11 | 𝗺𝗲𝗿𝗿𝘆 𝗰𝗵𝗿𝗶𝘀𝘁𝗺𝗮𝘀, 𝗲𝗱𝗲𝗻 ❜
━ CHAPTER ELEVEN,
( feliz navidad, edén )
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CUANDO COMENZARON LAS vacaciones, Ron, Harry y Elizabeth tuvieron mucho tiempo para pensar en Flamel. Ron y Harry tenían el dormitorio para ellos mismos, ellos disfrutaban pero Elizabeth se sentía demasiado sola en el dormitorio, le daba miedo. La sala común estaba mucho más vacía que de costumbre, así que podían elegir los mejores sillones frente al fuego.
Se encontraban en la cena, comiendo todo lo que podían pinchar en un tenedor de tostar.
Elizabeth se sentía un poco avergonzada por lo que les iba a preguntar, no quería que pensaran que era una gallina, pero Harry jamás pensaría eso de ella.
—Puedo dormir con ustedes, ¿Por favor?
Entonces Harry recordó que las compañeras de Elizabeth se habían ido a sus hogares.
—Si, por supuesto. —se apresuró a decir Harry.
Pero Ron fue todo lo apuesto.
—¿Acaso no tienes cama?
Elizabeth miró al pelirrojo irritada.
—Se te debe hacer difícil, cuando era pequeño a mi también me daba miedo dormir solo.
Esa noche habían hecho un tipo de pijamada, Ron fue el primero que se fue a la cama dejando a Elizabeth y a Harry solos.
A veces Elizabeth sentía que Ron hacía unas cosas a propósito, solamente para dejarla sola con Harry. A veces se sentía nerviosa, no sabia exactamente que decir.
Pero esa noche había hablado demasiado, no hubo ningún momento de silencio, la mayoría del tiempo pasaban riendo y planeaban formas de hacer que expulsaran a Malfoy, muy divertidas, pero imposibles de llevar a cabo. Elizabeth estaba muy agradecida de haber conocido a Harry, agradecida de que eran mejores amigos pero a veces no podía evitar sentir que su corazón se acelera.
Harry y Elizabeth bostezaban al mismo tiempo, cansados y trataban de seguir despiertos para seguir haciéndose compañía, pero ninguno de los dos aguantaba más.
—¿Qué pasa? —preguntó Elizabeth cuando Harry la quedó viendo por un buen rato, somnoliento.
—Tus ojos son como el cielo despejado. Son muy bellos. —respondió Harry sintiéndose un poco bobo por su torpeza.
—Los tuyos también lo son, debería llamarte "ojos bonitos"
—No. Prometiste que siempre me llamarías James.
—te llamaré de las dos formas.
—No. ¡James!
—¡Ojos bonitos!
—¡James!
—¡Ojos bonitos!
—¡James!
—Ya, ya. Todos sabemos qué se gustan. Ahora hagan el favor de callarse —exclamó Ron malhumorado, tirándoles una almohada.
—Elizabeth es mi mejor amiga...
—Exacto —murmuró Elizabeth—, no nos podemos gustar...¡Eso sería raro!
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Ron comenzó a enseñarles a jugar al ajedrez mágico. Era igual que el de los muggles, salvo que las piezas estaban vivas, lo que lo hacía muy parecido a dirigir un ejército en una batalla.
En la víspera de Navidad, Elizabeth se había dormido en la cama de Harry, este pudo irse a dormir en otra cama pero simplemente no se le apetecía, prefería estar en la suya, cerca de Elizabeth, claro que dejó un espacio entre ellos, no quería que la chica se sintiera incómoda.
Los dos deseaban que llegara el día siguiente, irían a jugar en la nieve o eso tenían planeado y caminar por el castillo apreciando los mejores lugares llenos de nieve.
—¡Feliz Navidad! —la saludo Ron que aun seguía medio dormido, mientras Elizabeth empezaba a abrir los ojos.
—¡Feliz Navidad! —dijo Elizabeth haciendo un pequeño bailecito de felicidad— Mi papá me ha enviado regalos...
Harry seguía dormido, entonces Elizabeth y Ron habían agarrado una almohada cada uno y habían comenzado a atacar con ellas, logrando levantar a el azabache que no paraba de quejarse.
—¿Qué les pasa? Estaba bastante cómodo. —susurró Harry con voz un poco ronca volviéndose a acostar en la cama y agarró el brazo de Elizabeth atrayéndola hacia él para después abrazarla.
Elizabeth no pudo evitar sonrojarse por la boba risa de Ron.
—¡Son unos tórtolos!
—¡Harry, vamos, despierta! —se quejaba Elizabeth de una forma divertida, golpeando suavemente el pecho del chico— es navidad...y tienes regalos —y eso logró que Harry se levantara completamente sorprendido.
—¿¡Enserio!?
—¿Qué esperabas, nabos? —dijo Ron, volviéndose hacia sus propios paquetes, que eran más numerosos que los de Harry y Elizabeth juntos.
Harry había recibido una flauta de madera hecha por Hagrid y emitía un canto de lechuza. Los tíos de Harry le habían regalado una moneda de cincuenta peniques con los que Ron estaba fascinado.
El padre de Elizabeth le había mandado unos galletas con chispas de chocolate y Henry le había comprado un nuevo abrigo negro con guantes y bufanda carmesí. Hermione y Ron le habían comprado unos dulces.
Harry y Elizabeth les quedaba un paquete deforme a cada uno.
—¿De quién podrá ser?
—Oh, les conté a mi madre de ustedes y dijo que les tejería un jersey. —dijo Ron con las mejillas coloradas.
