●n uE v e●
Capítulo 9
Mientras espero la próxima lección de Louis a lo largo de varios días, me doy cuenta que hay un problema. Demi es una chica muy pequeña. Es bajita y yo me elevo por encima de ella por unos buenos doce centímetros y medio. Niall no me ha hablado mucho de su antigua novia en la escuela secundaria, pero sí mencionó que era baja también.
Mido un metro setenta y tres. Soy alta para ser considerada una chica baja.
Por lo tanto, sería correcto asumir que no encajo en sus aparentes criterios de ser pequeña. Demi también es delgada como un pájaro, frágil y de aspecto delicado y yo solía ser una nadadora, con un torso y muslos gruesos. Empiezo a ser más consciente de esto de lo que me gustaría y comienzo a saltarme el desayuno, mi comida favorita. No es mucho, pero espero que sea suficiente para mudar algo de tamaño no deseado. Pero, ¿vale la pena? Niego. Desde luego que lo vale. Niall es importante. Es el único que no piensa que soy extraña. Es el único que podría gustarme alguna vez, en mi vida entera. No puedo estropear esto.
Niall está, como siempre, en la estación de radio. Se encuentra en el auditorio, justo al lado de la entrada principal. La habitación es toda de alfombras de terciopelo rojas y paneles de madera. Las cabinas con micrófonos de alta tecnología, paneles de sonido de aspecto caro y los ordenadores ensucian el paisaje. Andrajosos anuncios del show y altavoces de alta calidad adornan las paredes.
Golpeo suavemente en su cabina y la puerta se abre después de unos pocos segundos. Niall contesta, con una sonrisa cerniéndose en su rostro. Lleva puesto un suéter beige que sólo muestra su impresionante pecho y un par de pesados auriculares alrededor de su cuello.
—Eleanor, hola.
—Buenas tardes. —Sonrío, luego batallo con mis pensamientos. Buenas tardes es muy formal. Demi nunca diría algo como eso. Respiro y hago que mi voz sea más brillante, más dulce—. ¡Hola!
Niall sólo sonríe más ampliamente.
—Vamos, entra.
Cierra la puerta detrás de mí. Hay sillas de cuero alrededor de un escritorio, los micrófonos están suspendidos en grúas de hierro de miniatura alrededor de la habitación. Inhalo en olor discretamente, aceite de árbol de té y café. El olor de Niall.
Toma asiento y juega con su panel de sonido, con dedos largos y elegantes.
—¿Estoy…? Espero no haber interrumpido nada importante.
—En absoluto. —Me hace señas para que me siente—. Sólo estaba revisando los niveles para la grabación del lunes.
Muevo nerviosamente mi bolsa, un gesto nada común en mí. Niall lo ve y frunce el ceño.
—¿Está todo bien?
—Me encuentro bien. —¡Demasiado formal! Sonrío—. ¡Estoy bien!
—Muy bien. —Sonríe y vuelve a su panel de sonido. Lo veo trabajar en el panel mientras pone una canción, ajustando los agudos y graves adecuadamente.
—Y-yo conozco esta canción —digo—. "Girl Sailor", de The Shins.
Mira hacia arriba, sonriendo brillantemente.
—Sí. ¿Te gustan?
—Son tan ambientales. —Suspiro—. Me gustan especialmente las frecuencias armónicas en la totalidad del álbum Shoots Too Narrow. El serialismo que orquestan es una representación fantástica de la técnica dodecafónica en la música moderna.
Hay un silencio. Niall pestañea hacia mí.
—Q-quiero decir… —Trago fuerte, eligiendo ciegamente algo más simple, más estilo-Demi—. Me gustan mucho. ¡Ellos son… grandiosos!
El shock de Niall se descongela y se ríe.
—Sí. A mí también. Soy más un chico de Wincing the Night Away, pero Shoots Too Narrow es genial. Fui a verlos en directo cuando estaba en la secundaria.
—Oh, eso suena maravilloso.
—¿Has estado en alguno de sus conciertos?
Me sonrojo.
—No. Lamentablemente.
—¿Cuál fue el último concierto al que fuiste, entonces?
—Yo no… nunca he ido a un concierto. A mi madre no le gustan mucho.
—¿En serio? —Se ríe—. Mis padres también eran unos rigurosos totales. Muy Cristianos. Tuve que salir a hurtadillas para llegar a The Shins. Louis me ayudó.
—¿Louis? —Reacciono—. ¿Louis Tomlinson?
—El mismo. —Asiente—. Nos conocimos en la secundaria. Es un buen tipo.
—¿Bueno? —Encarno una ceja—. Seguro que estás hablando de alguien más. Alguien menos… Louis.
Niall se ríe.
—Te sorprenderías. Muchas personas no le dan una oportunidad por la manera en la que luce. Esa es la cosa con él. Así que simplemente se ha acostumbrado a actuar duro, ya que todo el mundo lo juzga todo el tiempo de cualquier manera.
Frunzo en ceño. Niall ajusta el panel de sonido, luego jura.
—Maldición.
—¿Qué pasa? —pregunto.
—Creo que este atenuador está atascado. —Pone su lengua entre sus dientes, y empuja. No se mueve.
—¿Puedes sostener el tablero mientras lo saco?
—Por supuesto. —Me dirijo hacia su silla, agarrando los bordes del tablero. Está muy cerca, el calor de su cuerpo irradia a través de mi chaqueta hacia mi pecho. Puedo ver un poco de barba de varios días, cada línea de risa alrededor de sus ojos. Estoy tan distraída que cuando tira no estoy sosteniendo lo suficientemente fuerte; mi agarre se resbala, caigo sobre su silla al regazo de Niall. Hay un momento sentimental en el cual percibo su calor y bulto contra mis vaqueros, nuestra piel separada sólo por ropa y su olor a árbol de té está en todos lados alrededor de mí. Y luego me recuerdo y salto hacia arriba.
—¡Lo siento tanto! ¡No quería dejarlo ir!
Niall sonríe, alborotando su cabello. Su rostro está sonrojado.
—Está bien. No se ha roto nada.
Se escabulle hacia adelante y tira del atenuador. Se mueve sin problemas.
—¿Ves? Lo hemos arreglado. Con un poco de ensayo y error.
Me guiña el ojo y siento que me derrito en mis zapatos. Mi sangre bombea más caliente, agarro mi bolsa y corro hacia la puerta.
— ¡Lo siento! —espeto y corro afuera. Es sólo cuando mis avergonzados pies me llevan a través del campus a la seguridad de mi cama, que colapso y empiezo a respirar correctamente otra vez. ¿Qué acaba de pasar? He salido corriendo del cuarto como una niña caprichosa, sin apenas una explicación. Niall debe estar confuso y si no le dejo de gustar por eso, será un milagro. Demi no habría escapado de esa manera.
Habría tenido un pequeño e ingenioso comentario para replicarle, o tal vez hubiera usado la valentía del momento y le hubiera besado.
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