Capitulo 13
Eliot está ocupado intentando descubrir cómo usar la cámara, había usado algunas pero una tan compleja como está era como tené un cubo Rubik con muchos botones. Sin darse cuenta este ya se encontraba solo.
— Mejor me voy ahora.
Habló solo, cerrando su casillero y comenzando su caminata. Eliot se preguntaba una y otra vez, ¿Por qué había aceptado? Era prácticamente una sombra de todo el mundo. Ahora estará como fotógrafo, para la escuela en un ámbito que no le interesa en lo absoluto.
— Hola pequeño. ¿Te perdiste?.
Preguntó alguien detrás del zorro, al voltearse miro a un imponente toro, que lo saludaba de manera amigable.
— La verdad es que si. — Mostrando la cámara. — Me mandaron a tomar unas fotos, no recuerdo dónde están la oficina del entrenador.
— Sígueme, yo te llevo pequeño.
— Ya se que soy pequeño.
Eliot caminaba sin decir mucho, solo respondía por respeto a las preguntar qué le hacía el otro, preguntando cosas simples. Pero al llegar a los vestidores, era otro mundo distinto.
Eliot no estaba acostumbrado a bañarse en la escuela, por eso había tomado una carrera que no lo obligará ha hacer un deporte. Eliot intentaba no ver de más, por qué algunos estaban con solo una toalla en la cintura, otros tenían el uniforme aún. Pero era de esperarse.we los equipos de basquetbol y fútbol tengan que compartir el mismo vestidor.
Pero mientras que estos se abrían paso por los vestidores, eliot evitando por completo no mirar abajo así evitar ver a uno que se encontraban sin toallas.
— Mira quién esta ahí. — señaló un perro.
— ¿Donde?. — respondió Chad, quien se colocaba los pantalones de fútbol.
Este se sorprendió al ver que aquel zorro se encontraba ahí. Una pequeña mirada de molestia se había formado en el rostro de Chad, así que se quedó por un momento mirando lo que estaba pasando.
— Supongo que habrá que adelantar nuestros planes.
Luego se escucho una risa de dos tipos que estaban al lado de el. Mientras que eliot hablaba con el entrenador, dejándole estar en el entrenamiento, con una regla nada más: Quitar el flash de la cámara.
Eliot solo asentó nervioso. Había escuchado que el entrenador era alguien gruñón y demasiado exigente. Luego lo siguió hasta quedar en medio de todos.
— ¡Escuchen!. — grito. — El día de hoy vinieron para las fotos de lo que sea. ¿Para que las necesitan?
— El club de fotografía las quiere para un banner y el anuario.
— ¡Ya lo escucharon!. El zorrito estará tomando fotos, y esa no es una excusa para distraerse. Así que hagan que no existe. ¡Descuerdo!.
— ¡Si entrenador!.
Gritaron todos lo estudiantes que se encontraban, luego paso a guiar a eliot hasta la cancha, y mientras que un se había quedado en el lugar. Dejando una pequeña nota en el casillero que el entrenador André le prestó para guardar su mochila.
Las horas pasaban, Eliot había tomado un par de fotos, tanto de la cancha sola, como de algunos ejercitándose, el entrenador a un lado, oh simplemente tomaba a aquel que le pedía una. El zorro se había quedado sentado en las bancas, esperando a que terminara la práctica, así poder tomar una de todo el equipo, pero tenía una distracción.
Aquel pastor alemán, su mirada era sería, se podía ver que estaba concentrado, siendo el capitán tendría que mostrar un mayor empeño que el resto. Eliot no paraba de mirarlo, estaba atontado, y no dudó en sacarle un foto a el, estando de lado. Al revisarla, noto que en la fotografía salía Chad mirándole, un sudor frío comenzó a correrle por todo el cuerpo, estaba nervioso. ¿Una especie de atracción tal vez?.
— Parece que alguien no deja de mirarte. — Le dijo un Pitbull en el oído de Chad.
— Parece que alguien trajo a su mariquita a verlo. — Dijo un toro de color negro.
— No lo molesten. — Hablo un león. — Puede que no siga al los baños, ahí podemos verlo mejor.
— ¡Podrían callarse!. — gruñó Chad.
— ¿Qué te sucede? ¿Te molesta que hablemos mal de tu novia?.
— ¿Oh simplemente la puta no te deja concentrarte?
— De seguro ya se lo cogió, por eso lo anda persiguiendo todo el rato.
Termino de decir el mismo Pitbull, Chad simplemente se mantuvo callado, escuchando como los otros se reían, intentaba pensar en el campo, Pero de alguna manera tenían un poco de razón, desde que comenzó a hablarle al zorro, este lo sigue a todos lados, hasta podía sentir que lo seguía hasta los baños.
— ¡Muy bien chicos!. — Anuncio el entrenador. — Ya entrenaron suficiente, hagan sus grupos, para practicar. Un partido simple nada más.
— Disculpe. — Hablo en un tono bajo Eliot.
El entrenador solo lo observó esperando que aquel pequeño terminara de hablarle.
— Ya me tengo que ir. Solo tomaré las últimas dos fotos, las del quarterback y el fullback.
— Ya escucharon al niño señores. Chad, Paulo.
—Intenta no comértelo. — dijo aquel toro al Pitbull, que solo mostró una sonrisa, mientras se relamía los labios.
— Lo intentaré, a menos que Chad me gane. — dándole un codazo.
— ¡Púdrete!.
Respondió, caminando al lado de el. Ambos se habían acercado al zorro quien no había notado su presencia, ya que no entendía los ajustes.
— ¿Ya estás listo precioso?. — Hablo el Pitbull.
— ¡Un segundo!. — Contesto nervioso el zorro. — ¡Ya está!.
— ¿Quieres que nos pongamos el casco?. — preguntó Chad.
— No. Son fotos para la vitrina de la escuela, es mejor sin casco. — sonriéndole.
— Como sea. — Contesto de mala gana.
Eliot había entendido el mensaje, Chad estaba molesto, así que no lo haría perder más tiempo. Eliot ajusto la cámara, y atrás vez del lente la mirada sería de Chad era presente.
— Ya está Chad. — dijo bajando el tono de voz.
— Está bien. — dijo, marchándose del lugar.
— Ignoralo precioso. — dijo el Pitbull. — ¿Cual es tu nombre?.
— Eliot.
— ¿Qué turno estudias?.
— Soy de la mañana.
— Ahora entiendo. Pues yo soy de la noche. — dándole la mano. — Soy Paulo, pero la mayoría me llama Pol.
— Un placer.
Contesto ya alegre eliot, aceptando el saludo, estos hablaron un rato, pero a lo lejos estaban siendo observados, por aquel toro de nombre Alejandro, y el león Albert. Estos estaban riendo y haciendo chistes, por qué ya sabían que su amigo hacia lo que fuera cuando tenía una nueva presa.
— Que hijo de puta. Ya busco la cena.
— ¿Quién es el?.
— Seguro es del turno de la mañana.
— Eso tiene sentido.
Ambos seguían hablando, sin percatarse que estaban siendo escuchados por un tercero. Chad solo mantenía su mirada fija en aquellos dos que no paraban de hablar, pero lo que le llamo la atención, fue como poco a poco con alguna broma oh jugueteo de Paulo, este se acercaba al zorro sin este percatarse, sin darse cuenta este comenzó a mostrar los colmillos, y a gruñir. Pero fue una mano quien rápido lo asustó, y entro nuevamente en estado normal.
— Calmate. — dijo uno de los amigos cercanos de Chad.
— Estás viendo lo mismo. — Molesto.
— ¿Por qué te importa?. — preguntó.
Chad se había quedado sin habla, por qué tampoco entendía, pero recordó la nota.
— Arruinara el plan.
— Esperemos que no. — Dijo su amigo, mirando la escena.
Ambos solo miraban, pero fue el entrenador quien los termino separándolos. Y dejando a ese par de idiotas, uno con cara de enamorado, mientras que el otro solo se ajustaba los huevos, de solo pensar en el zorro.
— Me dan todo el asco.
Mencionó el pastor alemán, junto a otros dos perros, ambos solo miraban, uno de ellos estaba por decir algo, pero rápidamente el otro hizo un gesto para que se callara. Pero no tardó mucho para que otros dos se unieran.
— Eres grande hermano. — Dijo el nuevo integrante. — Ahora podemos usarlo, podría servirnos.
— ¿Por que no vamos, y así le pegamos una paliza para corregirlo?
—No puedo hacerlo. — Contesto Chad quien había sorprendido a sus dos amigos, haciendo que estos pensaran algo diferente de él. — ¡Venga ya!, no me vean de esa forma. Saben lo que me pasará si le toco un pelo
—¡Venga!... Amigo. ¿Qué te puede pasar?.
—Pues mi padre me amenazó con enviarme a la escuela militar si descubre que lo volví a molestar.— Dijo Chad, mientras se estiraba, mirando nada más como el zorro se marchaba. —Así que no quiero, podría ver cómo lo golpea, pero no haré nada.
—Vale, verás que luego te unirás.
— Sigan soñando.
Dijo el pastor alemán, regresando con los demás para terminar el pequeño partido, entrando a jugar. Mientras que el zorro revisaba su celular, mirando que tenía dos mensajes de Justin, el husky de la mañana le había enviado dos fotos. Unos tubos de ensayo, con lo que solo contesto con un: [Intenten no olvidarlos, ¡Oh los tres terminaremos jodidos!. ]
Luego recibió otros dos mensajes, pero esta vez era de aquel sujeto que le había dado la cámara.
/¿Cariño ya tienes mis fotos?/ Eliot solo reviso el mensaje, pero después le calló el segundo, mostrando que se encontraba en la cafetería del segundo piso. Así que solo se limitó a seguir la ruta para entregarle la cámara, no sin antes pasar por el salón de computación para pasar algunas fotografías a su celular. Ya que unas que había tomado eran para si mismo.
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