●t rE s●
Capítulo 3
Suspiro y entro a la casa de la fraternidad para encontrar un baño. El único abierto está asqueroso, con trozos de papel higiénico y dios sabe qué líquido salpicado en el suelo. Hago mi trabajo rápidamente y salgo. Paso por una puerta, gemidos tenues salen de ella. Sexo. Siempre con el maldito sexo. ¿Nadie en un radio de veinticuatro kilómetros piensa en otra cosa?
La grieta es más que un poco amplia y reconozco los tatuajes al instante: Louis, sujetando a la chica pelirroja en la cama, besando su cuello. Los músculos de su espalda se mueven bajo la esbelta tinta de su tatuaje y la luz de oro de la tarde que entra a través de la ventana. La pelirroja lo está disfrutando inmensamente, con una sonrisa en su bonito rostro y su cuerpo retorciéndose alegremente.
Mi pie cruje sobre las tablas del suelo y la cabeza de Louis se levanta, unos ojos zafiros miran hacia mí. Me quedo de piedra, pero me compongo y voy fuera rápidamente a mí lugar en la sombra. Sé que es un maldito mujeriego, por lo que verlo en el proceso de hacerlo no es muy sorprendente, pero me ha alarmado. Calmo mi respiración y le mando un mensaje a Alana, tratando de averiguar cuánto tiempo tiene intención de quedarse aquí. A este ritmo, no hay razón para que me quede, desde que Ino parece estar bien sin mí. Tiene una amiga con ella, una nueva.
Tomaré un autobús de vuelta al campus. No es muy tarde para conseguir un poco de estudio a última hora del día. Desde que vi a Demi y Niall juntos por primera vez y después del acercamiento de Pentefres, he estado teniendo problemas de concentración. Tengo que estudiar unas horas, concentrada y sin distracciones, para despejar mi cabeza de esta renuencia sin sentido y regresar a la rutina. No puedo dejar que mis calificaciones bajen por algo tan tonto como un capricho o un casi acoso sexual. Mamá se pondría furiosa.
—¡Eh! Princesa.
Levanto la mirada. Louis está de pie frente e mí sonriendo. Su claro cabello está despeinado, rígido y seco. El sol hace ver su piel bronceada y con ángulos afilados. Le ignoro y me levanto, buscando un billete de autobús en mis bolsillos mientras camino.
—¡Oye, oye, espérame!
No lo hago. Cruzo la calle dirigiéndome hacia la parada del autobús más cercana, haciendo una pausa para leer el mapa. El 16 me llevará de regreso y llega en unos trece minutos. Me siento en el banco y saco mi teléfono, abro la aplicación tarjetas didácticas para mi clase de español. Bien podría tratar de estudiar donde sea con tal de matar el tiempo.
Un Louis sin aliento se derrumba en el asiento junto a mí después de varios minutos. Lo miro de soslayo. Aún lleva puesto su bañador, con una camisa negra que dice "QUEENS OF THE STONE AGE" y unos Convers rojos.
[QUEENS OF THE STONE AGE: Banda originaria de California, Estados Unidos]
—Pensaba que ibas a correr más lejos —dice.
—No corro —digo.
—Oh, lo sé. Tú solo flotas, sin realmente tocar el mismo suelo que nosotros los mortales comunes.
—No estamos en condiciones de hablar. —Intento hacerlo sonar como una burla fría. La mayoría de los chicos se irían. Él solo se ríe.
—Bueno, considerando que acabas de verme hacer algo bastante íntimo, diría que estamos en condiciones de al menos tener una charla informal.
—Lo que hagas o con quién en tu tiempo libre es tu problema. Felicidades.
—¿Por qué?
—La chica. Es muy guapa y parece que le gustas mucho. Serían una buena pareja.
Louis me mira incrédulamente y se ríe, largo, fuerte y cálido. Eso me irrita, y le espeto:
—¿Qué es tan gracioso?
—Tú... siquiera sabes... Vamos, no eres tan tonta. No vamos a ser una pareja. No le gusto. Ella solo me desea.
—No sabía que hubiera una diferencia.
Su resoplido está mezclado con una profunda amargura.
—Bueno, permíteme informarte, hay una maldita diferencia. —Saca su caja de cigarrillos y enciende uno, haciendo volar el humo. Arrugo mi nariz.
—Eso te matará.
—La vida me está matando, Princesa.
Es una cosa muy extraña, profunda y oscura para que diga un chico que sonríe incluso cuando está amenazando a un profesor.
—Huelen asquerosamente —insisto—. Tu gran multitud de admiradoras no lo apreciará.
Se ríe. —Tengo bastantes pruebas de que es todo lo contrario.
—Increíble —digo sin expresión.
—¿Qué?
—Louis Tomlinson ha usado varias palabras con más de cinco letras en una misma frase. En la mayoría de los países, eso sería considerado un milagro.
—Ja, ja. —Tira la colilla del cigarrillo—. Mírame. Mira lo mucho que me río. Mira mis lágrimas por la risa.
Sonrío, me doy cuenta que estoy sonriendo con Louis Tomlinson y rápidamente la oculto, centrándome con interés en mi español. Él mira, inclinándose cerca de mi hombro.
—Vaya, eso es bastante bueno. ¿Está en App Store?
—No.
—Uh, entonces, ¿de dónde la has sacado?
—La he hecho yo.
Sus ojos se abren como platos.
—¿En serio? —Le ignoro. Levanta la voz—. ¿En serio, Princesa? ¿Has hecho tú eso?
—No es difícil. Ruby es un lenguaje de codificación muy rudimentario. Es fácil escribir un programa de estudio con él.
—Uh, odio decírtelo, pero para la mayoría de las personas, mierdas como esa no son fáciles.
—La mayoría de las personas son capaces de aprender cosas como esta. Creo que simplemente no aplican su concentración.
—Princesa, por favor, deja de ser modesta, me estás matando aquí.
—Entonces, muérete más rápido.
Suspira. —Hay una cosa que se llama CI (Coeficiente intelectual ) y todo el mundo tiene uno diferente. Solo concentrarse no ayudaría a la mayoría de las personas. Mírame: me esforcé al comienzo del año y lo intenté, pero sigo suspendiendo en todas mis clases. Soy tan tonto como un clavo, no hay peros sobre eso.
—Creo que has descubierto la única cosa en este universo con la que estamos de acuerdo.
Es su turno de sonreír. Hay un silencio diferente al que he experimentado con el chico de la fraternidad: es menos tenso, menos obvio, más como el viento soplando a través de un bloque de hielo frío entre nosotros.
—Debería agradecerte —digo.
Louis se rasca la cabeza. —¿Por qué?
—Pentefres. Si no hubieras entrado, no sé qué... —Trago con fuerza. Otra pausa, pero esta es la más oscura. Más fuerte—. No sé qué hubiera pasado.
—Le habrías dado un golpe en las tripas y lo notificarías —dice. Me estremezco y miro hacia el suelo.
—No soy tan valiente.
—Has venido aquí, ¿no es así? ¿A esta fiesta? Te he visto con tu amiga cuando has llegado. Esto no es exactamente lo que querías, pero has venido de todas maneras. Por ella. Eso es bastante valiente. Y amable de tu parte.
Resoplo. —No soy amable.
Louis se ríe, ese cálido sonido crea grietas en mi determinación de alejarlo.
—Yo creo que lo eres, Princesa. Puedes pretender ser fría hasta el final. Pero no lo eres. Hay algo cálido en ti.
Ese cumplido me atrapa con la guardia baja. Nunca nadie me ha llamado amable.
¿Furiosa? Sí. ¿Agria? Definitivamente. Pero nunca amable. Miro el rostro de Louis. Y es ahí cuando me viene.
He tenido miles de ideas brillantes antes, pero ninguna tan brillante como esta. Ni tan arriesgada. Pero la recompensa potencial es enorme y es mucho mayor que los riesgos.
—Tú tienes experiencia con mujeres —digo—. Sabes cómo tienen que actuar las mujeres atractivas y qué las hace atractivas.
Sonríe. —No quiero ser modesto, pero, uh, demonios sí.
—Pero estás suspendiendo tus clases.
—Fantásticamente.
—Soy terrible siendo atractiva. Pero soy muy buena con las clases.
Los ojos zafiros de Louis se estrechan. —¿Terrible? Mierda, no te llamaría terrible en absoluto. Simplemente eres diferente. En el buen sentido.
—No —le corrijo—. Soy terrible. Esto no es un debate, es un hecho.
—Nah. Pero no voy a discutir contigo por algo con lo que ya estás convencida. — Suspira—. ¿De qué trata esto, Princesa?
—Hay un chico que me gusta.
Las cejas de Louis se levantan hasta el nacimiento de su cabello. —¿Ah, sí? ¿Quién es el afortunado cabrón?
—Eso no es de tu incumbencia. Necesito... ser más atractiva. Quiero que se fije en mí y rápido, antes de que sea demasiado tarde.
—¿Por qué? ¿Alguna otra sin vergüenza tiene sus garras en él?
—Repito, esos son detalles que no necesitas saber.
—Está bien, perfecto, así que quieres seducir a este hombre...
—Atraerlo.
—Lo mismo. —Agita las manos—. Y piensas que puedo enseñarte cómo hacer eso.
—¿No puedes?
—Oh, claro que puedo. He tenido lo mejor de lo mejor, la crème de la crème .
[Crème de la crème: expresión que significa lo mejor de lo mejor]
—Podría hacerte la chica más dulce de este lado de Inglaterra. Sé los trucos, qué funciona y qué no, mierda, sé cómo conseguir que su cabeza de vueltas. — Louis se inclina, sus ojos oscurecidos con el brillo de lujuria que he visto muy a menudo con las otras chicas. —Pero que hay de mí, ¿eh? ¿Qué me vas a dar a cambio?
Levanto mi teléfono, la aplicación de español queda directamente en su rostro y se echa hacia atrás, sorprendido.
—Clases —respondo—. Conoces mi GPA, puedo prometerte todo sobresalientes-
Levanta su rostro. —Así que te enseño como ser una puta dama sexy y ¿tú haces mis deberes? ¿Por qué no simplemente te vuelves mi tutora o algo?
—Eso sería muy largo —digo—. Soy capaz de hacer tu tarea mucho más rápido.
Tomarse el tiempo de ser tu tutora solo nos haría perder nuestro tiempo.
—¿Y yo enseñándote como seducir no es una pérdida de mi tiempo?
—Necesitas tener buenas notas más de lo que yo quiero a este chico en particular.
—Ja. Dudo de eso seriamente, Princesa.
—Es un trato justo.
—Sí, pero eso hace perder de vista el objetivo. A ti obviamente te gusta mucho este chico ya que estás deseando hacer un trato conmigo, un tipo que claramente no te gusta. Si te enseño cómo ser alguien que no eres y se enamora de ti, ¡No sería la verdadera tú de la que se enamora! Y eso es un mal comienzo en una relación. Y tú quieres que vaya bien, sabes, ya que te gusta tanto.
—Tu experiencia es lo que me interesa y no tus largas preocupaciones.
Me mira largo y con dureza, como si estuviera poniendo a prueba la dedicación en mis ojos, finalmente suspira. —Espero que sepas lo que estás haciendo, Princesa.
—¿Eso es un sí?
—Sí. Mierda, me voy arrepentir de esto. Pero sí. Vamos, no lo sé, venga. Que sea oficial. —Extiende su mano hacía mí.
—Voy a elaborar un contrato y haré que lo firmes conmigo y un testigo. Eso es más jurídicamente legal.
—Princesa, nada sobre esto va a ser legal. Vas a hacer los deberes por mí. Eso es un pequeño fraude contra la escuela.
Frunzo el ceño. No había pensado en eso.
—¿Todavía quieres hacerlo? —Sonríe—. Habla ahora, o calla para siempre.
Pienso en Niall; Niall, el único chico con el suficiente coraje para acercarse a mí, para hablarme de igual a igual, en lugar de con una despreciable alienígena o un trozo de carne. Niall, el único chico que alguna vez me ha sonreído, completándome con verdadera sinceridad. El único chico que hace que me sonroje.
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