Clases de Prestigio p1
Adagio
La música, es un arte y una ciencia perfecta. Desde el instante en que los sonidos nacen, perduran en la memoria, corazón de aquellos que les rodean, y por esto mismo los límites del cuerpo pueden desaparecer. Yo mismo soy un buen ejemplo; porque yo misma, puedo oír, como arden las estrellas.
«Al primer instante de que el universo nació, también nació una canción...»
Dicho popular
Plenitud. Es la palabra más cercana a describir los logros de un Adagio.
Llamada de muchas maneras: la Canción Primordial, la Nota Ancestral, el Sonido del Inicio, la Música Primigenia, la Sinfonía del Albor, el Trino de la Cúspide.
Solo unos pocos, al adentrarse más allá de sus límites en la música mágica lograron escuchar un breve fragmento de dicha canción.
Y aquellos que lograron esta hazaña, despertaron los 5 sentidos sin límites en su cuerpo sin destruirse a sí mismos en el proceso. Se dice aquellos que lograron ser Adagios no solo desarrollaron la plenitud física, sino que también alcanzaron al mismo tiempo la iluminación.
Bardos y Monjes, ellos comprendieron que la canción primordial existe y siempre existirá. Estas personas perfeccionaron sus poderes sobre la magia y la música en sonidos que no provienen de un instrumento, sino de la mismísima naturaleza así como de ellos mismos; el sonido del viento, el crujido de la tierra bajo sus pies, e incluso los latidos de su propio corazón son sonidos que pueden fortaleces su cuerpo o del otros para darle capacidades casi divinas.
La canción nunca abandona a un Adagio y su poder puede tener efectos extraños sobre las almas de estos personajes. Algunos se retiran de la sociedad, buscando el silencio de monasterios lejanos o cimas montañosas desde donde concentrarse mejor en la música que una vez oyeron.
Algunos hablan a quien quiera escucharles sobre la importancia y belleza de la canción primigenia, mientras que otros no consiguen encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que la música significa para ellos o para el mundo.
Aunque hay buscadores de todas las clases, pocos magos o hechiceros se dedican a la canción; es más probable que los miembros de estas clases quieran continuar con el lanzamiento de conjuros tradicional que seguir la extraña atracción del Trino de la Cúspide.
Berserker
¿Mi Armadura? ¿Acaso crees que soy débil? Solo necesito tener mi hacha en manos; yo no necesito de una armadura porque no huyo de la lucha, me baño en la batalla, mis gritos emergen desde mi alma como cantos fúnebres y de gloria. Yo soy un guerrero nacido para la batalla pues solo para eso existo.
Temidos y odiados.
No fueron entrenados en batalla, pues los barbaros del hielo y los nevados bosques de Düm, adoran al oso como un símbolo de la fuerza y poder de batalla de un guerrero. Así adoptando a este animal como su tótem los guerreros de estas regiones esperan adoptar así también su fuerza en batalla. Gracias a un ritual secreto y a su estrecho lazo con el espíritu del oso parece ganar su fuerza durante la gran rabia de la batalla. Estos guerreros ferales son conocidos como: Berserkers.
Los Berserkers, visten con pieles de oso, utilizando como ventaja el miedo que mucha gente tiene a los animales salvajes y al mismo tiempo invitando a la furia salvaje del animal a manifestarse en el cuerpo del guerrero.
Más allá de la batalla, más allá de los límites del cuerpo, y más allá de la cordura, los Berserkers se lanzan a sí mismos a un frenesí de batalla, mordiendo sus escudos y aullando como fieras, convirtiéndose en enemigos formidables, ya que estos feroces guerreros parecen insensibles al dolor mientras les dura su locura.
En su frenesí salvaje se les ha visto atacar a las rocas y árboles y no es extraño que ataquen a su propia gente e incluso hay relatos de berserkers atacando a manadas de animales como lobos o leones de montaña.
Por lo general, los Druidas, los Coewyd y los Thallak miran con desprecio a los bersérker, cuya falta de control en combate va incluso más allá de las legendarias vesania bárbara.
Caballero
¿Mi magia? Con tu perdón, me estas confundiendo. Yo soy un guerrero hasta la medula. Con diferencia de mis hermanos los Paladines, Cruzados y Espadas sortílegas; no poseo más que destreza marcial, y no por ello soy menos mortífero.
Los Caballeros son conocidos por sus valor incuestionable; es una orden hermana de los Paladines, Cruzados y Espadas Sortílegas, y para muchos los más humildes, y dignos. Son los defensores del honor, la dignidad y la tradición.
Entrenados en el manejo de las espadas de mano, mandobles, lanzas, mayales, escudo y el arco, son guerreros que no se valen de habilidades clericales de los Paladines y Cruzados o Hechicería como las Espadas Sortílegas, ellos luchan con su destreza marcial y se les llama también «Cavalier» por partir a la batalla y luchar a lomos de poderosos corceles entrenados para la guerra.
Estos diestros guerreros de primera clase, portan armaduras en batalla, que les permite resistir ataques devastadores. Su determinación, empuje y espíritu de lucha le permiten controlar el campo de batalla de formas que nadie puede igualar; pues no solo dependen de una sorprendente habilidad marcial sino la capacidad de provocar a un oponente.
Un caballero puede desafiar a sus rivales a un duelo, aprovechándose del orgullo y el ego de estos para obligarles a aceptar. La competencia de los caballeros y tácticas defensivas les da la posibilidad de abortar cualquier plan de sus enemigos.
Sobresalen en combate de forma similar a un Guerrero; pero allí donde un guerrero puede despachar con rapidez a un monstruo, tu principal talento reside en tu capacidad para mantener a la bestia lejos de tus aliados mientras luchas con esa amenaza.
Un caballero puede luchar contra la opresión y la brutalidad en todas sus formas. De ahí que sean tan respetados por sus hermanos y por el pueblo.
Cruzado
Soy un guerrero y un sanador, hospitalario y protector; ahí donde la duda asole en la fe, yo iré. Donde la anarquía sobreponga la justicia, combatiré. Donde los falsarios moran, yo les excomulgare.
Los Cruzados son la quintaesencia de los paladines.
Los conocimientos de lucha sacra son difíciles de comprender y dominar, por esto mismo el entrenamiento para ser un paladín, es difícil y toma años ser completado. Pero, en ocasiones surgieron hombres y mujeres con un talento en estas artes fervientes que superaron a sus mentores e incluso su potencial clerical es superior a lo esperado. Ellos son los Cruzados.
Los únicos que les igualan en poder son los Hierofantes.
El cruzado personifica la devoción y la dedicación a su padre el Dios Zenitar.
Mucho más que un paladín, el cruzado sirve como símbolo de un aspecto específico del ámbito de poder de su dios, como el fuego, la luz, el bien, el saber, la sanación, la erudición y la guerra. Sirven como generales de élite, cumpliendo la voluntad de la justicia.
Ataviados con armadura y escudos de pavés, coronados con su justa convicción, los cruzados luchan incesantemente contra el mal en cualquier forma que adopte. La orden es partidaria del ataque sin piedad contra el mal y sus miembros se entrenan para detectar y destruir a criaturas e individuos malignos; así mismo a levantar o romper maleficios o curar a los desvalidos.
Lleno de fervor, un cruzado conoce tan solo una solución a una infestación del mal: la espada. Las llamas purificadoras y el limpio corte de un filo sagrado son sus herramientas consagradas. Los cruzados suelen trabajar hombro con hombro con los otros que comparten su devoción, principalmente con sus hermanos los Paladines, Caballeros y Espadas sortílegas así mismo con Clérigos y preferiblemente con otros cruzados.
Desolador
Ja, ja, ja, ja... ¿Defender la vida? Yo ya no venero a Thiorim, así de simple. Me he apartado de la naturaleza y ella de mí. Yo no busco preservar la vida vegetal y animal, porque no los necesito. Si, reconozco que la naturaleza es poderosa, pero... ¿Qué es más poderoso que la destrucción?
Los Desoladores, son aquellos druidas que por motivos o circunstancias ajenas a su poder se entregaron a la furia ante la destrucción de sus arboledas o claros sagrados, pero que en vez de restaurar la tierra y reverdecer los bosques, quedaron fascinados por la destrucción a la naturaleza. Pues cuando un integrante de la vida vegetal como los árboles que superan los 100 años muere consumido por el fuego o el acero, todo el poder en la vida que tuvo el árbol, se convierte en una fuerza arcana que un druida puede emplear para incrementar su propio poder, y alargar su vida a muchas décadas de las que su raza es capaz de vivir.
Esta destrucción incremento el poder de esos druidas y fue un incentivo ante este poder de la destrucción que acabo agradándoles. De este modo un protector de los bosques se volvió hacia el mal y busca la destrucción de la vida vegetal para incrementar sus propios poderes.
Si se puede considerar que el Guardián Negro es la versión maligna del Paladín, el Desolador es la contraparte maligna de los Druidas pues no dudan en emplear sus poderes, la mayoría emplean habilidades tóxicas y venenosas para asesinar a muchos sin remordimiento alguno.
Estos anti-druidas son odiados por los que anteriormente eran sus hermanos y ya sea casualidad o no al provocar incendios también han arrasado aldeas y pueblos en su locura por la destrucción, considerando que a vida de otros seres carece de valor alguno.
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