¿Qué había sucedido con exactitud?, YoonGi estaba sobre la cama con sus ropas mal acomodadas, sus labios rojos como cerezas y la respiración agitada. Recordaba que después de hacerlo ingresar a la habitación retomaron el tema de "desviar su atención", realmente YoonGi estaba muy curioso con ello aunque trataba de ocultarlo torpemente. Park por otro lado pensó en los padres de Kim cómo segunda opción de distracción ya que la primera opción fue "te enseñaré esgrima" lo cual solo hizo bufar al pálido. Al príncipe de Daegu solo le dio más curiosidad cuando escuchó a sus padres ser mencionados y entonces JiMin pensó demasiado bien lo que diría a continuación. No se conocían, tendría que tener cuidado porque no sabía cómo el pálido reaccionaria por sus palabras.
—Enamorarte. Esa es la mejor distracción que puedes tener.— YoonGi casi toma un objeto para tirárselo encima, había escuchado cosas tan absurdas en su vida pero jamás algo cómo eso, definitivamente lo que había dicho el príncipe de Busan había ganado. Kim cerró los ojos un momento aspirando algo de aire para no perder el poco autocontrol que poseía, cuando los volvió a abrir le regalo una mueca de fastidio a JiMin.
—¿Cómo se te ocurrió tremenda tontería?, por ningún motivo pienso enamorarme.— YoonGi literalmente tomó asiento en la cama que sería de Park solo para recuperarse de lo que había escuchado. ¿Enamorado él?, definitivamente no. Él no era de enamorarse. Nunca había sentido atracción sentimental por alguien.
—Piénsalo bien. Encontrar a alguien que solo quieras su atención. Dejarías de tomarle importancia a las demás cosas y personas.— JiMin trato de verse seguro ante su propuesta. Aunque en el interior quería abofetearse por haber dicho aquello, era obvio que con la actitud del príncipe de Daegu no era posible que se le cruzara por la cabeza el enamorarse, entonces JiMin pensó en un argumento más válido. —¿No miras a los reyes y quisieras algo igual o similar?, una relación de apoyo y amor incondicional.— Park también se sentó en la cama del lado contrario dándole la espalda. Estaba algo avergonzado por sus torpes palabras.
—No, no quiero y mucho menos deseo algo así. Tú mirarás a los reyes felices pero detrás de esa felicidad solo hay tristeza.— YoonGi suspiro también dándole la espalda, por un momento se sintió seguro hablar de esa manera, sin ser visto o juzgado directamente. —Eres de Busan, ¿no?, deberías de conocer el escándalo del reino de Daegu hace algunos, muchos, años.— JiMin no dijo nada, solo se mantuvo callado temiendo interrumpir lo que sea que habían formado, ese ambiente. —Soy el hijo de una reina que lo único que le importo fue meterse penes en la boca.— Soltó crudamente. —Mi madre a pesar de sus modales y buena familia resultó ser una chica de la cantina buscando sexo. Ni siquiera sé cómo el rey Namjoon encontró a alguien así.— YoonGi gruñó. —También mi abuela no fue una buena reina. Parece ser que todas las mujeres del reino de Daegu solo piensan en sexo.— Y ahí estaba la razón del comportamiento de YoonGi, JiMin sabia que había algo por lo que Kim se aferrara a ese comportamiento. Posiblemente él miraba a todas las mujeres cómo lo había sido su madre. —El rey Namjoon solo siguió con mi madre hasta tenerme. Después de unos años se fue dejando la corona. No sé si es correcto seguir llamándola mi madre o solo aquella mujer que me dio a luz. Sin títulos de por medio.— Haberle sacado esa información no había sido tan difícil después de todo. Aceptaba que no era consciente de la historia del reino de Daegu, nunca se entrometió en saber de los más reinos, más que lo básico, para él, el único reino que debía de tener toda su atención era el de Busan. Su amada y linda Busan.
