Dulces besos.
Armin tarareaba aquella pegajosa canción, intentaba recordar la receta de el pan de plátano que preparaba su abuelo por petición de un antojadizo Eren.
Erwin lo veía con amor desde la entrada a la cocina.
Erwin: Amor.
Armin: Hola.
Erwin: ¿Que haces?
Armin: Eren tuvo un antojo, recordó el pan de plátano de mi abuelo y solo con eso comenzó a babear imaginando que comía por lo menos la mitad.
Erwin: Eso es mucho pan, me pregunto a donde va todo lo que come.
Armin: El bebé es el que saca ventaja de esto, se que será un bebé gordito y hermoso.
Erwin: Amor, hablas con tanta ilusión ¿que dices si lo intentamos?
Armin: No puedo.
Erwin: Es solo intentar.
Armin: Erwin.
Erwin tomo el delicado cuerpo de su pareja entre sus brazos, a tropezones los dos llegaron a la sala donde ninguno perdió tiempo.
Erwin besaba con delicadeza la espalda de Armin, el chico se dejaba llevar ante las sensaciones.
El rubio mayor por su parte disfrutaba el sabor dulce de los besos de Armin.
Armin: Te amo.
Erwin: Te amo más, dulcecito.
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