Capítulo 5
Londres, Inglaterra 🇬🇧
—Entonces entremos ya, porque no sabes la emoción que tengo de verlo —le dije a David, él soltó una carcajada.
—Vamos Julieta busca a tu Romeo —al decir esto los tres entramos.
—David y yo lo buscaremos, por un lado, tu ve por tu lado —me dijo Samanta y yo asentí, ellos se alejaron y comencé a caminar por la discoteca, a pesar de que no había mucha luz las personas se podían ver claramente, miré rostro por rostro y ninguno era el de Edward.
Me adentré un poco más a la pista y ahí en la barra habían personas y mientras me fui acercando, mis ojos vieron lo que no quería ver...
Edward se está besando con una chica pelirroja.
Se está besando con otra, con otra...
—Necesito salir de aquí —me dije a mi misma.
Comencé a caminar hacia atrás y sentí como alguien choco conmigo, me di cuenta y eran ellos.
—Amelia decidimos separamos porque juntos no lo encontramos —me dijo David.
—No hay necesidad de que lo sigan buscando, yo ya lo encontré, él ahora está en brazos de una pelirroja —les dije con la voz entrecortada.
—¿Cómo qué con una pelirroja? —me preguntó Sammy, yo asentí.
—Por favor salgamos de aquí, creo que no fue buena idea venir hasta acá a buscarlo, me queda más que claro que él ya no quiere nada conmigo —y al decir esto sin pedir permiso unas lágrimas comenzaron a salir.
—No, no llores Mia, lo que menos quiero es verte llorar, así que salgamos de aquí y tienes razón no fue buena idea venir a buscarlo —me dijo Samanta mientras me daba un abrazo.
—Salgan y me esperan, tengo algo que hacer —nos dijo David, ambas asentimos y salimos.
....
Luego de escuchar a Amelia me dio bastante mal genio, porque me queda más que claro que Edward no ha dejado su faceta de mujeriego, hice mis manos puños y comencé a caminar hacia donde estaba él, pude ver que con la pelirroja que está es Victoria y justamente se estaban besando, ellos no me habían visto todavía, pero al separase la primera en verme fue Victoria.
—David que gusto tenerte aquí —me dijo mientras se acercaba a saludarme, yo le sonreí.
—Hola Victoria —le dije.
...
Definitivamente los besos de Victoria pueden ser adictivos, me está gustando mucho besarla.
Cuando nos separamos me sonrió, luego miro por encima de mi hombro y...
—David que gusto verte aquí —ella se levantó, camino hacia él y se saludaron.
¿Por qué David está aquí?
Él me dijo que vendría con Samanta para fin de semestre, de verdad su presencia se me hace muy extraña, me levanté y caminé hacia él
—David, ¿qué haces aquí? —le pregunté bastante asombrado, él solo levantó una ceja y rodó los ojos.
—Victoria no quiero ser grosero, pero me gustaría hablar una cosa a solas con mi primo —le dijo David a Victoria.
—Claro que sí, no hay problema —Victoria le sonrió y se fue.
—Ahora si me vas a decir ¿por qué estás aquí? —le dije mientras cruzaba los brazos.
—Pues en realidad vinimos a buscarte, lo que no contábamos era con qué...
—¿Vinimos?, ¿tú y quién más?
—Samanta, Amelia y yo.
—¿Amelia?, ¿qué está haciendo ella aquí?
—Pues pasa que ella si me hizo caso, no como tú que te casaste con la reencarnación de Lucifer en vez de ir a buscarla a Francia, pero no contábamos con que tú ya estabas en una relación con Victoria.
—Yo no tengo una relación con Victoria, solo nos hemos besado.
David soltó una risa sarcástica
—Claro sé me había olvidado que Edward Wilson es un playboy, es más puedo jurar que ya la metiste a tu cama.
—Yo ya no soy un playboy, sabes que desde que me enamoré de Amelia, soy otra persona y...
—Y por eso te besaste con Victoria delante de Amelia.
—¿Qué estás diciendo?
—Amelia mientras te buscaba te vio besándote con Victoria.
Me quedé callado.
—Así que yo no puedo creer que estés saliendo con ella, primero apenas la conoces y segundo tú amas a Amelia, yo doy fe de eso, la verdad no entiendo tu proceder.
—¿Dónde está Amelia? —le pregunté a David.
—Está afuera con Samanta y... —no lo dejé terminar así que comencé a caminar hacia la salida o en realidad corrí —Edward ven acá —escuché a lo lejos a David, pero ahora lo único que me importa es hablar con Amelia.
...
Más y más lágrimas, simplemente no podía dejar de llorar por más que Samanta me decía que no lo hiciera, que Edward no valía la pena y que como que yo llorando mientras él está muy feliz en brazos de esa pelirroja.
—Yo no puedo creer que Edward esté con otra, o sea hace nada llegó, definitivamente él no es hombre de una sola mujer —le dije a Samanta, ella me iba a responder, pero no la dejaron.
—No es cierto lo que dices Amelia, yo sí soy hombre de una sola mujer, pero dime ¿qué se hace cuándo el destino y la vida no te quieren cerca de esa mujer que amas? —me dijo Edward mientras se me acercaba.
—Yo creo que debería irme, así que iré a buscar a David, aprovecharé que estamos en una discoteca y nos tomaremos algo —dijo Samanta y desapareció del lugar.
—¿Por qué estás aquí? —me preguntó Edward mientras me ponía sus manos en mis mejillas.
—Vine a buscarte y...
—¿A buscarme?, Amelia creo que yo te dejé las cosas muy claras en Wisconsin, sin embargo, quiero que sepas que yo te amo, pero nosotros hemos sufrido mucho y ya no hay oportunidad para nuestro amor.
—Sé que me dijiste eso y justamente por eso estoy aquí porque no me quedaron muy claras tus razones, yo sé que Susan nos hizo mucho daño y que además mato a nuestro hijo, pero no me digas que ya no hay oportunidad para nosotros porque tú y yo nos amamos.
—A veces el amor no es suficiente para sostener una relación y...
—¿Es ella verdad? —me preguntó Amelia con lágrimas en sus ojos.
—No Amelia, no hay nadie más.
—Que mentiroso, cuando yo llegué aquí —señaló la discoteca —te vi besándote con aquella pelirroja, ahora no me digas que no hay nadie más.
—Amelia el hecho de que me haya besado con ella no significa que tengamos una relación, nosotros solo somos...
—Mi amor te estaba buscando y me dijeron que te vieron salir —ambos nos volteamos y nos encontramos con Victoria, ella estaba sonriente, volví a mirar a Amelia.
—Para no tener nada ese «mi amor» demuestra todo lo contrario.
—Yo te lo puedo explicar —le dije, pero Amelia simplemente me fulminaba con la mirada, Victoria llegó y me puso una mano sobre mi hombro.
—Y bien interrumpo algo —nos dijo, Amelia desvío la mirada y yo la mire.
—Victoria, ella es Amelia.
Victoria le sonrió y le estiro la mano, Amelia la tomo de mala gana.
—Y no te preocupes que no interrumpiste nada, yo ya me voy...
—No Amelia, espera —ella comenzó a caminar hacia la entrada pues ahí estaban David y Samanta, miré a Victoria.
—Prometo que te lo explicaré, ahora debo ir donde ella —no dejé ni que me respondiera simplemente caminé hacia ellos.
....
Que no tiene nada con ella, pero si será mentiroso, ¿cómo puede negarla?, si está más que claro que tienen algo.
—Será que nos podemos ir ya —les dije a David y a Samanta.
—Pero por supuesto, es más debimos habernos ido hace mucho tiempo —me dijo Samanta mientras miraba de forma asesina a la novia de Edward, me duele llamarla así, pero es más que claro que ella es su novia.
—Amelia, espera no te puedes ir todavía —me decía Edward, pero yo simplemente lo ignoré.
—Nos vamos —les dije y ellos asintieron, Samanta ni se despidió de Edward, sino que comenzó a caminar, David le dijo un seco: adiós primo y yo caminaba detrás de ellos.
Edward me tomo del brazo y me hizo mirarlo.
—¿Te vas a ir así? —me preguntó, pero si será cínico, claro que me iré no me voy a quedar aquí viendo cómo le hace trillizos a la tal Victoria —aún tenemos cosas que hablar.
—Yo no tengo nada que hablar contigo y mejor ve, tu novia te está esperando y no es de caballero dejar sola a una mujer.
Él se pasó las manos por la cara.
—Ella no es mi novia —al escuchar esto me dio mucha ira así que con todas mis fuerzas le di una cachetada que se escuchó por todo el lugar, es más creo que la Reina Isabel II la escuchó.
—Deja de mentir, sé por primera vez honesto y no sabes lo decepcionada que estoy, no llevas ni un mes acá y ya metiste una mujer a tu cama, pero sabes el error fue mío, venir hasta acá a decirte que te amo y que no me importaba todo lo que Susan nos hizo, y si antes no me había quedado claro que ya no hay una oportunidad para nosotros, esta vez me quedó muy claro, porque no quiero volver a saber nada más de ti, a partir de este momento estás muerto para mí, adiós Edward, adiós para siempre —no lo dejé ni hablar, caminé hacia Sammy y David porque ya me estaban esperando en un taxi.
—Esa cachetada me dolió hasta mí —me dijo entre risas David, Samanta y yo lo fulminamos con la mirada.
—Pinché playboy —dije mientras bufaba.
—Olvídate de él, no vale la pena —me dijo Samanta y yo simplemente comencé a llorar.
—Mia, aunque me duela aceptarlo con esto que pasó, me queda más que claro que mi querido primo jamás dejará de ser un mujeriego.
Por un momento dejé de escucharlos, solo tenía en mi mente la imagen de ellos besándose.
—Mi amor ya que estamos aquí, aprovechemos y vamos donde mis papás —Sammy al escuchar esto se sonrojó.
—Mi vida, mi cielo, amor mío, el problema es que mi papá cree que estoy en una finca con ustedes y que sólo fue un viaje de fin de semana, así que mañana debo estar en mi casa.
—¿Cómo qué en una finca de fin de semana? —preguntamos David y yo.
—Es que yo pensé que la reconciliación de Amelia y Edward iba a ser de una noche, que al otro día ya estábamos en el avión de regreso, pero como todo salió al revés —nos dijo Sammy mientras alzaba los hombros.
—Entonces ya debemos irnos —David hizo un puchero y luego Sammy lo beso, si serán cursis.
—Por mi mejor, no quiero estar un minuto más aquí es más no debí ni venir —les dije, ellos me miraron con tristeza.
—Debemos ir por las maletas dónde mi tía y mientras yo las reclamo ustedes hacen la reservación —ambas asentimos.
....
Al llegar a la casa de Edward, ellas se bajaron y yo pagué el taxi.
—Será que nos puede esperar es que también vamos para el aeropuerto —el taxista asintió y yo me bajé —listo iré por las maletas.
Ellas se quedaron llamando al aeropuerto para reservar los vuelos.
Toc, Toc ✊🏻
Mi tía me abrió con cara de dormida y sobre todo tenía una mascarilla negra.
—Hola hijo, ¿pasó algo?
—Si tía, venimos por nuestras maletas, nos regresamos a Wisconsin —ella me miró asombrada.
—¿Y Edward?
—Sobre eso, si nos hubieras dicho que él ya estaba empezando una relación con Victoria le hubieras ahorrado ese trago amargo a Amelia.
—¿Cómo así qué empezando una relación con Victoria?, créeme yo no sabía nada —me dijo ella, aunque no sé me hacía extraño, ella siempre lo defiende.
—En fin tía, ya nos vamos, muchas gracias por guardar nuestras maletas —le dije mientras sacaba una por una.
—No hay de qué hijo, sabes que está es tu casa —le di un beso en su mano porque en la cara era imposible y caminé con las maletas, las chicas al verme me ayudaron.
—Salimos en una hora —me dijo mi novia y yo asentí.
—Entonces vámonos —les dije mientras metía las maletas en la cajuela del taxi.
Regresamos a Wisconsin sin Edward y con el corazón de Amelia hecho polvo.
....
Muchas gracias por leerme. ❤️
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