Capitulo 17
Eliot.
Mi mirada esta perdida, estaba sentado en una banca de color blanco, cerca de unos juegos mecánicos para entretener a los niño. Yo estaba sin molestar a nadie, esperando a una persona que comenzó a ser una molestia estas últimas horas. Y la verdad ¿no se que es lo que hago aquí? Si. Lo se, esto es extraño. Ya que todos estos años intentando no convivir con otros, aparece el. Chad.
Uno de los tíos más molestos en cuanto a personalidad, se la pasa bromeando de forma muy pesada, pero cuando le hacen una a él, pues prácticamente se enfurece demasiado, a tal punto que tal vez, solo tal vez. ¡Que va!, el tío creo que no mata ni a una mosca... en fin.
¿Qué hago aquí, se estarán preguntando? Pues la verdad...es que yo tampoco, como primer punto tendía a alguien que me dejaba notitas que me alegraban el día, notitas que siempre me hacían sonreír...pero todo eso se desmorono cuando supe que todo era una broma. Increíble que me haya ilusionado con que alguien me quería, mas bien...me amaba.
Pero eso son solo cuentos. Y es que ahora estoy en un lugar donde no concuerdo bien mis pensamientos, mis emociones comienzan a cambiar. Estúpidas hormonas, creo que comienzo a sentir algo, por aquel tío. Chad es de esos tipos que tú los ves y dices: "Este de mayor será conserje" o "A lo mucho que llegará ser es recoger basura"
Bueno. Me enamore, de uno así, soy la típica chica que tiene a miles de inteligentes queriendo algo con ella, y termina escogiendo al hombre que solo la embaraza y termina abandonada.
—Hola.
Se escuchó suave, mientras lentamente con mis ojos vi de quien se trataba. Nada más y nada menos del tío que estaba apunto de embarazarme. Bueno, aunque ustedes ya lo sabían, leen las cosas que hago.
—Hola.
Conteste educado. Chad parecía estar relajado, recordando que hace un día no quería verme por lo que había dicho, ahora se encontraba enfrente de mi, con una mirada relajada. Vistiendo con una ropa muy casual, un short, camisa de tirantes y una sudadera. Ahora ,me sentía incomodo, por la forma en que se había vestido, pero no soy de los que critica a alguien a primera vista. Pero la única imagen que venia a mi cabeza, es que era alguien de la calle, esperando que alguien le diera dinero.
—Entonces. ¿Adonde iremos?.
Dijo Chad, intentado mirar el rostro del zorro. Pero lo único que conseguía, era recordar las cosas que le había dicho, incluso aquellos comentarios en broma hacia su culo. Lo que provocaba que la vergüenza que sentía incrementaba mas y mas, teniendo la idea de aparecer lo mas desarreglado posible, así intentar conseguir que este cancele la salida. Pero Eliot no mostraba en posponerla.
—La verdad. No tengo idea, si quieres ¿Por que no damos un paseo?, así matamos el tiempo.
—Vale, supongo que estaría bien. — Maldición. Pensaba internamente.
Dijo, así que comenzamos a caminar en línea recta, mirando cada tienda que había, pero lo único que se encontraron eran precios muy elevados. Eliot traía dinero, pero ver lo que costaba un traje era sorprendente, incluso si intentaba rentar uno. Terminaba con la presión abajo, se suponía que había aceptado para comprar algo elegante y cosas que necesitaba para su casa. Pero si usaba el dinero de las compras en el traje, estaría toda la semana comiendo papas con huevo.
—¿Sucede algo?.— pregunto Chad a lo que rápido este quito su vista de mi.
—¿Por que vienes vestido así?.— respondí
—¿Tiene algo de malo?.— contesto. Sin mirarme
—Bueno, se me hace raro verte de esa manera. Te he visto vistiendo camisas caras y ahora apareces así.
—Mira quien lo dice.— contesto con una sonrisa en el rostro
—¿Qué quieres decir?
— Que siempre te conocí con el uniforme. Nunca llegaste a las fiestas y mirate ahora. Vistiendo con ropa normal.
— Púdrete.
— ¿Eso fue una mala palabra?.
— No.
— Parece que alguien tendrá una estrella menos. Las malas palabras lastiman.
— Si. Como si tu nunca las usaras.
— Claro que no. Las palabras son como las balas.
— Solo callate.
Eliot bromeo, dándole un codazo suave. Chad sonrió por la acción, y aquel pánico que sentía, desapareció y solo se imagino que Eliot era uno de sus amigos. Uno al menos bonito. Y ahora estaba buscando comida, aun cuando una idea paso en su cabeza al ver un vendedor de helados. Prefirió mejor no decir nada, esperaba mejor algo que un helado.
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