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13

El príncipe de Busan escuchaba con atención el discurso de los reyes de Daegu primeramente agradeciendo a los presentes por haber viajado hasta el gran palacio a pesar de las horas de viaje y que eso podía resultar pesado. JiMin trató de prestar la mayor atención a la voz, pero se sentía un poco ido al haber consumido una gran cantidad de copas de vino sin medirse o detenerse, por  lo que tratando de no llamar la atención salió del salón con un buen paso y porte, perdiéndose por los pasillos que conectaban con el salón. Cuando estuvo fuera de la mirada de los demás soltó un fuerte suspiro cansado y agobiado, antes realmente no le prestaba atención a la tortura que presentaba convivir con los demás herederos a las coronas y ahora, por tener su mente hecha un caos todo le cansaba y le parecía estúpido. Se quedó un momento en silencio, no se sentía sen ebrio, solo el vino había hecho que se desconcentrara y el cansancio lo golpeara de lleno.

—Mi rey de Busan estaría decepcionado.— Alzó una de sus manos peinando sus platinados cabellos hacia atrás acomodando los pequeños mechones que habían caído sobre su frente. Iba a comenzar a andar por ahí cuando sintió la presencia de alguien a sus espaldas, giro encontrándose de frente con el Rey Namjoon, lo que llamó su atención ya que aún se escuchaba el discurso del Rey Seokjin y era lo más lógico que ambos hombres estarían frente a los invitados, pero no, ahí se encontraba frente a él. Namjoon percatándose de la confusión de él más joven sonrió con algo de pena.

—No soy bueno siendo cortes y el Rey SeokJin siempre sabe expresarse mejor.— Park asintió suavemente desviando su mirada un momento al sentirse un poco mareado. —No había tenido oportunidad de hablar contigo desde hace mucho tiempo, a pesar de que estás aquí en mi palacio son raras las ocasiones en la que nos cruzamos.— El príncipe de Busan volvió su mirada al hombre y asintió, acomodó su postura y sonrió. Ser Rey era sumamente difícil y consumía todo su tiempo en los labores y quehaceres, JiMin no podría juzgar al mayor por no otorgarle de su tiempo.

—¿Sucede algo?— NamJoon hizo un movimiento con la cabeza para que ambos comenzaran a caminar por el pasillo, el de cabello platinado acepto siguiendo su paso sin decir otra palabra. Unos nervios atravesaron su columna vertebral al pensar que NamJoon sabía de los besos que había intercambiado con YoonGi, sabía que en algún momento serían descubiertos, aún más cuando ambos no habían tenido demasiado cuidado. Estando en una zona más relajada y que no se escuchará ruido alguno la voz profunda y grave del Rey se hizo escuchar.

—No sucede nada, solo quiero conversar contigo.— Al escuchar aquello Park suspiro por lo bajo algo más tranquilo, realmente la voz de Kim transmitía tranquilidad y algo de paz. —A pesar de mis ocupaciones siempre me entero de lo que hace mi hijo.— Comenzó a relatar. —YoonGi siempre fue una persona difícil, desde pequeño hacía berrinches por todo y decía odiar todo lo que se le cruzara por el camino.— Soltó una risita al recordar al pequeño pálido de su hijo en una de las tantas escenas berrinchudas. —Fui un mal padre al no educarlo y prestarle demasiada atención a decir verdad, muchas de sus actitudes fueron culpa mía.— JiMin se quedó en silencio prestando atención a cada una de sus palabras, olvidándose por un momento de sus propios problemas. —Sabía de su comportamiento y aún así no lo detuve del todo, estuve mal en esa parte. Lo estaba convirtiendo en un monstruo.— Park detuvo su andar en cuánto el Rey lo hizo, ambos quedaron frente a una gran pared en donde reposaba una pintura de la familia Kim. JiMin miro al joven YoonGi de ese momento. —Príncipe de Busan, te estoy agradecido del cambio radical que causaste en mi único hijo. YoonGi a cambiado tanto de un tiempo para acá, sigue mostrándose con algo de indiferencia respecto a ciertos temas, pero su mala costumbre de acosar a toda mujer se a desvanecido, o al menos eso me han informado.— Ninguno de los dos se volteo a ver, solo se quedaron observando cada detalle de la pintura.

—No hice mucho a decir verdad. No debe de agradecer.— NamJoon giro su cuerpo hacia el de JiMin para verlo ahora a él.

—Hiciste más de lo que yo hice. Hace un par de días me pidió un instructor para enseñarle la lectura y escritura, algo de lo que a Yoongi no le interesaba en lo más mínimo antes.— Soltó una risita totalmente orgulloso de saber que su hijo estaba interesado en más cosas que no fueran las mujeres. —Solo quiero que sepas que Daegu estará en disposición de Busan a cualquier favor o pedido de ayuda.— El Rey se rebuscó en sus ropas finas sacando un sobre, Park rápidamente pudo identificar el símbolo de su familia en ella. —Y eres libre de transmitirle esos mensajes a los reyes de Busan en persona.— Park agarro la carta con algo de duda, cuando analizo las palabras del hombre frente a él su corazón comenzó a acelerarse enseguida. ¿Podía retirarse del palacio de Daegu?, jadeo algo sorprendido. ¿Realmente había cumplido el propósito de su visita?

—Muchas gracias por otorgarme la oportunidad de comunicar tal mensaje y de proporcionarme alojamiento en su reino. Si no le molesta, aún me gustaría quedarme un tiempo más para seguir ayudando al príncipe.— JiMin hablo con algo de torpeza sin atreverse a alzar su mirada. —Aún me gustaría guiarlo en algunas cosas más.— Escucho un sonido de aprobación enseguida.

