Miel.
Eren sonreía al ver a Levi ir de aquí para allá junto a Lucy, los dos se encontraban llenos de harina.
Lucy: ¿Ya tomaste tus medicinas?
Eren: Aún no.
Lucy: Espera y tomó mis vitaminas de osito contigo.
Eren: Si amor.
Lucy: Bebé ahora vuelvo.
Eren: No corras.
Levi: ¿Tienes hambre?
Eren: ¿Aún no está tu desayuno fabuloso?
Levi: Lo haces ver fácil.
Eren: Llorón.
Levi: Calla, sabes, cuento los días que faltan para que ese pequeño revoltoso llegue.
Eren: Yo también los cuento.
Levi: Será lindo verte con una linda pancita ir de aquí para allá, sentir como patea y se mueve.
Eren: Yo muero por despertarte en la madrugada por algún antojo.
Levi: Te haré comer hasta que ruedes amor.
Eren: Esta bien.
Lucy: Llegue, vamos papi toma tus pastillas, traigo mis ositos.
Eren: ¿Me das uno?
Lucy: ¡Si!
Eren espero a que Lucy terminará de masticar la gomita en forma de osito para tomar sus pastillas con ayuda de el jugo de manzana que Levi había preparado para el, cuando terminó con la parte fea de las pastillas se llevó la gomita a la boca para comerla.
Eren: Sabe a limón.
Levi: Cierto, para las nauceas es bueno que comas paletas de limón.
Eren: ¿Si?
Levi: Laura se comía unas seis diarias los primero meses.
Eren: ¿Fue difícil?
Levi: Lo fue, pero siempre vio el lado bueno, se que me regañaria ahora mismo por matarte de hambre.
Eren: Bobo, estoy seguro que te lanzaría un zapato.
Levi: Si.
Lucy: Papá ¿podemos ir a ver a mamá para contarle de el bebé?
Levi: Si amor a mamá y a la abuela.
Eren: Recuerda decirle cuanto la quieres.
Lucy: ¡Si!
Levi: Bien, tu comida está lista.
Eren: Gracias.
Levi: Tienes la boca llena de miel Eren.
Eren: Calla, tu hijo me dejo comer y no iba a desaprovechar.
Levi: Esta bien, dejame limpiar la miel.
Eren: Si, pero ya no molestes, estoy comiendo.
El azabache sonrio ante la exigencia de su castaño, tomando el rostro de Eren entre sus manos, lo beso con cuidado hasta quitar la miel de los labios de su niño.
Eren: ¿Me das otro?
Levi: ¿Tienes más miel?
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