30 Las consecuencias
—Cavaldi ¿Dónde está...? —una risa me cortó en seco.
—Cavaldi no se encuentra, tranquila solo le robé su teléfono no le hice nada a él, pero estoy viendo a una pelinegra que como diría Pablo Escobar: está para meterle quinientos tiros...
—Ni se te ocurra ponerle un dedo encima.
—¿Un dedo? No, ya cometí ese error una vez, le pondré una bala o unas cuantas, aún no me decido, cariño. Mi amor, quiero que sepas que todo esto es tu culpa, ella va a morir cuando tuviste la opción de salvarla y no quisiste.
—¡NOOOOO!
Salgo afuera corriendo y en una crisis de nervios, veo el auto con las cuatro ruedas pinchadas, pero el novio de la vecina llega en su motoneta con la caja de delivery, tomo la moto que dejo encendida con las llaves mientras él intenta alcanzarme.
Me dirijo al auditorio, pasándome todos los semáforos en rojo y subiendo por la veredas pidiendo perdón, no sé como se frena esta cosa yo solo me subí y antes de poder averiguarlo se detiene a una cuadra del auditorio, por quedarse sin combustible.
Corro lo más rápido que puedo, la función ya ha empezado y gracias a Dios la gente de ahí me conoce y me deja entrar, Frannie llega tras de mí y les pide evacuar el auditorio mientras yo me dirijo a la sala que se estaba comenzando a llenar.
Cavanagh me ve entrar claramente alterada y deja su violín, pero alguien se para en el público apuntándole con un arma, me doy la vuelta y entro por una puerta lateral que da al escenario ahora ambas estamos en el.
—Solo tenías que hacer una elección Audry —jala el gatillo del revolver y no sale nada— vamos a jugar a ruleta rusa, por cada pregunta que no respondan o mientan va un disparo, todos a Cavanagh.
La sala se cierra, y alguien le pone cadenas por adentro, es Killian quien la ha estado ayudando, lo reconocería dónde fuera.
—Empecemos ¿Cual es tu nombre? —Ambas respiramos agitadas y nos miramos— solo tendrán 3 segundos para responder.
—Rebecca —suelta ella.
—Tanto misterio por un nombre bastante común. ¿Por qué el misterio de esconderlo?
—Me lo puso mí padre y no me gusta.
—¿Fue Killian quién te ha estado ayudando? —intervine —Se lleva el arma a la cien.
—Sí ¿Qué? Estamos jugando las tres chicas, si yo miento jalo el gatillo también. —subio al escenario con nosotras, Becca se posiciona frente a mí— no le haré daño a mi futura esposa, pero si a ti que te interpones entre nosotras —le apuntó.
—Nos quisiste atropellar.
—Bueno no fui yo, fue él. Pero fue un impulso que ya dejamos en claro que no puede volver a cometer —se acerca Killian con el brazo inyesado—. No voy a permitir que nadie te dañe, Audry.
—Claro, solo tú puedes lastimarme —Las manijas de las puertas amenazan con ceder.
—Llevanos a un lugar donde tengamos privacidad.
Camino hacia la puerta izquierda que solo tiene acceso desde el escenario y lleva a la sala de control, y a una pequeña sala de ensayo insonorizada bastante amplia, nos metemos ahí y él traba la manija con una silla.
—Mi turno —dice nuevamente— ¿Le dijiste que nos comprometimos? Ella no soporta estar con personas con pareja.
—Sí, pero yo no estoy en pareja.
—¿Y yo soy un producto de tu esquizofrenia?
—Cuando te metí presa, terminamos. Loca desquiciada. ¿O quieres que te lo aclare personalmente? Me das asco, jamás volvería a estar contigo por voluntad propia.
—Killian traela —él forcejea contra nosotras, empuja a Rebecca y Ainhoa dispara a un costado—. Mira ese disparo tenía una bala —comienza a reír neuroticamente—, diré esto una vez, el arma la tengo yo y harán lo que yo diga. Ahora por tu bien que vengas Audry o le disparo.
Me coloco frente a Cavanagh, aunque ella no quiere soltarme, Ainhoa le da el arma a Killian, mientras afuera se escucha como fuerzan las puertas para abrir.
—Si me lástima o no me corresponde pégale un tiro en la pierna a Cavanagh —Él asiente. Me toma a la fuerza y tuve que besarla dejando mis brazos inertes, y ojos abiertos, mientras ella me aprieta contra su cuerpo—, para tu información, cariño —toma mi mano colocandome el anillo—, seguimos comprometidas y serás mi esposa, te guste o no. Ahora —se aleja dos pasos hacia atrás tomando de nuevo el arma— no te quiero cerca de mi mujer —tuvimos que conservar la distancia entre nosotras—, seguimos con la trivia de la muerte —coloco una bala y hace girar la recámara—, Audry si tuvieras que elegir entre Cavanagh y yo ¿Con quién te casarías?
—Sabes la respuesta —Le apunta y dispara— ¿Qué mierda haces? ¡Imbécil! —Se acerca y me da una bofetada, Killian detiene a Rebecca del brazo cuando quiso ir contra ella.
—Sin faltarnos el respeto, mi amor. La respuesta era que me elegirías a mí, ya que claramente estamos comprometidas, cada pregunta que no respondan va una gatillada.
—No le vuelvas a poner una mano encima Ainhoa o...
—¿O qué? Ella es mi prometida, mía, y no solo le pondré una mano, le pondré las dos y otras cositas que haremos en privado cuando estemos felizmente casadas y a miles de kilómetros de aquí.
—No te dejarán ir ¿Piensas que saldrás de aquí con vida y con Audry? Estás loca, jamás dejaré que te la lleves, ni yo ni nadie ahí afuera.
Ella le saca el seguro al revólver y le apunta, yo me interpuse en el camino del trayecto de la bala, estoy temblando, pero no por mí, sino por lo que pueda hacerle a Becca. Ainhoa está de verdad desquiciada y en este momento cualquier obstáculo entre ella y yo va a eliminarlo, aunque claramente no tiene posibilidades de salir de aquí conmigo, Rebecca, Frannie y Cate seguro se la cargan a golpes y para rematar Alex deja a su hijita con algún policía para darle un buen puñetazo y noquearla.
—No le hagas daño, me iré de aquí contigo
Su mirada se suavizó y bajó el arma. Yo le extendí la mano y ella la tomó. Me tiró hacía ella y luego me apartó de un empujón, disparándole a Becca en la pierna.
—Killian agarra a Audry —él se abalanzó encima de mí— tiene razón en algo, mientras ella viva jamás podré tenerte al cien por cien mi amor —se acercó y le apuntó.
—Sera mejor que te asegures de que muera porque si sobrevivo no pararé hasta encontrarte y aniquilarte Ainhoa. Audry es quien mantiene mis monstruos a raya, no tienes ni idea de la clase de bestia en la que voy a convertirme si a ella le pasa algo.
—Tranquila la cuidaré bien.
Le apuntó con el arma, Becca me dijo te amo cerrando los ojos, golpeé a Killian en los testículos y me abalance delante de Becca. Supongo que la estupidez de interponerse entre una bala y quién amas, es de familia, mi prima Víctoria había hecho lo mismo por Julia hacia unos años.
Es curioso el como fueron sucediendo las cosas luego del disparo en mi estómago, sentí como la ropa se me empapaba, y no fui consciente de que era mi sangre sino hasta que el charco comenzó a formarse debajo de mí y yo caí al suelo.
El olor a la pólvora, el líquido caliente en mi estómago, los gritos de ambas, Frannie rompiendo la puerta de una patada moliendo a Ainhoa a golpes mientras Killian intenta sacársela de encima y Becca temblando haciendo presión en mí herida.
—¿Por qué lo hiciste? —me dijo llorando— yo estaba lista para morir.
—Pero yo no estaba lista para dejarte ir —sonreí.
Sé que la situación no es la adecuada o tal vez sea el cóctel de químicos que mi cerebro está liberando para no sentir tanto dolor, pero veo a Becca brillante y me da paz saber que ella está bien —Le acaricio el rostro.
—Perdona a April, aún te quedan cosas pendientes por hacer.
—Si te mueres no la perdono —Sonreí.
—¿Intentas negociar conmigo? —su manos no dejan de hacer presión— fui muy feliz amándote, eres la mejor decisión que eh tomado y te amo, te amo con una inmensidad que me sobrepasa.
—No hables, no te despidas.
—Mi amor me estoy desangrando, tengo que decirte todo ahora, me faltó tiempo, pero te hubiera hecho mí esposa, en mi mochila en casa está el anillo, úsalo, vuelve a enamorarte y dale ese anillo.
—Yo ya lo tengo, quería proponertelo hoy —sacó de su bolsillo una caja negra, mientras llora.
—Audry —se acercó Frannie con los ojos muy abiertos— los paramédicos ya vienen. No te vayas a morir ¡Me escuchaste! Tienes prohibido morirte Audrielle.
Mi respiración se torna cada vez más pesada, me siento cansada y escucho que ellas me dicen que no cierre los ojos, pero estoy cansada. Alguien me coloca una máscara de oxígeno, pero siento que es tarde. Quizás demasiado tarde...
Pienso en Cavaldi va a odiarme por haber ido a rescatarla en una misión suicida, Alex va a estar muy disgustada por poner mi vida en riesgo, Cate de seguro se encarga de organizar el funeral y Frannie va a buscar alguna bruja o la ouija para poder golpearme en el más allá, por haber sido tan estúpida de morirme cuando clara y explícitamente ella me dijo que no podía morir ¿Como se me ocurre desobedecer? Lo siento Frannie vas a tener que vivir con el recuerdo de que al final... como últimamente, hice lo que quise.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro