16 | 𝗳𝗼𝗿𝗯𝗶𝗱𝗱𝗲𝗻 𝗳𝗼𝗿𝗲𝘀𝘁 ❜
━ CHAPTER SIXTEEN,
( bosque prohibido )
━━━━ •◦ ❈ ◦• ━━━━
ESA TARDE, como siempre, se encontraban en la biblioteca estudiando tranquilamente. De repente llegó Harry a la biblioteca y les contó todo lo que había oído.
—¡Entonces Snape lo hizo! —dijo Ron—. Si Quirrell le dijo cómo romper su encantamiento anti-Fuerzas Oscuras...
—Pero todavía queda Fluffy —dijeron Hermione y Elizabeth al unísono.
—Tal vez Snape descubrió cómo pasar ante él sin preguntarle a Hagrid — dijo Ron.
Ron quería investigar, pero Elizabeth no estaba de ánimos para hacer eso, sabía que se meterían en problemas si lo hacían.
A la mañana siguiente, llegaron notas para Elizabeth, Harry y Neville, en la mesa del desayuno. Eran todas iguales.
Vuestro castigo tendrá lugar a las once de la noche.
El señor Filch los espera en el vestíbulo de entrada.
Prof M. McGonagall
Esa noche a las once, Harry y Elizabeth bajaron al vestíbulo de entrada con Neville. Filch ya estaba allí con Malfoy.
—Síganme —dijo Filch, conduciéndolos hacia fuera—. Seguro que lo pensaréis dos veces antes de faltar a otra regla de la escuela.
Antes de llegar donde Hagrid, Filch les contaba sobre los castigos de antes.
—¿Eres tú, Filch? Date prisa, quiero empezar de una vez.
—Supongo que crees que vas a divertirte con esas papanatas, ¿no? Bueno, piénsalo mejor, muchacho... es al bosque adonde iran y mucho me habré equivocado si vuelve todos enteros. —dijo Filch.
Al oír aquello, Neville dejó escapar un gemido escondiéndose detrás de Elizabeth. Malfoy se detuvo de golpe.
—¿El bosque? —repitió, y no parecía tan indiferente como de costumbre— . Hay toda clase de cosas allí... Dicen que hay hombres lobo.
Neville se aferró a la manga de la túnica de Elizabeth y dejó escapar un ruido ahogado.
—Eso es problema de ustedes, ¿no? —dijo Filch, con voz radiante—. Tendrían que haber pensado en los hombres lobo antes de meterse en líos.
Hagrid se acercó hacia ellos, con Fang pegado a los talones.
—Menos mal —dijo—. Estoy esperando hace media hora. ¿Todo bien, Harry, Elizabeth?
Hagrid y Filch discutieron un momento antes de que Filch se marchara, por otro lado estaban Harry y Elizabeth tratando de calmar a Neville.
Entonces Malfoy se volvió hacia Hagrid.
—No iré a ese bosque —dijo, y Harry tuvo el gusto de notar miedo en su voz.
—Lo harás, si quieres quedarte en Hogwarts —dijo Hagrid con severidad— . Hicisteis algo mal y ahora lo vas a pagar.
—Pero eso es para los empleados, no para los alumnos. Yo pensé que nos harían escribir unas líneas, o algo así. Si mi padre supiera que hago esto, él...
—Malfoy...¡Callate! ¡Si no hubiese sido por tu gran bocota chismosa ninguno de nosotros tendríamos que estar aquí...! —exclamó Elizabeth, mientras, Draco ignoró la profunda mirada que estaba recibiendo.
—Bien, entonces —dijo Hagrid—. Escuchen con cuidado, tengan cuidado, que esto es peligroso.
Hagrid los llevó hasta el límite del bosque.
—Miren ahí —dijo Hagrid—. ¿Ven esto que brilla? Es sangre de unicornio. Hay que encontrar al que está herido. Encontré uno muerto la vez pasada.
—¿Y qué sucede si el que hirió al unicornio nos encuentra a nosotros primero? —dijo Malfoy, incapaz de ocultar el miedo de su voz.
—Te usaremos a ti como distracción —le aseguró Elizabeth con Harry pisándole el pie.
—No hay nada que los pueda herir si están conmigo o con Fang —dijo Hagrid—. Sigan el sendero. Nos vamos a dividir en dos equipos y seguiremos la huella en distintas direcciones. Hay sangre por todo el lugar.
—Yo quiero ir con Fang —dijo rápidamente Malfoy.
—Muy bien, pero te informo de que es un cobarde —dijo Hagrid mirándolos con cautela y se fijó en la cara de Harry(que le rogaba que no separará a Elizabeth de el)—. Entonces yo, Harry y Elizabeth iremos por un lado y Draco, Neville y Fang, por el otro. Si encuentran al unicornio, envíen chispas verdes. Si hay problemas, las chispas serán rojas y nos reuniremos todo. Marchando.
El bosque estaba oscuro y silencioso. Después de andar un poco, vieron que el sendero se bifurcaba. Harry, Elizabeth y Hagrid fueron a la izquierda.
Anduvieron en silencio, con la vista clavada en el suelo. La luna iluminaba muy poco.
Notaron que Hagrid estaba muy preocupado.
—¿Podría ser un hombre lobo el que mata los unicornios? —preguntó Harry.
—No son bastante rápidos —dijo Hagrid—. No es tan fácil cazar un unicornio, son criaturas poderosamente mágicas. Nunca había oído que hubieran hecho daño a ninguno.
Había demasiadas manchas de sangre de unicornio en el sendero.
—¡DETRÁS DE ESE ÁRBOL, AHORA!
Hagrid cogió a Harry y Elizabeth y los arrastró fuera del sendero, detrás de un grueso roble. Elizabeth no pudo ver lo que pasó después por qué Harry le tapó los ojos, pero había ruidos extraños.
—Lo sabía —murmuró—. Aquí hay alguien que no debería estar.
—¿Un hombre lobo? —sugirió Harry.
Elizabeth trató de darse la vuelta para regresar al castillo pero Harry la tomó de la mano susurrándole que todo estaría bien.
—No, Harry....—dijo Hagrid con gesto sombrío—. Síganme, pero tengan cuidado.
Caminaron con lentitud, atentos a cualquier ruido. De pronto, en un claro un poco más adelante, algo se movió visiblemente.
—¿Quién está ahí? —gritó Hagrid—. ¡Déjese ver... estoy armado!
Elizabeth no podía creer lo que estaba viendo, era un hombre desde la cintura para arriba, pero para abajo era un caballo.
Harry y Elizabeth se quedaron boquiabiertos.
—Oh, eres tú, Ronan —dijo aliviado Hagrid—. ¿Cómo estás?
Se acercó y estrechó la mano del centauro.
—Que tengas buenas noches, Hagrid —dijo Ronan—. ¿Ibas a dispararme?
—Nunca se es demasiado cuidadoso —dijo Hagrid, tocando su ballesta—. Hay alguien muy malvado, perdido en este bosque. Este es Harry Potter y ella es Elizabeth Edwards, alumnos. él es Ronan, un centauro.
—Nos hemos dado cuenta —dijo Elizabeth todavía con la boca abierta.
—Buenas noches —los saludó Ronan—. ¿Y aprenden mucho en el colegio?
—Un poquito —dijo la chica con timidez.
—Bueno, eso es algo. Esta noche, Marte estará brillante.
—Ajá —dijo Hagrid, lanzándole una mirada—. Escucha, me alegro de haberte encontrado, hay un unicornio herido. ¿Has visto algo?
Ronan no respondió de inmediato. Se quedó con la mirada clavada en el cielo, sin pestañear, y suspiró otra vez.
—Siempre los inocentes son las primeras víctimas —dijo—. Ha sido así durante los siglos pasados y lo es ahora.
—Sí —dijo Hagrid—. Pero ¿has visto algo, Ronan?
