Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝟬𝟭𝟰 imperio

CAPÍTULO CATORCE: IMPERIO.

[advertencia: violencia]



      Sus pulmones anhelaba el aire mientras estaba estirada sobre el suelo. El peso de Bellatrix la mantenía abajo, su codo presionado contra su pecho. Una tela negra envolvía su cabeza, cubriendo sus ojos y pareciendo amplificar cada toque, aroma y sonido. Su muslo derecho se contraía de los nervios, y se sintió avergonzada por las lágrimas de miedo que brotaban de sus ojos. ¿Era valentía o pura imprudencia que la había llevado hasta aquí, indefensa en las manos de Mortífagos? ¿Era la leona desafiante que había saltado, o la leal tejona que emergió de la seguridad de su pecho?

      —Escucha, escoria —Edelyn se encogió cuando Bellatrix presionó la punto de su varita contra su costado—. ¿Dónde está Potter?

      Edelyn apretó los dientes y formó puños, sus uñas enterrándose en sus palmas. Tal vez eran ambas, como dos figuras sentadas en sus hombros, una roja y otra amarilla.

      ¡No dejes que te hable así! ¡Defiéndete! —la primera habló en un gruñido bajo.

      —No le des la espalda a tus amigos —la última musitó—. Mantente fuerte.

      Con el consejo de ambas, ella entrecerró los ojos detrás de la tela negra y escupió—. Como si fuera a decírtelo.

      El efecto de sus palabras fue instantáneo, y lo próximo que registró fue el dolor de la maldición Cruciatus. Su piel fue atravesada por cuchillas calientes, sus huesos se rompieron y se volvieron polvo, sus músculos se rasgaron. Bellatrix simplemente la miró, una curva ligera sobre sus labios mientras la chica temblaba y gritaba, haciendo eco en los pasillos de la mansión.

      —Voy a volver a preguntarte, y esta vez vas a responderme —siseó Bellatrix, golpeándola en el pecho y haciéndola toser—. O —pasó una uña contra su mejilla—, te haré gritar tan alto que la escoria de tu padre te escuchara desde la tumba.

      Los nudillos de Edelyn se volvieron blancos—. No te atrevas a hablar de Sirius.

      Bellatrix alzó una ceja—. ¡Crucio!

      Draco Malfoy, que estaba de pie con el rostro pálido entre sus padre, sintió sus rodillas temblar mientras sus gritos de dolor ensordecían sus oídos. Tenía náuseas, y su cabeza comenzó a girar.

      —¡No me.hagas preguntarte otra vez, niña! —gritó Bellatrix, la paciencia acabándose.

      Edelyn buscaba aire. Oxígeno, oxígeno, oxígeno, pedían sus pulmones—. Yo- no-- no sé —jadeó entre respiraciones difíciles. Solo contentó a sus pulmones por un momento corto, antes que volviera a ser puesta en un mundo de dolor.

      —Estás mintiendo. Dí la verdad, ¡ahora!

      —Yo- no sé.

      —Y yo no te creo. ¡Crucio!

      Aunque sus ojos estaban cerrados tras un velo de negro, manchas de luces blancas comenzaron a aparecer en la visión de Edelyn. Su garganta quemó y un sabor metálico invadió su lengua.

      —Ba... basta —su voz era apenas un murmuro—. Yo- honestamente- no lo sé.

      No obstante, a Bellatrix no parecía importarle, ya que simplemente rió y volvió a lanzar el hechizo. Se regocijo con la forma en que el cuerpo de Edelyn se movía a sus pies.

      —Eso es suficiente.

      La mirada de Bellatrix pasó por el lugar y rodó los ojos—. Oh, vamos, Lucius, ¿cuándo fue la última vez que tuve —acarició un mechón del cabello de Edelyn— una dulzura como esta?

      —Sigue así, y terminará como los Longbottoms.

      —Un estado apropiada para la pequeña y sucia traidora a la sangre, ¿no lo crees?

      Lucius enderezó la espalda y ajustó su capa—. Soy el líder de esta casa, Bella, y soy yo quien decide el destino de quién entra.

      Bellatrix se mofó—. Sí, tal vez tú eres el líder de esta casa, Lucius, pero soy yo en quien el Señor Oscuro confía para... encargarse de nuestros prisioneros.

      Lucius abrió la boca para discutir, pero justo entonces hubo el sonido de pasos, y un pequeño quejido fue escuchado—. Él- él está aquí. El- el Señor Oscuro. Está esperando.

      Los Malfoys palidecieron visiblemente. Mientras tanto, Bellatrix se puso de pie y acomodó su ropa antes de pasar una mano a través de sus rulos perfectos. Una sonrisa emocionada cruzó sus labios al tomar el brazo de Edelyn, tirando de ella para ponerla de pie.

      —No lo hagamos esperar entonces.


──────────────


     No sabía si era el miedo de enfrentarse a Voldemort o los efectos de la maldición Cruciatus que estaban haciendo todo su cuerpo temblar. Pero había un temblor sin fin en sus extremidades que sus músculos comenzaron a doler cuando Bellatrix la llevó al primer piso de la mansión Malfoy. Sus pies se arrastraron contra el mármol, sus rodillas demasiado débiles como para sostener su propio peso. Y cuando Bellatrix removió la venda de alrededor de su cabeza, no pudo llevarse a abrir los ojos.

      —Mi Señor —Edelyn no necesitaba ver para saber que Bellatrix se estaba arrodillando frente a su maestro—. Mi Señor, le traigo a la chica Black.

      —Excelente —su voz fría envió un escalofrío por la espalda de Edelyn—. Excelente trabajo, Bella.

      Con los ojos aún cerrados, Edelyn escuchó el sonido de capas y casi se dobló cuando sus rodillas amenazaron con ceder. Hubieron pasos y, antes que Edelyn pudiera conjurar el coraje para abrir los ojos, uno de largos dedos presionó su barbilla y la hicieron levantar la cabeza.

      Un sollozo involuntario escapó de sus labios.

      —Golpeálo en la nariz —la figura roja sobre su hombro animó—. Muéstrale a ese bastardo lo que significa enfrentarse a una Black.

      Mientras tanto, la figura amarilla frunció el ceño con reproche antes de hablar con calma—. Solo respira profundo. Eso es, muy bien. Ahora, abre los ojos.

      Pero abrir los ojos nunca había sido tan difícil. Su corazón latía sin piedad en su pecho, y cada músculo de su rostro gritaba que los mantuviera cerrados. ¡No, no, no! Pero peleando contra el miedo que se aferraba a su garganta, Edelyn tomó el coraje que tenía y abrió los ojos para mirar el par de ojos escarlatas.

      —Volvemos a encontrarnos —sus palabras se deslizaron casi como un siseo, y Edelyn no pudo evitar remarcar lo mucho que se parecía a un reptil. Su rostro pálido, blanco, se asemejaba a un cráneo; y su nariz casi inexistente excepto por dos pequeñas rendijas.

      Edelyn apretó los dientes—. Para mi infortunio —escupió.

      —¡Sucia traidora a la sangre! —Bellatrix chilló y fue a levantar la varita.

      Voldemort alzó una mano—. Bella, no es así como nos dirigimos a una Beaumanoir. Mucho menos cuando es tu propia... familia.

      Bellatrix se endureció—. No es mi familia, mi Señor —sus palabras estaban cargadas con veneno—. Sirius no fue nada más que una desgracia para el apellido Black, y fue desheredado mucho tiempo atrás. Esta mocosa suya no tiene nada que ver conmigo. Solo deseo tener el placer de terminar con ella como tuve el placer de terminar con sus padres. Limpiar la suciedad que manchó mi árbol familiar.

      —Oh, pero podemos darle la oportunidad para reformarse, ¿no? Después de todo, con sangre como la de ella, tiene tanto potencial —Voldemort posó sus ojos sobre Edelyn, paseando una una por el costado de su rostro—. ¿Qué dices, Edelyn? Tienes gran magia cursando por tus venas. Únete a mí, y puedo mostrarte lo fuerte que eres. Lo poderosa que eres.

      La mandíbula de Edelyn se endureció—. Preferiría morir a unirme a mierda como--.

      —¿CÓMO TE ATREVES A HABLARLE A TU AMO ASÍ? —Bellatrix chilló—. ¿CÓMO TE ATREVES?  —sus fosas nasales se abrieron, y esta vez Voldemort no  protestó cuando ella alzó su varita—. Debo enseñarte a dónde perteneces, niña: a los pies del Señor Oscuro —movió la muñeca y el sonido de dos SNAPs fueron escuchados.

      Edelyn cayó al suelo. Un chillido débil escapó de sus labios cuando los huesos de sus tobillos se partieron como frágiles y finas ramitas.

      —Actúas como si tuvieras opción, niña —Voldemort habló fríamente y, entonces, el lugar frente a sus ojos desapareció. Imagen tras imagen ocupó su mente como si fuera una película, tan vivida que la cegaba de su rededor.

      Estaba allí, mirando a Juliette y Amos abrazar a Cedric, y su corazón explotó con celos... tenía nieve y estaba siendo perseguida por abejas... estaba en el campo de Quidditch, y Oliver le estaba dando su uniforme... bailaba con Harry en el Baile de Navidad... miraba a Sirius caer... besaba a Harry...

      No, una voz habló en la mente de Edelyn. Eso es privado. Vete. No.

      Pero no se fue, y las imágenes siguieron pasando. Los días que pasó con Harry bajo el árbol, las noches besándolo bajo la luz de la luna en la Torre de Astronomía, y el "te amo" que se había deslizado de sus labios que fue recibido por nada más que un corazón roto.

      Para, rogó la voz. Por favor, para.

      Y entonces apareció Fred. Fred sosteniendo la sartén... Fred haciéndola reír... Fred besando su cuello y bajando para--.

      —¡PARA!

      En esta ocasión, el hechizo se rompió, y la habitación volvió. Edelyn jadeó, sus manos posadas con firmeza contra el suelo para mantenerse derecha, y el dolor en sus tobillos ahora solo estaba entumecido en comparación al dolor en su pecho. No se dio cuenta que estaba llorando hasta que una lágrima rodó por su mejilla y aterrizó en la parte trasera de su mano, cálida contra su piel.

      —Tsk, tsk, tsk —chistó Voldemort—. Has sido desleal, Edelyn —caminó a su alrededor en un círculo, moviendo la varita entre sus dedos—. Cielos, ¿qué dirá Harry cuando lo descubra? ¿Qué hará cuando sepa que la chica que ama durmió con otro?

      Bellatrix rió, y el sonido resonó con amargura en los oídos de Edelyn. La culpa la golpeó con la fuerza de una ola, y la arrastró hasta un mundo de dolor mucho peor que el infligido por la maldición Cruciatus.

      —Déjanos... hacer una escena.

      Y antes que Edelyn pudiera pensar en lo que quería decir, la habitación a su alrededor volvió a desaparecer. En su lugar, estaba de pie en un pasillo iluminado con paredes blancas.

      —¿Cómo pudiste?

      Ella saltó ante el sonido repentino y se giró. Su corazón latía con fuerza al encontrarse con el rostro de Harry.

      —Yo- yo--.

      —¿Cómo pudiste? —repitió él. Había dolor enlazado a cada sílaba.

      —Harry, yo--.

      —Creí que me amabas.

      —Yo- te amo.

      Él resopló—. Bueno, claramente no tanto como amas a Fred.

      —No, Harry, por favor —su voz se convirtió en un ruego bajo. Se estiró para alcanzar sus manos, casi tropezando cuando él rápidamente se alejó. Él sacudió la cabeza, y Edelyn sintió que el mundo se le estaba cayendo encima.

      —Harry, por favor, fue- fue un error. No- no significó nada.

      —No me importa —replicó—. No me importa si fue un error o no. Aún lo hiciste. ¡Dormiste con él!

      —Harry —su voz se rompió.

      —Me traicionaste —declaró—. Me traicionaste.

      Y entonces, la visión de Harry se disipó, y todo lo que quedó fue el fantasma de sus palabras haciendo eco en su cabeza. Me traicionaste... me traicionaste... un sollozo escapó de sus labios cuando colocó sus manos sobre sus orejas, apretando los párpados cerrados como si pudiera echar el sonido.

      —Por favor. Por favor, basta —¿cuándo había sucumbido a rogar?—. Por favor, para —susurraba una y otra vez.

      —¿Ves, Bella? —habló Voldemort mientras Bellatrix reía feliz—. El amor no es nada más que una debilidad.

      Y entonces la culpa tomó poder de su cuerpo, y sus dedos comenzaron a temblar. Plantó sus palmas sobre el suelo y su mirada se alzó para enfrentarse a la de él, verde brillante enfrentándose al escarlata.

      La carcajada de Bellatrix murió. Su expresión vaciló, pero Voldemort sonreía triunfante. Era lo que esperaba que sucedería. La apuntó con su varita y sonrió con anticipación.

      —Imperio.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro