●c i n Co●
Capítulo 5
¿Conseguiste un paseo a casa con Louis Tomlinson? ―Alana prácticamente chilla. Un par de personas en la cafetería miran hacia nosotras. Pongo mi mano sobre su boca.
―Cállate. ―La retiro lentamente, y sus ojos se iluminan.
―N-no puedo creerlo... de todos los chicos del campus, ¿Louis?
―Si no bajas la voz ahora mismo haré cosas horribles con tus glóbulos oculares.
―Está bien, Jesús, gruñona ―susurra―. Pero Ele, Louis realmente no es un chico bueno. Es más del tipo de "fóllatelas y échalas". Giselle en Trigonometría 101 me dijo que la echó fuera de su apartamento en el segundo que habían terminado. ¡Y estaba lloviendo!
―Él es horrible ―concuerdo―. Pero estaba lloviendo en la parada de autobús y se ofreció a llevarme a casa. Eso debería contar para algo.
Agarra mi mano y pone una mirada seria.
―Prométeme que serás cuidadosa. Por favor. La última persona con la que tienes que acostarte es con Louis, ¿de acuerdo? He escuchado los rumores y son malos. Así que por favor...
―No lo haré, Alana. No soy idiota. Ya lo sabes.
Suspira aliviada.
―Sé que no eres idiota. Tienes demasiadas medallas de la liga de matemáticas para ser una idiota. Sólo eres un poco inocente a veces, eso es todo.
Casi me ofendo, pero luego recuerdo lo desorientada que estaba en la más básica lección de sostener las manos de ayer. Soy inocente. Pero eso sólo me motiva a aprender más, mejor y más rápido.
He dejado de asistir a las clases de Pentefres por completo. No puedo soportar verle. Apareceré en el próximo examen y sacaré un sobresaliente, considerando que aún estoy estudiando el libro por mí cuenta. Me niego a estar en la misma habitación que ese hombre. En cambio, uso el periodo de Pentefres para enviarle mensajes a Louis.
-Actualmente no llevo bragas.
Decido que enviarle un mensaje a Louis sería tan bueno ahora como en cualquier momento para intentar el sexting (enviar mensajes con contenidos sexuales el uno al otro) como le había escuchado decir a Alana. Lo busqué en Google y esta frase en particular parecía ser un popular sext (mensaje de texto de contenido sexual, viene de "sexting").
Su respuesta viene segundos después.
-¿Quién es?
Es posible que muchas chicas le envíen un mensaje con una frase similar, lo suficiente para que pierda la pista de sus nombres y números. Considero poner mi nombre real, entonces recuerdo que se supone que somos un secreto.
-Tu estudiante. Estaba probando el sexting. Califícame.
Tiene pulgares muy rápidos.
-Jajaja, ¿es en serio? 0/10 no te sextearia de vuelta, pc no te enseñaré a sextear, esa mierda es de pre-adolescente y tonta como el infierno.
[PC: por cierto, "btw" by the way en el original.º]
-Mírate, usando palabras separadas por guiones. Alguien es más inteligente de lo que pretende ser.
No responde. Resisto la tentación de enviarle otro texto y en su lugar me pongo a estudiar un poco más. Finalmente, después de una hora y veintidós minutos, me envía un mensaje respondiendo.
-Lo siento, me he quedado atrapado con un amigo.
Mis pulgares son más rápidos.
-Soy la última persona con la cual deberías sentir la necesidad de disculparte.
-hombre, esa gramática perfecta es jodidamente intimidante. De todas formas, ¿por qué me habías enviado un mensaje?
-Lo siento por ser intimidante.
-soy la última persona con la cual deberías sentir la necesidad de disculparte también.
Me lanza de vuelta mis propias palabras; por alguna razón me hace sentir cálida por dentro, en lugar de ofendida.
-Te he enviado un mensaje porque requiero la lección número dos. Mi compañera de habitación está fuera en clase y lo estará durante otras dos horas.
