●V e i N t i T r és ●
Capitulo 23
Eleanor se aclara la garganta, su voz se vuelve toda negocios y falsa.
—Estabas hablando sobre la ropa interior de hombres.
Me esfuerzo por ser más distante y profesional como ella, incluso con mi pecho doliendo. Niego. ¿Por qué diablos debería dolerme por esta princesa de hielo que me está utilizando y me va a tirar lejos cuando haya terminado conmigo?
—Sí. Así que, pajas. Nada lujoso. Conseguirá que Niall se excite, pero no lo hará correrse. O tal vez podría. Y si ese es el caso, probablemente es un virgen demasiado sensible, lo que es Niall-ricamente posible. ¿Lo entiendes?
Ella ignora la broma, mirando el consolador más de cerca.
—Así que lo que estás diciendo es que las pajas son para los juegos previos.
—Bueno, sí. La mayoría de ellas le permiten a un chico saber que estás interesada. Frotar tu mano en la entrepierna de un tipo es científicamente la mejor manera de llamar su atención.
Louis sonríe.
—¿Científicamente probado? ¿O solo probado con el tiempo?
—Un poco de ambos. —Pongo mi mano alrededor del consolador—. Muy bien, así que esta es una cosa gay que arriesga mi reputación varonil cuidadosamente construida, pero estoy haciéndolo solo por ti, para que así entiendas exactamente qué hacer.
—Lo homoerótico que ocurra en esta habitación, se queda en esta habitación.
Pongo los ojos en blanco y agarro el consolador.
—El eje es en donde está la acción. Un montón de chicas piensan que la cabeza es la mejor cosa por la que se puede ir, pero es sensible. Demasiada estimulación puede resultar en, uh, correrte temprano. O simplemente podría empezar a sentirse irritada.
De cualquier manera, debes centrarte en el eje y solo visitar la cabeza algunas veces.
—Bien. —Ella asiente, tomando notas en su teléfono.
—Mira. —Agarro su mano escribiendo—. Ya basta, ¿de acuerdo? Esta es una lección práctica. Juego de palabras totalmente intencionado.
—Pero... —Ella mira a las notas.
—Sé que te hacen sentir segura. Sé que... sé que las notas significan mucho para ti. Pero ahora mismo, necesito que estés aquí, conmigo, concentrada en lo que estoy haciendo. Esta es seriamente la mejor manera de aprender. Ella se anima con la palabra "aprender", y deja caer su celular en la cama, centrándose en mí.
—Está bien. Estoy escuchando.
Su mirada es como un láser mientras explico las diferentes técnicas, acudir recto, el giro, el dos-dedos.
Es un poco incómodo, y cuando le paso el consolador para que pueda probar, lo frota dos veces y una risa brota de ella. Me quedo inmóvil.
—Espera, acabas, ¿era una risa real?
Ella observa su mano ir arriba y abajo y se empieza a reír de nuevo, el sonido claro como el agua de un manantial.
—Esto... Esto es solo... tan tonto. La cosa parece tan... ¡tan tonta!
Miro la patética polla de silicona y comienzo a reír, también.
—Parece un maldito gusano —digo.
—Una ballena sin pelo. —Ella lo aprieta en su pecho para recuperar el aliento—. O el extremo posterior de la medula oblonga.
Me río aún más fuerte de su comparación friki de mierda. La habitación de la residencia se llena con el sonido, la luz del sol de la tarde entra a través de la ventana. Juega con su cabello azulado, convirtiéndolo en una noche estrellada. Unos mechones sobresalen de su moño, el flequillo desordenado, el peinado suelto por un día de trabajo caminando. Sería tan fácil llegar y tirar de él, para verlo fluir alrededor de sus hombros libremente.
El viento se levanta y sopla su olor hacia mí, sin un elaborado perfume, simplemente jabón limpio y un toque de rosa. Su risa se desvanece más rápido de lo que puedo memorizar. Es mucho mejor que una foto, sin embargo. Es un momento en el tiempo de ella, y lo tengo todo para mí. Me atrapa observándola fijamente y mira hacia otro lado rápidamente.
—Pido disculpas —dice—. Me estoy distrayendo de la lección. No va a suceder de nuevo.
—Está todo bien. Distraerse no es del todo malo.
—Lo es —insiste Eleanor—. Tienes lugares en los que estar, con gente que es más interesante y divertida que yo. Estar aquí es aburrido para ti, ya lo sé. Entonces. Sería mejor terminar esta lección rápida y eficientemente, así te puedes ir.
Algo en mis pulmones se retuerce dolorosamente.
—Está bien tomarse las cosas con calma.
Eleanor frunce el ceño, hay una duda claramente escrita en su rostro. Le doy un codazo en la frente con el olvidado consolador.
—No me he aburrido de ti, idiota. Me gusta enseñarte.
Su duda se derrite, y un sonrojo por la vergüenza toma el lugar. No puedo creer esta mierda, Eleanor está sonrojada en frente de mí. Lo ha hecho un par de veces, pero esta es diferente, está por todas partes y es brillante. La chica de hierro, dura "no tomo prisioneros", está sonrojada, sus mejillas rosadas y dulces.
Pero entonces algo en ella cambia, el rubor se desvanece, sus ojos pierden su chispa, y se vuelve en toda negocios otra vez.
—No siento que esté aprendiendo con eficacia.
—¿Sí? —Me rasco la parte posterior de mi cabeza—. Nunca he sido bueno en esta mierda de enseñar.
—No, no son tus métodos de enseñanza —me interrumpe—. Eres aceptable. Es el... equipo. —Hace un gesto hacia el consolador en mi mano—. Es difícil saber si lo estoy haciendo bien, simplemente porque no hay ningún mecanismo de respuesta. El aprendizaje depende del refuerzo positivo, y si no responde, no tengo manera de saber si lo que hago está bien. No es muy tranquilizador.
—Bueno, los movimientos de tus manos parecen correctos —le digo.
—Pero, ¿sabes a ciencia cierta que están bien?
—Nop.
Ella suspira.
—Así que incluso si me acerco a Niall, podría estropearlo.
—Sí, pero, mierda. Podrías tener éxito, también.
—No puedo darme el lujo de correr ese riesgo. Ni siquiera una vez. Niall es... demasiado valioso como para correr el riesgo. —Me lanza una mirada—. Es el primer chico por el que me he sentido de esta manera. Pensaba que era disfuncional, o tal vez lesbiana. He pasado años sin sentir ni una vez el ser golpeada por el amor. Pero luego le conocí y lo comprendí. Finalmente he comprendido de qué trataban todas esas canciones, todos los poemas de Keats y Hemingway. Él me abrió los ojos.
Ignoro el hundimiento en mi estómago.
—Suena como si él es mierda importante para ti.
—Sí. Así que tengo que ser nada menos que perfecta. Tengo que tener tanta práctica y estar tan preparada como pueda. No puede haber errores.
—Eso suena como un montón de presión de mierda que estás poniendo sobre ti.
—La presión es la única cosa a la que estoy acostumbrada. —me corrige Eleanor—. Puedo manejar la presión. Te busqué para que me enseñes a manejar el resto.
Hay un extraño y tenso silencio, y luego los dos soltamos palabras a la vez.
—Creo que puedo...
—No te importaría si...
—Lo siento, adelante —digo. Eleanor sacude la cabeza.
—Esperaba que no te importara ser un sujeto de prueba en vivo. Para la práctica. Y solo por esta vez.
Soy cuidadoso de evitar que mis ojos salten de mi cráneo. ¿Eleanor? ¿Pidiendo permiso para hacerme una paja?
—Mira, Princesa, he tenido un montón de chicas...
—¡Lo sé! —me interrumpe—. Lo sé muy bien. Es por eso que creo que serás un excepcional sujeto de prueba. Soy inexperta, y va a ser extremadamente mediocre. Será tan malo, que te va a permitir mantener la mente clara, de ese modo puedes guiarme y ofrecer consejos mientras yo experimento.
—Creo que te subestimas a ti misma, y al poder de la mano femenina. No importa cuán mala seas, todavía voy a reaccionar.
—¡Pero vas a reaccionar con claridad! Eso es mucho mejor que una cosa de plástico sin vida. Seré capaz de evaluar tus reacciones y ajustar adecuadamente.
Entrecierro los ojos hacia ella, incluso mientras mi mástil está empujando insistentemente contra mis pantalones vaquero.
—Pero, ¿qué hay de ti?
—¿Qué hay de mí?
—Estás bien con... con que yo sea el primero... a...
—Pero no lo eres realmente —dice rápidamente—. Es solo práctica. Para Niall. Y creo que va a ser educativo.
Pongo los ojos en blanco, pero antes de que pueda levantarme y salir, ella se desliza rápidamente sobre la cama y pone su mano en mi muslo. Sus tormentosos ojos avellanas cobran vida con esa chispa de nuevo, sus dedos presionan curiosos círculos dentro de mis pantalones vaqueros. Cada chico borracho de fraternidad en el campus mataría por estar en esta posición, en una cama con Eleanor Calder, con el sol de la tarde iluminando su cabello y los ojos con el tipo de fuego apasionado que solo reserva para los jodidos estudios, o los exámenes. Para el aprendizaje.
Aprender es lo que le gusta, y es evidente en la forma en que está tocarme ansiosamente.
—N-no —digo, tenso y ronco—. No lo rasguñes. Abre la mano y frota arriba y abajo...
Inhalo mientras su palma corre sobre mí, suave al principio, luego con fuerza.
Ella mira a sus manos trabajando, luego a mí.
—Ajá, la fricción que produce es lo que estimula la piel. Eso tiene mucho más sentido.
Gimo y la empujo por los hombros.
—Eleanor, joder... solo para. Solo detente de una maldita vez.
—¿He hecho algo mal? —Ella inclina la cabeza.
—No, pero... maldita sea, mujer —gruño—. No soy Niall. Él es el que te importa.
Inclina la cabeza hacia otro lado, como un pájaro curioso. La inocencia en el movimiento me hace arder más y más.
—Lo sé. Pero tú eres mi maestro. Me tienes que enseñar. —Ella baja la vista hacia mi entrepierna—. Además, no tiene mucho sentido usar una imitación de plástico cuando tenemos la cosa real aquí. Pruebas vivas contra pruebas de laboratorio son considerablemente más lucrativas en términos de apoyo de control de datos.
Me recuesto contra la pared y golpeo mi cabeza contra ella, tratando de limpiar la mierda de neblina estática de la lujuria. Tengo que salir. Tengo que irme. No va a salir nada bueno de esto. Esto solo me joderá. ¿Pero por qué? ¿Por qué creo que me va a joder? ¿Es porque la deseo? Todo el mundo con una polla la desea. Yo no soy especial. Niall es el único que le importa. No es como que necesito chicas a quien importarles para que me masturben. Hailey me acarició en el concierto de anoche mientras yo la tocaba, y tiene novio. La semana pasada era Kelsie, me la chupó detrás del árbol de cerezo por el edificio de ciencias, y a la mierda, ella tiene novia. No soy ajeno a las descuidadas travesuras de polla con personas que no sienten realmente nada por mí.
Así que, ¿por qué esto me está molestando tanto?
—No quiero que hagas algo de lo que te arrepentirás, Princesa —digo finalmente. Siento el tirón de mi cremallera demasiado tarde, cuando ya está abajo, y está tirando del dobladillo de mis pantalones.
—Agradezco tu preocupación, pero nunca me arrepiento de aprender, Louis. —Frunce el ceño, un casi puchero—. Sé que no va a ser el mejor para ti, pero agradezco tu sacrificio.
No puedo decir si está bromeando o no, y no me importa, porque al segundo que sus delgados dedos se abren camino a través de mis bóxer y me encuentran, cada protesta en mi vacío cerebro se vuelve ruido blanco. Sus dedos están fríos, sus apenas existente uñas son deliciosamente suaves contra mi piel. Me saca, recto y lo suficiente duro para cortar vidrio, y sus ojos se amplían.
—Oh. No tenía ni idea de que se volviera tan grande.
Le doy una sonrisa febril.
—E-ese solo soy yo. Algunos chicos son más pequeños. Estoy seguro de que Niall será pequeño... ¡Ah! —me corto cuando ella envuelve su mano alrededor de la base y aprieta.
—No más presumir de ti. —Suspira altaneramente. Veo su autocomplaciente sonrisa aflorar mientras me masturba, apretado y fuerte. Un gemido intenta saltar pero me lo trago.
—¿D-de qué estás... —siseo mientras juega con sus dedos al otro lado de mi miembro, las candentes fibras de placer me consumen—... pr-presumiendo?
—¿Presumiendo? No, solo estoy contenta. Eres una herramienta de aprendizaje mucho más buena —dice, su otra mano serpentea hacia fuera. Me agarra con ambas, y aprieta suavemente. Cuando no reacciono, se inclina y sopla aire fresco en mi miembro. Mis traidoras caderas dan un repentino tirón, y sus dulces labios rosados permanecer inmóviles allí.
—Oye, a...ah, espera, las cosas con la boca no están en el menú...
—Demasiada fricción sin lubricación es peligroso. Todo alumno de física sabe eso —replica Eleanor.
—Princesa, escúchame, lo digo en serio, si tú... ¡joder!
Ella pasa su suave lengua desde mi base hasta la cabeza, dejando un fino rastro de húmedo calor.
Cada centímetro de mí quiere quedarse en esta cama y dejarla hacer lo que sea que quiera hasta que me corra sobre ella, en ella, pero algo claro y repentino atraviesa esa mierda y me aleja del borde. Me escabullo fuera de la cama, guardándome y subiendo la cremallera de mis pantalones vaquero.
—¿Qué d-demonios estás haciendo? —jadeo. Las mejillas de Eleanor están encendidas.
—Yo estaba... estaba aprendiendo. ¿Por qué te detienes? ¿No iba bien?
—¿Tienes alguna jodida idea, cualquier puta idea de lo que significa esa mierda? Estás adelantándote...
—¡Tenía curiosidad! ¡Y no quiero que tengas dolor, por la fricción seca...!
—¿Por qué te importa si tengo dolor? —digo bruscamente—. Soy solo una herramienta de aprendizaje para ti.
Eleanor parece sorprendida, y la sorpresa se convierte poco a poco en confusión.
—Creo... creo que eso es lo que acordamos. Tú me enseñarías, y yo haría tu trabajo. Nos usaríamos el uno al otro. Es un trato justo.
Aprieto mi puño y resisto la tentación de golpearlo contra la pared.
—No es justo. No es jodidamente justo cuando vas y haces alguna mierda loca como esa.
—¿Cómo es eso una mierda loca? ¿No te hacen muchas otras chicas lo mismo? ¿Es mierda loca cuando ellas lo hacen?
Mi estómago se cuaja.
—¡No, eso es jodidamente normal!
—¿Entonces por qué, cuando lo hago por el bien de la educación, es de alguna manera una mierda loca? ¿Por qué soy diferente para ti? Solo trátame como a otra chica. Solo quiero aprender, y sería capaz de hacerlo, ¡si me tratas como ellas!
—¡Tú no eres como ellas, jodida idiota! —grito—. ¡Deja de tratar de ser como ellas! ¡Deja de tratar de ser nadie más que tú jodida misma para ese imbécil de Niall! ¡A él no le vas a gustar sí intentas tan malditamente duro de ser alguien que no eres!
Eleanor se queda en silencio, el rubor pierde intensidad y el imperial rostro se enfría en un glaciar irrompible. Dejo salir un gruñido de frustración y giro sobre mis talones, cerrando la puerta del dormitorio detrás de mí. Nunca he caminado tan rápido o estado más cabreado en mi vida, y no tengo ni puta idea de por qué. Todo lo que sé es que cuando vuelvo al apartamento, ignoro el saludo de Liam y Perrie, entrando furioso a mi habitación y apoyándome contra en la puerta para acabarlo, pensando en la jodidamente perfecta boca de Eleanor todo el tiempo.
Ella me está jodiendo, duro, sin siquiera joderme.
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