●v e i N t i u n O●
Capítulo 21
Dedicado a: BrialeValencia
Louis es simplemente Louis primero, y segundo mi profesor. Nunca dejará de ser un playboy. El hecho de que me besara no significa que sea mi novio ahora. Me burlo de la idea. ¿Louis? ¿El novio de alguien? Nunca. Chico juguete, tal vez, o amigo con beneficios. Pero nunca el novio oficial de nadie. Novio oficial y Louis son dos términos opuestos. Pero aun así, a pesar de que sé que no tiene ninguna obligación hacia mí, la ira persiste. Solo se va cuando voy a la biblioteca y veo a Niall. Está estudiando matemáticas acústicas en su mesa, con una mirada seria en su hermoso rostro. Mi corazón susurra fantasías al instante: Niall besándome como Louis lo ha hecho. Me deslizo en el asiento de enfrente con mi propio libro de texto con nerviosismo.
—Hola —le digo. Niall levanta la mirada y sonríe.
—¿Qué hay, Eleanor? Bonito… cambio de vestuario.
Miro mi camiseta con la calavera y los pantalones cortos de vaqueros.
—Una amiga me los ha prestado. Son solo temporales.
—Oh hombre, ¿por qué son esas? —Señala a mis manos envueltas de gasa, y tímidamente me encojo de hombros.
—Me he caído y hecho daño en las manos.
Su rostro se llena de preocupación.
—Parece que duelen. Tienes que tener más cuidado.
Veo las vendas. Su cuidado y preocupación por mí me derrite las entrañas. Respiro profundamente y saco todo mi valor, mis ojos están bloqueados en sus labios me inclino…
—¿Quién tiene que tener más qué? —interrumpe alegremente una voz sin aliento. Levanto la mirada para ver a Demi, su cabello rubio claro en una coleta con su brillante capucha purpura con tréboles verdes sobre esta.
—Hola —digo—. Soy Eleanor.
Demi se gira hacia mí.
—Soy Demi. Oooh, ¿Qué tienes allí? —Le echa una ojeada al título de mi libro de texto—. ¿Análisis Profundo sobre la Anatomía Masculina?
—Para mi clase de biología —digo rápidamente.
—Ah, la sección reproductiva, ¿eh? —Niall sonríe—. Prepárate para los exámenes más divertidos de tu vida.
—No todos somos súper inmaduros, Niall —le reprende Demi, luego me susurra—: Pero por supuesto dibujé una polla con cara en la pregunta de crédito extra.
Me río.
—No creo que nunca antes haya dibujado un pene.
—¿En serio? —Los ojos de Demi se abren—. Pero has visto uno antes, ¿verdad?
Le disparo una mirada de ayuda a Niall y me ruborizo.
—Yo…
—Déjala en paz, Demi —dice Niall pacientemente. Ella no lo hace.
—¿Quieres decir que en realidad nunca has visto una polla antes? —Sus ojos se iluminan—. ¿Ni siquiera, como, a un bebé cuando cambiaste su pañal? ¿O qué hay de la de tu abuelo cuando está tan viejo como para mantener sus pantalones arriba?
—No soy especialmente buena con los niños —digo—. Y mis abuelos murieron antes de que yo naciera.
—Pero, qué hay del… —Demi se inclina y susurra—: ¿Porno? Hay muchas en el porno.
Me ruborizo más fuerte.
—Nunca he, um…
—Oh Dios mío. —Demi se hecha hacia atrás—. Vaya. Vaya eso es… ¡eso en increíble! Nunca he conocido a alguien que…
—Vamos, Demi. Déjala en paz —dice Niall con más fuerza. Demi frunce el ceño hacia él.
—¡Simplemente estoy curiosa! ¡Es una cosa realmente asombrosa en estos días y épocas! —Se da la vuelta hacia mí y me susurra, con ojos inocentes—: ¿Así que eso significa que eres lesbiana?
—No —protesto—. Simplemente he estado… ocupada. Durante la mayoría de mis años como adolescente.
—Así que podrías ser lesbiana. Simplemente aún no lo sabes.
—Ciertamente no lo soy —insisto. Niall me dispara una mirada de disculpas y se levanta, cerrando su libro.
—Bueno, mejor me voy —dice—. El show no se va a realizar por si solo esta noche.
—¡Iré contigo! —Ofrece Demi, luego se da la vuelta hacia mí con una sonrisa—. Ha sido un placer conocerte, Eleanor.
Sonrío lánguidamente. Obviamente no sabe lo mucho que sus palabras me han afectado. Quizá nunca lo sepa.
—Ha sido un placer, Demi. Ten una buena noche.
Niall retrocede mientras Demi pasa por delante de él y sale de la biblioteca.
—Realmente lo siento por eso.
—Está bien —le aseguro—. Estoy segura de que no ha querido decir nada de eso ofensivamente.
Niall sonríe y pone una mano en mi hombro.
—Eres una buena persona, Eleanor. ¿Alguna vez alguien te ha dicho eso?
—Eres el primero.
—Bueno, debería decirlo más seguido, entonces.
El ardor de su mano pasa a través de mí, extendiéndose como una raíz se extiende por tierras fértiles. Calienta mi corazón, mis pulmones y mi sangre. La urgencia de besarlo sigue allí, pero todo mi coraje se ha ido, debilitado por la duda de las palabras de Demi. Finalmente se aleja, y con una última sonrisa, se va. Observo a los dos caminar fuera de la biblioteca.
Tomo mi libro de texto y me acomodo en el asiento cercano a la ventana mirando los cerezos detrás del edificio. Demi es vorazmente curiosa, y nunca duda en decir lo que está pensando. Ahora que he hablado con ella, siento que la conozco mejor. Haría bien en decir más lo que pienso en lugar de retenerlo y sobre-analizarlo hasta la muerte. No solo a Niall le gustaría, sino que parece bastante liberador.
Saco un paquete de notas adhesivas y empiezo a marcar las páginas importantes. Hay mucho para estudiar.
Después de horas de trabajo, observo el libro con las notitas adhesivas con una alta satisfacción. He memorizado tantos diagramas y análisis médicos como puedo. Todo lo que falta es la aplicación práctica. Le mando un mensaje a Louis de camino al dormitorio.
-Me gustaría aprender sobre los penes luego.
•••
El mensaje me detiene. Briana, caminando a mi lado, también se detiene.
—¿Pasa algo? —dice, su voz extraña, en un tono demasiado dulce como el que la mayoría de las chica tienen cuando están con tipos que apenas conocen pero quieren follar de todas formas. Mis ojos pasan del mensaje a ella y de nuevo al mensaje.
Eleanor quiere aprender sobre pollas.
Lucho contra un gemido mientras la dureza que he tratado muy duro de esconder de Eleanor vuelve de nuevo a la vida con venganza. Besarla, mirarla debajo de mí sonriendo en mi cama hizo que me pusiera duro y caliente como un volcán, pero me las arreglé para mantenerlo fuera de sus ojos de águila. Salí y respiré de alivio cuando vi a Briana, una jugadora de tenis de segunda línea que se acostó conmigo a inicios de año. Briana estaría feliz de ayudarme con la dureza por los labios de Eleanor. Y sus pechos a través de la delgada camisa de la calavera. Y el olor de su cabello —de Briana, no de Eleanor— cabello rubio teñido en lugar del castaño. Briana es pequeña y curvilínea donde Eleanor es alta y agraciada. El promedio de notas de Briana es miserable y no tiene el ingenio o las agallas para lanzar un insulto que le haría daño a una mosca, mucho menos a un ser humano, pero es amigable y lo más importante, no le importa acostar se conmigo, y los segundo más importante es que no le importa si pienso en alguien más mientras lo hacemos.
Y lo haré.
Quizá siempre pensaré en Eleanor en su lugar.
Briana se asoma en mi lado.
—Oye, ¿hay algo mal? Pareces como si hubieras sido electrocutado.
Miro de nuevo al mensaje. Eleanor quiere aprender más sobre pollas. Estaría jodidamente feliz de enseñarle más con la mía, ahora mismo. Podría darme la vuelta, alcanzarla y besarla una y otra vez, fuerte y profundo para hacerle saber que quiero mi polla dentro de ella mientras empujo mi lengua contra la de ella, y podría decirle que es una lección. Esta es la lección que querías, Eleanor, diría mientras recorro mis manos bajo su camiseta, jugando con sus pezones en punta. Tomó todo en mí no hacerlo en mi cama solo hace unos minutos, pero podría dejarme llevar, no es demasiado tarde, ella quiere una lección y he estado ansioso desde el primer día para darle …
—A Niall tampoco le importa. —Eleanor sonrió—. Es bastante paciente conmigo en ese sentido.
Su voz de enamorada viene a mis recuerdos y mi urgencia de darme la vuelta y encontrarla se apaga como una vela en una noche ventosa. Poof. Se ha ido. Solo así.
No soy yo el que le importa.
Tengo que ser más frío.
—Oye —trata Briana por tercera vez—. Me estás asustando.
Me giro hacia ella y sonrío.
—Ah, lo siento por eso. Solo es una mierda rara que está sucediendo con unos amigos. Drama, ¿sabes?
—Claro. —Se encoge de hombros—. ¿Todavía quieres esto o…?
Sus ojos bajan a mi entrepierna. Hay un segundo de desesperación en mí, todo es oscuro y frío, estoy decepcionado por millonésima vez de que una chica solo me quiera para tener sexo. Que no le importen una mierda mis sentimientos o mi vida.
Fuerzo una risa y sacudo mi cabeza.
—Nah. Lo siento. Quizá en otra ocasión.
La dejo con una mirada decepcionada. La verdad es que estoy bien para aguantar durante horas. Eleanor ha visto eso. Pero algo en mí, algo raro y nuevo, no le importa una mierda. La urgencia de follar algo, cualquier cosa para sacar a Eleanor
de mi sistema simplemente ya no está allí.
Espera, eso no es verdad. La urgencia sigue allí. Pero no quiere follar cualquier cosa. Quiere a Eleanor. Y quiere más que simplemente follar. Quiere sostenerla, hacerla reír y sonreír, apartarle el cabello de sus preciosos ojos, cocinarle algo que le guste, besar sus muñecas en la playa y abrazarla desde atrás en los museos y meter mis dedos dentro de ella en mi ducha, contra el fregadero de la cocina, enterrar mis dientes en su cuello y presionarla contra la pared hasta que pierda la cabeza y su autocontrol y grite mi nombre.
Eso es lo que quiere.
Eso es lo que jodidamente quiero.
Pero nunca, jamás, ni en un millón de años, voy a tenerlo.
Me miro en el espejo. No hay ni rastro del cabello de ángel que tiene Niall, solo cabello castaño, salvaje y desaliñado como el pecado. No soy un chico feo, pero tampoco soy un chico de club de campo como Niall. Su nariz es recta, la mía está torcida por haber sido rota dos veces (gracias por eso papá). Niall es elegante e inteligente, y tiene un buen futuro por delante, y no una familia jodida.
¿Qué tengo yo que él no? Puedo complacer a una mujer, atizarle un gancho a un hombre y hacer carne seca.
Pero estoy suspendiendo en mis clases, sin importar lo duro tome notas o lo duro estudie. Soy estúpido. Y nunca antes he tenido una relación. No sé lo esencial sobre ellas, o el amor. Niall sí. Niall puede hacer mucho más por Eleanor.
Todo lo que puedo hacer por ella es enseñarle cómo estar con él.
El dolor me recorre el pecho, como el dolor de trasero que solían dejar los moretones de papá, solo que unas cien veces peor y más crudo por dentro. Me apoyo contra el volante y trato de respirar como me he enseñado. Respira hondo. Escóndete en algún lugar oscuro, así el dolor no puede encontrarte cuando vuelva borracho y enfadado como el infierno.
Tengo que parar.
Esta mierda estúpida tiene que parar.
Lo que sea que sea esto, me está haciendo daño. Y si hay una sola cosa que he aprendido en mi vida, es dejar atrás lo que sea que me haga daño. Muy lejos. Cortarlo y sacármelo.
Conduzco hacia la única persona que entenderá, la única persona que entendió antes mis problemas.
Hoy la peluca de Rita es azul brillante. Sonríe detrás del bar mientras limpia cada vaso con un trapo, uno por uno. El club está vacío, solo hay un viejo con traje bebiendo al final del bar.
—Hola, cariño. —Los ojos de Rita bailan—. ¿Día duro en la universidad?
Descanso en el taburete del bar y pongo mi cabeza en mis brazos. Rita chasquea la lengua.
—Oh, conozco esa mirada.
Frunzo en ceño.
—¿Qué mirada?
—La mirada de un hombre enamorado.
Pongo los ojos en blanco y resoplo.
—Eso es una mierda sin sentido.
—Cariño, no atiendes un club durante quince años sin ver tu parte justa de rostros enfermos de amor. Puedo localizar con precisión a un hombre con el corazón roto a mil kilómetros. —Vierte algo, y siento que un vaso frío se desliza contra mi brazo.
—Sé que ya no bebes tanto, pero esto te hará bien.
Arrugo la nariz hacia el vaso.
—Mientras no sea whiskey.
—L'or de Jean Martell ―pronuncia Rita con un perfecto acento francés―. Es un buen coñac.
Le doy un trago. La fuerte sustancia calienta mi garganta, haciendo que mi sangre también se caliente. El whisky haría que se calentara más. El whisky haría que corriera como la de papá.
—Así que… —Rita pone su barbilla en sus manos—, ¿quién es la chica suertuda?
—¿Suertuda? —me burlo y le doy otro trago—. Más bien desafortunada.
Rita espera, pacientemente, a que termine. Trazo el borde del vaso.
—Todo lo que hago es joder con su cabeza —digo.
—¿Por qué?
—Porque está jodiendo con la mía.
Rita levanta una delgada y perfectamente delineada ceja.
—¿Oh? ¿Así que quién es esta descarada conspiradora?
Me enfado cuando la escucho llamar a Eleanor de esa manera, y luego me doy cuenta de lo tonto que suena eso.
—Ella no es una conspiradora. Quiero decir, es inteligente, pero no es el tipo de persona que engaña a alguien. Sin embargo… seguro como el infierno que es una descarada candente.
Rita sonríe.
—Ahh, así que es ella. La chica que trajiste en tu cumpleaños. Eleanor.
Gruño. Rita toma eso como un ''sí''.
—Así que está ''jodiendo con tu cabeza'', ¿verdad?
—No. No a propósito, ¿bien? Simplemente me está volviéndome loco con… con cómo es normalmente. —Suspiro.
—Te sientes atraído por ella.
Le pongo una cara de ''duh''.
—Pero si recuerdo bien, ¿no está ella enamorada de otra persona? ¿Y no la estás ayudando a conseguirlo?
—Ese es el por qué apesta tanto.
—Oh cariño —suspira Rita—. Si te gusta tanto, simplemente deberías decirle tus sentimientos.
—Y qué, ¿arruinarlo todo? Si se lo cuento todo, Rita, simplemente enloquecerá y dejará de venir a mí. No es que venga a mí, lo cual es el problema en primer lugar… -Rita me da una mirada dura.
—Te gusta esta chica por mucho más que solo una vagina, ¿verdad?
—¡Jesús, si! —Lanzo mis manos hacia arriba—. Quiero decir, mierda, estaría jodidamente excitado por tener sexo con ella, ya sabes, si quiere, no es que quiera porque no lo hace y no lo hará nunca, no con alguien como yo, y estoy bien con eso, quiero decir no bien, es solo… —Bajo el vaso y frunzo el ceño—. Solo quiero que sea feliz. Se merece eso. Y si no es conmigo, entonces quiero que esté con alguien que le guste. Haré lo que sea si eso significa que sea feliz, punto. Eso es todo.
Rita pone su mano sobre la mía.
—Oh, mi dulce Louis.
—No me compadezcas o algo así —gruño y alejo mi mano.
—No por supuesto que no. Eres un chico maravilloso, y esta chica es bastante afortunada porque te preocupas mucho por ella. Solo no olvides que también te mereces ser feliz, ¿bien? Incluso si eso arriesga su amistad, quizá sea mejor si le dices cómo te sientes. Antes de que sea demasiado tarde.
Me quedo callado como una tumba. Rita limpia más vasos antes de romper el silencio.
—Así que, ¿por qué estuviste de acuerdo en ayudarla con este chico en primer lugar?
Me encojo de hombros y trago el resto del coñac.
—Ella prometió ayudarme con trabajos. Hacerlas por mí. Y estaba suspendiendo todo, así que estuve de acuerdo.
—Y ahora ya no suspendes.
—Bueno, sí. Quiero decir, ahora tengo una media de excelente gracias a su duro trabajo.
—Y estoy segura de que ella está en el borde de ganar suficiente coraje para pedírselo a su chico amante gracias a tu duro trabajo.
Mi estómago se llena de nudos, el coñac baila airadamente dentro de él.
—Probablemente.
—Viniste a nosotros en un estado horrible. —Rita limpia otro vaso lentamente—. Todos esos moretones, y ese brazo dislocado… nunca había visto nada como eso, ni siquiera teniendo un club con clientes alborotadores. Fuiste golpeado hasta la mierda. Y estabas huyendo. Eso es todo lo que sabíamos.
Sus palabras suenan agrias en mis oídos. Rita sonríe y se sirve un vaso de agua con gas, bebiendo lentamente y mirándome sobre el vaso antes de volver a hablar.
—Te di un lugar y un trabajo porque yo fui tú, hace mucho tiempo. Fui golpeada por quien era, y también hui. Pero nadie estuvo allí para darme una cama en la parte trasera de su club. Y tuve que hacer cosas horribles para tener lo suficiente para vivir.
Pasé años haciendo esas cosas. ¿Pero tú? Te repusiste, solicitaste acceso a la universidad y entraste.
—Suerte —gruño. Rita me golpea con su trapo de secar.
—Trabajo duro, y no lo olvides.
No puedo evitar sonreír. Rita siempre hace que me sienta mejor. Tiene ese don.
—Está bien. Pensaré… en eso. En decírselo. Pero no ahora. Aún no.
Rita asiente.
—Entiendo. Tomate tu tiempo. Simplemente no te tomes mucho, ¿me has oído?
Mientras me levanto para irme del bar me río ante la estupidez de Louis Tomlinson, preocupado por tomarse demasiado tiempo con una chica.
¿Simplemente en quién demonios me ha convertido Eleanor?
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