02 | 𝗱𝗶𝗮𝗴𝗼𝗻 𝗮𝗹𝗹𝗲𝘆 ❜
━ CHAPTER TWO,
( callejón diagon )
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EL 31, Elizabeth se levantó con una sonrisa. Fue al baño para ducharse, después se peino y puso ropa cómoda. Bajo las escaleras, feliz pero solamente estaba Henry. Preguntó por su padre o Allison pero dijo que habían tenido que ir a trabajar. cuando terminó de desayunar decidieron irse.
Se suponía que su padre la iba a acompañar, pensó que él iba a estar con ella en ese momento especial para ella, se decepcionó, así que le tocó conformarse con Henry de compañía.
Henry la sacó de sus pensamientos.
—Elizabeth, vamos ha hacer una aparición, está bien? —Elizabeth asintió con la cabeza un poco confundida— Es un método que utilizamos los magos para transportarnos de un lugar a otro.
Eso fue lo último que escuchó de Henry antes de que fuera cegada por una luz blanca y comenzará a sentir una sensación fuerte de presión en todo el cuerpo.
—Avísame para la próxima...
—Elizabeth, ¡Bienvenida al callejón diagon!
Elizabeth quedó completamente muda, no podía ni decir alguna palabra. El sol brillaba iluminando numerosos calderos. Elizabeth deseó tener muchos ojos. Mientras caminaban no alcanzaba a mirar todas las tiendas. Movía la cabeza en todas direcciones mientras iban calle arriba: las tiendas, las cosas expuestas fuera.
Checaron la lista:
UNIFORME
Los alumnos de primer año necesitarán:
— Tres túnicas sencillas de trabajo (negras).
— Un sombrero puntiagudo (negro) para uso diario.
— Un par de guantes protectores (piel de dragón o semejante).
— Una capa de invierno (negra, con broches plateados).
(Todas las prendas de los alumnos deben llevar etiquetas con su nombre.)
LIBROS
Todos los alumnos deben tener un ejemplar de los siguientes libros:
— Libro reglamentario de hechizos, primer curso, Miranda Goshawk.
— Historia de la magia, Bathilda Bagshot.
— Teoría mágica, Adalbert Waffling.
— Guía de transformación para principiantes, Emeric Switch.
— Mil hierbas y hongos mágicos, Phyllida Spore.
— Filtros y pociones mágicas, Arsenius Jigger.
— Animales fantásticos y dónde encontrarlos, Newt Scamander.
— Las Fuerzas Oscuras. Una guía para la autoprotección, Quentin Trimble.
RESTO DEL EQUIPO
1 varita.
1 caldero (peltre, medida estándar 2).
1 juego de redomas de vidrio o cristal.
1 telescopio.
1 balanza de latón.
Los alumnos también pueden traer un búho, o un gato o un sapo.
SE RECUERDA A LOS PADRES QUE A LOS DE PRIMER AÑO NO SE LES PERMITE TENER ESCOBAS PROPIAS.
—No hay necesidad de ir a Gringotts, aquí tengo suficiente para comprar todos tus útiles —aviso Henry sacudiendo una bolsa de cuero muy bonita— cuando tenga tiempo te enseñaré a cómo usar el dinero mágico. Se que te emociona ir por tu varita pero...—Henry observó la cara de tristeza que había puesto Elizabeth y pensó en una mejor idea— Sabes que, iré por tus libros, tu ve por tu uniforme, luego iremos por la varita y por lo que falte, entendido?
Elizabeth asintió con nerviosismo, cómo sabría a dónde ir.
Henry al ver la cara de preocupación de ella, se arrodillo a la altura de la castaña
—Mira, Beth, a ese lugar —señalando hacia «Madame Malkin, túnicas para cualquier ocasión».
Henry le entregó la bolsa de cuero, haciéndose quedar dinero para él mismo para así comprar los libros.
—Cuando termines, me esperas ahí o ve a la tienda de animales que está ahí, comparte una mascota —apuntó Henry.
Elizabeth entró sola a la tienda de Madame Malkin, sintiéndose nerviosa.
—¿Hogwarts, Linda? —preguntó Madame Malkin mientras Elizabeth respondía que sí. Madame Malkin era una bruja sonriente y regordeta, vestida de color malva.
Madame Malkin colocó a Elizabeth en un escabel, le deslizó por la cabeza una larga túnica y comenzó a marcarle el largo apropiado.
Elizabeth tuvo que esperar unos minutos para que Madame Malkin le dijera que ya todo estaba listo.
Al salir de ahí, chocó con un chico desagradable, que causó que cayera al piso y se dañara su vestido, ya que el chico rubio le había pisado el vestido a propósito.
—Muévete mocosa —gruñó un hombre alto y rubio, este alzó su bastón y Elizabeth creyendo que le golpearía, chillo protegiéndose la cabeza.
—¡Lucius! ¡Es solo una niña, déjala!
Elizabeth estaba segura que él era uno de esos magos malos que le había contado su padre.
Salió rápidamente del lugar y después de calmarse y encontrar a la tienda de mascotas, entro en el lugar
Había ratas(ella odiaba a las ratas), búhos, gatos con o sin pelo, ranas y más. Siempre había deseado tener un gato así que encontró uno que le llamo demasiado la atención. Había encontrado unas crias de gatos albinos, unos tenían ojos de dos colores y otros de ojos azules.
Pero había visto una gatita que le llamo demasiado la atención. Estaba sola en una esquina, según lo que había dicho la dueña del lugar era que supuestamente el pelaje de la gata brillaba pero que en esos momentos estaba enferma y que no se le notaba mucho, esa gatita también tenia ojos azules.
Le explicó los cuidados que debía tener con la gata, también le había regalado comida para la gatita, por el momento solamente podia tomar leche.
Cuando salió del lugar decidió esperar a Henry sentado en una banca, cerca de la tienda de Madame Malkin.
De su bolsa sacó un trozo de galleta y sé la comió. Pensó en qué nombre ponerle pero no se le ocurrió ninguno, segundos después llegó Henry con los libros y unas cosas más.
Henry quedo impresionado al ver la gatita, pero no dijo nada al respecto.
Llegaron a una tienda estrecha y tenía mal aspecto. Sobre la puerta, en letras doradas, se leía: «Ollivander: fabricantes de excelentes varitas desde el 382 a.C.» En el polvoriento escaparate, sobre un cojín de desteñido color púrpura, se veía una única varita.
Cuando entraron, al fondo de la tienda resonó una campanilla.
—Buenas tardes —dijo una voz amable.
Elizabeth y Henry dieron un salto.
Un anciano estaba ante ellos; sus ojos, grandes y pálidos, brillaban como lunas en la penumbra del local.
—Hola —saludaron con torpeza.
—Venimos por una Varita para Elizabeth.
—Bien, ¿con qué brazo agarras la varita?
—Soy diestra —Elizabeth extendió el brazo siguiendo las indicaciones del hombre. La midió del hombro al dedo, luego de la muñeca al codo, del hombro al suelo, de la rodilla a la axila y alrededor de la cabeza.
Mientras medía, le explicaba sobre las varitas. Que utilizaban pelos de unicornio, plumas de cola de fénix y nervios de corazón de dragón. Y que no hay dos varitas Ollivander iguales, como no hay dos unicornios, dragones o aves fénix iguales. Y que nunca obtendría tan buenos resultados con la varita de otro mago o bruja.
La cinta métrica le medía entre las fosas nasales, iba sola.
El señor Ollivander estaba revoloteando entre los estantes, sacando cajas.
Había tardado mucho tiempo para que encontraran la varita correcta para Elizabeth.
En cuanto Elizabeth sintió un súbito calor en los dedos sabía que había encontrado la varita perfecta. Bajo la varita haciéndola silbar por el aire polvoriento, y una corriente de chispas moradas y azules estallaron en la punta como fuegos artificiales, arrojando manchas de luz que bailaban en las paredes.
—Es Madera de laurel con núcleo de dragón 11 ½ y es ligeramente flexible.
Pagaron y salieron del lugar para así ir a comprar los demás útiles que faltaban, luego irían a comer.
Cuando terminaron fueron al caldero chorreante. Estaban sentados en una mesa esperando que la comida llegase. Henry se preocupó por Elizabeth al ver que apenas y hablaba. Parecía muy pensativa.
—¿Ocurre algo, Beth? Sabes que puedes confiar en mí....
—Si estoy bien, solamente que un hombre trató de golpearme con un bastón hoy —por un momento Henry pensó que bromeaba pero al ver sus ojos cristalizados, le acarició el cabello.
—Cómo era ese hombre —dijo Henry, enfurecido.
—El era alto, cara pálida y puntiaguda, ojos grises y pelo rubio platinado —dijo disgustada.
—Creo que ya tengo una idea de quién hablas. Lucius Malfoy.
—Si, sí. Recuerdo haber escuchado ese nombre, la mujer que había parado a ese hombre lo había llamado "Lucius".
—Bueno, Elizabeth no te preocupes más, te aseguro que tu padre se encarga de él —sonrió y palmeó la espalda de la chica.
—Henry, porque mi papá nunca está para mí. De qué me sirve tener un padre si jamás está en los momentos especiales, jamás está ahí para mí para darme un abrazo o para decirme que está orgulloso de mí. —Elizabeth estaba verdaderamente decepcionada— Acaso no soy una buena hija. Siempre he tenido buenas notas en la escuela muggle, ayudo en la limpieza de la casa, soy educada y amable, respeto a mi madrastra, a mi padre, a las mucamas, a ti...respeto al todo el mundo y aun así no soy suficiente para el. —las lágrimas habían comenzado a salir y empapaban sus mejillas.
—Esta bien, Elizabeth. Quizás Apolo no esté ahí para ti, pero Elizabeth siempre contarás conmigo. Yo estaré ahí cuándo me necesites. —la abrazo.
╭ 𝗡𝗢𝗧𝗔 𝗗𝗘 𝗟𝗔 𝗔𝗨𝗧𝗢𝗥𝗔 ✧
┆ ✐; ❝Que les parecen los capitulos? También necesito ayuda para el nombre de la gatita de Elizabeth...Ideas? Por el momento Ivy me parece bien. ❞
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┆ ✐Recordatorio; ❝ Espero que les guste y apoyen esta saga, por favor no sean lectores fantasmas, voten y comenten. Que enserio me encanta leer los comentarios ¡♡♡♡!❞
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Con cariño, Mary <3.
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