no tenía tanta idea, pero no le pediría que cambiara eso... o no por ahora, si me molesta mucho, a lo mejor me lo pienso.

Porque al ser tan famoso y "atractivo" -notense las comillas- era de los chicos más deseados, pero eso era claramente porque nadie lo conocía realmente.

'Lo peor que te puede pasar es conocer a tu ídolo'; alguna vez había escuchado aquella frase, y ahora comenzaba a cobrar sentido, ya que lo egoísta y engreído que era Noah estaba a otro nivel.

"Disfrutar las vistas", pedazo de imbécil.

Yo seguí mi entrenamiento con normalidad, intentando cruzarme lo menos posible con el estúpido cantante.

Al terminar el último ejercicio pendiente de mi rutina, voy a por un café y luego a la uni.

Las clases aburridas, los recreos lo único destacable, ya que los paso con Danisha.

En el trabajo: igual que siempre. Daliah, siendo la clásica chupa medias del patrón, y esparciendo, igual que siempre, su mierda sobre mí.

Era mi compañera en la tienda de regalos en la que atendía, y era la definición de hipócrita.

Una de esas víboras que se dedican a desgastar su veneno en el resto y rebajar sus inseguridades aumentando la de los demás.

Y, por más idiota que fuera, debía admitir que hacía bien eso de afectar. La cantidad de heridas que había provocado aquella rubia malvada eran increíbles.

Seguía sin acostumbrarme a su mierda, lo admito, pero debía vivir con ésta cada día de trabajo.

Lo que importa es lo que pasó luego, específicamente, cuando llegué a mi casa y revisé mis notificaciones.

Un mensaje de Nortemis destacaba.

Yo ya estaba preparada mentalmente para que lo de la cita no se cumpliera, aunque, en realidad, mis expectativas sobre ganar la apuesta estaban más altas que nunca. Pero debía tener un poco de pesimismo para no llevarme la decepción si no funcionaba.

Nortemis: Es un sí.

Aurora: ¿Hablas de lo que yo creo?

Nortemis: Si lo que crees trata sobre la cita a ciegas, sí. Estoy hablando en este momento con él para ver cómo harán para chatear sin ver su foto de perfil.

Nortemis: Dice que te escribirá, y que, cuando lo agendes, en ajustes, programes el chat para que no pueda ver tu foto ni nada que tenga que ver contigo.

Aurora: Comprendido. Gracias, Nortemis, te debo un favor.

Nortemis: No hay de qué :)

Así que ya estaba. Era así de fácil.

Una solución sencilla, a decir verdad.

Solo necesitaba que el chico en cuestión me escribiera y ya empezaríamos con ésto, supongo.

Desconocido: Soy tu cita a ciegas.

Aurora: Y... ¿Cómo te agendo, misterio?

Desconocido: Creemos un seudónimo para cada uno.

Desconocido: Puedes llamarme 'Cejilla'.

Aurora: ¿Y eso? ¿Tocas guitarra?

Cejilla: ¿No sé supone que no debo brindarte nada de información personal?

Aurora: Dah, eso no es info personal.

Aurora: Por cierto, puedes decirme 'Amanecer'.

Lo admito, no era el apodo más original o rebuscado del mundo, pero estaba bien que tuviera alguna lógica; no creo tampoco que él se ponga a sobreanalizar tanto como para descubrir la conexión entre mi nombre y el amanecer.

Cejilla: Sí, Amanecer, toco la guitarra.

Amanecer: Así que me estoy hablando con un músico, Ou Lala.

Cejilla: Toda una afortunada.

Amanecer: No lo sé, quizás solo me estás mintiendo, o peor: quizás Nortemis confío en su amigo, pero éste lo traicionó y le pasó mi número a un viejo secuestrador.

Cejilla: Ups, me descubriste.

Amanecer: Debería haberlo supuesto cuando Nortemis me propuso ésto.

Cejilla: #Atrapada.

Debía admitirlo: mi sentido del humor estaba tan roto como el suyo, y chistes así de estúpidos eran los que me sacaban risitas.

Amanecer: ¿Atrapada? ¿Debo suponer que eres mujer y todo ésto fue un engaño?

Cejilla: Eres buena resolviendo acertijos.

Cejilla: Como sea, volviendo a lo de las citas: ¿Cuándo puedes? Y, ¿Se te ocurre algún lugar que no delate nuestras identidades? O sea, no puede ser ninguna de nuestras casas.

Amanecer: En cuanto a la fecha: ¿Este sábado?

Amanecer: Y, con respecto al lugar... Déjame que lo consulto un segundo y te respondo.

Salí del chat con Cejilla para enterarme en el de la primera opción que se me ocurrió: Nortemis.

Iba a escribirle, originalmente, a Danisha, pero, claro, no aceptaría, puesto que no quería que ganará la apuesta y no iba a ayudarme a hacerlo.

Pero, en cambio, podría escribirle a Nortemis y ganar la misma ubicación.

Sí, era una buena opción; la casa de éstos era inmensamente grande y ocupaba varias zonas que se dividían por una pared, pero que el sonido pasaba para ambos lados.

Aurora: Nortemis, te pido otro favor: ¿Podemos usar tu casa para las citas?

Aurora: Por favoooor.

Nortemis: Agradece que te tomé cariño.

Aurora: El sábado, a las cuatro de la tarde... ¿Te parece?

Nortemis: Los espero aquí. Eso sí: ustedes preparen las cosas para su cita y todo eso, yo no pienso hacer nada de eso.

Aurora: ¡Entendido! ¡¡Graciasss!!

Le comuniqué todo a Cejilla, aclarando que yo llegaría diez minutos antes para acomodarme, y, que sea puntual para que no nos cruzaramos, por ejemplo, en la puerta.

¿Cómo había sucedido todo tan magníficamente bien?

***

—Ya puedes ir proponiendo al Monstruo tu cita con él— al acercarme a mi mejor amiga en el recreo del siguiente día, le digo.

—Meh, todavía me tengo fé.

—Ya tengo su número— sonriente le cuento y le muestro en mi celular su contacto.

—Eh, eh, eh, alto ahí, señorita— imitando el meme me detiene —. ¿Recuerdas que todo tiene que ser sin verse a las caras?— asiento con la cabeza.

Abro la conversación y muestro ante sus ojos la prueba de que estaba siguiendo sus reglas... Sin mostrarle la última parte, en la que declaraba que la cita sería su casa y que, por lo tanto, ella estaría ciertamente involucrada.

—No sé ni siquiera su nombre— aclaro —, él me llama 'Atardecer' y yo lo llamo 'Cejilla'.

—¿Y estás segura de que tiene nuestra edad y todo eso? Para que no estés hablando con un viejo loco...

—Eh, sobre eso... El número me lo pasó tu hermano— digo —, aunque, no habíamos acordado ninguna regla que lo impidiera.

—Está bien— aprueba —, ¿Cómo más podrías hacer si no?

—Gracias a Dios que no te enojas— dejando un abrazo de lado comento.

—¿Cuándo es la primera cita?

—Este sábado— respondo —, y... es en tu casa— soltando algunas risas —, lo lamento.

—Ahgt— volteando los ojos (aunque en realidad había aprobado la idea) dice —, tendré que soportar el olor a amor en mi sala de estar.

Ambas soltamos unas cuantas carcajadas mientras disfrutamos lo que queda de recreo.

—Nos vemos luego— digo, marchando a clases cuando el timbre suena.

***

Trabajar en una tienda de regalos era aburrido.

Cuando alguien interesante entraba a la tienda, Dahlia casi que corría a atenderlos, mientras que yo me encargaba de siempre el mismo tipo de personas que estaban siempre indecisas, o si aún, adolecentes.

—Hola, chicas— al ver unas chicas de aproximadamente doce años entrar al local, saludo. Dahlia ya prácticamente se había escapado _, ¿Buscan algo específico?

—No...— con voz tímida, cuando sus amigas la presionaron para que sea ella quien hablara, dice una de las chicas —... sólo estamos viendo.

—Sí, llámenme cualquier cosa— sabía que solo entraban a la tienda para jugar y divertirse, y no las culpaba, yo hacía lo mismo, pero debía mantenerme cordial igualmente, ese era mi trabajo, después de todo.

Dahlia me regaló una mirada desaprobadora, como siempre. No la soportaba, y ella mucho menos a mí.

—Buenas, Dahlia— mi patrón al llegar saluda. Se gira hacia mí, con cierto desagrado notable —. Hola a ti también, Aurora.

El odio que mi jefe me tenía era innentendible. Qué le había hecho yo a las personas involucradas en mi trabajo como para que me guardaran rencor era todo un misterio.

—Hola— respondo yo por educación. Dahlia solo le sonríe. O sea, ella ni siquiera le dirigía la palabra y la trataba mejor, ¿Qué hice yo?

Al terminar mi turno, vuelvo a mi casa, algo amargada por los tratos de mi compañera de trabajo.

Y ese día me había tratado el doble de bien de lo que siempre solía, así que pueden imaginar lo víbora que es.

—Hola— anunciando mi llegada, grito, dejando mis llaves en la cocina, donde estaba Josef.

—¿No deberías estar en el cine?— pregunto. Él trabajaba como vendedor de comida (si no me equivoco) en un cine por el centro de mi ciudad, y, según yo, su horario terminaba más tarde.

—Me han cambiado los tiempos— explica, sin despejar su mirada de su teléfono. Veo en su cara una sonrisa y noto como se ruboriza ligeramente. ¿Hablando con alguien?

Me voy de la escena, sin querer interferir, sobre todo porque no quería que eso terminara en discusión.

Abro mi celular y veo entre mis notificaciones un mensaje de Cejilla.

Una sonrisa me consume, ahora a mí, mientras subo las escaleras para encerrarme en mi cuarto.

Cejilla: ¿Qué hace, señorita Amanecer?

Amanecer: No mucho, sólo volvía del trabajo, ¿Tú?

Cejilla: Práctico guitarra. Te dedico mi acorde frustrado de Sol.

Amanecer: Que romántico.

Cejilla: Lo cursi es parte de mi ser.

Amanecer: Lo noto, súper meloso.

Cejilla: ¿En serio? ¿Crees que soy cariñoso?

Amanecer: Mucho.

Cejilla: Yo y las apego ansioso cuando:

Lo admito, Cejilla lograba sacarme algunas sonrisitas demás. Me reía demasiado con él, y eso que todavía no lo conocía en persona.

¿De dónde sacaba tanta originalidad para hacer chistes?

Amanecer: Apego ansioso, ¿eh? A mí me va más bien esa etiqueta de 'Corazón de Pollito'.

Cejilla: ¿Muy débil? Entonces este fortachón te protegerá de todo mal que se atreva a intentar romper ese corazoncito.

Y por encima, además de ponerme roja por las carcajadas, me ponía roja por otros motivos.

Amanecer: Al fin un hombre de buenas intenciones, había escuchado que todos eran iguales.

Cejilla: Ahí está la diferencia: yo soy hombre, ellos son niños.

Amanecer: ¿Y quién te da esa seguridad para decir que eres un hombre? Tu sentido del humor es infantil...

Cejilla: ¿Infantil yo? No tiene lógica, recuerda que yo soy una vieja acosadora.

Amanecer: Cierto, pero ¿Eso implica que seas sabia?

Cejilla: Claro que sí, Amanecer, "el diablo sabe más por viejo que por diablo".

Amanecer: Sí, está bien, si empiezas a utilizar versos como ese es señal de que eres una viejita que cose junto a sus veinte gatos.

Cejilla: Garfield y Pelusa te envían saludos.

Amanecer: Respondéles con un gruñido de mi parte.

Cejilla: ¿Cómo así? Solo suelto rugidos sin ropa.

Y, para colmo, era un pervertido.

¿Qué te haces? Si sabes que te encantan los perversos.

Amanecer: Grr.

Cejilla: Estaré bien con eso, pero prefiero que gimas mi nombre.

Amanecer: Sólo falta que sepa cuál es tu nombre.

Amanecer: Por ahora va esto: ¡Cejilla!

Cejilla: Lo leeré con connotación sexual.

Amanecer: Exacto, eso es lo que tienes que hacer. Cuando nos conozcamos a lo mejor te regalo uno real.

Aparté mi celular inmediatamente luego de enviar aquel mensaje. Mierda, eso había pasado mis niveles de atrevimiento.

Pero mi teléfono sonó, haciendo que la curiosidad me hiciera levantarlo para ver que había respondido.

Cejilla: Mi pene te lo agradecería.

Mierda. No entendía cómo hacía Cejilla para que, en vez de sentirme incomoda con ese mensaje, me sonrojara fuertemente. Casi que podía imaginar mi cara de un color tomate.

Entonces, asegurándome de que nadie fuera de mi cuarto pudiera escucharme, grabé un audio.

----------------------------★-----------------------------
NOTA DE LA AUTORA: Me encanta este capítulo, lo amo, lo amo.

JAJAJ, LA RE EXAGERABA.

Como ven, cosas importantes han sucedido *suelta un gritito loco*.

Les dejo este reglón para que se desgasten y comenten sus gritos enamorados.

Bueno, lo de enamorados no sé, yo sí que estoy hipnotizada por Noah y Aurora.

¡Besitos hiper felices junto con saltos alegres!,
Ratita 🐀🐭.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro