Capítulo 11
Wisconsin, Estados Unidos 🇺🇲
Apenas podía analizar lo que David acababa de decirme, o sea no puede ser cierto que Edward se vaya a casar con Victoria, no cuando aún lo sigo amando, es más yo aún sigo esperando por él.
—Amelia, yo sé que esto debe ser difícil para ti, es muy evidente que aún lo sigues queriendo, solo que tú sabes que Edward es un imbécil y...
David trató de acercase, pero yo lo aleje y tome asiento porque de la noticia me dio un leve mareo, yo creo que se me bajo la presión, comencé a hacer círculos en mi sien.
—No es necesario que me digas nada David.
—Yo sé que no debo decirte nada ni mucho menos responder por los actos del tarado de mi primo, pero...
—Ya David por favor no me digas nada.
Sin yo poderlo evitar me comenzaron a salir lágrimas, David se sentó a mi lado.
—Mi amor ya estoy lista, vamos por Amelia que ya está tarde —dijo Sammy entrando a la sala mirando su bolso, apenas levantó la mirada, ella me miro sorprendida —Mia no sabía que estabas aquí, pues nosotros quedamos de pasar por ti.
—Hace ratico llegué, Ricardo y mi mamá me trajeron —le dije sin ánimos, ella lo noto y se arrodilló para quedar a mi altura.
—Por la cara que traes me imagino que David ya te contó la barbaridad que va a cometer Edward —yo asentí.
—A pesar de que él me invito a su boda es obvio que no iré, no estoy de acuerdo porque con esto, él acaba de romper tu corazón otra vez y yo nunca estaré de acuerdo con eso.
—Mia créeme que si yo voy es porque Edward es mi primo y como no estar con él, pero tampoco estoy de acuerdo con que te rompa el corazón, sabes que te quiero mucho —apenas escuché a David, yo le sonreí.
—No te preocupes, yo te entiendo —David me sonrió —en cuanto a ti Sammy lo correcto es que vayas a esa boda, primero que todo porque él te invito y segundo no puedes dejar solo a David, sin embargo, cuídate mucho y no te preocupes por mí.
Sammy se levantó y me miró fijamente, luego cruzo los brazos.
—Mia no me pidas que vaya a esa boda, eres mi mejor amiga o mejor dicho eres mi hermana de otra madre, obvio estoy contigo, además tenemos que ir a nuestra fiesta de graduación —Iba a intervenir, pero David me interrumpió.
—Mia no te preocupes yo entiendo la posición de Sammy, vuelvo y te digo voy porque es mi primo, porque por mí no iría.
—No se preocupen por mí, ustedes vayan a la boda de Edward —ambos me miraron fijamente, no los deje hablar —les prometo que voy a estar bien, así que les pido que se vayan en el último vuelo que salga para Londres y Sammy la fiesta de graduación es lo de menos.
—Mia yo... —interrumpí a Sammy.
—Hazlo por mí, yo te lo estoy pidiendo.
Samanta rodó los ojos y luego soltó un bufido.
—Está bien iré a la dichosa boda, pero quiero aclarar que si voy es porque tú me lo pediste —al escucharla yo le sonreí —aunque también tienes razón debo acompañar a David he escuchado que las inglesas son algo lanzadas.
—Bueno entonces ve a hacer tu maleta —le dije señalándole las escaleras, ella asintió y subió corriendo a su habitación, miré a David.
—Tú también ve a hacer tu maleta —él negó.
—En realidad no necesito llevar nada, mis papás ya me escribieron que me tenían el traje y una que otra muda de ropa —suspiro y yo asentí.
—Amelia tú de verdad ¿vas a estar bien?
Yo no supe que responderle o en realidad no me salieron las palabras, simplemente asentí con la cabeza y solté unos sollozos, David se acercó a mí y me dio otro abrazo.
Sentimos unas llaves, así que ambos nos levantamos para caminar hacia la puerta, Nicolás y Matilde habían llegado.
—¿Qué hacen aquí?, yo me los imaginaba en una fiesta hasta el amanecer —nos dijo Matilde, nosotros nos miramos, ella al verme se me acercó —¿pasa algo cariño?
—Creo que iré a tomar un poco de agua —dijo David desapareciendo de la sala, yo los mire.
—¿No estaban en un evento?
—Sí, pero estaba demasiado aburrido es más Ricardo y Emma ya van camino para su casa —me respondió Nicolás, él me miraba fijamente tanto así que reparo mi rostro —lloraste, ¿acaso pasó algo?
Iba a responder, pero Sammy bajaba las escaleras con una maleta pequeña en manos, al verlos se quedó mirándolos fijamente.
—¿Y esa maleta hija? —le pregunto Nicolás, Sammy se mordió el labio nerviosa, luego me miro.
—Es que voy para Londres —Nicolás y Matilde abrieron los ojos.
—¿Para Londres? —preguntaron los dos al mismo tiempo, ella asintió, David entro nuevamente a la sala con un vaso de agua en sus manos.
—¿Le pasó algo a tus padres? —le pregunto Matilde a David, él tomó un poco más de agua.
—No, gracias a Dios no, vamos a viajar por otra cosa —tomo más agua, luego añadió —lo que pasa es que mi querido primo Edward se casa.
Nicolás y Matilde me miraron, yo simplemente bajé mi mirada.
—Ya entiendo, ¿entonces van a ir todos? —pregunto Matilde.
—Solo iremos Samanta y yo —le respondió David, Matilde me miro y luego hablo.
—Entonces tu... —yo la interrumpí.
—Matilde sinceramente no quiero hablar del tema —ella me miro triste, sé que entiende perfectamente cómo me siento.
—Entonces vamos los llevo al aeropuerto y luego llevaré a Amelia a su casa —nos dijo Nicolás, nosotros asentimos y salimos de la casa, la primera en salir fui yo porque necesitaba aire.
—Todo estará bien —me dijo Sammy dándome una leve sonrisa.
—Yo espero que sí.
David estaba guardando la maleta de Sammy en la cajuela del auto.
—Matilde ya viene es que fue a cambiarse de zapatos, mientras tanto vayan al auto —le hicimos caso, luego de unos minutos Matilde llegó y Nicolás arrancó el auto.
....
—Tienen que decidirse ya porque ese vuelo está abordando —nos decía la trabajadora del aeropuerto.
—Si, por favor denme dos boletos en ese vuelo —le dijo David y ella asintió, yo lo mire.
—De verdad no quiero dejar a Amelia sola, a pesar que ella diga que está bien yo sé, yo la conozco y ella no está bien, solo lo dijo para que nosotros fuéramos a esa dichosa boda —suspire y David me abrazo.
—Mi amor, tranquila, yo tampoco la quiero dejar, pero ella nos pidió que fuéramos —le iba a decir algo más a mi novio, pero la muchacha del aeropuerto me interrumpió.
—Aquí tienen los boletos, pero deben ir rápido ya el avión pronto se irá.
—Muchas gracias —le dijimos al mismo tiempo, nos dirigimos hacia donde estaban mi papá, Matilde y Amelia.
—El martes estamos aquí —les dije, ellos sonrieron y yo me acerqué a Amelia —espero que de verdad tú estés bien —ella me sonrió.
—Vas a ver que si —ambas nos abrazamos y luego nosotros nos dirigimos hacia el avión.
Y efectivamente el vuelo salió a los pocos minutos.
...
David y Samanta se fueron, yo me dirigí hacia Nicolás y Matilde.
—¿Te llevamos a tu casa? —me pregunto Nicolás, yo asentí.
—Por favor y muchas gracias —luego de decirles esto, los tres salimos rumbo a mi casa.
Cuando ya estábamos en el auto, Nicolás me miro para luego preguntarme.
—¿Tienes hambre?
—La verdad no, además no se preocupen por mí.
Nicolás me miro y asintió.
Me dediqué a mirar por la ventana, además también suspiré y sin darme cuenta me pesaron los ojos, así que me quedé dormida.
El auto de Nicolás se detuvo y yo pensé que ya había llegado a mi casa, pero estábamos en una Burger King.
—¿Qué hacemos aquí? —le pregunté a Matilde y ella me miro a través del espejo.
—Nicolás se detuvo para comprar algo de comida.
Luego de esto, Nicolás se subió con unas cuantas bolsas.
—Amelia te acabo de comprar una hamburguesa triple carne con papas y gaseosa, me haces el favor y te lo comes —él me pasó la bolsa y de verdad esto está pesado —mi amor esta es la bolsa de nosotros.
—Muchas gracias Nico, aunque este combo me lo comeré entre Ricardo, mi mamá y yo.
—No te preocupes, tu come tranquila que aquí también compré para Ricardo y Emma.
Al escucharlo abrí los ojos.
—No debiste haberte molestado es más créeme que ellos ya deben estar comiendo pizza.
Él soltó una risa y arrancó nuevamente el auto, ahora si llegamos a mi casa, ellos me acompañaron hasta el apartamento.
Busque entre mis bolsillos las llaves y tristemente no las tengo así que me tocó tocar la puerta.
Toc, Toc ✊🏻
Luego de unos minutos Ricardo me abrió.
—Amelia, ¿qué haces aquí?, nosotros te esperábamos mañana.
Yo suspiré y entre, me dirigí hacia ellos.
—Muchas gracias por traerme.
—Fue con mucho gusto mi amor, que descanses —me dijo Matilde, yo sonreí y me dirigí hacia Ricardo.
—¿Dónde está mi mamá?
—Ella está en la habitación.
....
Amelia se fue para la habitación buscando a su mamá.
Ricardo se quedó en la puerta con Nicolás y Matilde.
—Mira aquí les trajimos estás hamburguesas —le dijo Matilde entregándole la bolsa.
—Pero no se hubieran molestado es más nos acabó de llegar la pizza.
—Entonces ahí tienen más comida —añadió Nicolás —bueno ya está tarde, nosotros mejor nos vamos —ellos se despidieron y se fueron.
....
Entre a la habitación de mi mamá y ella estaba mirando una película bastante entretenida además se estaba llevando una pieza de pizza a la boca.
—Mami —la llamé, ella quitó los ojos de la película para mirarme fijamente.
—Amelia, ¿qué haces aquí? —ella dejó la pizza en la caja y me señaló la cama, yo me senté.
—Lo que pasa mami es que...
—Amelia la verdad me parece muy bien porque en vez de estar de fiesta ahora vamos a hacer planes de películas juntos como la familia feliz que somos —me dijo Ricardo mientras entraba a la habitación, yo le sonreí.
—Pues en realidad en estos momentos si estaría de fiesta, pero lo que pasa es que Samanta y David van en un vuelo para Londres —mi mamá y Ricardo me miraron asombrados.
—¿Paso algo con los papás de David? —me pregunto mi mamá, yo negué.
—¿Entonces por qué van a Londres? —ahora el que me pregunto fue Ricardo.
—Lo que pasa es que... —las palabras no me salían simplemente suspiré —es que ellos salieron para una boda.
—¿Una boda? —preguntaron al mismo tiempo.
—Si lo que pasa es que Edward se va a casar.
Mi mamá y Ricardo se quedaron en shock.
....
Londres, Inglaterra 🇬🇧
Diez horas con cinco minutos después
Llegamos justo a tiempo porque la boda de Edward con Victoria es mañana.
—Bueno ya estamos aquí —le dije a mi novia y ella asintió —ahora a buscar un taxi.
Apenas salimos del aeropuerto justamente había un taxi desocupado así que nosotros lo tomamos, le dimos las indicaciones al taxista y él arranco.
—¿Cómo crees que esta Amelia? —me pregunto Sammy mientras miraba por la ventana.
—Pues feliz no creo, es más yo creo que ella debe estar muy mal.
Llegamos a la casa de Edward, pagué el taxi y nos bajamos.
Toc, Toc ✊🏻
Luego de tocar como unas cinco veces, por fin nos abrieron la puerta.
—¿Ustedes qué hacen aquí?
....
Hermosas personitas muchas gracias por leerme ❤️❤️
Los quiero mucho ❤️😘
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