𝑁𝑢𝑒𝑣𝑒
Le duele la cabeza de no haber dormido y de los gritos de los Delegados europeos quejándose de que ahora Hogwarts tiene dos campeones y es injusto. También es injusto que ella esté de pie y nadie se haya molestado en llevarle un café mientras que el resto de Delegados tiene uno en la mano. Recién hecho.
Encima ha llegado tarde y todos se han quedado mirando porque también llegaba con la maleta. La mirada que le ha lanzado el Delegado McAffee es de disculpa por haberla llamado de esas formas, pero la verdad es que Dawn no le culpa, lo que ha pasado requiere que intervengan, que haga algo.
Primero escucha todas las quejas, o al menos lo intenta porque con tanto grito a la vez solo consigue oír trozos de lo que está pasando. Lo malo es que todos estaban presentes en Hogwarts menos ella, así que es la única que tiene que montar toda la historia. Consigue entender que se eligieron tres alumnos sin ningún tipo de problema: Delacour, Krum y Warrington; y que luego el Cáliz de Fuego había expulsado un nuevo nombre, el de Harry Potter.
—¡Exigimos más representantes para nuestros colegios! —grita entonces el Delegado de Islandia y Dawn siente la tentación de llamarle gilipollas.
—Lo que deberíamos hacer es sacar a Potter del Torneo, no meter a dos personas más —dice Dawn y los murmullos recorren la sala.
—¿Por qué deberíamos sacar a Potter? ¡El cáliz le ha elegido!
Dawn se gira rápidamente para mirar a Aidan. Diría que no se esperaba eso, pero sí que lo hace, se espera perfectamente que diga eso de un crío. También se lo espera, lamentablemente, del Delegado McAffee y de los Delegados de Francia, Croacia y Bulgaria. El resto no dicen nada, solo miran al suelo, incluso Damiano, que juega con su taza de café.
—Tiene catorce años, Delegado Callaghan —le recuerda Dawn, pero parece que a Aidan le importa más bien poco porque se pone en pie.
—Cuando los participantes echan su nombre en el cáliz forman un contrato con él, no se puede romper así como así —Aidan sigue con la idea fija en la cabeza y Dawn tiene que cerrar con fuerza la mano para evitar contestarle.
Saca lo peor de ella, aunque no lo demuestre. Una y otra vez consigue sacarla de sus casillas, provocarla hasta que le conteste a gritos. Es lo que busca mucha gente, sacarlos de sus casillas, lo ha visto muchas veces con su padre cuando tiene que arrestar a alguien. Pero no va a sacar lo peor de ella, no delante de tanta gente al menos.
—No está preparado, tiene catorce años, ¿acaso ha olvidado las reglas, Delegado? —responde Dawn con una tranquilidad que no siente.
—Por muy de acuerdo que esté con la Delegada Lewis, no podemos negar que el Delegado Callaghan tiene razón.
Damiano se pone en pie y avanza hasta Dawn. Le guiña un ojo cuando le da la taza de café y Dawn pone los ojos en blanco, pero le da un sorbo a la taza. Necesita que la cafeína haga efecto cuanto antes porque si no no va a poder aguantar la reunión.
—Potter ha firmado un contrato con el cáliz, no podemos sacarle así como así. Ahora bien, creo que sí que puede estar preparado —dice y los murmullos llenan la sala, mostrándose algunos de acuerdo y otros en desacuerdo—. Antiguamente en el Torneo de los Tres Magos no había límite de edad.
—Por eso lo establecimos para este, Delegado Santoro —dice el Delegado Neagu y Dawn no puede evitar sonreírle—. Estoy de acuerdo con la Delegada Lewis, no deberíamos dejarle participar.
—Agradezco el apoyo a mi Delegada, Neagu, pero no podemos hacer eso, lo sabes —responde McAffee y Dawn solo suspira—. No podemos sacar a Potter, pero tampoco podemos meter a más gente, el cáliz no aceptará a nadie nuevo.
—¿Entonces qué propone, Delegado McAffee? —pregunta la Delegada francesa y McAffee se pone en pie.
