Abrió sus ojos lentamente sintiendo el pequeño viento que hacía mover las hojas de los árboles alrededor, el sol estaba en lo alto brindando de su calidez y luz. Ya había perdido la cuenta de las veces que había visitado aquel lago en soledad, observando el agua cómo si está le hiciera recordar las sensaciones que vivió al estar con JiMin mientras que la desnudez de ambos era más que evidente.

Dio unos cuantos pasos acercándose a la orilla. Todo seguía igual a cuando JiMin estaba con él, parecía que no habían transcurrido tres años desde entonces. Soltó un suspiro algo fuerte perdiéndose en el movimiento del agua gracias al viento. —Sigo pensando en ti.— Se lamentó algo molesto consigo mismo por no poder olvidar a su primer amor tan fácilmente. Él debería de estar lo suficientemente molesto cómo para que JiMin no siguiera en su corazón. Aún dolía. Aún dolía que a pesar de todo el chico no había tenido la confianza para contarle a YoonGi lo que ocurría en su vida amorosa.

—Tonto.— Despeino los cabellos de su cabeza al saber que había tomado una decisión precipitada al irse del palacio sin escuchar lo que JiMin tenía para decirle, le fue inevitable al sentir su corazón romperse con fuerza. Esa hermosa chica ahora ocupaba un lugar en la vida de JiMin y la ahora futura reina era más importante que cualquier cosa que tenga que ver con él. Porque sí, la pareja hace un año atrás habían contraído matrimonio invitando a todos los demás reinos a la celebración, con ello JiMin tomaría la corona para ser rey y por obviedad la mujer se convertiría en la nueva reina.

JiMin estaba avanzando en su vida mientras que él seguía estancado en casi lo mismo, con la diferencia que se dedicó a aprender diferentes cosas en su entorno más aún en las plantas medicinales, pero nada de gran valor para presumir. Camino hasta un tronco que reposaba en el suelo para tomar asiento sobre este y se permitió cerrar los ojos de nuevo dejándose llevar por él calmado ambiente del lugar. Necesitaba despejar su mente del pasado y pensar en su propio futuro. Escucho pasos a su costado, unos sutiles y al mismo tiempo firmes que lo hicieron sentir nervioso de solo imaginar que sería JiMin el que se acercaba a él pero nada de ello fue así, solo era una loca fantasía de su cabeza.

—Príncipe, ya es hora.— La voz de uno de los guardias se dejó escuchar, asintiendo se puso de pie abriendo los ojos para ver al hombre. Solo había podido visitar el lago un corto periodo de tiempo, sabía que sus padres esperarían por él para hacer una gran cena ya que tenían un asunto que comunicarle. Asunto que creía ya saber, era momento de buscarle un matrimonio.

El camino de regreso fue bastante silencioso y algo aburrido. No hubo nada interesante de por medio, cuando llegó a su palacio solo atinó a acariciar a los caballos que lo habían acompañado en aquel viaje e ingreso a las grandes instalaciones retirando los guantes que llevaba puestos para entregárselos a una chica que lo esperaba con una bandeja la cuál utilizó para reposar los guantes y un pañuelo. Siguió caminando por el lugar hasta dar con la sala en donde normalmente devoraban un banquete cada ciertas horas, al llegar observó que sus padres conversaban por lo bajo callando al verlo.

—Esa puntualidad cada vez me está sorprendiendo más.— NamJoon sonrió para él invitándolo a tomar asiento en la mesa con un movimiento en su mano derecho. YoonGi no se negó, caminando con tranquilidad hasta su sitio sentándose a un lado del rey SeokJin. Namjoon se quedó en silencio admirando los dos tesoros de su vida, las dos personas que daría todo por ellas. —YoonGi.— Aquel llamado hizo que SeokJin apretara los labios entre sí al saber de que se trataba aquello. — Te hemos dado tu espacio y tiempo en estos años, princesas han venido con el fin de conocerte y poder formar un lazo, quisimos que tú decidieras a la persona que formaría parte de tu futuro.— Los sirvientes comenzaron a acomodar algunas cuantas cosas en la mesa retirándose después de unas reverencias marcadas. YoonGi asintió, no negaría nada de lo que decía su padre, todo aquello era cierto pero él no estaba interesado, ellas no eran Park JiMin.

—¿Me van a comprometer?— A pesar de que sabía la respuesta a ello no dudo en hacer la pregunta, la cuál hizo a los mayores asentir, uno más triste que el otro.

—Haremos un banquete e invitaremos a princesas que se encuentran sin compromisos además de ser princesas que podrían aportar algo a Daegu. Además de ello...— NamJoon hizo una pausa tomando la mano de SeokJin para darle un suave apretón. —Será un festín por los veinte años siendo reyes de Daegu, así que habrán invitados que son aliados nuestros.— YoonGi había comenzado a ingerir alimentos que tenía enfrente mientras escuchaba a su padre, pero lo último que dijo casi lo hizo atorarse. Aliados, eso significaba que Busan sería uno de ellos.

—Pero.— SeokJin palmeó su espalda suavemente al ver que se le dificultó hablar al pálido.

—Esperamos tu colaboración con esto. Será tu última oportunidad para escoger a tu prometida, de no ser así después de las diez de la noche nosotros elegiremos por ti.— Ahora fue el turno del otro rey en hablar, usando un tono de voz más dulce y suave, teniendo miedo que YoonGi se alterara con el tema. El menor de los Kim lo meditó tratando de relajar todos sus músculos ante la tensión que había aparecido de un momento a otro en ellos. Tenía que avanzar en su vida, no importaba con quién se casaría, el amor no existía, al menos para él.

—Está bien, reyes.— Su tono de voz salió en un pequeño susurro que fue alcanzado a escucharse, dando por terminada la conversación a ese tema. YoonGi solo debía de aceptar su destino e ignorar que posiblemente miraría a JiMin, otra vez, después de tres años.

Hola. <3

que emoción ya comenzar con
la segunda parte de esta obra.