Hagrid intentaba que él centauro los ayudara pero este estaba demasiado hipnotizado por lo brillante que era Marte. Luego llegó otro centauro pero no les sirvió de ayuda.
Así que por fin decidieron irse.
—Nunca —dijo irritado Hagrid— traten de obtener una respuesta directa de un centauro. Son unos malditos astrólogos. No se interesan por nada más cercano que la luna.
—¿Y hay muchos de ellos aquí?
—Unos pocos más... Se mantienen apartados la mayor parte del tiempo, pero siempre aparecen si quiero hablar con ellos. Los centauros saben cosas pero no dicen mucho.
—¿Crees que era un centauro el que oímos antes? —dijo Harry.
—¿Te pareció que era ruido de cascos? No, en mi opinión, eso era lo que está matando a los unicornios... Nunca he oído algo así.
Aunque Elizabeth estaba asustada, pero se sentía protegida por la presencia de Harry a su lado.
—¡Hagrid! ¡Mira! ¡Chispas rojas, los otros tienen problemas!
—¡Esperen aquí! —gritó Hagrid—. ¡Quédense en el sendero, volveré a buscarlos!
Lo oyeron alejarse y se miraron uno al otro, muy asustados, hasta que ya no oyeron más que las hojas que se movían alrededor.
—Ahora si cualquier cosa nos puede pasar, no tenemos a Hagrid y a sus flechas. —susurró Elizabeth con frio, Harry la abrazó y esperaron.
Los minutos pasaban lentamente.
Cuando Hagrid regresó con Malfoy, Neville y Fang, estaba furioso. Malfoy se había escondido detrás de Neville y, en broma, lo había asustado.
—Vamos a necesitar mucha suerte para encontrar algo, después del alboroto que hicieron. Bueno, ahora voy a cambiar los grupos... Neville conmigo y Elizabeth con Harry, Fang y ese idiota.
Anduvieron cerca de media hora, internándose cada vez más profundamente, hasta que el sendero se volvió casi imposible de seguir, porque los árboles eran muy gruesos.
Había manchas en las raíces de los árboles, como si la pobre criatura se hubiera arrastrado en su dolor.
—Miren... —murmuró Harry, levantando un brazo para detenerlos.
Algo de un blanco brillante relucía en la tierra. Se acercaron más.
Sí, era un unicornio y estaba muerto. Elizabeth nunca había visto nada tan hermoso y tan triste. Sus largas patas delgadas estaban dobladas en ángulos extraños por su caída y su melena color blanco perla se desparramaba sobre las hojas oscuras.
Harry había dado un paso hacia el unicornio, cuando un sonido de algo que se deslizaba lo hizo congelarse en donde estaba. Harry, Elizabeth, Malfoy y Fang permanecieron paralizados. La figura encapuchada llegó hasta el unicornio, bajó la cabeza sobre la herida del animal y comenzó a beber su sangre.
—¡AAAAAAAAAAAAAH!
Malfoy dejó escapar un terrible grito y huyó jalando a Elizabeth de su tunica, esta trataba de librarse. ¿Qué pasaría con Harry? ¿Tenía qué regresar?
—¡Malfoy! ¡IDIOTA! ¡Harry! ¡Tenemos que regresar para ayudarlo! —grito Elizabeth cuando Draco encontró un lugar seguro. La castaña temblaba de miedo con los ojos cristalizados.
—¡Idiota tú, acaso pensaste que si nos hubiésemos quedado ahi, ninguno hubiese podido pedir ayuda, todos estaríamos muertos! ¡Además Potter sabe arreglárselas solo! ¡Sobrevivió al que no debe ser nombrado! ¡Vamos, pide ayuda tu, me tiemblan las manos! ¡Creo que voy a vomitar!
—¡Miedoso! —dijo Elizabeth para crear unas chispas rojas.
—¡Te salve, estupida descerebrada!
—¡No me digas eso porque no soy tu espejo!
Elizabeth tuvo que aguantar a Draco por unos minutos hasta que Hagrid llegó y le contaran todo, corriendo fueron a encontrar a Harry.
—Cuando apuestas de que Potter ya está muerto en estos momentos —se burló Draco riendo, pero antes de que él pudiera decir algo más, Elizabeth lo acorraló contra un árbol apuntado con su varita—. Que vas a hacer Elizabeth. No sabes ni cómo defenderte sin la ayuda de Harry Potter.
—No necesito a Harry para acabar contigo, Malfoy. Puedo hacerlo yo misma en un abrir y cerrar de ojos.
—¡Uy, qué miedo, mira como tiemblo!
Entonces Elizabeth recordó el hechizo para unir las piernas.
—¡Locomotor Mortis! —murmuró Elizabeth con Draco rogándole que lo dejara en paz.
Ahora Malfoy tenía que saltar ya que no podía caminar con normalidad por sus piernas unidas, Neville recodo y no paraba de reírse de cómo se quejaba el rubio.
—No te preocupes, Elizabeth. No te voy adelantar porque bien merecido se lo tiene —le dijo Hagrid.
Hagrid encontró a Harry y Elizabeth fue corriendo a abrazarlo.
—¡Harry! Harry, ¿estás bien?
—Si, Edén, estoy bien —dijo Harry, casi sin saber lo que contestaba—. El unicornio está muerto, Hagrid, está en ese claro de atrás.
—Aquí es donde te dejo —murmuró el centauro, mientras Hagrid corría a examinar al unicornio.
—Buena suerte, Harry Potter —dijo el centauro—. Los planetas ya se han leído antes equivocadamente, hasta por centauros. Espero que ésta sea una de esas veces.
↺
Cuando llegaron a la sala común, Ron estaba dormido junto a Hermione a su lado peleando para que le diera espacio en el sillón. Cuando lograron despertarlos Harry les contó lo que había sucedido en el bosque.
Harry se paseaba de un lado al otro, todavía temblaba.
Elizabeth estaba recostada en el hombro de Ron y este la abrazaba.
—Snape quiere la piedra para Voldemort... y Voldemort está esperando en el bosque... ¡Y todo el tiempo pensábamos que Snape sólo quería ser rico!
—¡Deja de decir el nombre! —dijo Ron, en un aterrorizado susurro, como si pensara que Voldemort pudiera oírlos.
Harry no lo escuchó.
—Firenze me salvó, pero no debía haberlo hecho... Bane estaba furioso... Hablaba de interferir en lo que los planetas dicen que sucederá... Deben decir que Voldemort ha vuelto... Bane piensa que Firenze debió dejar que Voldemort me matara. Supongo que eso también está escrito en las estrellas.
—¿Quieres dejar de repetir el nombre? —dijo Ron.
—Así que lo único que tengo que hacer es esperar que Snape robe la Piedra —continuó febrilmente Harry—.. Entonces Voldemort podrá venir y terminar conmigo... Bueno, supongo que Bane estará contento.
Elizabeth y Hermione parecían muy asustadas, pero Hermione tuvo una palabra de consuelo.
—Harry, todos dicen que Dumbledore es al único al que Quien-tú-sabes siempre ha temido. Con Dumbledore por aquí, Quien-tú-sabes no te tocará.
—Exacto, Harry —dijo Elizabeth acordando con Hermione— Además no sabemos si los centauros tienen razón. Parecen adivinos y la profesora McGonagall dice que ésa es una rama de la magia muy inexacta.
╭ 𝗡𝗢𝗧𝗔 𝗗𝗘 𝗟𝗔 𝗔𝗨𝗧𝗢𝗥𝗔 ✧
┆ ✐; ❝Hola, mis amores! Regrese con una nueva noticia. Estaré publicando un nuevo Fanfic. La más probable es que lo publique el miércoles de la próxima semana. Espero que al igual de esta histori reciba muchos apoyo ❤️❞
┆
┆ ✐Recuerda; ❝ Espero que les guste y apoyen esta saga, por favor no sean lectores fantasmas, voten y comenten. ¡♡♡♡!❞
╰───────────────✧
Con cariño,
𝗺𝗮𝗿𝘆 ❤️!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro