Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

●d i e C i ocho●

Capitulo 18

—¿Qué demonios crees que estás haciendo?

—Estoy haciendo lo que me dijiste que hiciera —le especifico, tratando de mantener mi temperamento bajo control—. Rita me ha enseñado a bailar, así que estaba bailando.

—¡Con un completo idiota!

—¿Y? Es un extraño. Me importa muy poco si es un idiota. Probablemente nunca le volveré a ver.

El rostro de Louis se vuelve rojo.

—Tú... tú...

—¿Sin embargo me has visto? —prosigo, la emoción haciéndose cargo de mi voz—. Estaba intentando mostrarte. ¿Has visto lo fluida que era? No creía que fuera posible, ¡pero he aprendido a bailar! ¡No soy muy buena, pero al menos soy pasable! Rita ha sido una maestra maravillosa.

Los ojos de Louis se oscurecen con la sombra de cierta suavidad repentina.

—¿Estabas intentando mostrarme?

—Sí. Pensaba que estarías feliz por mí.

Se queda en silencio, un silencio pensativo, y luego se apoya en un coche cercano, sus ojos extrañamente resguardados.

—Muéstrame.

—¿Qué?

—Muéstrame otra vez.

—Pero ya lo he hecho.

—No estaba prestando atención en ese momento. —Su voz de repente es fuerte—. Muéstrame otra vez.

Por alguna razón, un rubor tiñe mis mejillas ante su orden. Aquí fuera, la música es un zumbido distante, y no hay una multitud calentada de personas para perderme. Sólo está Louis, con sus ardientes ojos color zafiro, la noche, y yo. Estamos solos en el estacionamiento, y pronto soy dolorosamente consciente de ello mientras trato de bailar. Me detengo abruptamente.

—No puedo. No así. Es demasiado incómodo.

—No parecías preocupada por estar incómoda cuando has puesto tu culo en la entrepierna de ese tipo.

—¡C-cómo te atreves! —le espeto—. Me dices que aprenda, y cuando estoy en el proceso de aprendizaje, ¿de repente te enfadas conmigo por ello?

—Te dije que aprendieras los conceptos básicos de Rita, no que te contonearas contra la polla de un tipo.

—¿Por qué estás siendo tan... tan desconfiado?

Louis se pone rígido, formando puños con las manos.

—No estoy siendo desconfiado, estoy velando por mi maldita estudiante. Aprender a bailar está bien, pero bailar con algún baboso no te va a ayudar a obtener a Niall. Es malditamente innecesario.

—¡Es una práctica!

—¿Quieres practicar? ¡Entonces practica con alguien que no está pensando en follarte!

—¿Alguien como tú? —me burlo.

—Sí —gruñe—. Como yo.

—Está bien. —Me acerco y me inclino hacia él. Me concentro en la música lejana, tirando de ella en hilos desnudos a mis oídos y muevo mi cuerpo con el suyo. No le toco, permanezco fuera de su alcance mientras me muevo y contoneo con más elegancia de la que tenía al principio. Si lo saco de mi mente, puedo bailar sin reservas, como si estuviera en la multitud de nuevo, casi con Niall de nuevo. Estoy tan perdida en ello que apenas escucho el gemido, pero ciertamente siento la presión suave a lo largo de mi trasero, mi espalda y mis hombros cuando Louis se alinea contra mí, acariciando mi cuello. Su olor es de pino y humo, mezclado ligeramente con whisky.

—Mierda —susurra—. Eleanor...

Sus manos se envuelven alrededor de mi cintura, y él las corre dolorosamente lento a lo largo de mi vestido hasta apoyarlas en mis caderas. Estoy tan perdida imaginando lo que pueden hacer las manos de Niall que no puedo detener el suspiro satisfecho que escapa de mis labios. La caliente y larga dureza contra mi espalda es lo que me saca de ello. La ilusión se rompe. Me alejo rápidamente, y Louis empieza a decir:

—Mierda, lo siento, yo...

Cubro mi rostro con mis manos sin decir nada, absolutamente mortificada.

—Princesa, lo siento. No era mi intención...

—Tengo que ir a casa —me quejo a través de mis dedos.

—Oye...

—Por favor, llévame a casa —solicito con una intensa necesidad, pero luego lo pienso mejor. No puedo fiarme de él, o confiar en él. No después de lo que ha pasado con el café, y el viaje a la escuela, y la llamada. No después de la erección contra mi espalda, traicionando lo que realmente siente. Debería haber sabido que no puedo confiar en él. Es Louis Tomlinson, y quiere ir a la cama con cualquiera con dos cromosomas X, no importa cuántas promesas haga. Es un mentiroso.

Me vuelvo sobre mis talones y me compongo, alejándome de ser una chica sonrojada que baila sin cuidado y volviendo a mis sentidos como una mujer independiente y lógica.

—No importa. Llamaré un taxi. Disfruta tu fiesta.

—¡Princesa, espera! ¡Princesa!

No espero. No puedo esperar a nadie. Ellos simplemente me decepcionarán. Yo simplemente les decepcionaré.

Camino tan rápido para alejarme de su voz que no noto la acera oscura y bajo en un ángulo extraño. Grito cuando mi talón se retuerce debajo de mí, el tacón de centímetros se rompe. El cemento raspa mis muslos y mi brazo como una ardiente lengua de gato, las palmas de mis manos gritan en agonía al rojo vivo. La voz de Louis suena estrangula y se lanza para ponerse a la par conmigo.

—¡Eleanor! ¡Mierda! ¿Estás bien?

A través del dolor, la piel raspada y la sangre brotando, le miro, aturdida.

—Esta es la primera vez que me has llamado por mi nombre.

Se congela, saltando rápidamente a la acción. Saca su teléfono móvil y escribe un mensaje con rapidez, en total silencio. Cuando termina me mira.

—Hay sangre por todas partes. Te has arañado fuerte. —Sostiene mi zapato roto—. Y esta cosa está en ruinas.

—Viviré. —Sorbo—. El cuerpo humano es increíblemente hábil en curar heridas superficiales menores. —Trato de ponerme en pie, y Louis contiene el aire bruscamente.

—Guau, guau, guau, guau, no trates de ponerte en pie.

—Tengo que llegar a casa —le digo rotundamente y lucho más fuerte—. Y atender las lesiones antes de que se infecten.

—Les he enviado un mensaje a Liam y Zayn. Vendrán con la camioneta, ¿de acuerdo?

Cojeo sobre mis pies, y mi primer paso confirma mi peor miedo: me duele demasiado como para caminar. Pero tengo que llegar a casa por mí misma. Suelto un grito de dolor, me doblo, y el brazo de Louis sale disparado, envolviéndose alrededor de mis hombros para sostenerme. El olor a pino y humo me rodea.

—No necesito ayuda de tus amigos —digo entre dientes—. O de ti. Vuelve a tu fiesta y sólo déjame en paz.

—Sí, esa es una gran idea. Dejar a la chica sangrando en la acera sola en medio de la noche.

—Llamaré a un taxi. Ahora déjame.

—No será así, Princesa. —Louis niega con la cabeza—. Me quedaré aquí hasta que llegue la camioneta.

Justo cuando dice eso, un par de faros barren la carretera y una enorme camioneta roja se detiene frente a nosotros. Liam y Zayn salen, sus rostros están grabados con preocupación, me irrito al darme cuenta. ¿Por qué se preocupan por mí? Apenas me conocen. ¿O es preocupación por Louis?

—¿Todo bien? —pregunta Liam. Zayn se arrodilla junto a mí, sus ojos oscuros asimilan las heridas iluminadas por el resplandor de bronce de una farola.

—No puedes hacer nada —le espeto. Zayn me mira con una sonrisa torcida.

—Oh, creo que puedo. Estoy en el Curso de introducción a la medicina. Premedicina. Podría no confiar en extraños, pero confío en su conocimiento. No discuto cuando sus gentiles dedos tocan mi tobillo.

—No hay nada roto. —Concluye—. Pero tienes definitivamente un esguince. Tenemos que acostarte de inmediato, y vendar esas heridas.

—Agradecería que simplemente me dejaran en mi dormitorio. Puedo encargarme de estas cosas yo misma.

Zayn me mira durante un rato.

—Nuestra casa está mucho más cerca. Y necesitamos desinfectar esos rasguños lo antes posible. Están cubiertos de grava.

Me estremezco mientras trato de levantarme de nuevo, y Louis gruñe.

—¡Ya deja de intentar irte, Princesa! ¡Simplemente déjanos ayudarte!

—No puedo —me quejo—. No puedo confiar en ti.

—¡Puedes confiar en mí! —insiste Louis, sus ojos de repente están heridos y su voz quebrada—. ¡Soy yo, por la mierda santa! Sí, no soy tu mejor amigo, ¡pero no soy un desconocido! ¿Verdad?

Detrás del hombro de Louis, Liam nos está mirando con una mirada muy extraña y retorcida en su rostro.

Sus ojos se mueven de Louis a mí, y luego ida y vuelta otra vez. Cuando me quedo en silencio, Louis forma puños con sus manos. Puedo ver la ira en él, pero respira profundamente y con rapidez la contiene, su voz ahora es baja y estable.

—Hasta ahora te he ayudado, Princesa. Todas las cosas que te he enseñado han funcionado y han ayudado, ¿no es así?

No puedo refutar la verdad. Asiento.

—Así que, por favor —murmura—, si no confías en mí, confía en lo que has aprendido. Cuando digo que voy a hacer algo, lo hago. Simplemente deja que Zayn te vende en la casa, y luego te llevaré a la tuya justo después.

—¿Justo después? —pregunto.

—En el segundo que quieras —acuerda.

De repente me siento tan cansada, demasiado cansada para luchar.

—Está bien.

Zayn se mete en el lado del conductor de la camioneta, y antes de que pueda moverme Liam se acerca a recogerme, pero Louis le gana, entrelazando sus brazos cautelosamente alrededor de mi espalda y en la parte interior de mis rodillas. Con sorprendente fuerza y rapidez, me levanta al asiento del copiloto de la camioneta, y casi me arrepiento de perder la tensión placentera de su pecho contra mi cabeza, el sonido de los profundos latidos de su corazón. Me abrocho el cinturón mientras Liam y Louis saltan en la parte posterior de la camioneta. Zayn se detiene en el club, y Perrie sube con ellos.

Voy desvaneciéndome de forma gradual, el dolor amortiguándose a un latido ardiente. Zayn no dice nada, conduciendo en silencio. No puedo oír lo que están hablando en la parte posterior de la camioneta porque la ventana está cerrada, pero podría ser lo mejor; Liam parece enfadado mientras habla, y Perrie parece sorprendida. No puedo ver el rostro de Louis, ya que está apoyado contra la ventana, pero puedo ver que su boca se mueve y su cabeza niega muy a menudo.

Zayn mete la camioneta en un estacionamiento. El edificio de apartamentos es de dos pisos, largo y de pintado con un azul claro con puertas enrejadas. Louis se apresura a entrar, subiendo las escaleras de dos en dos y abriendo la puerta del 205 primero, luego desaparece dentro. Liam se mueve para llevarme, pero yo le hago una seña desestimándolo.

—Estoy bien gracias.

Me tambaleo, y Perrie bufa y mete su hombro bajo el mío para sostenerme.

—Bien y una mierda.

Las escaleras son lo más difícil, pero de alguna manera las paso y entro al apartamento. Las luces están encendidas, la cocina desordenada pero bien utilizada en una esquina. El salón tiene dos sofás, una televisión enorme y varias consolas de juegos. Hay carteles de Arnold Schwarzenegger, anime y personajes de videojuegos alineados en las paredes. Hay un muñeco inflable vestido con una camisa hawaiana en una esquina, su rostro tiene dibujados un impresionante bigote y un monóculo. Es tan extraño que se me escapa una risa, y Perrie sonríe.

