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17 | 𝘁𝗵𝗲 𝗺𝗼𝗺𝗲𝗻𝘁 𝘁𝗵𝗲𝘆 𝗿𝗲𝗮𝗹𝗶𝘇𝗲𝗱 ❜

CHAPTER SEVENTEEN,
( el momento que se dieron cuenta )

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A ELIZABETH NO LE había ido tan mal en los exámenes, se le hizo un poco difícil concentrarse, no lo negaría, pero muchos de los exámenes eran demasiado fáciles.

Les había entregado plumas nuevas, especiales, que habían sido hechizadas con un encantamiento anti trampa.

También tenían exámenes prácticos. Snape los puso nerviosos a todos, respirando sobre sus nucas mientras trataban de recordar cómo hacer una poción para olvidar.

Esa tarde habían decidido ir al lago para descansar bajo un árbol. Fred Weasley y Lee Jordan se dedicaban a pinchar los tentáculos de un calamar gigante que tomaba el sol en la orilla.

Harry no había visto a Elizabeth desde que salió de la habitación donde tomaban el examen de historia de la magia con el profesor Binns. Le rogaba a Hermione que le dijera, pero ella simplemente se quedaba callada.

—Basta de repasos —suspiró aliviado Ron, estirándose en la hierba—. Puedes alegrarte un poco, Harry, aún falta una semana para que sepamos lo mal que nos fue, no hace falta preocuparse ahora.

Harry se frotaba la frente.

—¡Me gustaría saber qué significa esto! —estalló enfadado.

—Déjala en paz, Harry —le pidió Ron, mirando a Elizabeth caminando con George mientras reían—. SOLO SON AMIGOS! Como Hermione y yo. Ella lloró mucho esa noche. Adivina quien tuvo que consolarla para que dejara de sentirse insuficiente. ¡YO! Y ni siquiera le has pedido perdón, aunque ella siempre te apoya. Así que déjala en paz.

—¿A qué te refieres? —preguntó Harry, completamente confundido.

—¿Qué? ¿Por qué te haces el confundido? Acabas de ver a Elizabeth y a George caminando juntos, ¿no? Por eso gritaste "¡mi gustiria sibir qui significa esti!

—¡Me refiero a mi cicatriz!

—Oh..., pensé que era porque estabas molesto de que Elizabeth y George están caminando juntos.

—No tengo porque molestarme, Ron. Solo somos mejores amigos...

George simplemente se había acercado a Elizabeth para preguntarle cómo le había ido en los exámenes, luego había empezado una pequeña y divertida conversación sobre bromas que le gustaría hacer a George, y Elizabeth opinaba sobre ellas.

Hermione decidió interrumpir.

—Buenooo, regresando a lo de tu cicatriz... ¿Por qué mejor no vas a la enfermería?

—No estoy enfermo —dijo Harry—. Creo que es un aviso... significa que se acerca el peligro...

—Harry, relájate, Hermione tiene razón, la Piedra está segura mientras Dumbledore esté aquí. De todos modos, nunca hemos tenido pruebas de que Snape encontrará la forma de burlar a Fluffy. Casi le arrancó la pierna una vez, no va a intentarlo de nuevo. Y Neville jugará al quidditch en el equipo de Inglaterra antes de que Hagrid traicione a Dumbledore.

Harry sentía una extraña sensación y de inmediato se puso de pie.

—¿Adónde vas? —preguntó Ron con aire soñoliento.

—Acabo de pensar en algo —dijo Harry. Se había puesto pálido—. Tenemos que ir a ver a Hagrid ahora. Trae a Edén.

Ron corrió con mucha rapidez hacia donde se encontraban George y Elizabeth sentados y comenzó a jalar del brazo de la chica para levantarla y ambos irse corriendo detrás de Harry.

—Elizabeth, vamos. Harry no soporta verte ni un segundo más con mi hermano —dijo Ron jalando a Elizabeth y ambos dejaron atrás a George, que estaba muy confundido.

—¿Que?

—¡Nada, camina más rápido!

—¿No les parece un poco raro —hablo Harry cuando la castaña y el pelirrojo llegaron, subiendo por la colina cubierta de hierba— que lo que más deseara Hagrid fuera un dragón, y que de pronto aparezca un desconocido que casualmente tiene un huevo en el bolsillo? ¿Cuánta gente anda por ahí con huevos de dragón, que están prohibidos por las leyes de los magos? Qué suerte tuvo al encontrar a Hagrid, ¿verdad? ¿Por qué no se me ocurrió antes?

—Por la simple razón que no usas tu cerebro.

—¡Edén!

—Tú tampoco lo habías pensado así que no puedes decir nada.

—Ya, ya. Shh, Ron.

Hagrid estaba sentado en un sillón, fuera de la casa, con los pantalones y las mangas de la camisa arremangados, y desgranaba guisantes en un gran recipiente.

—Hola —dijo sonriente—. ¿Ya han terminado los exámenes? ¿Tiene tiempo para beber algo?

—Sí, por favor —dijeron Ron y Elizabeth con la boca seca de lo mucho que habían corrido, pero Harry los interrumpió.

—No, tenemos prisa, Hagrid, pero tengo que preguntarte algo ¿Te acuerdas de la noche en que ganaste a Norberto? ¿Cómo era el desconocido con el que jugaste a las cartas?

—No lo sé —dijo Hagrid sin darle importancia—. No se quitó la capa.

Vio que los cuatro chicos lo miraban asombrados y levantó las cejas.

—No es tan inusual, hay mucha gente rara en el Cabeza de Puerco. Podría ser un traficante de dragones, ¿no? No llegué a verle la cara porque no se quitó la capucha.

—¿De qué hablaste con él, Hagrid? ¿Mencionaste Hogwarts?

—Puede ser —dijo Hagrid, con rostro ceñudo, tratando de recordar—. Sí... Me preguntó qué hacía y le dije que era guardabosques aquí... Me preguntó de qué tipo de animales me ocupaba... se lo expliqué... y le conté que siempre había querido tener un dragón... y luego... no puedo recordarlo bien, porque me invitó a muchas copas. Déjame ver... ah sí, me dijo que tenía el huevo de dragón y que podía jugarlo a las cartas si yo quería... pero que tenía que estar seguro de que iba a poder con él, no quería dejarlo en cualquier lado... Así que le dije que, después de Fluffy, un dragón era algo fácil.

—¿Y él... pareció interesado en Fluffy? —preguntó Harry, tratando de conservar la calma.

—Bueno... sí... Es normal. ¿Cuántos perros con tres cabezas has visto? Entonces le dije que Fluffy era buenísimo si uno sabía calmarlo: tocando música se dormía enseguida...

—¡No debí decir eso! —estalló—. ¡Olviden que lo dije! Eh... ¿adónde van?

Harry, Ron, Elizabeth y Hermione no se hablaron hasta llegar al vestíbulo de entrada, que parecía frío y sombrío, después de haber estado en el parque.

—Tenemos que ir a ver a Dumbledore —dijo Harry—. Hagrid le dijo al desconocido cómo pasar ante Fluffy, y sólo podía ser Snape o Voldemort, debajo de la capa... No fue difícil, después de emborrachar a Hagrid. Sólo espero que Dumbledore nos crea. Firenze nos respaldará, si Bane no lo detiene. ¿Dónde está el despacho de Dumbledore?

Miraron alrededor, como si esperaran que alguna señal se lo indicará

—Tendremos que... —empezó a decir Harry pero súbitamente una voz cruzó el vestíbulo.

—¿Qué estáis haciendo los tres aquí dentro?

Era la profesora McGonagall, que llevaba muchos libros.

—Queremos ver al profesor Dumbledore —dijo Hermione con valentía, según les pareció a Ron, Harry y Elizabeth.

—¿Ver al profesor Dumbledore? —repitió la profesora, como si pensara que era algo inverosímil—. ¿Por qué?

—Es secreto —dijo Harry, pero la profesora McGonagall se enfadó.

—El profesor Dumbledore se fue hace diez minutos —dijo con frialdad—. Recibió una lechuza urgente del ministro de Magia y salió volando para Londres de inmediato.

—¿Se fue? —preguntó Harry con aire desesperado—. ¿Ahora?

—El profesor Dumbledore es un gran mago, Potter, y tiene muchos compromisos...—Pero esto es importante.

—¿Algo que tú tienes que decir es más importante que el ministro de Magia,Potter?

—¡LO ES!

—Mire —dijo Harry dejando de lado toda precaución—, profesora, se trata de la Piedra Filosofal...

Fue evidente que la profesora McGonagall no esperaba aquello. Los libros que llevaba se deslizaron al suelo y no se molestó en recogerlos.

—¿Cómo es que sabes...? —farfulló.

—Profesora, creo... sé... que Sna... que alguien va a tratar de robar la Piedra. Tengo que hablar con el profesor Dumbledore.

La profesora lo miró entre impresionada y suspicaz.

—El profesor Dumbledore regresará mañana —dijo finalmente—. No sé cómo descubrieron lo de la Piedra, pero quedense tranquilos. Nadie puede robarla, está demasiado bien protegida.

—Pero profesora...

—Harry sé de lo que estoy hablando. Les sugiero que salgan y disfruten del sol —dijo en tono cortante, agarrando los libros que Elizabeth había recogido del piso—. Gracias, Cassiopeia...—pero la profesora pareció darse cuenta de lo que dijo, entonces sin decir nada más se fue.

—Será esta noche —dijo Harry una vez que se aseguraron de que la profesora McGonagall no podía oírlos—. Snape pasará por la trampilla esta noche. Ya ha descubierto todo lo que necesitaba saber y ahora ha conseguido quitar de en medio a Dumbledore. Él envió esa nota, seguro que el ministro de Magia tendrá una verdadera sorpresa cuando aparezca Dumbledore.

—Pero ¿qué podemos...?

Hermione tosió. Harry, Elizabeth y Ron se voltearon. Snape estaba allí.

—Buenas tardes —dijo amablemente. Lo miraron sin decir nada—. No deberíais estar dentro en un día así —dijo con una rara sonrisa torcida.

—Nosotros... —comenzó Harry, sin idea de lo que diría.

—Debéis ser más cuidadosos —dijo Snape—. Si os ven andando por aquí, pueden pensar que vais a hacer alguna cosa mala. Y Gryffindor no puede perder más puntos,¿no es cierto?

Se dieron media vuelta para irse, pero Snape los llamó.

—Ten cuidado, Potter, otra noche de vagabundeos y yo personalmente me encargaré de que te expulsen. Que pases un buen día.

Se alejó en dirección a la sala de profesores.

—Espero que algún día se pudra —susurro Elizabeth rodando los ojos.

—Bueno, esto es lo que tenemos que hacer —susurró con prisa—. Uno de nosotros tiene que vigilar a Snape, esperar fuera de la sala de profesores y seguirlo si sale. Hermione, mejor que eso lo hagas tú.

—¿Por qué yo?

—Es obvio —intervino Ron—. Puedes fingir que estás esperando al profesor Flitwick, ya sabes cómo —la imitó con voz aguda—: «Oh, profesor Flitwick, estoy tan preocupada, creo que tengo mal la pregunta catorce b...».

Elizabeth no pudo evitar soltar una risa.

—Oh, cállate —dijo Hermione, pero estuvo de acuerdo en ir a vigilar a Snape.

—Y nosotros iremos a vigilar el pasillo del tercer piso —dijo Harry a Ron—. Vamos.

Antes de que comenzaran a caminar Elizabeth les jaló las orejas a Harry y a Ron.

—Y yo, tontos?

—Obviamente conmi..con nosotros —se corrigió Harry.

—Bien.

Cada quien se dirigió a sus tareas. Aunque hubieran sido lo suficientemente cuidadosos, la profesora McGonagall los encontró en el pasillo y tuvieron que regresar a la sala común.

—¡Lo siento, Harry! —se quejó Hermione, entrando por el cuadro de la dama gorda—. Snape apareció y me preguntó qué estaba haciendo, así que le dije que esperaba al profesor Flitwick. Snape fue a buscarlo, yo tuve que irme y no sé adónde habrá ido Snape.

—Bueno, no queda otro remedio, ¿verdad?

Los otros dos lo miraron asombrados. Estaba pálido y los ojos le brillaban.

—Iré esta noche y trataré de llegar antes y conseguir la Piedra.

—¡Estás loco! —dijo Ron.

—¡No puedes! —dijo Hermione—. ¿Después de todo lo que han dicho Snape y McGonagall? ¡Te van a expulsar!

—¿Y qué? —gritó Harry—. ¿No comprenden? ¡Si Snape consigue la Piedra, es el regreso de Voldemort! ¿No habéis oído cómo eran las cosas cuando él trataba de apoderarse de todo? ¡Ya no habrá ningún colegio para que nos expulsen! ¡Lo destruirá o lo convertirá en un colegio para las Artes Oscuras! ¿No se dan cuenta de que perder puntos ya no importa? ¿Creen que él dejará que ustedes y sus familias estén tranquilos, si Gryffindor gana la copa de la casa? Si me atrapan antes de que consiga la Piedra, bueno, tendré que volver con los Dursley y esperar a que Voldemort me encuentre allí. Será sólo morir un poquito más tarde de lo que debería haber muerto, porque nunca me pasaré al lado tenebroso. Voy a entrar por esa trampilla, esta noche, y nada de lo que digan me detendrá. Voldemort mató a mis padres, ¿lo recuerdan?

Los miró con furia.

—Tienes razón, James —dijo Elizabeth, sin hacer nada más que encogerse de hombros.

—Voy a llevar la capa invisible —dijo Harry—. Es una suerte haberla recuperado.

—Pero ¿nos cubrirá a los cuatro? —preguntó Ron.

—¿A... nosotros cuatro?

—Oh, vamos, ¿No pensarás que te vamos a dejar ir solo? Necesitas mi apoyo para sobrevivir, James.

—Será mejor que vaya a buscar en mis libros, tiene que haber algo que nos sirva... —dijo Hermione.

—Pero si nos atrapan, también los expulsarán a ustedes.

—No, si yo puedo evitarlo —dijo Hermione con severidad—. Flitwick me dijo en secreto que en su examen tengo ciento doce sobre cien. No me van a expulsar después de eso. 



𝗡𝗢𝗧𝗔 𝗗𝗘 𝗟𝗔 𝗔𝗨𝗧𝗢𝗥𝗔 ✧
┆ ✐; ❝Holi, cómo están? Espero que se encuentren bien💘 Ya mismo se termina este libro, los capítulos mas y estamos preparados para comenzar "Edén y la cámara de los secretos" estoy tan emocionada. Por cierto, le invito a pasarse a ver mi nueva historia "Love in the Dark", que también es con Harry, por si les interesa. 

Es muy tarde para decir esto pero...Feliz año nuevo, espero que todas sus metas se cumplan, y que este año sea mejor del que acaba de terminar...Los quiero mucho, cuídense💘❞

┆ ✐Recuerda; ❝ Espero que les guste y apoyen esta saga, por favor no sean lectores fantasmas, voten y comenten. ¡♡♡♡!❞
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Con cariño,
ℳ𝑎𝑟𝑦💗

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