Solo un día, faltaba solo un maldito día para regresar a su casa y poder estar con su familia.

Intento prestar atención a lo que se decía en la última reunión para el proyecto tan innovador que realizarían en algunos meses.

Para cuando la reunión termino se apresuró en hacer su maleta tan ordenada como la había organizado antes de viajar que cuando reviso su reloj la hora de partir estaba cerca.

Las casi dos horas de viaje le importaron poco, sabía que dentro de poco Eren estaría recibiendolo con aquella hermosa sonrisa junto a su hija.

Lamentablemente cuando llego a su casa, esta lo recibió con un profundo silencio y solo una pequeña luz iluminandola, suspiro mientras dejaba su equipaje junto a la puerta y se apresuraba a subir para ir a su habitación.

Al entrar una sonrisa escapo de sus labios, las personas más importantes en su vida se encontraban dormidas tan profundamente que evito hacer cualquier ruido, se tomo tiempo de contemplar a su hija y a su pareja, de tocar con delicadeza el vientre de el castaño recibiendo ligeros movimientos en respuesta.

Aun con la sonrisa adornando su rostro se repitió mentalmente que era el hombre más feliz de el mundo.