—Es muy amable de parte de tu madre —dijo Harry probando el pastel de chocolate hecho por la mamá de Ron y luego dándole pastel a Elizabeth en la boca, logrando que se sonrojara.
El de Elizabeth era un jersey morado claro con una E en el centro.
—¡Por merlin! El pastel está delicioso —exclamó Elizabeth encantada.
Algo fluido y brillante cayó al piso.
—¿Qué es eso? ¿Una cobija? Porque no parece.
—Es una capa invisible —dijo Ron, con una expresión de temor reverencial—. Estoy seguro... Pruébatela. Son raras y valiosas.
Harry se puso la capa sobre los hombros.
Elizabeth y Ron lanzaron un grito.
—¡Lo es! ¡Lo es! —solamente podían ver la cabeza de Harry suspendida en el aire.
—¡Hay una nota! —dijo de pronto Ron—. ¡Ha caído una nota!
Harry se quitó la capa y cogió la nota. Decía:
Tu padre dejó esto en mi poder antes de morir. Ya es tiempo de que te sea devuelto. Utilízalo bien.
Una muy Feliz Navidad para ti.
Mientras Harry observaba la nota, Elizabeth jugaba con la capa encantada por lo increíble que era.
De repente Elizabeth agarro todas sus cosas y salió corriendo, mientras echaba un grito con nerviosismos.
Ron y Harry intercambiaron miradas confundidos.
—¿Y ahora qué pasó?
—¿Yo que sé, es tu novia, pregúntale?
—¡No es mi novia! —se quejó Harry tirándole una almohada a la cara de su amigo— Ademas no creo que le guste....
—Bueno, cree lo que quieras. Todos saben que Elizabeth gusta de ti y que tú gustas de ella. Y que algún día terminará cansándose.
—¡Calla! ¡Deja de ilusionarme! —y Ron explotó a risas.
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—Oye, Elizabeth...—Harry tocó tres veces el hombro de Elizabeth.
—Si, ¿Qué pasa?
—Entonces, ¿Me vas a decir que pasó en la mañana?
—¿A qué te refieres?
—Cuando saliste corriendo de la habitación.
—Oh —susurró Elizabeth entendiendo—. Ven, sígueme.
Los dos caminaron fuera del comedor tomados de las manos y llegaron a la sala común de Gryffindor.
—Espérame aquí, ¿Si? Regresaré en un minuto. —grito Elizabeth subiendo las escaleras dirigiéndose a su habitación.
Harry solamente esperó por unos 30 segundos, pero esos segundos eran eternos.
Elizabeth llegó con una cajita chiquita, ella abrió la caja con las manos temblando, mordiendo su labio.
Y ahí había dos manillas de hilos rojos.
—No tenía idea de qué regalarte y Hermione se le ocurrió que debería darte una manilla.
—¿Acaso tiene que ver con la leyenda del hilo rojo? —preguntó Harry— ¡Creí que tú entre todas las personas sabias de esta leyenda! Bueno te cuento...
»Es una antigua leyenda china cuenta que existe un anciano que habita en la luna y que sale cada noche para buscar entre todas las almas aquellas que están predestinadas a unirse en la tierra. Cuando las encuentra las ata con un hilo rojo para que no se pierdan. El hilo puede tensarse o enredarse, pero nunca podrá romperse. A veces puede estar más o menos tenso, pero es, siempre, una muestra del vínculo que existe entre ellas.
—Entonces, Hermione es nuestro anciano tratando de unirnos —bromeó Elizabeth poniéndole la manilla a Harry y este hizo lo mismo con la manilla de ella.
—Perdón —se disculpó Harry.
—¿Por qué?
—Por no haber regalado algo, lo lamento enserio...
—Está bien, no importa. Pero cuando seamos mayores, para navidad, regálame un hermoso ramos de tulipanes blancos. ¡Son mi favoritos...!
—Prometo que lo haré —juro el azabache uniendo sus meñiques.
Harry se acercó a Elizabeth y dejó un beso en la mejilla de ella, y Elizabeth sintió que moriría, pero moriría de alegría. Ambos sentían su corazón palpitar demasiado rápido, a punto de salirse del pecho. Y Harry la abrazo, realmente esperaba que no se acabara y que ese día fuese eterno. Amaba estar al lado de ella y a ella le encantaba estar al lado de él.
Harry se alejó tan repentinamente y casi asustó a Elizabeth.
—¡ESO ES! —exclamó el azabache con una enorme sonrisa— Edén...
—¿Qué?
—¡Edén! ¡Porque cuando estoy contigo es como estar en el mismísimo paraíso! Así te llamaré. Solamente usé tus iniciales. Pero sigue siendo el mejor apodo. Te queda perfectamente.
—Lo amo, ojos lindos.
—¡Oye! Enserio, Edén, no sabes como te adoro...
Esa navidad fue la mejor. Elizabeth por fin no estaba sola, estaba con personas que la querían demasiado. Ese día había sido un día muy especial.
╭ 𝗡𝗢𝗧𝗔 𝗗𝗘 𝗟𝗔 𝗔𝗨𝗧𝗢𝗥𝗔 ✧
┆ ✐; ❝Creo que este es mi capítulo favorito de toda la historia...ODIO ESTAR ENFERMA 😭❞
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┆ ✐Recuerda; ❝ Espero que les guste y apoyen esta saga, por favor no sean lectores fantasmas, voten y comenten. ¡♡♡♡!❞
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Con cariño,
𝗺𝗮𝗿𝘆 ❤️!
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