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10 El principio de la amistad

Pasado

April no es para nada como la imaginaba o con el concepto que tuve de ella, tengo que confesar que mi miedo por perder a mi hija era grande, pero ella me ha dado la calma que necesitaba y me aclaró que ella no quiere quitarme a Rebecca, ella es muy feliz conmigo y no le haría eso a nuestra hija. Cuando uso esa palabra, algo en mí se mueve, ni siquiera Pietro alguna vez dijo que ella era nuestra y no es que Rebecca sea una propiedad u objeto, pero después de todo, un poquito de ella me pertenece en mi corazón, donde se ha metido desde el primer día que sus ojitos negros al mirarme me derritieron.

Ella ya lleva 6 meses en nuestras vidas, digo nuestras por que su presencia nos afecta a todas. Yo tenía que marcharme para mis clases, había vuelto a estudiar para terminar mi tesis y recibirme al fin de licenciada en letras, después seguía un doctorado, un sueño ambicioso el cual iba a llevar a cabo.

April venía bastante seguido y me ayuda a cuidarlas a ellas, mis padres no están muy contentos ya que era tiempo lejos de sus nietas y tampoco entendían como yo me había tomado tan bien que ella volviera y la dejará estar cerca de Becca, pero después de todo de saber sus motivos, no podía ser egoísta y negarla a nuestra hija.

—Bien me tengo que ir ya voy tarde, que Mel haga la tarea y Becca tiene que ir a violín. Avísame si tengo que comprar algo para la cena.

—Sí, se. Escucha llevamos esta rutina hace meses, sé todo lo que hay que hacer ahora ve tranquila.

La beso en la mejilla ella se queda congelada y salgo a mi auto, me subo dirigiendome a la universidad, no es hasta que en un semáforo me pongo a pensar en la manera en la que me despedí y su reacción de quedarse congelada. Lo hice sin pensar, solo la saludé estaba apurada.

—Me doy un golpe en la frente y me entra una llamada— Hola April ¿Pasó algo?

—Saldremos con las chicas a comer ¿Puedes traer algo para cenar o pedimos pizza?

—Si ellas hacen la tarea y se portan bien, pidamos pizza y que les parece jugar un juego de mesa, total mañana es sábado y nos podemos acostar tarde ya que no hay escuela.

—¡Siii!

Se escucharon los gritos de nuestras hijas atrás. Espera, de las chicas, nuestra es solo Becca

—Genial entonces pediremos pizza, nos vemos más tarde. Te mandamos un beso mamá.

Dijeron las tres y con una enorme sonrisa boba llego a la uni. ¿A quién quiero engañar? Si Mel es tan suya como mía, ella es muy apegada a April, aunque la más reticente sigue siendo Becca. April le enseña a tocar el piano como la gran concertista que es y eso las ha acercado un poco más, creo que la música está un su ADN y eso las une un poco, aunque ella no la recuerda y se parecen bastante madre e hija, Becca no le da importancia ya que es tan diferente a Mel y a mi, con su cabello y ojos negros, hasta una vez pensaron que era hija hasta de Eva.

Por ese motivo no le da importancia, se podría parecer hasta al chófer del autobús, porque ella dice que es demasiado común, no es como ser pelirroja.

—Estoy exhausta —digo tirándome al sillón— ¿Ya pidieron pizza?

—Sí —corre Mel subiendose encima para abrazarme— mami ¿Puede quedarse April? Nos invitó mañana al zoológico y podemos levantarnos, desayunar para irnos.

—Así que zoológico.

—Le dije que primero hablaría contigo para pedirte permiso, y si se portaba bien iríamos.

—Yo mañana me junto con mis amigas para ir al cine —dice Becca y alzo una ceja— si me das permiso. No quiero hacer cosas de niños —está entrando a la adolescencia y claro que no quiere salir con nosotras ni mucho menos.

—Bueno está bien, pero no has saludo a mamá ¿Tú que opinas Mel?

—Que se merece un escarmiento cosquilludo.

—No mamá, ya soy grande —comienza a correr— ¡mamá!

—Siempre serás pequeña para mamá.

Pero con Mel ya nos habíamos puesto en carrera rodeando por ambos lados a Becca, April sonríe mientras nos ve tratando de atraparla mientras ella corre. Aunque estoy bastante agotada, el escarmiento cosquilludo me activa. Corremos tratando de alcanzarla pero Becca parece una gacela esquivandonos.

—¡Ahora April! —grito y ella se interpone en el camino interceptandola, no le da tiempo de esquivarla.

Le hacemos entre las tres muchas cosquillas en el suelo, hasta que la dejamos respirar entre risas.

—Chicas que yo recuerde, su mamá no trajo el helado que prometió ¿No necesita un escarmiento?

No me da ni tiempo de reaccionar que ya me estaba riendo en el suelo bajo el ataque de las tres. Becca y Mel fueron a abrir la puerta cuando la bocina de la moto sonó afuera, quedamos ella y yo. Aún estoy tirada respirando un poco agitada, ella al lado mío con mi torso en medio entre su brazo y su cuerpo.

—¿Vamos a comer?

—Te pusiste en mí contra, esta me las cobro.

—No seas vengativa o te seguiré haciendo cosquillas —pone una mano en mi abdomen.

—Está bien, me rindo. Por favor no más cosquillas.

Se para y me tiende la mano para ayudarme a parar, me levantó de un salto y caigo sobre ella, como soy un poco más alta, quedo mirándola hacía abajo a los ojos, ella me toma por la cintura.

—Sin caerte Cavanagh.

Me ruborizo y separo de ella, veo dos cabecitas ocultarse cuando nos separamos y al llegar a la cocina Mel le sonríe a Becca sobre la americana, quién está sacando los platos.

—Muy bien chicas a comer.

Terminamos de comer y las niñas subieron a dormír, nosotras nos hicimos un café y nos quedamos charlando en el sillón, sin percatarnos del horario, habían pasado dos horas. Dejamos las tazas en el lavaplatos y subimos, para darnos cuenta que ambas duermen en sus respectivas camas, esto seguro fue idea de Becca, ya que cuando April está aquí una o ambas duermen conmigo.

—Bueno supongo que me tocará el sillón.

—No seas tonta, el sillón es súper incómodo, dormirás conmigo —ella quiso objetar— y no hay peros. Vamos. En ese cajón de ahí, tienes ropa para ponerte escoge lo que quieras —me doy la vuelta y me saco la camiseta dándole la espalda, de reojo veo como me mira— si quieres puedes usar mi baño o...

Se comienza a desprender la camisa y no pude sino quedarme viendo cómo cada botón pasa por el ojal y la tela se abre a su paso, ella alza la mirada a verme y yo la aparto cuando llegó al último botón. Fui al baño a refrescarme al mirarme en el espejo estoy completamente roja, respiro y logro calmarme hasta que mi respiración se normaliza. ¿Qué me pasa?

De vuelta en la habitación, la luz del velador de su lado está prendida y ella entra por la puerta con un pantaloncillo demasiado corto, no recordaba que lo tenía, no sabía que le fuera a quedar tan bien.

—No sabía que lado de la cama escoger, fui por un vaso de agua, vi el vaso vacío de tu lado y traje también agua para ti.

—Cualquier lado está bien, escoge tú.

Ella se acerca y se acuesta del lado derecho cerca de la puerta del baño, que suerte porque mi lado es siempre el otro, cerca de la ventana. Hace bastante que ningún adulto más que yo, ocupa esta cama, sentir su calor cerca, pero sin rozarnos se siente bien, demasiado bien, su aroma es bastante embriagante.

Me despiertan mis ganas de ir al baño y siento su calor demasiado cerca, pero para mi sorpresa quien la abraza soy yo, ella duerme plácidamente y yo hasta le... no, le estoy tocando una bubi.

—Mamá.

Se escucha un susurro venir desde la puerta, es Becca parada mostrándome sus pulgares arriba.

—Estarás castigada niña —le susurro.

—Me voy mamá, ya me vinieron a buscar.

—Becca —le susurro sacando la mano de la bubi de April— Becca Lombardi Cavanagh.

—Chau que tengan un lindo día en el zoológico. Nos vemos mami —me tira un beso y baja corriendo las escaleras, luego se escucha un portazo.

Definitivamente estará castigada por... ya se me ocurrirá algo. Me aparto tratando de que ella no se despierte, no antes de que pueda alejarme pretendiendo que no pasó nada, pero su brazo me trae de nuevo a ella, pegando mi cara a su cuello.

—Quedate un ratito más, hace frío.

Murmura, tomando mi mano entre las suyas y pegándose más a mi cuerpo. Colocó nuevamente mí cabeza detrás de su cuello, el olor del enjuague de su cabello negro se siente demasiado bien, veo su cuello y unas ganas de besarlo me tientan ¿Estará lo suficientemente dormida? ¿En que estoy pensando?

—Mamá —escucho un susurro, miro a la puerta y no hay nadie— mamá —se escucha más cerca ¿De dónde viene?— mami —aparece una cabecita colorada con el cabello despeinado frente a mí— mami vamos a desayunar así podemos ir al zoológico —Tendría que haberle puesto llave a la puerta.

—April saca su brazo y la mete en la cama abrazando a Mel— ¿Qué haces despierta tan temprano? —Yo la sigo abrazando a ella, mi brazo quedó atrapado entre ella y mi hija— Todavía faltan dos horas para que abra el zoológico.

—April —susurra Mel— hueles bien ¿Mamá a ti también te gusta como huele April?

—Duermete Mel.

—Pero sino porqué la abrazarias.

—Sí, Ali ¿Porqué me abrazarias sino?

—Yo, me voy a levantar —quito mi brazo pero ella lo toma de nuevo y me tira hacía ella, colocando a Mel en el medio.

—Eres una niña muy, pero muy picara —toca su naríz y mi hija ríe. Yo solo la observó a ella— vamos a desayunar unos waffles con...

—Chocolate.

—¿Y qué tomamos?

—Una chocolatada.

—Okay eso es mucho chocolate —me aparto del lado de ambas— vamos a levantarnos, asi desayunamos con tiempo, nos damos un baño y nos vestimos para salir.

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