—Investigar cómo un muchacho de catorce años ha conseguido colarse en el Torneo. Aumentaremos la seguridad para que no corra ningún riesgo.
—¿Y cómo va a enfrentarse a un dragón? ¿Acaso sabe algún hechizo para permanecer bajo el agua durante una hora? ¿Y el laberinto? ¿Podrá defenderse de todas las criaturas si en el curriculum de Hogwarts no se enseñan hechizos defensivos hasta quinto para los TIMOS? —pregunta Dawn, cruzándose de brazos.
Espera que McAffee la regañe con una mirada, en su lugar lo que recibe es una mirada de admiración y un asentimiento. No sabe cómo sentirse con respecto a eso, ¿de verdad lo está haciendo bien? ¿De verdad oponerse a lo que dice su Delegado es que lo está haciendo bien?
—¡Seguirá siendo injusto para nuestras escuelas! —grita entonces el Delegado ucraniano y vuelve a montarse una gran discusión en la sala.
Dawn le vuelve a dar un trago al café que le ha dado Damiano y él se ríe.
—¿Qué te pasa, Delegada Lewis? ¿Alguno de los cuidadores de dragones te ha domado esta noche? —se burla de ella y Dawn no tarda en darle un golpe en el brazo. Mierda, le acaba de confirmar lo que ha dicho— ¿Es en serio? ¿Eso es lo que has hecho esta noche, Dawn Lewis?
—Cállate ahora mismo —le susurra, poniéndose roja y Damiano se tiene que tapar la boca porque no deja de reírse.
—Ahora entiendo por qué parecías radiante cuando has entrado. Y encima has llegado tarde, Dawn, no me esperaba esto de ti.
—Por Morgana, Damiano, ahora no —le susurra y parece que a él le divierte lo que acaba de decir.
—No te preocupes, seguimos hablando luego —responde él y entonces levanta la mano—. Opino como el Delegado McAffee, aunque eso estropee las posibilidades de mi colegio.
Dawn no tiene claro lo que han dicho porque estaba demasiado ocupada intentando no ponerse roja, pero está claro que Damiano sí que ha sido capaz de mantener dos conversaciones a la vez. Con cualquier otro tema Dawn hubiera sido capaz, con ese no.
—Yo opino que deberíamos sacar a Potter, aunque eso rompa el contrato del cáliz —dice entonces el Delegado Neagu y Dawn sonríe.
Esa vez sí que lo ha oído.
—Opino como el Delegado Neagu —añade ella, alto y claro, logrando que todos la miren, incluido el Delegado McAffee que sonríe con orgullo.
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—¡Van a dejar que un niño de catorce años participe, tía, de catorce años! —grita Dawn mientras que comen a su tía, que no puede evitar sonreír ante el enfado de Dawn.
—Menos mal que alguien tiene cabeza en ese sitio —le responde y Dawn niega.
—No he sido la única, Rumanía, Chipre, Finlandia y Noruega me han apoyado —pincha un trozo de acelgas y se lo mete rápidamente en la boca para poder seguir hablando—. Pero por ejemplo Damiano ha votado como el Delegado McAffee, que siga y solo investigarlo, ¡no lo entiendo, le perjudica!
—Los cambios van lentos, Dawn, lo sabes —dice Adalynn y Dawn suspira—. Acabas de entrar al puesto, date un tiempo. Y si no saca el genio de los Crouch, seguro que con eso...
—No voy a sacar el genio de los Crouch —responde Dawn rápidamente y su tía se ríe—. ¡No puedo dejar que me saquen de mis casillas!
—Por supuesto, tesoro, pero ¿conmigo puedes?
—Tú no me vas a echar del trabajo, tía, como mucho me mandas ordenar el jardín —la apunta con el tenedor y su tía niega.
—Yo no haría semejante cosa —dice, fingiendo estar escandalizada.
Las dos ríen y Dawn empieza a contarle como ha sido la reunión. También le habla de que han aprovechado y Dawn ha contado todo sobre su estancia en Rumania.
Bueno, todo no, porque en el fondo de su mente sigue todavía su noche con Charlie, algo que todavía no se ha parado a pensar en ello y que está intentando dejarlo apartado en esos momentos porque sabe que, si piensa en ello, no va a acabar bien.
—Parece que se han quedado tranquilos, aunque no sé que van a hacer desde el Santuario ahora que hay un campeón más —dice Dawn y su tía se encoge de hombros.
—Quizá usan de nuevo a uno de los dragones, traer tres ya me parece una locura.
Suena como una idea lógica, así que Dawn asiente y le sigue hablando a su tía del Santuario. Le habla de Irina, le habla de Müller y también le habla de Wallace. Deja a Charlie fuera, a pesar de que su tía sabe perfectamente que Dawn ha estado con Charlie en esas dos semanas. Es imposible no notarlo, Dawn es perfectamente consciente de que todos van a notar que está mucho más contenta.
—Me han dicho también que puedo volver de vacaciones y que puedo llevarte —le dice a su tía y ella se ríe.
—Te lo agradezco, tesoro, pero los dragones... —responde su tía y Dawn no puede evitar dejar de sonreír.
Pero lo oculta rápidamente.
—No importa entonces, podemos visitar Rumanía igualmente, no me ha dado tiempo a comprar ninguna bola de nieve allí y...
Dawn empieza a hablar sin más. Va soltando sitios aleatorios que pueden visitar, como la playa que da al mar Negro o como pueden intentar encontrar el castillo del supuesto conde Drácula del que hablan los muggles. También empieza a hablar de las posibles bolas de nieve que puede encontrar en Rumanía y cómo va a encantarla para que refleje el viaje por el que la compraba.
—Compraré dos, una por el Santuario y otra por el viaje contigo —termina diciendo y su tía sonríe.
—¿Y por qué tantas ganas de volver, Dawn?
La respuesta de Dawn es que no le ha dado tiempo a hacer turismo. Aprovecha para ponerse en pie y empezar a recoger los platos de la comida como si nada mientras que sigue hablando de todo lo que debería haber estado haciendo ese día y de cómo, en su lugar, lo ha perdido en el Ministerio de Magia discutiendo con un montón de magos idiotas.
Vuelve a evitar pensar en Charlie durante ese día. No piensa en él durante la noche. Pero aparece en sus sueños, acariciándola, tocándola, besándola.
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Por lo visto debía de estar de vacaciones hasta que fuera la primera prueba del torneo en Hogwarts, pero con los acontecimientos recientes es imposible que tenga vacaciones. El papeleo que llega al Despacho de ambos Delegados es tal que el propio McAffee tiene que ir a buscar a Dawn a casa de sus padres para que la ayude con él.
Por supuesto, todos aquellos que han apoyado la idea de McAffee buscan algo a cambio. Y lo buscan, en lugar de con reuniones, con papeleo. Porque han hecho algo muy gordo por el Delegado de Gran Bretaña y necesitan algo a cambio para sus países ya que están perjudicando a sus escuelas de magia.
Así que Dawn bucea entre documentos, un día tras otro. Noviembre avanza lento y seguro mientras que las ojeras de Dawn también empiezan a crecer. Ella y McAffee son los primeros en llegar y los últimos en irse, algo que a los padres de Dawn no les hace ninguna gracia.
Por eso su padre le da un día libre a Nymph.
—Te vienes a comer conmigo para que te de la luz del sol —le dice a Dawn cuando entra en el despacho, pero ella no levanta los ojos del nuevo documento.
Bélgica reclama tantas cosas que el documento tiene cerca de trescientas páginas y todavía está en la setenta y tres.
—No puedo, la fecha de entrega de esto es en tres días y, como puedes ver, voy fatal —le responde, levantando un poco el documento, pero lo tiene que bajar rápidamente para poder marcar en una página que están pidiendo una locura al exigir una parte de la academia de Beauxbatons en la que solo puedan entrar los alumnos belgas.
—Dawn, no es una opción, me ha mandado tu padre, es mi trabajo de hoy —responde la chica y, por fin, Dawn levanta la mirada de la letras.
—¿Qué ha hecho qué?
—Tendrías que verle, me ha suplicado que venga a sacarte de aquí. Así que vamos, me ha dicho que me dará un día libre en cuanto pase el examen.
Nymph se mete en el despacho y tira de Dawn hasta la puerta, a pesar de las quejas de la chica por tener que salir de allí. El Delgado McAffee además, en lugar de agradecer que Dawn le ayude, le agradece a Nymph que la saque del despacho.
—Todos unos traidores, tú, Ian y mi padre—murmura la chica cuando se sientan en el local de comida rápida.
A Nymph le encanta comer en Nando's por algún motivo que Dawn desconoce. La sutilidad de la chica no es la suficiente, por lo que siempre que pide algo allí tiene que ser para llevar ya que no tardarían en descubrir que es una bruja. Sin embargo, con Dawn delante, actúa como contención para la auror.
—¿Y bien? ¿Qué tal en Rumanía? —pregunta Nymph una vez tienen la comida en la mesa y Dawn se encoge de hombros.
—Bien, han sido muy simpáticos conmigo, creo que Irina te caería bien, Nymph.
—¿Solo bien?
—¿Qué es lo que intentas? —aunque es obvio, Dawn lo pregunta y Nymph finge que no sabe de lo que le está hablando y come una alita de pollo.
Obviamente quiere que le hable de Charlie, porque seguro que ella sabe que Charlie está en el Santuario de dragones de Rumanía.
—Están deliciosas, como siempre. Aunque si mi madre se entera de que he vuelto a estar comiendo esto...
—No cambies de tema, Nymphadora —lo dice para provocarla y vaya que si funciona. Tiene que tirarle una patata porque la raíz del pelo de Nymph empieza a ponerse roja, a pesar de que ella no parece estar ni enfadada.
—Eres como mi madre, es increíble —le responde y coge la patata que Dawn le ha tirado para comerla—. Sois las únicas capaces de usar ese nombre tan horrible.
—No está tan mal, venga, podrías llamarte Aidan—responde Dawn y a Nymph casi se le sale el refresco por la nariz.
—¿Ese no es tu Delegado? —le pregunta y Dawn casi se ahoga con el pollo.
—¿Pero qué estás diciendo?
—Son los rumores del Ministerio, dicen que estás liada con Callaghan, os han visto hablar y llamaros por el nombre, por lo visto eso es algo serio entre los Delegados —responde Nymph, como si Dawn no supiera de lo que está hablando.
—Es un idiota —dice Dawn y Nymph se encoge de hombros.
—Si es un idiota o no a mi me da igual, lo que quiero saber es si te ha follado bien —le contesta, riéndose y Dawn vuelve a tirarle una patata.
—Eres una guarra.
—Sí, lo seré, pero viniste de Rumanía con cara de haber follado, así que...
Se queda pensando unos segundos. Dawn aprovecha para morder una alita y beber de su refresco. Tonks abre la boca y luego la cierra. Dawn vuelve a beber y la mira.
—No me lo puedo creer —susurra, abriendo mucho los ojos.
—¿El qué? —fingir está bien, sí puede fingir que no tiene ni idea de lo que está hablando Nymph.
—Fue Charlie —susurra y Dawn está sorprendida porque ha conseguido dejar a Nymphadora Tonks sin casi palabras—. Joder, Dawn.
La felicidad que le queda a Dawn de ese encuentro de hace dos semanas desaparece. Porque Nymph con solo dos palabras le ha hecho ver que ha hecho una locura. Se ha acostado con él, como si no hubiera pasado ni uno solo día desde que rompieron. Ella no va a dejar todo por él y él no va a dejar todo por ella. Sus trabajos son más importantes, es demasiado difícil compaginar todo, ya lo vivieron y ahora lo será incluso mal.
—Mierda, Nymph, mierda —susurra Dawn, notando como los ojos se le llenan de lágrimas.
Nymph cambia rápidamente de sitio al lado de Dawn y no tarda en abrazarla, notando como la morena empieza a llorar. Nunca se le ha dado bien consolar a la gente, pero lo intenta con Dawn y a ella le vale. Solo necesita que nadie vea cómo pierde el control, como llora por haberse acostado con su ex y haber pensado que era lo mejor que le pasaba en los últimos años.
—Sé que no quieres oír esto ahora mismo, pero como tu amiga tengo que decírtelo —dice Tonks cuando ve que Dawn se ha calmado un poco y se ha alejado de ella lo suficiente como para poder limpiarse las lágrimas—. No os hagáis esto. Rompisteis porque no os veíais, ¿no? Si no vais a cambiar eso y dejar vuestros trabajos un poco más en segundo plano no volváis a intentarlo, no podéis volver a iros y...
—Tienes razón, he sido idiota, no pensé y... —responde Dawn, notando como todo vuelve.
Ella tiene planes, unos planes concretos. Será Delegada, la única Delegada de Gran Bretaña cuando McAffee se jubile por fin. Además, quiere seguir subiendo en la Confederación, quiere poder llegar a ser la Jefa Suprema. Durante la noche con Charlie no pensó, dejó que todos sus planes, sus ideas, pasaran a segundo plano solo por un poco de placer.
La noche con Charlie fue por placer.
Tiene que convencerse de ello, se lo repite, se lo dice a Nymph y la chica solo hace una mueca, pero acaba asintiendo.
—No creo que sea verdad, pero... —dice y suspira—. Os perdí a los dos cuando rompisteis, Dawn, no hagáis eso otra vez, si no sois capaces de hablal no lo intentéis de nuevo.
—No puedo volver a intentarlo, lo sabes, Nymph, con el trabajo yo... sabes que no puedo, por mucho que quiera... no funcionaría.
—Si quisieras sabes que podrías, Dawn, los dos podríais.
Guardan silencio durante un minuto, lo justo para que Dawn lo pueda procesar. Podrían. Nymph piensa que podrían volver a intentarlo. Pero también ha hablado de los trabajos de los dos y ella no va a dejar el suyo y sabe que Charlie tampoco va a hacerlo. Y a ella no se le ocurriría pedírselo. Lo correcto es eso, ignorarlo, no volver a intentarlo. No se van a volver a ver, ahora que sabe que está en el Santuario lo único que tiene que hacer es no volver.
Nymph empieza a hablar de su entrenamiento como auror, de lo fácil que es prepararse para el camuflaje, pero lo que le cuesta andar sin tirar nada. Y como si quisiera demostrarlo, antes de irse tiene que tirar el vaso de agua que Dawn había pedido.
—No sé cómo voy a aprobar, de verdad, tu padre ya no sabe que hacer conmigo, si consigo chocarme hasta con lo que está lejos —se queja y Dawn se ríe.
—No seas exagerada, Nymph, estoy segura de que no puedes tirar las cosas a distancia.
Esa misma noche su padre le confirma que, en efecto, Nymph es capaz de tirar incluso las cosas que están a metros de ella.
—Empiezo a pensar que está maldita o algo así —le dice su padre, con un tono de mezcla entre broma y seriedad—. ¿Te ha servido que te haya mandado a Tonks?
—Muchísimo, gracias, papá.
Le abraza antes de irse a dormir. Es el primer día desde que volvió de Rumanía que ha podido cenar con sus padres y lo agradece profundamente porque siente que la cabeza va a explotarla. Quiere aprovecharlo para dormir pronto e intentar dormir todo lo que no ha podido en las últimas semanas.
Pero no puede dormir, no sin pensar en el error que cometió acostándose con Charlie.
Cuando se levanta le duele aún más la cabeza de lo que le dolía cuando se acostó, pero a Dawn le da igual. Tiene un plan, no va a desviarse más de él, por eso el Delegado McAffee la encuentra ya en su puesto cuando llega, con la tercera taza de café del día.
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Parece que Dawn solo ha tenido una idea en su vida y es la de hacerse lo más infeliz posible. La pobre es muy tonta la verdad, pero la quiero muchísimo es que ay mi niña.
Luego... ¿algún detalle distinto por aquí? Que cosas pasarán ahora con ese pequeño cambio... Yo las sé porque me han arreglado una cosa para dentro de bastantes capítulos JAJAJAJA
Hasta la semana que viene en el capítulo diez, creo que es uno de los que más me gustan también no y me creo que sea ya el diez es que-
Mil gracias por leer 💜
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