━ CHAPTER TWELVE,
( mamá )

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EDÉN COMO AHORA Harry la llamaba se daba mil vueltas en la cama, esa noche no había podido dormir casi nada. Había esperado a Harry pero él nunca llegó, trato de buscarlo en la sala común, pero no estaba ahí. No quiso despertar a Ron porque él probablemente la ignoraba por completo.

Cuando despertó, Ron ya no estaba en su cama y un poco asustada por estar sola, bajó corriendo las escaleras a la sala común.

Y ahí se encontraban Harry y Ron conversando, pero él pelirrojo malhumorado.

—¿Dónde has estado? ¡Ah! ¡Estuve esperando por ti casi toda la noche pero jamás llegaste! —chillo Elizabeth molesta, golpeando el hombro del chico sin querer lastimarlo.

Pero para que Elizabeth se calmara, Harry besó su nariz, él había estado tan cerca de sus labios que casi causó un patatús a Elizabeth.

—Calmate, mi Edencita. Sabes que si te enojas, envejecerás más rápido. —dijo Harry tomándola de los hombros, sentando en el sillón.

—¿Edencita? Me explican —murmuró Ron, confundido como siempre.

—Ese es su apodo desde hoy en adelante. Está prohibido llamarla "Edén". ¡Yo soy el único que la puede llamar así!

—¡Ya bésense! —gritaron los gemelos Weasley entrando a la sala común.

—Deberían apurarse e ir a desayunar —dijo George riendo. Usualmente solían molestar a Harry y Elizabeth demasiado, pero al parecer habían empezado a calmarse— Elizabeth ese color te queda perfecto.

—Gracias. El morado es mi color favorito —agradeció sonriente, usaba el suéter que le había dado la mamá de Ron. Harry a su lado, estaba completamente serio y deseando que los gemelos se fueran—. Oh, por cierto George agradécele a tu madre por mí, me encanta el suéter y ame el pastel. Muchas gracias.

—¡Sabes diferenciarnos! ¡Ni nuestra madre! —las orejas de George comenzaban a teñirse de un color carmesí en su pálida piel.

—¡Vámonos! —dijo Harry alzando la voz y tomando la mano de Elizabeth, interrumpiendo las conversación entre Elizabeth y George— Nos quedaremos sin desayuno y no quiero que tú estómago esté vacío, camina, Edén.

—¡Edencita de mi corazón! ¡Acaso Harrysito se puso celoso! —molestaba Ron con una voz chillona y melosa, comenzando a reír a carcajadas.

Cuando llegaron al comedor Harry le contó a Elizabeth que había encontrado un espejo donde podía ver a su padres. Eso de inmediato llamó la atención de Elizabeth.

—Pueden venir esta noche. Yo voy a volver; quiero enseñarles el espejo.

—Me gustaría ver a tu madre y a tu padre —dijo Ron con interés.

Y Elizabeth se llenó de ilusión.

—¡Entonces, yo podré conocer a mi madre! —eso fue algo que la llenó de ilusión y con mucha alegría comenzó a hacer un pequeño baile. Pero de repente se quedó estática— Que pasa si no me parezco a ella...Según Henry, soy su copia exacta, pero qué pasa si me mintió.

—No te preocupes por eso, Edén...—dijo Harry tratando de reconfortarla entrelazando sus manos debajo de la mesa.

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—Estamos congelándonos —se quejó Ron, abrazando a Elizabeth, quien temblaba—. Olvidemos de esto y volvamos. Elizabeth se resfriara, acaso quieres que esté enferma.

—¡No! —susurró Harry—. Pero sé que está por aquí.

Habían estado buscando la habitación con el espejo por aproximadamente una hora, los tres debajo de la capa de invisibilidad.

Harry pronto divisó una pareja de armaduras y susurro que ya estaban ahí.

Abrieron la puerta y Harry dejó caer la capa de sus hombros, corriendo hacia el espejo.

—¿Ven? —murmuró Harry.

—No podemos ver nada.

—¡Miren! ¡Ahí están..! Aquí están mis padres...

—Sólo puedo verte a ti.

—Pero miren bien, ven Ron, ponte donde estoy yo.

Ron parecía fascinado con su imagen.

—¡Mírame! —dijo.

—¿Puedes ver a toda tu familia contigo?

—No... estoy solo... pero soy diferente... mayor... ¡y soy delegado!

—¿Cómo?

—Tengo... Tengo un distintivo como el de Bill y estoy levantando la copa de la casa y la copa de quidditch... ¡Y también soy capitán de quidditch!

Ron se apartó del espejo y los miró emocionado.

—¿Crees que este espejo muestra el futuro?

—¿Cómo puede ser? Si toda mi familia está muerta...

Elizabeth se colocó donde Ron había estado.

Ella comenzó a parpadear bastantes veces sin poder creer quien estaba enfrente de ella. Elizabeth quedó boquiabierta por la belleza de aquella mujer. Se preguntó si sería de ella en el futuro, pero le tomó un momento entender que esa mujer tan hermosa y bella era su madre.

La mujer le sonreía con lágrimas en los ojos, esta se cubrió la cara limpiando sus lágrimas. Su madre era igual a ella, el mismo color de cabello, pestañas largas y los mismos ojos azules.

Se sentía tan lejos y tan cerca; cómo Enero y Diciembre o como el sol y la luna.

Sentía que pronto caería al piso rompiéndose en mil pedazos y se echaría a llorar. Jamás se había dado cuenta de lo mucho que necesitaba a su madre. Sentía un dolor tan horrendo que apenas y la dejaba respirar.

Se mordió el labio tratando de controlar las lágrimas.

La tristeza de no tener a su madre duraría para siempre.

Harry y Ron se acercaron para abrazarla y tratar de reconfortarla. Elizabeth estaba muy agradecida por tener tan buenos amigos que estaban ahí para ella.

Habían regresado a la sala común porque la señora Norris casi los descubrió de no ser por Harry que los había cubierto por la capa de invisibilidad justo a tiempo.

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Harry pensaba demasiado en el espejo, llegaba a ignorar a Elizabeth y a Ron, a veces querían hacer algo, pero Harry siempre se negaba. Cada noche Elizabeth le pedía a Harry que no regresara pero a este no le importaba.

Elizabeth decidió no volver a ese espejo, porque desde que había visto a su madre en ese espejo sabía que le afectó emocionalmente.

—¿Por qué no?

—Tengo un mal presentimiento de ese espejo, además te puedes encontrar con los profesores cuando vigilan. Te castigarán y nos restará puntos.

—Que irritante es. Parece Hermione. —susurró Harry rodando los ojos.

—Entonces si te quieres meter en problemas...¡Haz lo que se te de la gana, tonto cara rajada! —exclamó la chica con los ojos cristalizados y salió corriendo del comedor, seguida por Ron.

Ron encontró a Elizabeth llorando en un rincón de la habitación de los chicos, mientras ella se abrazaba a sí misma.

Elizabeth sintió que alguien la abrazaba y realmente deseaba que esa persona fuera Harry y le dijera perdón, pero era Ron. El pelirrojo le ofreció su brazo para que ella llorara en él, mientras le acariciaba y peinaba el cabello.

—Ron, creo que hice demasiado. Yo no quise sofocarlo, fui demasiado irritante. Yo no quise molestarlo. No quise ser irritante, solo quiero cuidarlo. Yo lo lamento tanto por ser así. Allison, mi madrastra, tenía razón, nadie jamás se quedaría a mi lado por ser así.

—¡No, no, no! No te atrevas a escuchar las palabras de tu tonta madrastra. Déjame recordarte que soy tu mejor amigo y jamas me alejare aunque intentes deshacerte de mí. No eres irritante, eres la persona más interesante que haya conocido en mi vida. Recuerda que cuando estés completamente sola, llegaré a ti. Cuando te sientas tristes, estaré ahí también. Incluso cuando te caigas, recuerda, siempre estaré ahi para reírme.

—¡Oye! —los dos soltaron una risa—Ron... —murmuró Elizabeth demasiado avergonzada por dejar la manga del suéter de Ron completamente mojado por sus lágrimas.

—No importa, ten mi otro brazo. Esa manga está seca.

—Gracias por todo Roncito. Eres el mejor.

—Ya lo sé. 

╭ 𝗡𝗢𝗧𝗔 𝗗𝗘 𝗟𝗔 𝗔𝗨𝗧𝗢𝗥𝗔 ✧
┆ ✐; ❝Por no ir a la escuela (porque estaba enferma) se me comenzó a acumular toda la tarea. Y tengo que entregar como diez tareas para mañana, tendré que quedarme despierta toda la noche. Cambiando de tema, la frase "Recuerda que cuando estés completamente sola, llegaré a ti. Cuando te sientas tristes, estaré ahí también. Incluso cuando te caigas, recuerda, siempre estaré ahi para reírme." me la dijo mi mejor amigo, lo amooooo ❞
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┆ ✐Recuerda; ❝ Espero que les guste y apoyen esta saga, por favor no sean lectores fantasmas, voten y comenten. ¡♡♡♡!❞
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Con cariño, 
𝗺𝗮𝗿𝘆 ❤️!