Los dieciocho, la edad en donde cualquier joven sale a antros a divertirse y disfrutar su "adultez", cual quiero joven menos Eren.

El castaño se limitaba a ir a la escuela para terminar sus estudios en economía y una pequeña carrera en pedagogía, lo que le quedaba de tiempo se iba en su trabajo de medio tiempo en una tienda de ropa.

Esa tarde de marzo mientras sus amigos más cercanos le cantaban feliz cumpleaños con un pequeño pastel, Eren contuvo las lágrimas al recordar lo que horas antes había descubierto...

Eren limpiaba la habitación que había sido por tantos años de sus padres, con pesar vacío lo que quedaba de el armario para darlo a la caridad, al mover unas cosas de la reposa que estaba sobre su cabeza, la pequeña caja que había encontrado cuando su padre murió cayó esparciendo su contenido por el suelo.

Eren: Genial.

Se agachó para recoger las cosas, revisó nuevamente los sobres, la curiosidad le ganó abriendo el primero, la fecha correspondía a fechas antes de que el naciera.

"Querido Grisha, ¿Como estas?, espero que te encuentres bien.

Sabes, aun te extraño, lamentó decirlo, pero me haces falta, se que Zeke te extraña también.

Te ama y siempre te amara Dina."

Eren guardo la carta, tomó otra que tenía la fecha de el día que nació.

" Querido Grisha, hoy tú madre me dijo que te convertirse en padre nuevamente.

Siento tanta envidia de ella, tiene lo que siempre anhele para mi, una familia junto a ti.

Se que suena mal, pero en verdad la envidio, según se por nuestros amigos ella es muy linda y joven, espero no hagas de su vida y la de el niño un infierno.

Pd: Zeke está en una edad difícil, tu padre hace lo posible por corregirlo.

Te ama y te quiere Dina.

Siguió leyendo carta, tras carta, hasta que se encontró una dirigida  a su madre.

" No me conoces, no te conozco, sólo se que eres una buena mujer, han pasado algunos años desde que todos estos acontecimientos se apoderaron de nuestras vidas.

Te pido me disculpes, por mantenerme aferrada a un recuerdo, pero entiende que el fue todo para mi.

Se que no vives feliz desde que supiste la verdad, está bien si me odias, yo lo entiendo.

Sólo te escribí para disculparme, por todos estos años atando a Grisha a mi.

Mando junto a esta última carta el anillo que por años significó el amor que nos tuvimos junto al acata en la que se señala el matrimonio terminó.

Se feliz, no dejes que el pasado afecte tú felicidad.

Eren limpio las lágrimas que salían sin parar de sus ojos, el recuerdo de una vieja discusión llegó a su memoria.

Tenía cuatro años, ese día su madre había preparado todo para festejar al pequeño Eren junto a sus amiguitos, el castaño buscaba a su madre cuando la escucho discutiendo con su padre.

- Eres un desgraciado.

- Carla déjame explicarte.

Carla: ¿Qué me vas a explicar? ¿qué soy la otra? ¿qué dejaste a un niño y su madre solos?

- Cariño.

Carla: No te atrevas Jaeger, no te atrevas, ¿pensaste en ese niño? ¿pensaste en tu hijo cuando lo dejaste?

Grisha: Fue lo mejor.

Carla: Eres horrible.

Eren se asustó ante los gritos, entró a la habitación de sus padres corriendo directo a Carla para abrazar sus piernas.

Carla: Bebé ¿qué pasa?

Eren: No estabas, me asusté.

Carla: Vamos a la cocina, tus amigos están por llegar.

Eren arrojó las cartas, toda su vida había sido una mentira.

Tenía un hermano, su padre le había ocultado por años que tenía un hermano al que había abandonado junto a su madre.

Guardo las cartas, bajo a toda prisa las escaleras, lloro por una hora hasta que las lágrimas dejaron de salir.

- Eren.

Armin: Eren ¿Estás bien?

Eren: Si, lo siento.

- Pide un deseo.

El castaño cerró los ojos, con un suspiro pidió a la nada algo simple.

Eren: Deseo jamás vivir un amor que no sea completamente mio.

Esto tiene tercera parte, espero sepan de quien se hablará.