-bien. estaré allí en diez minutos.
-Aunque, no te he dicho mi número de habitación.
No responde.
El suave golpe en mi puerta minutos después hace que la abra frente a él. Está vestido con una camisa de franela suelta, vaqueros negros, una cadena plateada alrededor de su cuello y sus tatuajes contrastando oscuramente contra su piel. Entra y cierro la puerta tras él.
―¿Cómo has sabido cuál es mi habitación? Nunca te he dicho eso ―pregunto inmediatamente. Está muy ocupado observando alrededor de mi habitación para responder. Mira mi cama, mi armario, mi escritorio.
―Coqueteé con tu asistente de residencia de dormitorio ayer. Guau. ―Se asombra―. ¿Alguna vez has pensado que tener todo tan sobre-organizado te podría hacer parecer una asesina en serie?
―Yo no sobre-organizo. Eso ni siquiera es una palabra.
―Tienes ordenada tu biblioteca por el sistema decimal Dewey, Princesa.
―Mucha gente hace eso.
―Nadie hace eso en realidad.
Cruzo los brazos sobre mi pecho.
―Simplemente continuemos. ¿Cuál es la siguiente lección?
Los ojos azules de Louis me miran de arriba abajo, asimilando mis vaqueros y camiseta.
―¿Puedes cambiarte a otra cosa?
―¿Hay algo mal con esto?
―En absoluto, Princesa. Simplemente quizás querrás algo más fácil de quitar y poner, como una falda.
Arqueo una ceja.
―¿Por qué?
Se ríe, enganchando las manos en sus bolsillos.
―Porque vamos de compras.
Me cambio a una modesta falda lápiz negra mientras se retira a su coche en el estacionamiento. Ser vistos caminando juntos levantaría sospechas, así que espero unos pocos minutos y luego camino hacia su coche. Lo veo en la curva y salto dentro.
Arranca el motor.
―¿Puedo preguntar a dónde me estás arrastrando?
―Ya te lo he dicho. De compras.
―Eso es tan maravillosamente específico de tu parte.
Se ríe.
―Ya sabes, a chicos como Niall no les gusta mucho el sarcasmo. Creen que es un golpe a su ego. A chicos como yo, sí. Es un excelente extra que una chica tenga algo de agallas. Uh. No el tipo de chicas para sexo. O tal vez el tipo de chicas para sexo. Mierda.
He cavado este hoyo muy profundo.
―Te tiraría una cuerda, pero quizás estarías mejor ahorcándote con ella.
―Ouch. Eres brutal.
―¿Es eso algo malo? ¿Debería... debería bajarle el tono?
―Sí. A Niall probablemente no le gustaría. Pero, mierda, cuando estés conmigo, no te molestes. Más o menos me gusta.
―¿Te gusta? ―Levanto una ceja―. A nadie le ha gustado nunca.
―Bueno, llámame loco pero me gusta. Es refrescante. Sin endulzarlo, sin mentiras bonitas, sin pretender ser amable con gente que odias. Es muy diferente de la mayoría de las chicas. ―Se ríe y enciende la radio, sale rock estruendoso. Sus ojos vuelan hacia mí―. ¿Te molesta?
―No, encuentro las horribles cacofonías relajantes.
―¿Ataúdes? Bájale el tono un poco, Princesa, meternos en tus fetiches raros es la lección diez, por lo menos.
[Ataúdes: en el original "coffins" que significa ataúdes y a su vez suena parecida su pronunciación a "cacophonies" que significa cacofonías; de allí el juego de palabras]
Pongo los ojos en blanco y bajo la ventana al mismo tiempo. Su Toyota es antiguo pero el interior está limpio y ordenado, se conduce más suave que la mantequilla. Estaba esperando que tuviera una motocicleta, o algo igual de inmaduro y amenazador de vidas. Finalmente entramos en un estacionamiento en el centro y Louis salta fuera.
―Vamos, saca tu trasero de princesa de ahí y caminemos.
Gruño y salgo lentamente. La elegante tienda frente a nosotros tiene puertas con placas doradas y paredes blancas. Abre la puerta para mí, el olor a perfume y el constante aire acondicionado es casi nauseabundo.
―Siento que ahora sería una buena oportunidad para mencionar que odio ir de compras ―digo, mirando hacia una fila de zapatos de tacón alto y estremeciéndome por lo dolorosos que parecen―, y me veo muy mal en ropa de estilo femenino.
―¿Qué? ―Louis arruga la nariz―. ¿Quién te ha dicho esa locura sin sentido?
Mi madre. Me encojo de hombros en su lugar.
―Alguien.
―Bueno, eso es mentira, ¿sí? Con tu figura podrías ponerte o quitarte lo que fuera y aún lucir increíble. ―Arqueo una ceja. Él tose―. Quiero decir, no quitarte como de desnudarte, pero, ehm... Esto es raro... ―Se masajea el cuello, avergonzado. ―Hay algo que me tiene realmente jodido, listilla. Y nunca he estado así de jodido, jamás.
―¿Tal vez estás teniendo un pequeño ataque? ¿Puedo sugerir un escaneo cerebral?
Resopla.
―Mira, estamos aquí sólo por unas pocas cosas. Solo tomará un segundo y no tendrás que pagar, así que trata de disfrutarlo, ¿de acuerdo?
―¿Qué? ¿Por qué no voy a pagar? Voy a pagar por mi propia ropa.
―¡Louis! ―Una asistente de ventas con grandes pechos se acerca en sus tacones negros y una blusa minúscula―. Es taaaaan agradable verte otra vez.
―A mi también, Holly. ―Sonríe.
―Sólo puedo asumir que han tenido relaciones sexuales ―digo. Holly se pone en cuatro tonos de rosa y Louis me golpea en las costillas, fuertemente, antes de reírse nerviosamente.
―Esta encantadora y joven dama con tacto aquí es Eleanor, mi, uh, prima y está buscando un kit de inicio. Nada demasiado elegante pero tampoco bragas de abuela.
Holly sonríe, mirándome de arriba abajo, y luego aplaude.
―Tengo justo lo necesario.
Nos guía a una mesa en la parte trasera, donde hay medias, sujetadores y bragas apiladas artísticamente y con cuidadosa preparación. Louis se mueve hacia las bragas.
―Haz tu elección, Princesa.
Luego se da la vuelta hacia Holly y hablan sin importancia. Mis dedos pasan por encima de la ropa interior: seda suave, algodón de alta calidad, no muy pequeña pero no tan grande como mi ropa interior actual. Evito los hilos y las tangas y encuentro un par que se parecen al de rayas que Louis me mostró, excepto que estas rayas son rosadas y el lazo es mucho más grande. Me ahogo con la etiqueta de precio e inmediatamente las lanzo de vuelta en la pila.
―¿Has encontrado algo que te guste? ―Louis vuelve a mí.
―No hay manera en los siete infiernos de Dante en que vaya a pagar tanto por ropa interior.
―Ya te he dicho, no vas a pagar. Así que elige unas cuantas y no te preocupes por ello.
―Me niego a dejarte pagar. Esto es ridículo. Con ese dinero podrías comprarte un mes de alquiler. Es un desperdicio.
―Princesa ―gruñe Louis―. Vamos. Tenemos un acuerdo. Tú me escuchas, tomas las lecciones y consigues a tu chico dorado Niall. Esta es la lección número dos: bragas y aprender a dejar que los chicos hagan cosas bonitas por ti.
―Cuando un hombre hace cosas bonitas por una chica, espera un pago ―digo instantáneamente―. Usualmente en forma de contacto sexual. Me pone en deuda con ellos. Aborrezco la sensación de estar en deuda con quien sea.
―Jesús. ―Contiene bruscamente el aliento―. ¿Por qué tipo de mierda has tenido que pasar para tener esta clase de imagen de los chicos?
―La mierda habitual que cada chica enfrenta en su vida ―gruño―. Lo cual sabrías si te detuvieras a considerar que el mundo entero no gira a tu alrededor.
―Está bien, está bien. ―Levanta las manos, rindiéndose―. Cristo, Princesa susceptible, lo entiendo. No quieres que gaste dinero en ti. Bien. Lo comprendo. Solo espera aquí, entonces.
Revuelvo a través de la pila, admirando un par de color rosa. En lugar de tela, tiene lazos a cada lado y desatarlos causa que las bragas se suelten. Es tan extraño y fascinante que envía una corriente de excitación a través de mí. ¿Cuán patética soy, realmente? ¿Emocionarme por unas bragas extrañas? Cualquier chica normal las vería y diría "oh seguro, son bonitas" y no sentiría nada más. Soy realmente, verdaderamente, vergonzosamente inocente.
Louis regresa, paseándose por el pasillo.
—Está bien —dice—. Elige cuatro.
—Ya te lo he dicho, no...
—Son gratis. Elige cuatro. ―Sus dedos cogen las bragas color rosa que he estado admirando―. Estas son lindas. Vamos, tres más.
—Louis...
—Si no eliges otra en los próximos cinco segundos, Princesa, elegiré por ti.
Mis ojos escarban sobre la pila. ¿Qué ha hecho para conseguir estas gratis? Elijo el par blanco más barato pero lo veta, arrojándolo instantáneamente de vuelta a la pila y cogiendo un par verde con huellitas en la parte posterior.
—¡Esas son infantiles! —protesto. Se encoge de hombros.
—Has tardado demasiado. Cinco, cuatro, tres, dos...
Arrebato una de lunares azules. Louis asiente.
—Una más. Cinco, cuatro...
La última es negra, con encaje blanco y una cinta blanca delante. Louis arquea una ceja apreciativamente y acaricia mi cabeza como si tuviera siete.
—Ves, no ha sido tan difícil, ¿verdad? Vámonos.
—Pero, tenemos que pagar...
—Adiós Holly. —Louis le guiña. Holly, toda sonrisas, le lanza un beso. Tropiezo detrás de él y entro al coche.
—Tengo que hacerte saber que eso es robar tiendas y es ilegal. Ahora somos delincuentes juveniles.
—Mantén tus bragas en tu regazo. Literalmente. —Mira los cuatro pares en mi regazo—. Solo he cobrado un favor con una amiga, eso es todo.
—Pero...
—¡Lección dos, superada! —grita y arranca el coche, alejándose de la tienda. La verdad me golpea cuando estamos yendo de vuelta al campus.
—¡Tú... tú has intercambiado sexo por mi ropa interior!
Sonríe y saca un cigarrillo, soplando el humo por la ventana
—¿No querías que pagara por ellas, no? Tenía que conseguirlas de "alguna forma".
—Así que ahora vas a...
—Follar a Holly mas tarde esta noche, sí.
—Y ella... ¿te paga por eso?
—Se cómo tratar a una chica lo suficientemente bien para que esté dispuesta a pagar. —Su sonrisa crece—. Simplemente considéralo como un signo de que has elegido al mejor maestro en el maldito mundo.
Bajo la vista hacia la ropa interior, de repente ya no queriéndola más.
—Oye, guau. —Louis estaciona y me mira—. ¿Qué pasa?
—Cuando pienso en sexo, lo veo como algo importante e intimidante. Es una enorme montaña para escalar, algo de lo que sé muy poco pero lo trato con cuidadoso respeto. Tú piensas en ello como nada. Sólo... sólo lo usas cuando es conveniente para ti. Como una herramienta desechable. Como un juguete. ¿Alguna vez... alguna vez ha sido por amor para ti? ¿En absoluto?
