Estábamos a miércoles y tenía que cancelar mi cita con Ainhoa del fin de semana, aunque ella se ve bastante entusiasmada por ver la película, desde que salió el tráiler no ha parado de hablar y apenas fue el estreno, se aseguró de comprar las entradas. ¿No es más fácil cancelar con Cavanagh? Sí, pero ella que no se abre ni con una barreta, me quiere llevar a conocer a su madre, por supuesto que tengo que ir.

Ella llega casi que detrás de mí y mientras me baño, escucho la puerta del baño abrirse mientras estoy con los ojos cerrados bajo la ducha, y un cuerpo caliente me abraza por atrás, mientras yo sonrió.

—Te extrañé bastante hoy —besa mi cuello, mientras el agua también la moja a ella— no has venido ni siquiera a dormir estos tres días.

—Necesitaba tiempo para mí.

—¿Acaso sientes que no te doy espacio? —se aparta confundida.

—No es eso —me volteo a verla, abrazándola colocando mis brazos por encima de sus hombros— es que estoy acostumbrada a pasar —beso— mucho tiempo sola —beso— tener mi espacio —beso— toda una cama para mi sola —beso— solo es eso —la miro fijo a los ojos— solo que esto ha pasado muy de prisa.

—¿Deprisa? —se alejo— por si no lo notaste Audrielle, esto —nos señaló— viene pasando desde hace tiempo, tenías acá un montón de tu ropa, te quedabas a dormir más aquí que en tu departamento... —suspira hastiada y se sale de la ducha.

La verdad es que es cierto, yo ya lo había notado y ya había estado con ella antes, convivir con Ainhoa no es algo nuevo. Pero solo a veces necesitaba mi espacio y también fue así en el pasado cuando visitaba a mis padres y me quedaba a dormir.

Termino de sacarme el acondicionador y salgo rápidamente del baño.

—Ainhoa espera —quise tomarla a ella aún desnuda pero se suelta— ¿Puedes esperar? Siempre he sido así ¿O no recuerdas cuando a veces visitaba a mis padres y me quedaba unos días? Solo a veces necesito estar sola.

—Lo que necesitas es estar lejos de mí, no quieres estar conmigo ±es la primera vez que me hace un reclamo de estos— porque te aseguro que con Cavanagh no tienes necesidad de irte o estar sola —¿Celos?— ¿Cuántas veces te quedas su casa? ¡¿Cuántas?!

—¿Te estás escuchando? Para, piensa y reflexiona antes de volver a abrir la boca y decir algo de lo que te vayas a arrepentir.

Me mira enojada, comienza a vestirse, se coloca unas zapatillas rápidamente y sale pegando un portazo con la lluvia afuera. Me cambio rápidamente colocándome unas ojotas, pero al llegar abajo y buscarla, ella ya no está, llamo a su teléfono y no me atiende al llegar arriba lo veo encima de la mesa, en la silla un ramo de flores y sobre la cama una caja de bombones con una tarjeta.

No es necesario una ocasión especial para regalarte algo, tenerte a ti cada día, es algo especial.

                           Te amo, tu rayito de sol.

Soy una maldita imbécil, ella está haciendo todo lo posible para que está relación funcione y yo no estoy comprometida al cien con lo nuestro.

—Hola Killian quería saber si Ainhoa está contigo, es que discutimos, salió hace un rato y aún no ha vuelto no tiene su teléfono —mientras él me hablaba se abre la puerta y ella entra— ya llegó luego te hablo ±le corto, tome la bata para darsela pero ella se niega— ¿Podemos hablar?

—¿Me dejas entrar en calor? ¿O es mucho pedir? —voltea a verme con los labios morados.

—Lo lamento —me pego a ella abrazándola.

—Estoy totalmente empapada Audry, pero tu calor se siente bien —me abraza aún más fuerte— lamento haber explotado así.

—¿Desde cuando le tienes celos? —me aparto mirandola a la cara y ella desvía la mirada.

Regla número 3: Sin celos.

—¿Desde cuando no? Que Cavanagh esté tan cerca de ti me genera inseguridad —¿Cómo? Si ella es hermosa, puede tener a quien quiera a sus pies— yo sé cómo es ella y me da miedo que un día vengas y me digas que te enamoraste de ella, que me dejas y yo quede otra vez devastada ¿Sabés lo que sería que las dos personas que más amé, terminen juntas? Me destruiría... —suspira comenzando a sacarse la ropa mojada.

—Ainhoa yo estoy contigo, estoy aquí. Mírame —giro su rostro para que me vea— vamos a mudarnos juntas, es a tu lado donde despierto —tomo su mano sentada a su lado en la cama.

—Y hace tres meses que salimos y en tu casa no saben que estás conmigo, tampoco fuiste conmigo al cumpleaños de Cavaldi. Porque para mí esto es un noviazgo, pero siento que me escondes como quien esconde a un amante.

¿Que le digo? Si luego de como me dejó todo mi círculo íntimo la detesta, por mí harían el esfuerzo de poner buena cara, todos excepto Frannie, a ella nunca le cayó bien y le vale mierda que estemos juntas de nuevo.

—Amor —suspiro— no es eso.

—¿Y entonces qué?

—¿Honestamente? —asiento— te detestan por como me dejaste la última vez, pero si saben que estás conmigo, todos ellos lo saben, incluso mis padres —ella abre los ojos sorprendida— no están muy de acuerdo pero me apoyan. Yo no... propuse de ir a reuniones con ellos porque no queria que estuvieras incómoda —la beso— pero no eres mi amante ¿Está bien?

—Soy tu novia.

—hmm —le beso, pero ella se separa de mí.

—Dilo —trago y sonrío— di que somos novias —¿Porque no me sale?— Audrielle estoy esperando.

—Eres mi novia y soy tu novia —costó decirlo más de lo que pensaba, esto lo hace aún más real— esto lo hace aún más real —agacho la cabeza— por favor Ainhoa no me lastimes, no quiero pasar por lo mismo de nuevo.

—Mirame mi amor —levanto la mirada— estoy dispuesta a hacer que esto funcione cueste lo que cueste —Nos abrazamos por un rato— ¿leíste la nota? —dice separándose y asiento— ¿Te gustó? —sé que su pregunta viene por el lado del te amo que dejó escrito.

—Me gustó, gracias —me levanto dándole la espalda para salir de la habitación, rápidamente.

—Te amo Audrielle —dice antes de que llegara a la puerta— y entiendo sino estás lista para decírmelo de vuelta, solo quería que lo supieras, que sepas que te amo.

Como una cobarde abro la puerta y salgo de la habitación dejándola sola, no puedo decirle algo que aún no sé si siento y no puedo mentirle, ella me conoce demasiado bien para que pueda ocultarlo.

Sale, recaliento lo que quedó del almuerzo y nos sentamos a comer en silencio la una frente a la otra, luego de su declaración las cosas se sienten incomodas.

—No es que no lo sienta —digo sin despegar la vista del plato— solo que no estoy lista para admitirlo en voz alta, la última vez que lo hice —la miro— que te lo dije, te descubrí siendome infiel y luego me enteré de que no había sido la primera vez que me engañabas. Algo en mí tiene miedo de que pase de nuevo.

—Entiendo pero yo no soy la misma de antes —acaricia mi mejilla— ¿Acaso no se nota? Me estoy esforzando amor, de verdad lo hago, no quiero un futuro en el que no estés y no haré nada que perjudique eso. Solo espero que estemos del mismo lado y que ambas queramos lo mismo, seguir con nuestra relación.

—Sí, yo también lo quiero.

—Me encantaría empezar de nuevo con todos los que te aman y amas, no soy la misma de antes, quiero que vean que he cambiado ¿Podrías arreglar una reunión? Así nos vemos. De verdad quiero hacer las cosas bien esta vez.

¿Su pedido me sorprendió? No, ella de verdad va en serio y se nota que está poniendo todo de su parte y es hora de que yo haga lo mismo. No acompañaré a Cavanagh este fin de semana, tengo que priorizar mi pareja, Ainhoa no se merece tenerme a medias, ella me lo está dando todo y si yo también quiero que esto funcione es hora se revisar mis prioridades.

—Por supuesto —sonrío— ¿Cuándo quieres?

—Pues este fin de semana no... de eso quería hablarte, sé que queríamos ir a ver la película, pero hay una conferencia a la cual debo ir, me sirve para sumar puntos si quiero hacer el doctorado en psicopedagogía. Perdón amor —toma mi mano— sé que querías verla.

—¿Entonces si podré acompañar a Cavanagh?— Amor no hay problema, la veremos otro día, tu carrera es importante.

—Gracias por ser tan comprensiva, definitivamente elegí bien a mi novia.

Creo que tienes que revisar tu elección amor, porque definitivamente no soy un ejemplo de novia.

Las quiero a las dos y eso es un problema grave. No puedo tener a ambas.