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Capítulo 25

Entré a la habitación de Susan y al verla conectada a tantas máquinas se me empezó a arrugar el corazón y aunque estaba consiente no tenía el brillo de sus ojos ni su sonrisa, antes al contrario sus ojos se veían lagrimosos y su boca estaba reseca.

—Susan, aquí estoy mi amor, y quiero que sepas que siempre voy a estar para ti pase lo que pase —le apreté su mano y la respuesta de Susan fue soltar una lágrima, definitivamente ha sido nuestro momento más melancólico.

—Te amo mi amor —me dijo en un tono suave, me acerqué a ella para darle un beso, pero solo nos rozamos los labios, y a pesar de que fue un corto beso, ella sonrió, yo suspiré.

—Necesito que luches por tu vida, por nuestros sueños, por todo lo que queremos construir, recuerda que te dije que nos íbamos a ir de viaje después de la boda de Amelia, y me quiero casar contigo, tener hijos adoptivos, para amarlos como si fueran nuestros, pero por favor, no me dejes solo, amémonos para siempre —cuando terminé de hablarle, ella estaba llorando, en el cajón tenía unas toallas, así que empecé a limpiarle las lágrimas, porque lo que menos quiero ahora es ver sus ojos tristes, le iba a dar otro beso, cuando las máquinas a las que estaba conectada comenzaron a pitar y a mostrar una alerta roja. Rápidamente abrí la puerta y salí a buscar a un médico o una enfermera.

—¡Un médico, por favor un médico! —pero nadie venía, apreté el botón que ella tenía en la camilla y seguían sin venir, salí de la habitación y cuando iba a mitad de camino me encontré con el doctor que ha estado atendiendo a Susan y venía acompañado de una enfermera  —¡doctor mi novia se muere!

—Ya íbamos para la habitación, por favor diríjase a la sala de urgencias nosotros vamos a revisar a la paciente, cualquier cosa le estamos informando —me dijo la enfermera.

Asentí y comencé a caminar hacia la sala de espera, aunque antes de llegar, sentí un frío por todo mi cuerpo, que la verdad no me generaba buena espina, voltee a mirar para ver si podía saber de dónde provenía el frío y solo me encontré con una capilla, camine hacia ella y pude notar que para ser tan pequeña es muy hermosa, yo no he sido una persona muy creyente, pero en este momento Dios es el único que puede salvar a Susan, me arrodillé y comencé a orar, yo tengo fe de que se va a recuperar.

Yo no hacía sino llorar, pero al estar acá sentí mucha tranquilidad y paz, sentí como si Dios me estuviera escuchando, pero luego recordé la pesadilla que estoy viviendo así que me levanté y salí de la capilla, caminé a la sala de espera, cuando iba a abrir la puerta, una enfermera abrió y le iba a preguntar si sabía algo de Susan, pero pasó tan rápido que solo pude ver como siguió su camino, al salir noté que todos seguían en la sala de urgencias, Amelia se acercó a mí para decirme.

—¿Dónde estabas?, te estuvimos llamando, pero tu celular decía sistema correo de voz —suspiré frustrado y le dije.

—Estaba en la capilla, necesitaba orar y pedirle a Dios por Susan —suspiré y luego volví a hablar —¿les han dicho algo los médicos?, ¿qué saben ustedes? —pregunté, pero ninguno me respondía nada, solo pude notar como Amelia comenzó a sonreír y espero que su sonrisa sea por el motivo que estoy pensando.

—Susan está bien, está fuera de peligro, es más el médico dice que fue un milagro, así que Dios escuchó nuestras oraciones porque yo no he hecho sino rezar —me dijo Samanta, yo estaba en shock, hace un momento estaba perdiendo al amor de mi vida y ahora ella está fuera de peligro.

—¿No te alegra la noticia? —me preguntó Edward, cuando él me dijo eso yo solté una risa muy escandalosa.

—Por supuesto que me alegra, solo que estoy sorprendido porque ella se estaba muriendo y... —me interrumpió una enfermera.

—La paciente quiere ver a Simón Miller, me imagino que es usted, así que por favor acompáñeme —sonreí, me despedí de todos y salí detrás de ella, pero David me llamó.

—Llévale estas flores a Susan —me pasó unas rosas espectaculares, sé que a Susan le van a gustar, cuando comencé a caminar hacia la habitación, Amelia me llamó.

—Después de ti, quiero verla —asentí y ella me sonrió.

—Y luego quiero verla yo —añadió Violeta, yo me fui prácticamente corriendo de la sala de urgencias porque si seguía allá, ellos hablando no me iban a dejar ir a ver a Susan, y estoy demasiado emocionado, ella está bien y ahora podremos estar juntos para poder vivir nuestro amor.

...

Por más de que parpadeo y parpadeo siento mis ojos cansados, además de eso tengo un fuerte dolor por todo el cuerpo, sigo conectada a estas máquinas que controlan los signos, pero al menos mi sacrificio valió la pena, Amelia está bien y yo saldré viva de aquí.

—Con lo que le acabo de aplicar se le va a ir el dolor por 8 horas, cuando le pase el efecto vendré nuevamente a ponerle más —me dijo la enfermera mientras me colocaba el medicamento.

Tocaron la puerta y le dije a la enfermera que si me ayudaba abriéndola, cuando ella lo hizo, Simón entro demasiado sonriente, al verlo se aceleró mi corazón, traía en sus manos un hermoso ramo de flores, la enfermera salió dejándonos solos, él se acercó a mí y me tomó de la mano.

—Me encanta ver que estás mejor y saber que no te vas a morir, porque no me veo sin ti —al decir esto se puso a llorar, apreté su mano y él se acercó para darme un beso, yo como ya me podía medio levantar, lo hice un poco para que él no tuviera que agacharse tanto.

—Estoy viva por ti, porque lo que viniste a decirme ahora fue lo que me dio fuerzas para luchar por mi vida para poder estar contigo.

Simón se me acercó para darme otro beso y yo se lo correspondí, estábamos en nuestro momento más romántico cuando tocaron la puerta.

—Adelante, la puerta no tiene seguro —al decir esto, Amelia entró a la habitación acompañada de Edward.

—Bueno ya que ellos vinieron, te dejaré en buenas manos, te amo —me dijo Simón y me dio un beso en la frente, yo le sonreí, cuando él iba a salir, Edward lo detuvo.

—No es necesario que te vayas, el doctor nos dejó estar a todos en la habitación, digamos que es un tipo de visita especial —Simón sonrió, Edward corrió una silla para que Amelia se pudiera sentar más cerca de mí y ellos dos se sentaron en el sofá que usan los acompañantes para dormir.

—Gracias a Dios ya estás mejor, y que esto fue solo un susto, pero dime Susan, ¿por qué lo hiciste? —me preguntó Amelia, yo suspiré y le respondí.

—Aunque muchas veces te pedí perdón, yo no me sentía completamente en paz, ya que te hice demasiado daño, además perdiste a tu bebé, yo perdí a mi bebé, mejor dicho por mis malas decisiones ambas hemos sufrido, por eso es que a mí no me va a alcanzar vida para pagarte todo lo que te hice, entonces cuando vi que Victoria estaba dispuesta a matarte no lo pensé dos veces y por eso fue que me atravesé.

—Susan, estoy viva por ti, gracias a ti Victoria no pudo hacerme nada y ahora podré ser feliz con Edward.

—Yo soy la culpable de que esa loca haya intentado matarte, porque por mi culpa Edward la conoció —les dije, pero Amelia negó.

—No digas eso Susan tú no tienes la culpa de todo lo que hizo Victoria —yo insistí, pero esta vez Edward me lo negó, yo sé que para ellos no soy culpable, pero si Edward no se hubiera ido a vivir a Londres, él jamás la hubiera conocido.

—Edward, seme sincero ¿si no me hubiera metido entre ustedes dos, hubieras conocido a Victoria?

—Susan, independientemente de todo, Miguel era socio de mi papá, entonces de todas formas yo hubiera conocido a Victoria —me respondió Edward, pero no me sentía conforme, yo sé que pude haber evitado muchas cosas.

—Pero yo le facilité las cosas a Victoria, con esa obsesión absurda que tuve por ti, y vean que solo trajo problemas, hasta casi te mata Mia.

—Susan, Victoria se hubiera obsesionado de mí así me hubiera conocido en la tienda de la esquina, así que no es tu culpa —me dijo Edward, sé que él me dice todo esto para que yo pueda estar tranquila, pero la verdad no logro estarlo.

—Edward tiene razón así que no te preocupes por eso, y ya ahora por fin nos libramos de Victoria porque que maldito dolor de muela es esa mujer —dijo Amelia riéndose, nosotros nos unimos a su risa, este era el momento para decirle algo que hace mucho tiempo le quise decir a ella, así que cuando tuve su atención le dije.

—Una vez alguien me dijo que yo quería ser como tú Amelia, y es verdad yo hubiera querido tener tu capacidad de amar y ser amada, porque tú eres un gran ser humano, tienes un corazón muy noble, sino mira lo que hiciste, tu mamá estuvo aquí y me hizo saber el gran cariño que sientes por mí, y sabes es un cariño que no merezco porque a pesar de que eres mi hermana, te odie gran parte de mi vida porque no supe amarte, pero ahora te quiero demasiado, eres mi familia —no me di cuenta que estaba llorando hasta que sentí el sabor salado en mi boca, todo lo que acabo de decirle a Amelia es sincero y salió desde mi corazón, ella también estaba llorando.

—Sé que en gran parte de tus acciones influyó tu madre, porque ella no supo cuidarte, ni amarte, ella siempre buscó sus intereses sin importar el daño que te hacía, pero Susan ya olvida todo lo malo, eso ya quedó en el pasado, ahora lo importante es que tú estés bien y seas feliz al lado del hombre que amas, así como yo lo seré con Edward —ella lo volteó a mirar y él le lanzó un beso.

—Amelia tiene razón, así que vamos a esperar unos días que estés más recuperada, para seguir con nuestras vidas justo donde las dejamos —me dijo Simón mientras me tomaba de la mano.

—Es cierto mi amor, por eso Amelia y Edward, yo ya estoy mejor así que ustedes se pueden ir a su viaje, ya les arruine la recepción de su boda por favor no dejen que le arruine también su luna de miel —Amelia se acercó a Edward, este le colocó su brazo encima del hombro en forma de abrazo, para luego darle un beso.

—Cuando tú estés completamente recuperada nosotros nos iremos de luna de miel, mientras tanto estamos bien —me dijo Edward y aunque no estaba muy de acuerdo finalmente acepté.

—Pero espero que no sea mucho tiempo, porque ustedes dos deben estar en nuestra boda, ya que apenas Susan esté recuperada nos casamos y es más Amelia, tenemos planes de adoptar, tú que trabajas en ese hogar de niños crees ¿qué nos puedas ayudar a adoptar?

—Pero por supuesto solo es que use unos contactos y podré ayudarlos, no ves que será nuestro sobrino —nos dijo Amelia, la verdad al escuchar eso me dio mucha felicidad porque aunque no lo parezca yo sí quiero ser madre y estoy segura que seré mucho mejor que mi mamá, porque no dejaré que ninguno de mis hijos cometa los errores que yo cometí por seguir los malos consejos de mi mamá.

...

Días después

Hoy Susan sale de la clínica, Simón y Violeta la están recogiendo, nosotros estamos en mi casa organizando una reunión para darle la bienvenida a Susan.

—Traje una botella de la mejor champaña para que brindemos por la bienvenida de Susan, pero además de eso por tu matrimonio, porque después de todo ustedes no lo han celebrado —me dijo David, mientras colocaba la botella en la mesa junto a los demás aperitivos.

—¿Tu qué sabes si no lo hemos celebrado? —le preguntó Edward involucrándose en nuestra conversación.

—Amelia no ha salido de la clínica, ha estado cuidando a Susan todos estos días, además si ese hubiera sido el caso, yo más que nadie sabría sobre la celebración —le respondió David, Edward me miró y soltó una risa.

—Pero la noche es larga, muy larga, así que si podemos celebrar nuestra unión matrimonial —entendí perfectamente a lo que se refería Edward, así que me sonroje y me alejé, David y Edward lo notaron porque se rieron entre ellos.

Taylor y Eduardo estaban terminando de inflar bombas, el celular de Eduardo comenzó a sonar, él se alejó para poder contestar sin la bulla que estamos haciendo con la música, después de colgar se acercó a nosotros.

—Violeta me llamó que ya vienen para acá.

—Listo, ya todo está listo para darle la bienvenida —les dije, Sammy que tenía a su bebé, se lo pasó a David y luego caminó hacia mi.

—Yo me encargaré de que vayan teniendo los bocadillos listos —me dijo Olivia caminando hacia la cocina, estábamos todos reunidos, excepto mis suegros que por cosas del trabajo tuvieron que regresarse a último minuto, pero de resto el combo está completo.

—¿Crees que le guste esta fiesta a Susan? —me preguntó Sammy, ella tenía una bolsa de papas en sus manos, así que le robé unas cuantas, ella bufó ya que no le gusta que le robe de su comida, yo solté una risa y le respondí a su pregunta.

—Pues espero que si, me esforcé mucho para que ella sintiera como en casa —ella me miró divertida y luego soltó una risa.

—Si me hubieran dicho hace cinco años que ustedes dos iban a ser hermanas y que se iban a a llevar tan bien, le hubiera dicho a esa persona que estaba loca —me uní a la risa de Samanta ya que ella tenía razón, nosotras no éramos las personas más cercanas, ustedes lo saben, pero pues es mi hermana y además le debo mi vida, le iba a responder pero Noah comenzó a llorar, David no supo qué hacer así que se lo trajo a Sammy, ambas nos burlamos de la situación, porque es evidente que mi ahijado necesita un nuevo pañal y David no se lo va a cambiar.

—Iré a cambiarlo, quedé de ayudarle a Olivia con lo la comida, tratare de demorarme.

—Tu tranquila, ve que yo le ayudaré a Oli —le dije, ella se fue a una de las habitaciones a cambiarlo y yo me dirigí a la cocina, pero cuando llegué ya todo estaba listo así que mi presencia sobraba aquí —todo se ve delicioso —le dije a Olivia, ella sacó una prueba para darme, al saborearla me di cuenta que estaba en lo correcto.

—Fue hecha por un chef italiano, y se basó en lo que iba a ser la comida en la recepción de tu boda, lo hice porque sé que te encantó desde que hicimos la prueba cuando estábamos planeando todo para tu matrimonio —al escucharla le di un abrazo, definitivamente ella ha sido lo mejor que nos pudo pasar a mi mamá y a mí, porque es una persona incondicional y es la mejor persona del mundo mundial.

La puerta sonó, eso significa que llegaron, ambas salimos de la cocina para darles a los recién llegados el recibimiento.

—Bienvenida a tu casa Susan —le dijo mi madre mientras le daba un abrazo, pude ver en los ojos de Susan que estaba emocionada, pero también melancólica.

—Muchas gracias Emma —le respondió Susan, me acerqué a ella para darle también un abrazo.

—Pasen, que están en su casa, pónganse cómodos que esta fiesta va a estar buenísima, cierto David? —le dije porque él ya estaba metiendo la mano en la comida, cuando todos lo voltearon a mirar se rieron.

—Si la fiesta va a ser como esta comida, definitivamente va a ser la mejor —me respondió David llevándose un trozo de comida, gracias a que Olivia insistió mucho contratamos un servicio de meseros para que se encargaran de todo, primero nos trajeron un aperitivo para ya luego pasar a la comida.

—Este trabajo de madre es muy terrible y muy mal pago, este niño no se quería dejar cambiar el pañal, tuve que hacerle cinco veces cosquillas y cantarle una canción de cuna —nos dijo Samanta mientras entraba en la sala con Noah en sus brazos.

—Pues entonces que la próxima vez lo cambie el padre —le sugirió Ricardo a Sammy, ella soltó una risa.

—Viejo Richi hagamos pasito, tu me caes muy bien, no me hagas odiarte —le respondió David, todos no podíamos de la risa.

—Ya pueden pasar, la comida está servida —nos dijo mi madre y no tuvo que dar el mensaje dos veces porque todos salieron corriendo hacia el comedor, Susan iba de la mano de Simón, David y Samanta igual, Olivia iba abrazada a Taylor, Ricardo corrió porque me imagino que cree que le van a quitar su puesto favorito, Nicolás y Matilde, Violeta y Eduardo iban a su ritmo, total la comida no se va a acabar, Edward estaba frente a mí con una hermosa sonrisa y es la misma de la cual me enamoró todos los días.

—¿Te he dicho hoy que estás hermosa? —ante su pregunté solté una risa.

—Si, como unas 20 veces en la mañana, ahora en la tarde como 10 veces, aunque con esta vez son 11 veces.

—Pues entonces que sean muchas veces, porque estás hermosa —me dijo atrayéndome a él, y comenzó a darme besos por todo el rostro.

—Pues tú estás precioso hoy esposo mío, te sienta muy bien esa camisa —le dije, para luego darle un beso.

—Ya quiero que se acabe la fiesta —me dijo en un tono serio, ¿será que no le gustó?

—¿No te gustó la fiesta? —le pregunté con bastante preocupación, él es muy exigente para las reuniones y quizás esta no está siendo de su agrado.

—Obvio si, está genial, solo que tú sabes que ya mañana nos vamos para nuestra luna de miel, y quiero tenerte para mí solito, además ya quiero probar sol de Grecia.

Solté un suspiro porque si me preocupe que no le hubiera gustado la fiesta y luego me reí por su comentario sobre nuestra luna de miel.

—Vamos más bien a comer —le dije agarrando su mano, cuando llegamos al comedor, todos estaban disfrutando de la deliciosa comida.

—Veo que empezaron sin nosotros, mejor dicho un segundo más y solo encontramos los platos —les dijo Edward, me corrió la silla para que me pudiera sentar y él se sentó a lado.

—Nosotros no tenemos la culpa que ustedes se queden haciendo el nieto de la hermosa Emma y del viejo Richi —le respondió David, todos rieron, pero yo me puse roja como un tomate —David lo notó así que me hizo más burla —ven, Amelia lo acepta con su cara toda roja —todos voltearon a mirarme, y yo me puse aún más roja, voy a matar a David.

Los meseros nos sirvieron la deliciosa comida, pude ver que a Edward le encantó el sabor, y la verdad es que deliciosa si está y mucho, luego de comer lo salado, llegó un delicioso pastel de tres leches que está como para chuparse los dedos, finalmente los meseros nos entregaron a cada uno una copa de champaña, yo iba a comenzar a tomar, cuando Ricardo hizo sonar su copa con un tenedor, al tener la atención de todos comenzó a hablar.

—Brindemos porque hoy pudimos compartir y darle la bienvenida a Susan, también aprovechemos y brindemos por esos recién casados que andan por ahí haciendo de las suyas —al escucharlo, yo no pude contener la risa.

—Si ven, Amelia se delata sola con la risa —agregó David, definitivamente lo voy a matar por bocón.

—Amor, toma más bien champaña, para que no sigas intimidando a Amelia —Sammy como siempre a mi rescate, por eso es mi mejor amiga.

—Salud Ricardo, y yo quiero que brindemos por mi hermosa esposa, porque no hay mejor mujer en este mundo que ella —dijo Edward mirándome a los ojos, todos dijeron salud.

—Brindemos por mi esposo maravilloso —dije, todos dijeron salud.

—Ustedes se equivocan porque la mejor esposa y el esposo más maravilloso somos nosotros —me contradijo Eduardo y recibió un beso de su esposa.

—Para nada, somos nosotros —le contradijo David a Eduardo, recibiendo una mala mirada de él.

—Para que no entremos en discusión, todos tenemos las esposas más hermosas y nosotros somos los esposos más maravillosos, salud para todos —Ricardo salvó el ambiente de una pelea de esposas y esposos.

Simón se colocó de pie ganándose las miradas de todos, obviamente yo se lo que va a pasar, pero no deja de emocionarme.

—De hecho Ricardo, espero ser yo el que tenga la esposa más hermosa, y ojalá yo pueda ser el esposo más maravilloso, pero para eso necesito —colocándose de rodillas frente a Susan, sacó de su bolsillo una cajita y nos dejó ver un anillo demasiado hermoso —Susan, mi amor, aceptas casarte conmigo? —todos nos quedamos en silencio y estamos esperando la respuesta de Susan, espero que diga que si.

—Por supuesto que me caso contigo, obvio que si —le dijo Susan, él colocó el hermoso anillo en su dedo y luego se dieron un beso, todos comenzamos a aplaudir, me coloque de pie para abrazarlos.

—Van a ver que serán muy felices —les dije, ambos sonrieron, en esta casa hoy solo se respira amor, mucho amor.

—Espero que puedas estar en mi boda —me dijo Susan.

—Claro que estaré en tu boda, me voy para Grecia, no fuera del planeta —ella se rio por mi comentario.

—Seguiré diciendo que yo quiero ir a Grecia —nos dijo mi madre, Ricardo se acercó a ella y antes de darle un beso, le dijo.

—Te prometo que para nuestro aniversario te llevaré a Grecia.

Todos estábamos muy felices en la reunión, la música estaba al gusto de todos, la comida estuvo deliciosa, me encanta saber que las personas que son importantes para mí, celebran el amor.

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