—Puedes quedarte el tiempo que veas necesario. No me opondré a ello.— NamJoon dio unos cuantos pasos y le sonrió a pesar de saber que JiMin no miraría aquel gesto. —Regresaré al salón, seguramente el Rey SeokJin estará buscándome.— Park hizo una reverencia pronunciada mostrándole el mayor de los respetos. Cuando se vio solo en el lugar volvió a darle un vistazo a la carta en sus manos. No estaba preparado para ver lo que sus padres le dictaban para su futuro, así que escondió la carta por su vestimenta soltando un suspiro. Volvió su mirada al retrato de YoonGi.

—¿Dónde estarás metido justo ahora?— Siguió caminando por el pasillo tratando de encontrar al pálido, no lo ubico en el salón real. No estaba en el jardín, en algún pasillo de la biblioteca real o cerca de la cocina en donde meseros salían con grandes cantidades de aperitivos. Suspiro cansado al haber estado caminando de un lado al otro sin dar con el paradero del chico. Camino por el pasillo en donde sabía se encontraba la habitación del príncipe de Daegu, ese era el último lugar en donde posiblemente lo podría encontrar. Cuando estuvo a unos cuantos pasos de llegar, el pomo de la puerta giro y se abrió dejando salir a la princesa de seúl, nuevamente la escena que había visto ese mismo día se repitió delante de sus ojos pero a diferencia de la otra vez, la chica mantenía sus ropas en una mala posición y su cabello perfectamente arreglado había desaparecido dejándolo completamente despeinado y suelto.

Un malestar instantáneo se instaló en la boca de su estómago, se quedó de pie sin poder seguir avanzando. La fémina al percatarse de su presencia le sonrió pícaramente, comenzó a caminar a su dirección deteniéndose a su costado sin mirarlo directamente. —Te recomiendo esperar un poco antes de entrar, puede que lo encuentres en una situación vergonzosa si ingresas de una vez.— No dijo nada más al respecto, solamente se alejó canturreando una canción al alzar, canción que perforó los oídos de Park causándole un malestar en su cabeza. Era la segunda vez que esos dos mantenían algo íntimo y no estaba soportando saber aquello. Trago saliva pesadamente, sus manos temblaron suavemente por lo que trato de controlarse casi enseguida al percatarse de esa involuntaria acción. No sabía que hacer exactamente, ¿entraba a la habitación?

—Mierda.— Nunca había imaginado que enamorarse de alguien era sentir que su corazón era pisoteado con fuerza. Era estresante y dolía en cierta parte. Nuevamente la sensación de haber sido usado por YoonGi cómo un juguete más cómo cualquiera de las otras chicas se instaló en su pecho y mente. Tomando algo de valentía camino lo que le faltaba para llegar a la habitación y se adentró en ella con algo de duda. Realmente no sabía ni siquiera lo que le diría a Kim, él solo quería verlo y comprobar con sus propios ojos la realidad de la situación. Al ingresar se encontró con el cuerpo del chico pálido sobre la cama. Su pecho y brazos desnudos estaban a la vista, rápidamente lo escuchó quejarse en voz alta cuando hizo ruido al cerrar la puerta.

—¿Se te olvidó algo?— JiMin abrió la boca pero rápidamente la cerró al sentirse imbécil por estar ahí de pie. YoonGi ante la falta de respuesta alzó su cabeza encontrándose con la figura de Park mirándolo intensamente, rápidamente se sentó en la suave superficie de la cama, un sentimiento extraño se instaló en su pecho, un sentimiento que no supo descifrar. —JiMin, ¿qué haces por aquí?— Y entonces JiMin solo sonrió lo mejor que pudo ante la pregunta, dio una reverencia suave y se acercó un par de pasos.

—Por nada en particular, pero me gustaría recalcarte que venir a tu habitación en presencia de invitados es algo descortés de tu parte. Involúcrate con tu entorno y con las personas que gobiernan alrededor de tus futuras tierras.— Subió una de sus manos toqueteando su frente tratando de quitar el dolor de cabeza que comenzaba a intensificarse más al solo ver el pecho desnudo de aquel chico que le gustaba. —Arréglate, te espero en la sala real. Haré mi parte que me corresponde en mi tarea y te enseñaré a involucrarte con los demás príncipes y princesas.— No dijo nada más, salió de la habitación dejando a YoonGi con las palabras en la boca. No había entendido el comportamiento de JiMin, pero hizo lo que le pidió comenzando a ponerse presentable. Cambiando su atuendo por otro al saber que había estropeado el que tenía anteriormente.

JiMin por otro lado caminaba de regreso con el corazón bombeando a gran velocidad. —Olvídalo, por más que te guste no será posible.— Murmuro para sí mismo. —Haz tu parte y lárgate de aquí lo antes posible.— Se detuvo un momento al encontrarse con un espejo, trato de peinarse y observó su rostro cansado. Ni siquiera ya sentía los síntomas que el vino le había provocado. Trato de sonreír pero al ver que su expresión se miraba demasiado falsa solo lo hizo molestarse consigo mismo por no poder ocultar del todo lo mal que se la estaba pasando. —Solo fueron besos sin importancia, risas sin sentido, sentimientos temporales.— Una vez más levantó las comisuras de sus labios viendo que esa sonrisa estaba mucho mejor que la anterior. —Cosas que puede hacer con cualquier otra persona.— Finalizando con ello siguió su camino hasta la sala en donde ya se encontraban algunas princesas y príncipes bailando. Fue cuestión de unos minutos para que una princesa se le insinuara para que aceptara bailar con ella. JiMin a pesar de su poco ánimo aceptó siendo por un momento una actividad que lo tranquilizó.


Hola.<3

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