Capítulo 4
Wisconsin, Estados Unidos 🇺🇲
Cuando salí de hablar con Susan me faltaba demasiado el aire, comencé a caminar y me estaban esperando mi mamá y Ricardo.
—¿Pudiste hablar con Susan? —me preguntó mi mamá y yo antes de contestarle la abracé.
—Bastante mal, me queda más que claro que ella me odia —suspiré y mi mamá me abrazo súper fuerte.
—Hija es evidente que ella te odia porque nunca aprendió a amarte —mi mamá comenzó a acariciarme la cara.
—Lo que más me duele es que ella se salió con la suya, me separo por completo de Edward y mato a nuestro hijo.
Ricardo se me acercó y me tomo las manos.
—No están separados, solo Edward quiso un tiempo a solas.
—Lo sé Ricardo, pero se fue por todo lo que Susan nos hizo, como quisiera hablar con él y hacerle saber que a pesar de todo lo que ha pasado yo lo amo —al decir lo último comencé a llorar, mi mamá y Ricardo me abrazaron.
—Buenos días —los tres nos separamos y miramos hacia la entrada, ahí estaban David y Samanta, al ver a Sammy me fui a sus brazos.
—Creo que no me hace falta preguntarte cómo estás porque ya me quedo bastante claro —ella me acariciaba el cabello y por un momento me sentí tranquila.
—Pues si tienes razón, me siento muy mal, cada vez extraño más a mi bebé y a Edward, Susan me los quito a los dos.
—Amelia te diría lo mismo que le dije a Edward cuando tú te fuiste para Francia, pero es más que evidente que no lo harás —me dijo David mientras se sentaba en una silla que había ahí, Sammy se sentó a su lado.
—¿Qué le dijiste a Edward? —le pregunté bastante intrigada.
—Pues que cogiera el primer vuelo para París, mejor dicho, le dije que fuera a buscarte, pero ya viste que no lo hizo y por eso pasó todo esto.
—Pero yo no puedo tomar el primer vuelo para Londres, no conozco esa ciudad, además me queda más que claro que Edward no quiere saber nada de mí.
—No digas eso Amelia, porque a mí me queda más que claro que Edward te ama más que a su propia vida y si él actuó así fue por las circunstancias —me dijo David mientras cruzaba los brazos.
—Al igual que David yo estoy segura que Edward te ama, sino mira que fue capaz de ser novio de Susan solo para protegerte —añadió Samanta —pero luego Susan se obsesionó con él y por eso las cosas resultaron así.
—Entonces según ustedes ¿qué debo hacer? —les pregunté mirándolos fijamente, ambos se miraron y sonrieron.
—Ir a Londres a buscarlo —dijeron los dos al mismo tiempo.
—Ya les dije que no puedo ir a una ciudad que no conozco.
—Hija yo puedo ir contigo, aunque tampoco conozco Londres —añadió mi mamá.
—De ninguna manera se van a ir las dos solas a una ciudad que no conocen, yo no tendría vida, así que yo me voy con ustedes porque yo sí conozco Londres —está vez hablo Ricardo.
—Pero no puedes dejar la empresa, así como así —intervino mi mamá.
—Es que no hay necesidad de que ustedes vayan, porque yo me puedo ir con Amelia, recuerden que nací en Londres además es obvio que Samanta vendrá con nosotros —David se levantó y se me acercó colocando su mano encima de mi hombro.
—Pero yo aún no he dicho que iré a Londres porque...
Samanta no me dejo ni hablar.
—Porque nada, tu, David y yo nos iremos para Londres y vas a buscar a Edward.
—Es que no sé si sea lo correcto —añadí, pero todos negaron.
—Amelia responde una pregunta, pero con toda sinceridad —me dijo Ricardo y yo asentí —¿amas a Edward?
—Claro que lo amo, con él yo conocí lo que es el amor además era el padre de mi hijo, por supuesto que lo amo.
—Entonces no le des más vueltas al asunto y vete para Londres.
—Está bien, pero entonces apenas se acabé el juicio de Susan vamos y hacemos una pequeña maleta —les dije, pero todos negaron.
—De hecho, David y yo ya tenemos una maleta hecha —me dijo Samanta y yo abrí los ojos.
—¿Una maleta? —le dije y ella sonrió.
—Es que te conozco demasiado y estaba segura que ibas a decir que sí, entonces por eso hicimos nuestras maletas.
—Bueno entonces yo debo hacer la mía y...
—De hecho, hija mientras estabas en el baño te hice una maleta —miré bastante asombrada a mi mamá.
—¿De qué me estás hablando? —le pregunté y ella comenzó a reírse.
—Es que te conozco demasiado y estaba segura que ibas a decir que sí, entonces por eso te hice la maleta.
Me reí porque prácticamente mi mamá me dijo lo mismo que me dijo Samanta.
—Está bien, entonces ya solo queda comprar los boletos de avión —dije.
—De hecho, yo... —hablo Ricardo.
—Déjame adivinar ya compraste los boletos de avión —dije mientras rodaba los ojos.
—Así es, es que te conozco demasiado y estaba seguro que ibas a decir que sí, entonces por eso compre los boletos.
—Solo esperamos que no te molestes con nosotros —me dijo David mientras me daba un abrazo.
Definitivamente mi familia me conoce muy bien y sabían que iba a decir que sí, entonces como enojarme con ellos.
—No me puedo enojar con ustedes, es más vengan acá —les ofrecí mis brazos y todos nos dimos un abrazo.
—Ya va a comenzar el juicio —nos dijo una de las secretarias.
—Entonces vamos entrando al tribunal —añadió mi mamá, todos asentimos y entramos.
....
El tribunal ya estaba lleno, estoy sentada al lado con mi abogado y en la otra mesa están los fiscales, miré para atrás y ahí estaba Amelia con su familia.
Entro el juez y todos nos pusimos de pie.
—Buenos días —nos dijo para luego sentarse en su lugar —demos comienzo a este juicio.
—Señor juez aquí le entrego las pruebas en donde se demuestra que la señorita Susan Smith James es culpable de la muerte de la señorita Sofía Moore Paz y que además participó en el intento de homicidio en primer grado en contra de la señorita Amelia Smith Brown donde desgraciadamente murió el bebé que llevaba en su vientre.
—¿Cómo se declara la acusada? —al escuchar al juez, me puse de pie
—Culpable.
....
Al escuchar a Susan me quedé estática, nunca pensé que ella se fuera a declarar culpable, o sea yo juraba que iba a negar todos los cargos.
—Yo no puedo creer que Susan se haya declarado culpable —me dijo Samanta en susurro.
—Yo tampoco lo puedo creer —le dije también en susurro.
—Nos tomaremos un receso de cinco minutos para así dar un veredicto —nos dijo el juez y todos nos pusimos de pie.
....
—Después de escuchar al fiscal, a los testigos y ver las pruebas presentadas, este tribunal declara a la señorita Susan Smith James culpable de homicidio e intento de homicidio en primer grado por tal motivo es condenada a cinco años de prisión, años que deberá pagar en la institución correccional de Green Bay, se levanta la sesión —golpeó el mazo y todos nos pusimos otra vez de pie
Estaré cinco años metida en una cárcel, cinco años de mi vida.
—Vamos —me dijo una funcionará de la cárcel, me pusieron las esposas y el chaleco de seguridad, al pasar en frente de Amelia le dije
—Lo siento —ella asintió y yo salí de ahí.
....
—Por lo menos en estos cinco años vas a poder vivir tranquila —me dijo David.
—Y eso que debieron ser más años, es más debieron haberle dado cadena perpetua —añadió Samanta.
—Creo que cinco años son suficientes —les dije.
—Si fuera por Santa Amelia que la dejarán libre —me dijo Samanta entre risas, yo la mire mal.
—Bueno muchas risas y todo, pero recuerden chicos que deben tomar un avión —nos dijo Ricardo.
—Es cierto, vámonos —dijimos los tres al mismo tiempo, así que todos salimos del tribunal rumbo al aeropuerto y mi corazón se me aceleró como nunca.
....
Londres, Inglaterra 🇬🇧
Diez horas con cinco minutos después
—Vamos Edward salgamos un ratico, llevas tres semanas aquí encerrado —Victoria seguía insistiendo en salir, pero yo en verdad no quiero salir.
—¿Quién te dijo qué me la he pasado encerrado? —le dije y ella se sentó en mi cama cruzando los brazos.
—Es que tu mamá me dijo que te sacará de estas cuatro paredes.
Solté un bufido.
—Está bien, salgamos un ratico, pero de una vez te digo que solo será un ratico —le dije, ella se levantó y comenzó a dar brincos de felicidad y a mí me dio mucha risa, porque ella a veces se comporta como una niña chiquita.
—Listo, entonces vámonos —me tomó del brazo y me arrastro por toda la casa hasta la salida, mi mamá estaba tomando un café, así que me acerqué a ella.
—Lograste tu cometido voy a salir con Victoria, no llegaré muy tarde.
—Me alegra mucho que vayas a salir y diviértete, pero con mucho cuidado —le di un beso en su frente y Victoria uno en la mejilla, luego salimos de mi casa.
—Tengo un lugar que me encanta, porque ponen una música genial y además tienen mucha variedad de licores, créeme te va a encantar —le dije a Victoria y ella asintió.
Así que vamos camino a mi discoteca favorita.
....
Cuando Edward y Victoria salieron del apartamento, tocaron la puerta así que Luisa se levantó y camino hacia la puerta, pero al abrirla se llevó una gran sorpresa.
—¿David?, ¿Samanta?, ¿Amelia?, ¿qué hacen aquí? —Luisa estaba bastante asombrada.
—Tía lo que pasa es que Julieta está buscando a su Romeo —le dijo David y la cara de Luisa ahora no era de asombro sino de pregunta.
—¿Quién es Julieta? —preguntó Luisa.
—Soy yo —le dijo Amelia.
—Pensé que te llamabas Amelia —le dijo Luisa bastante confundida, los tres se rieron.
—Si me llamo Amelia, no sé porque David salió con el cuento de Julieta.
—Pues es obvio por la historia de amor entre Romeo y Julieta de Willian Shakespeare —dijo David levantando los hombros.
—Creo que con tanta cosa están confundiendo a la señora Luisa —añadió Samanta —así que yo te lo voy a explicar, estamos aquí porque Amelia está buscando a Edward.
—¿De verdad? —preguntó ella.
—Luisa amo demasiado a Edward y quiero recuperarlo por eso estoy acá, créeme él lo es todo para mí.
Luisa sonrió y le dio un abrazo.
—Pues Amelia, él ahorita no está aquí porque salió a dar una vuelta.
—¿A esta hora? —le pregunto David y Luisa asintió —entonces ya sé dónde está, chicas dejemos aquí las maletas y vayamos a buscarlo.
Los tres asintieron y salieron de la casa de Edward.
....
—Tienes toda la razón, este lugar es genial y hermoso, me ha encantado, espero que no sea la primera y última vez que me traes aquí.
—No claro que no, ya que veo que te gustó pues vendremos más seguido.
Violeta sonrió y se me acercó bastante.
—Me encanta la idea de salir contigo, de hecho, Edward estos días que hemos estado hablando me he dado cuenta que eres una gran persona y un hombre muy guapo, así que me gustaría conocerte más, sé que tú corazón pertenece a Amelia, pero me gustaría intentar ganarme así sea un pedacito de tu corazón.
Al escuchar las palabras de Victoria es evidente que me quiere dar a entender que le atraigo y de cierta manera ella también me atrae.
—A mí también me gustaría conocerte más, eres inteligente, guapa y sobre todo una gran persona —al decirle esto ella se sonrojó.
Victoria se acercó un poco más y me dio un beso y por más que me tomo por sorpresa, sus labios son nuevos para mí así que fue imposible no seguirle el beso.
....
—¿Qué hacemos aquí? —me preguntó Amelia.
—Es la discoteca favorita de Edward, así que aquí vas a encontrar a tu Romeo —al decirle esto, ella sonrió bastante.
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