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05



Los minutos y horas se habían perdido en aquel lugar, no sabían cuanto tiempo había transcurrido exactamente desde que llegaron al lago. Ambos se dejaron guiar por los besos y caricias, tratando de recuperar todo ese tiempo perdido o al menos eso sentía YoonGi cada que un nuevo beso era robado de sus labios por los esponjosos de Park. El príncipe de Busan contemplo el lago una vez mas, perdiéndose por un momento en sus pensamientos en lo que YoonGi se mantenía arrojando pequeñas piedras a este, igualmente pensando en lo que podría pasar con ellos dos. Era obvio que el matrimonio de Park seguiría su curso y por su parte también debía de buscar a una buena futura reina. Aun persistían problemas pero al menos su corazón estaba algo tranquilo, hizo una mueca al recordar que tiempo atrás creyó pensar que el amor era inexistente.

—Debemos regresar.— Escucho la voz de JiMin sabiendo que tenia razón, ya se había desaparecido por mucho tiempo. Sus miradas se cruzaron una vez mas, siendo el pálido el que la retiro casi enseguida, aun se sentía algo irreal lo que había sucedido además que no era muy bueno expresando todo aquello que estaba sintiendo solo con tener al príncipe de Busan cerca de su persona. Park fue consiente del rechazo visual no dudando en acercarse al pálido para tomarlo de la barbilla robándole un nuevo beso, aunque este había sido mas pequeño que los anteriores.

—No retires la mirada tan bruscamente, si conectamos por segundos deja que estos se hagan eternos.— YoonGi volvió a observarle algo tímido por la cercanía y por sobre todo el reciente contacto de labios. —Estoy seguro que regresando no podre tocarte como deseo y mucho menos hablarte como me gustaría hacerlo.— Esas palabras instalaron una amargura en ambos.

—Odio escuchar a la princesa perfecta que te tiene en sus manos.— El príncipe de Daegu confeso los celos que sentía por culpa de la prometida de Park, el cual lo observo algo sorprendido por el atrevimiento de expresar aquello, aunque eso solo le hizo sonreír mas volviendo a juntar sus labios siendo ahora un contacto mas lento e intimo.

—Pero tú tienes mi corazón.— Fue casi un susurro dulce sobre la suavidad de los labios del pálido, palabras que hicieron avergonzarse a ambos chicos, uno por decirlas y otro por escucharlas, pero no importaba, había sido necesario para sentir emoción y calidez, algo que ambos necesitarían después. Con pesar se separaron quedando de acuerdo en volver a subirse al caballo para comenzar su partida de regreso, JiMin nuevamente sintió la tortura, bajando la mirada al respingado trasero cuando este estuvo frente a él. —Tengo entendido que Daegu nos recibirá por una noche al menos.— No dejo de ver aquel punto, el gran corcel hizo su trabajo mientras que YoonGi se concentraba en que tomara el camino correcto.

—...Es correcto.— Carraspeo cuando las manos del contrario lo envolvieron por la cintura apegándolo más a él. Ambos estaban tentados a mover sus caderas por su propia cuenta, pero no era momento y lugar, siendo JiMin el que cerró sus ojos recargando su frente en la espalda del pálido, de esa forma tratando de controlarse y pensar en algo más. Ninguno de los dos cruzó palabras hasta llegar nuevamente al enorme palacio, ingresaron por el mismo lugar en donde escaparon, dejaron al caballo en su respectivo lugar. —Bien, vamos.— YoonGi iba a comenzar a caminar pero JiMin lo detuvo un momento, con cuidado acomodó las prendas de Kim para que se viera presentable lo cual hizo sonreír a este. —Tú también estás un poco desaliñado.— Ahora fue turno de YoonGi acomodar las prendas ajenas, finalizando con un beso demasiado rápido en los labios de Park, girando sin esperar unas palabras de su parte. La acción solo hizo sonreír al príncipe de Busan, comenzando a caminar detrás de él.

En el momento en el que comenzaron a ingresar a la gran estructura fue cuando el pálido se percató que algo andaba mal. El bullicio era totalmente audible, se escuchaban pasos acelerados yendo de un lugar a otro y por sobre todo no había alguna melodía, ambos príncipes se extrañaron de lo que podía estar ocurriendo por lo que comenzaron a caminar directamente al gran salón real. Unos cuantos guardias del castillo al dar con el paradero de YoonGi fueron rápidamente hasta este.

—¡Principe, venga con nosotros no es seguro aquí!— El chico de ojos gatunos confundido comenzó a caminar a donde se le indicaba con JiMin siguiéndole de cerca, aunque al inicio había sido alejado por uno de los caballeros YoonGi pidió que este se mantuviera con él.

—Habla, ¿qué ocurrió?— Algo dentro de su pecho le decía que debía apresurarse, reconoció el camino a la alcoba de sus progenitores sintiendo miedo enseguida. Ni siquiera espero a los demás, su paso se acelero tomando el pomo de la puerta empujándola mientras escuchaba atentamente lo que había dicho el hombre que los guiaba.

—Los reyes están gravemente heridos.— Cuando la escena dentro de la habitación se dio a conocer fue desgarrador, YoonGi sintió que algo se rompía dentro de él mientras corría totalmente asustado, su respiración se agitó yendo directamente a la cama en donde ambos cuerpos reposaban sobre este.

Tanto el rey SeokJin cómo el rey NamJoon estaba manchados de sangre, siendo el segundo el que presentaba una herida más notoria en el centro de su estómago y que a juzgar por la palidez de su tez había perdido mucha sangre. Por otro lado SeokJin giró la cabeza hacia los recién llegados dejando a la vista las visibles lágrimas que empapaban sus rostros. YoonGi no dudó en acercarse a él totalmente en shock, mientras que sentía su visión nublarse y su corazón agitarse en demasía.

—Al fin apareces.— El mayor estiro una de sus manos hasta tomar la del chico que siempre había considerado su hijo. Observó el terror en toda su expresión, SeokJin no quería morir, sentía que aún no era su tiempo pero el destino lo había querido así. —No te preocupes.— YoonGi comenzó a sentir un temblor en su cuerpo, demás que temía el desmayarse. Creía que todo eso era un mal sueño. El pálido alzó la vista al fin conectándola con un perturbado JiMin que revisaba sin permiso alguno los signos vitales del rey NamJoon mientras que el caballero en cuestión intercambiaba palabras con otro que había aparecido.

—¿Quien fue?— La voz de YoonGi salió algo quebrada. —¡¿Ustedes donde mierda andaban?!— Grito sin poder evitarlo dirigiéndose hasta los hombres que debían de protegerlos. —¡Hablen!— Se desespero por el silencio y la falta de respuesta automática, sintió el pequeño apretón que su padre le dio en el agarre de su mano, fue cuando bajo su borrosa mirada hasta posarla sobre aquel hombre que había amado.

—Hey, tranquilo.— SeokJin hizo una pequeña mueca de dolor en ese momento girando su cabeza para darse cuenta que el príncipe de Busan estaba ahí presente. Una sonrisa surco sus labios a pesar de la situación que estaba pasando, la otra mano que tenía libre hizo un camino ciego hasta tomar la de su esposo sintiendo su pecho oprimirse al percibir lo frío que se encontraba. No te preocupes, dame unos minutos con nuestro hijo y te seguiré a donde sea que vayas. —YoonGi.— Lo llamó. —Tú tiempo para tomar Daegu llegó, por favor se un buen rey.— Cerró los ojos un momento. —Park JiMin, quiero que cuides de mi hijo, es una de mis últimas peticiones.— El príncipe de Busan al escuchar aquello giro sobre la cama quedando a un costado de YoonGi, hizo una gran reverencia.

—Lo haré, no debe de preocuparse por eso.— YoonGi soltó un pequeño sollozo llamando la atención del mayor de los tres. JiMin por otro lado sentía la boca de su estómago doler.

—Estoy agradecido con la vida de haberme dado la oportunidad de criarte y ser tu padre. Tuve un esposo maravilloso y un lindo hijo, no podía pedir más.— Con cada nueva palabra que soltaba una nueva mueca se formaba en su rostro detonando el dolor que estaba sintiendo, era cómo si le quemaran por dentro, cómo sí estuviera ardiendo en llamas muriendo de adentro hacia afuera. —Sé que estarás inquieto por saber qué pasó y que aún no logras comprenderlo del todo.— Sintió su corazón acelerarse a pesar de no estar ejerciendo algún movimiento físico. —Es el riesgo de ser el portador de la corona del rey, siempre habrán personas que envidien aquello y harán lo que sea por tratar de ganarse lo que creen suyo.— JiMin no resistió más, se retiró de la habitación permitiéndose soltar unas pequeñas lágrimas, se dirigió a uno de los caballeros que iba llegando.

—Podrías ponerme al tanto de lo que sucedió aquí.— El hombre lo reconoció de inmediato haciendo una reverencia hacia su persona.

—El rey SeokJin comenzó a sentirse mal durante el evento, nuestro Rey NamJoon lo transportó a su alcoba pero fue emboscado por un hombre de origen aún desconocido dañándolo de gravedad, apenas pudimos llegar a tiempo cuando el rey yacía en el suelo herido.— Hizo una mueca de malestar sintiendo que había fallado. —Hemos examinado lo que el rey SeokJin bebió y al parecer alguien hurgó en su bebida colocando veneno.— JiMin asintió ante el informe.

—¿El culpable escapó?—

—No, lo hemos transportado al calabozo.—

Hola. <3

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