—¿Y por qué dices qué hay tristeza detrás de la relación de los reyes?— Al final JiMin se atrevió a hablar cuando se dio cuenta que YoonGi se había mantenido callado por unos segundos. Tal vez esperando algo de su parte. No iba a tocar el tema de su madre, al menos no por ese momento, si el desahogarse, si es que se podía llamar así, había sido difícil para él, no se lo haría más difícil con preguntas de su parte que lo hagan incomodar. O eso imaginaba el príncipe de Busan.
—Primer matrimonio entre dos hombres. Una desgracia. O eso pensaba mi abuelo. Después de que el rey NamJoon anunciara su relación con SeokJin, un chico de familia respetable pero no necesariamente tan rica, todo el mundo habló mal. ¿Cómo dos hombres podían estar juntos?, no, no podían ser reyes. Debo de admitir que estoy algo sorprendido del Rey SeokJin, hubo muchas veces que intentaron deshacerse de él, no solo gente del pueblo también mi abuelo. Ese pobre vejestorio que dejaría fuera del trono a mi padre solo por haberse juntando con otro hombre. Para su mala suerte la edad le jugó una mala, el viejo estaba tan seguro de poder deshacerse del rey SeokJin que nunca dictó un nuevo destino para Daegu, así que al final la corona fue para el rey NamJoon.— YoonGi se puso de pie dando un suave vistazo a la espalda del príncipe de Busan. —Detrás de una dulce relación puede existir mucho sufrimiento. Yo no quiero eso.— JiMin sintió el movimiento de la cama, aún así no se movió mucho de su lugar, ni siquiera para voltearlo a ver. —Aún hay veces que llora en silencio por las desgracias que lo hicieron vivir, mujeres burlándose diciendo que hacía el papel de una mujer, hombres menospreciando su masculinidad. No importa cuantas veces lo golpearon, las palabras se clavaron en su corazón sin intención de salir y aún perduran, no importa el amor.— YoonGi volvió a tocar la cama, pero esta vez colocando una de sus rodillas sobre la suave superficie, sus manos se sostuvieron también de la cama y se acercó a Park desde la espalda, susurrándole profundamente en el oído. —Vengo de una familia loca, estúpida e impulsiva, si piensas quedarte aquí un tiempo entonces ten cuidado príncipe bonito, tal vez será tu perdición. Aún tienes la oportunidad de dar media vuelta y desaparecer de este reino.— El príncipe de Busan se sorprendió un poco al sentir el cálido aliento en su oreja, a pesar de ello no se apartó escuchando todo lo que tenía que decir. Sonrió de costado al escuchar sus palabras, palabras que intentaban causar miedo, lo cuál no logró.
—Eres muy interesante.— YoonGi enarcó una ceja por aquello y no hizo más que sentarse en medio de la cama de una, haciendo que rebotara suavemente. —Me causas mucha intriga, príncipe. Pareces alguien distante y difícil de hacer hablar.— Park giro para verle de frente. —Pero me contaste rápido las cosas. Estás aquí conmigo "perdiendo el tiempo" a mi lado en vez de estar por ahí jugueteando con alguna dama.— El de ojos gatunos arrugo la nariz casi enseguida. No le había gustado que le dijera eso. JiMin pudo darse cuenta de ello así que volvió a hablar antes de que se le ocurriera escapar. —Eres curioso y te intrigan mis palabras. Por eso te sigues quedando aquí a escucharme.— YoonGi negó rápido, se sintió ofendido al respecto pero también algo en el príncipe de Busan lo hizo sentirse nervioso, lo cuál solamente le causo unas grandes ganas de auto golpearse. —¿Entonces por qué no te has ido y por qué sigues aquí?— YoonGi abrió la boca y la cerró enseguida. Se levantó de la cama tomando una de las almohadas para tirársela en el rostro a Park.
—Cállate, ¿no eras tú el que quería estar conmigo?, uno te da lo que quieres y dices eso.— JiMin soltó una carcajada después de recibir el golpe y de escuchar las palabras. —No te rías.—
—Lo siento, eres algo lindo.— Fue entonces que YoonGi deformo su expresión a una de asco, se alejo de la cama mirándolo de arriba a abajo.
—¿Te gustan los hombres?— El príncipe de Busan negó lentamente. —Llamándome lindo parece que sí, no hagas eso.— Park se levanto de la cama caminando a dirección de YoonGi, elevó sus manos atreviéndose a acomodar sus cabellos algo desordenados y sonrió.
—Ya es tarde y quiero descansar. El viaje para Daegu fue algo largo, si me permites me gustaría dormir.— YoonGi ni se quejo por los toqueteos en su cabello, solo asintió y salió de la habitación sin despedirse. Mientras caminaba por los pasillos se preguntaba qué sensación era aquella que estaba sintiendo en el pecho. Se había sentido lo suficientemente cómodo para soltar palabras de más. Seguramente era la posición en la que se encontraban ambos, dándose la espalda mientras hablaban, sí, definitivamente solo era por ello.
YoonGi llegó a su habitación después de caminar por unos largos y aburridos pasillos que se parecían unos con otros. No se encontró con nadie por el camino, así que no se distrajo. Cuando llego a su alcoba se encontró con el chico que se encargaba de ayudarlo a desvestirse. Por lo que sin cruzar palabras el chico sabía lo que tenía que hacer, ayudándolo en todo momento a deshacerse de su vestimenta y vestirlo con algo más cómodo para meterse a la cama. Cuando se quedó a solas en su gran y lujosa habitación se quedó en blanco pensando en lo que había ocurrido. YoonGi nunca había podido hacer amigos, siempre fue un chico odioso que alejaba e insultaba a todo aquel que quisiera hacerse cercano a él. Hasta resultaba grosero con las mujeres que tenían intenciones románticas con él. Nunca le gustó ser tocado sin su consentimiento, pero entonces se preguntaba porqué había tenido esa sensación de tranquilidad. Se molestó e hizo sus gestos desagradables, cómo cualquier otro día, pero en vez de huir siguió ahí.
Y entonces la imagen del príncipe de Busan llegó a su cabeza. El sonido de sus carcajadas y la sonrisa que le regalo, los suaves toques que proporcionó en su cabello. Al estar tan cerca de él pudo oler su perfume, olía tan bien. Su mirada era tan atrayente y atractiva. YoonGi se quedó mudo agitando su cabeza ante tales pensamientos. No, deja de pensar así de él.
Pero nuevamente volvió a su cabeza ese chico, su cabello gris era demasiado lindo, tenía ganas de tocarlo. ¿Cómo se miraría con el cabello mojado y pegado a la frente?, seguramente tenía a muchas princesas interesadas en contraer matrimonio. Suspiro. Mujeres interesadas por su atractivo y por lo qué cargaba entre las piernas seguramente.
Sin darse cuenta cayó en los brazos de morfeo. Y para su desgracia el protagonista de su sueño era aquel príncipe que había aparecido muy bien vestido repitiendo las palabras que alguna vez dijo, pero a diferencia de la realidad, su mente había creado un escenario bastante desfavorable para YoonGi. "Te tratare como tu tratas a todas aquellas pobres chicas, siente lo que ellas sienten". Aquellas palabras dichas en su oído mientras unas manos recorrían su pecho hasta situarse entre sus piernas, toqueteando a su antojo el pálido cuerpo.
Para cuando YoonGi despertó en medio de la noche sentía el corazón acelerado, sus ropas desacomodadas por los múltiples movimientos que hizo dormido, además que por alguna extraña razón sentía sus labios algo sensibles, posiblemente de las incontables mordidas que se hizo. Y lo único que su agitada voz pudo soltar fue un "mierda".
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hola. una disculpa por la demora. sinceramente hace algunos años que deje de escribir, fue porque pase un mal rato. no me sentía con los ánimos ni ganas de seguir con este mundo. espero aún gusten leer la historia porque definitivamente sí pienso culminarla. muchas gracias a todas aquellas personitas que me llegar a escribir en el muro. ustedes fueron una de las razones principales por lo que me anime a regresar.
adiós Sugaconswag1, hola bomb-one.
espero que esta sea una mejor etapa.
Pregunta.
¿Tienen un amor a distancia?
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