11
Para ambos príncipes el regreso al palacio fue bastante incómodo y algo doloroso. La humedad de sus pieles aún prevalecía suavemente ocasionando que sus prendas se adhirieran a su cuerpo causándoles molestia y no hablar de los roces espantosos que sentían entre las piernas por los movimientos que el caballo ejercía. Para ese entonces el príncipe de Busan pensaba que meterse al lago había sido una mala idea, una muy mala idea. Solo esperaba que con los vientos y por cómo iban no cayeran enfermos. Cuando ambos pusieron un pie en el palacio trataron de escapar por otro lado, invitados iban llegando en sus carrozas bien vestidos y no podían ver a los príncipes en ese estado. JiMin se dejó contagiar por la risa de YoonGi mientras ambos caminaban velozmente por los pasillos buscando sus habitaciones. No habían preocupaciones por la mente de Park, siguió a YoonGi sen pensar mucho y se divirtió cómo nunca antes lo había hecho. El príncipe de Daegu paró en la entrada de la habitación de JiMin y este se detuvo frente a él apegando su cuerpo al del pálido ocasionando que la húmeda espalda de Kim se posara contra la pared. Entre jadeos agitados, gracias a su correteo por los pasillos, unieron sus labios por unos segundos.
—Dúchate y arréglate bien, yo haré lo mismo y vendré a buscarte en cuanto termine.— Volvieron a juntar sus labios siendo ahora JiMin el que tiraba del labios inferior del contrario entre sus dientes. —Ya. Rápido... se nos hace tarde para ir con los reyes.— El de cabellos negros golpeo suavemente los hombros de Park y escapó de la posición caminando lejos, JiMin lo siguió con la mirada sintiendo su pecho bombear de adrenalina por lo que vivió y por lo que sentía. Cuando YoonGi desapareció de su vista doblando a la derecha fue entonces que él se animó a por fin entrar a su habitación. Miro que en el interior reposaban unas prendas que estaba seguro que el rey SeokJin le había proporcionado, camino al lugar donde se ducharía tratando de ser rápido para no hacer esperar al príncipe de Daegu.
YoonGi por otro lado cuando llegó a su habitación entró dando un pequeño azote a la puerta al cerrarla, sus mejillas las podía sentir calientes y su palpitar era de preocuparse. Esperaba que eso no significaría que se iba a enfermar. —Bienvenido, príncipe.— Aquella delicada voz lo hizo saltar en su lugar, no se había esperado encontrarse con alguien en su habitación. Dio unos pasos enfrente alzando una ceja observándola de arriba a abajo, la chica vestía bastante elegante con un gran vestido por lo que supo enseguida que sería alguna princesa, la chica se posó en medio de la habitación realizando una reverencia elegante. —Disculpe por irrumpir en su privacidad, me han autorizado vagar por el palacio y encontré su habitación.— La femina lo escaneo detenidamente. —Veo por sus ropas que debe de arreglarse para la ocasión.— YoonGi abrió y cerró la boca en repetidas ocasiones, debía de aceptar que la mujer era hermosa y con una buena figura, al menos eso creía al ver que sus pechos relucían tentativos a la vista de cualquier hombre.
—Entrar a mi habitación sin mi consentimiento y sin alguien vigilando es algo muy sospechoso. Me gustaría saber tu nombre y rango.— Kim despeino aún más sus sucios y húmedos cabellos, no se movió de su lugar esperando algún movimiento de la chica, la cuál sin temor y miedo se acercó, lo que hizo a YoonGi detallar aún más sus hermosas facciones. Una sonrisa divertida estaba dibujada en el rostro delicado.
—Mi nombre es Park JiHyo y soy princesa de la gran Seúl. Conociendo mi identidad, creo que te gustará ser más lindo conmigo.— Bueno, princesa de la gran Seúl, era un puesto digno de admirar a decir verdad pero a él no se le daba bien ser respetuoso con las féminas. Por lo que tratando de no soltar algo malo de su boca, camino mirando la vestimenta que estaba preparada para él, se pensó en si llamar a un sirviente para que lo ayudara a ducharse y vestirse, pero rápidamente descartó la idea al saber que solo le tomaría más tiempo eso.
—Tengo que hacer cosas, puedes irte.— Hablo una vez más sin verla, a su mente le vino JiMin y cómo este debería de estar esperando por él en un tiempo más, no le gustaría hacerlo esperar tanto. YoonGi se deshizo de su primera prenda dejándose la camisa blanca, espero escuchar la puerta pero solo hubo silencio acompañado de unos pasos. —¿Qué es lo que quieres exactamente?— Finalmente se dio la vuelta, lo que no espero fue encontrarse de una con los labios de la chica iniciando un brusco beso. Las pálidas manos fueron rápidamente a la cintura de la chica apretándola y alejándola. —¿Que haces?— Trato de sonar lo más calmado que pudo, detonando una expresión de confusión.
—Vamos, tengo conocimiento de lo bestia que eres en la cama, quiero saber si los rumores de ti son ciertos o son puras blasfemias.— Y sus pensamientos sobre las mujeres volvieron a su mente, solo quiere abrir las piernas. Con fuerza la empujó a un lado haciendo que rebotara contra la cama, la chica cayó sentada pero ella misma se dejó caer hacia atrás alzando los brazos a la espera de YoonGi. —Sí, ese es el príncipe de los rumores. Ven y sígueme deleitando con esa actitud tan hostil.— Una parte de su interior quería seguir el juego que la chica estaba armando, tenía tiempo sin poder sucumbir a sus actitudes de antes, pero por otro lado recordaba a JiMin y solo quería ir de nuevo a con él. Bufando miro a la chica de reojo.
—Cómo te dije, tengo que hacer cosas. Lárgate.— Sin esperar una respuesta o queja Kim camino hasta el cuarto de baño para encerrarse ahí. Suspiro pesadamente apresurándose en quitarse las prendas para quitar la suciedad de su cuerpo, seguramente JiMin estaría a nada de estar listo y él apenas comenzaría con ello. Saber aquello lo molesto más y esperaba que al salir la princesa hubiera desaparecido. Se desvistió tirando la ropa en el suelo y aún lado, pediría más tarde que se deshicieran de esas vestimentas, se habían estropeado más de la cuenta. Se limpió lo mejor que pudo remojando su cabello y tratando de quitar la suciedad que el lago pudo hacer dejado sobre su cuerpo. Cuando estuvo listo tomó una toalla enrollándola en su cintura saliendo a su habitación casi enseguida. Suspiró aliviado cuando no encontró rastros de la chica, camino con más tranquilidad sacudiendo su cabello húmedo. Se tomó su tiempo en secarse por completo y se vistió con algo de torpeza, era mucho más fácil definitivamente cuando un sirviente lo ayudaba a vestirse, cuando sintió que estaba más presentable con las finas prendas no tardo en salir al pasillo caminando hasta donde sabía que estaría la habitación de Park, cuando lo miro de pie en el pasillo mirando al suelo se le ocurrió la idea de sorprenderlo pero algo en la atmósfera lo hizo titubear, solo fue cuestión de dar unos cuantos pasos más para que JiMin alzara la mirada observándolo con una expresión que YoonGi no pudo descifrar.
—Tardaste mucho. La puntualidad es un punto muy importante.— El pálido rodó los ojos y sin importarle si había alguien cerca tomó la barbilla de JiMin para plantar un pequeño beso. El príncipe de Busan conectó sus ojos con los contrarios por unos segundos y se acomodó dando unos pequeños pasos por donde tenían que caminar, alejándose claramente del toque de Kim. Aquello no pasó desapercibido por YoonGi, el cuál se sintió confundido por la actitud, aún así prefirió no preguntar al respecto. —Se nos hace tarde.— Caminaron a la par hasta que dieron con el salón principal en donde mucha gente charlaba y reía, música se escuchaba de fondo haciendo del ambiente algo más de la realeza. Muchas princesas hablaron entre ellas al encontrar a Park JiMin, era muy bien sabido que este era uno de los mejores candidatos a Rey y que por supuesto, uno de los mejores hombres que muchas gustarían tener de esposo.
—Olvide que eres el príncipe todos modales y correcto.— El príncipe de Daegu hablo por lo bajo al mirar que JiMin repetía reverencias a todos los que se cruzaban en su camino. —Muchas princesas no te quitan el ojo de encima.— JiMin enarco una ceja buscando con la mirada al grupo de damiselas que no paraban de murmurar entre ellas lo bien que se miraba el príncipe de Busan.
—¿Celoso?, a ti te encantaría que estuvieran viéndote a ti.— Aquella acusación le llamo la atención completamente. —Por primera vez, deja que las damiselas busquen por otro pene que no sea el tuyo.— YoonGi iba a responderle si no fuera porque se encontraron de frente con los reyes de Daegu, ambos hombres sonrieron al ver a su hijo acompañado del otro chico.
—Ya iba a mandar a un caballero a buscarlos.— La voz del rey NamJoon los hizo inclinar la cabeza hacia abajo en forma de respeto.
—Una disculpa majestad.— JiMin fue el primero en disculparse.
—YoonGi, por favor.— El rey SeokJin hablo llamado la atención de todos. —Nada de comportamientos inapropiados, las princesas no son cómo las sirvientas y puedes meter a Daegu en un gran problema si haces algo para ofender.— Ofender, YoonGi por un instante fue el que se sintió ofendido con esas palabras, pero no discutió nada a fin de cuentas sabía el porqué lo decía.
—Buenas tardes reyes de Daegu, príncipe y príncipe de Busan. Soy Park Jihyo, princesa de la gran Seúl.— La voz que YoonGi esperaba ya no volver a escuchar se hizo presente. La chica hizo una reverencia elegante mientras tomaba su vestido, un saludo digno de una hermosa princesa. —Los reyes de la gran Seúl están sumamente agradecidos que hayan optado por invitarnos, estoy en disposición de cualquier plática comercial o beneficiaria, de igual forma de forma matrimonial.— JiMin saludo con una reverencia cómo lo había estado haciendo mientras que YoonGi solo miró a la fémina con fastidio. Aún más al escuchar la estupidez que había salido de entre sus labios, matrimonio, nunca.
—Es un honor tener al futuro de la gran Seúl en nuestro banquete.— JiHyo río suavemente subiendo una de sus manos cubriendo la gran sonrisa que adornaba su rostro. —Espero que disfrutes del banquete, cuando podamos estar en un lugar más privado si me gustaría platicar sobre nuestros reinos.— JiMin mantenía una expresión inexpresiva observando el intercambio de palabras, desde que había caminado a la habitación de YoonGi a buscarlo y miro que aquella chica salía de ahí acomodando su vestido y cabello supo que su buen humor estaría en decadencia. No sabía que había ocurrido dentro de la habitación, pero ver que la chica acomodaba sus prendas y que YoonGi tardara tanto solo lo hacía llenarse de dudas. No se atrevió a meterse en la alcoba después de que la chica se retirara de la zona por completo, por lo que optó por volver hasta su habitación.
JiMin ya pensaba que el príncipe de Daegu seguía siendo el mismo chico que se alborota por ver a una princesa con buen busto y rostro hermoso. Entonces, ¿por qué se comportaba de esa manera con él si aún seguía con los pensamientos de tener relaciones con alguna chica?, solo lo confundía y lo molestaba. Lo molestaba imaginar a YoonGi siendo besado por otros labios que no fueran suyos, le molestaba pensar que alguien más que no fuera él podría llegar a ver sus mejillas teñidas por el calor del momento, le molestaba pensar que alguien que no fuera él estuviera robándole el espacio personal.
—¿Estás bien?— Los gatunos ojos de YoonGi se posaban sobre los suyos, su voz había salido por lo bajo tratando de ser solo escuchado por él.
—Creo que no.— Creo que me gustas.
Hola. <3
Pregunta.
¿Qué les da miedo?
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