Hay un latido, luego se encoge de hombros.
—Nah. La mierda como esa no está hecha para tipos como yo.
—Eso suena solitario —digo suavemente—. Suenas tan solitario.
Hay silencio hasta que estacionamos en la universidad y luego bajamos. Los ojos azules como el mar de Louis están suaves, cansados, como si estuviera exhausto más allá de lo imaginable y luego escupe una risa, apagando su cigarrillo con su bota. Sus ojos se endurecen otra vez, brillando con una buena dosis de su alegría habitual.
—No desperdicies tu lástima en mí, Princesa. Tienes cosas mejores en las que estar pensando, ¿sí? Como la universidad y este chico Niall. Mantente concentrada.
¿Eso es lo que haces mejor, cierto?
—Pero...
—Sin peros. Pruébate esas bragas esta noche. Dime cuál te gusta más. Esa es tu tarea.
Lo miro alejarse con un extraño hundimiento en mi pecho.
¿Quién es realmente Louis Tomlinson?
Esas son la clase de preguntas que simplemente no haces en la Universidad de Manchester. Pero, de todas formas, le pregunto a Alana en la cena —pizza con los pijamas puestos— y frunce el ceño.
—Es un júnior. Duh.
—Lo sé, ¿pero qué más? ¿Qué más sabes sobre él?
Se encoge de hombros.
—Las fraternidades y hermandades le pagan para que lleve alcohol para los no iniciados menores de edad. Se presenta en cada fiesta con sus amigos y tienen camionetas para mover los barriles. A veces las hermandades femeninas quieren coca, o hierba, más que nada hierba, ellas le llaman y algún traficante siempre aparece en la casa quince minutos después. En realidad es bastante confiable.
—¿De dónde es?
—De algún lugar del sur de Inglaterra. Tendrías que preguntar, como, a su grupo. Pero enserio Ele, no es el tipo de chico por el que quieres andar preguntando. Las personas quizás se hagan una idea equivocada.
—¿Hay una idea correcta? —pregunto.
—Sí. —Apunta una porción hacia mí, el queso cae sin vida—. Se llama mantenerse lejos de él como el infierno. ¿Qué ha pasado con Niall, hm?
Mi estómago se hunde.
—Ha estado... ocupado últimamente.
—Con Demi, sí. Dios, es tan rara.
La ira fluye a través de mí.
—Creo que es asombrosa.
Alana luce profundamente avergonzada.
—Oh. Sólo creía, como está intentando estar con Niall, que....
—¿Apreciaría que la insultaras? No. Resulta que creo que es una persona maravillosa. De hecho, estoy intentando ser más como ella. Más abierta. Y alegre.
Alana se burla de mi ceño fruncido.
—Buen trabajo hasta ahora, friki.
Meto la pizza en mi boca y Alana se va a la biblioteca para hacer los deberes. Me siento en mi escritorio para hacer lo mismo, ojeando las quince páginas de un ensayo de psicología que Louis debe entregar para la semana que viene. Su especialidad es psicología y, por todas las clases extra para las que me tiene haciendo los deberes, puedo decir que aspira específicamente a psicología pediátrica. Lo cual es una sorpresa, considerando que se parece más a un convicto que a un psicólogo infantil.
Termino su trabajo, revisando y revisando por segunda vez mis hechos y citas.
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Contestando preguntas y dudas.
¿Por qué Niall? Sé que es muy raro imaginarse a Ele enamorada de él pero es el único chico que encaja, había pensado en Harry pero no tiene el físico o quizás un perfecto historial de chico bueno, como verán y sabrán Niall es el chico bueno de 1D, no tiene ni un solo tatuaje (hasta ahora) además que como ya se darán cuenta, Eleanor no es chica para él, solo que ella esta actuando de una manera que a él le gustaría ocultando lo que realmente es.
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