—Veo que has conocido al señor Pibbles.

—¿Tiene nombre?

—Oh, definitivamente. Es la mascota de nuestra casa.

Louis sale corriendo sin aliento de una habitación por el pasillo, con ropa y papeles en sus manos mientras hace un gesto.

—Aquí.

La habitación es pequeña y está pintada de azul oscuro, con pegatinas en el techo que brillan en la oscuridad. La cama es simple y doble, con cubiertas de tela escocesa desordenadas que lucen como si acabara de acomodarlas. Hay cajas que se alinean contra una pared, llenas de ropa y libros. A excepción de un ordenador portátil en un escritorio y una silla, no hay ningún otro mueble aquí. Hay carteles de cine vintage en las paredes, y un estuche de guitarra apoyado en una esquina. Su ventana tiene vistas a la ciudad, las luces parpadeantes de la noche atraviesan la cortina. Todo huele a agujas de pino y tela vieja.

Perrie me ayuda a ir a la cama, y Louis se cierne con incertidumbre en la puerta. Zayn le empuja para pasar con un botiquín de primeros auxilios.

—Muy bien, todo el mundo fuera. —Chasquea la lengua—. Denme un poco de espacio para trabajar.

—Trata de no matarla. —Perrie le guiña, y él pone los ojos en blanco en respuesta.

Louis sale el último y cierra la puerta, y oigo una película en la televisión poco después. Los dedos largos y elegantes de Zayn limpian suavemente mis rasguños y aplican el yodo, el ardor hace que me muerda los labios, pero sólo por un momento.

—Has sufrido una gran caída —dice Zayn. Me concentro en el cartel de la mujer casi desnuda en la parte posterior de la puerta y arrugo la nariz. Es increíblemente corpulenta y de cabello rubio, todo lo contrario a mí.

—Normalmente no pierdo el equilibrio —le digo, alejando la mujer de mi mente mientras miro a mi alrededor—. Estaba distraída.

—Tú y Louis parecen distraerse entre sí. Apenas ha quitado sus ojos de ti en toda la noche.

—Te aseguro que había muchas otras mujeres a las que estaba mirando.

—No, no esta noche. Le conozco desde hace cuatro meses, pero sé lo suficiente como para ver cuándo está centrado en una mujer. —Zayn lo dice a la ligera, y envuelve un fajo de gasa alrededor de mi muslo. Le ayudo a girarlo alrededor, y envuelve las palmas de mis manos también, fijándolas con cierres. Comprueba el tobillo de nuevo, y suspira.

—Bueno, tendrás que evitar apoyarlo. Recomiendo una tobillera, se pueden comprar en la mayoría de las farmacias.

—Gracias por tu trabajo —le digo—. Pero tengo clases a las que ir y cosas que hacer. Tengo que caminar. No puedo evitar apoyarlo.

—¿No tienes coche?

Niego con la cabeza y me muerdo la boca para no decir la verdad: mamá nunca me enseñó a conducir. No confiaba en mí. Pensaba que haría pedazos el coche, o me quedaría embarazada o tendría una sobredosis.

Zayn suspira.

—Bueno, intenta pedir que te lleven y toma el autobús lo más que puedas.

—Lo intentaré. —El agotamiento repentino me golpea de nuevo, esta vez mucho más fuerte, y aunque lo combato me hundo en las almohadas. Zayn cierra el kit y se mueve para salir, y digo en voz alta:

—¿Zayn?

Se da vuelta.

—¿Sí?

—¿Podrías... podrías decirle a Louis que lamento haber arruinado su fiesta de cumpleaños?

Zayn sonríe suavemente.

—Claro que sí.

Mis párpados caen, y me quedo muerta para el mundo.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro