𝟬𝟬𝟴 mistletoe blues
CAPÍTULO OCHO: BLUES DEL MUÉRDAGO.
Edelyn nunca se había percatado de lo lejos que estaban las masmorras de la torre de Gryffindor hasta la siguiente mañana. Caminar hasta el salón de Slughorn era como un viaje sin fin a través de decenas de ventanas. Las cabezas giraban. Los susurros siseaban.
Girando en la esquina, fue recibida por carcajadas por un grupo de Slytherins, y Edelyn se detuvo y bufó —. De acuerdo, dímelo, Hermione. Sin anesmecia como dicen los Muggles.
—Anestesia, Lyn—, corrigió Hermione gentilmente —. ¿Y estás segura que quieres saberlo?
—Mejor que lo escuche de ti a otro.
Hermione lució recia, pero cedió igualmente —. Si estás segura...—, tentó —. Según Parvati, el rumor es que le diste a Malfoy una Poción de Amor, dormiste con él y, como él aclama que no recuerda nada, lo obliviaste.
Edelyn no respondió inmediatamente. Observó el pasillo ligeramente iluminado y asintió lentamente —. Eso... eso es...
—Es absurdo, eso es lo que es—, opinó Hermione rápidamente.
Edelyn suspiró —. Acostarse con Malfoy es una cosa pero, ¿una Poción de Amor y un hechizo olvidador? La gente realmente creen que soy patética y estoy desesperada, huh... brillante. Brillante.
Sus ojos aterrizaron sobre sus pies. Tiró de sus mangas.
—No los escuches—, dijo Hermione, entrelazando sus brazos con los de Edelyn y guiándola por el pasillo —. Son rumores infantiles, eso es todo. Además, has pasado por esto bastantes veces.
Edelyn apartó a Hermione —. Creo que prefería cuando era la hija de una asesino—, se mordió el labio inferior y mantuvo la cabeza abajo por el resto del camino.
Justo en la entrada a la sala de Slughorn, Edelyn chocó con alguien y tropezó hacia atrás.
—Mierda. Perd—, se detuvo, su mirada apagándose al encontrarse con un par de ojos esmeralda.
—Lyn--.
Su expresión se endureció. Lo empujó y marchó directamente a su asiento, colocando sus libros sobre la mesa con más fuerza de la necesaria.
—Black—, saludó una voz.
—Malfoy—, Edelyn respondió fríamente, sacando su copia de Pociones Avanzadas.
—Así que, déjame aclararlo—, siseó —. Me drogaste para tener sexo conmigo, ¿pero ni siquiera me llamas por mi nombre?
Edelyn gimió y golpeó su cabeza contra la mesa —. ¡Eso nunca sucedió!—, siseó, a lo que Malfoy respondió con un sonido que Edelyn no sabía que era capaz de emitir. Ella se enderezó para mirarlo —. Acabas de... ¿reírte?
Una sonrisa tiró de los labios de Malfoy —. Solo me divierte que la gente crea que te tocaría, haya o no Poción de Amor de por medio.
Edelyn entrecerró los ojos —. No sé si debería sentirme aliviada o insultada.
Con el asomo de una sonrisa, de poca duración pero aún existente, dijo —. Mientras que no creo en la parte de dormir conmigo, sé que fuiste tú la que me oblivió. Y quiero saber por qué.
Edelyn tiró de sus mangas. El terror atacó su pecho. Sin embargo, rápidamente desapareció al tomar una bocanada de aire y recordó la mentira que había ensayado en su cabeza una y otra vez la noche anterior. Desviando la mirada, habló en voz baja con falsa incomodidad —. Me viste llorando, y entré en pánico.
Malfoy entrecerró los ojos, entonces regresó su atención a la pizarra —. Patético.
Edelyn arrojó una mirada en dirección a Harry —. Sí—, murmuró.
El resto de la clase no transcurrió tan pobremente como Edelyn lo había anticipado. Con menos discusiones que lo usual, terminaron juntos su tarea justo a tiempo para el final de la calse. Después que Slughorn examinara su caldero, Slughon asintió con satisfacción y dijo —. Espero con ansias verla esta noche en la fiesta de Navidad, señorita Black.
—Oh, señor—, Edelyn comenzó rápidamente —. Yo - erm - no podré ir. Tengo - erm--.
—No, no, no, señorita Black—, rió Slugnorn —. Se ha escapado de todas mis invitaciones hasta hoara, y no voy a dejar que siga haciéndolo.
Edelyn rebuscó en su cerebro, entonces tragó con dificultad y admitió la derrota —. Lo espero con ansias, señor.
— ¡Excelente!—, exclamó Slughorn, y se movió para acercarse al caldero de Boot y Corner.
—Excelente mi trasero—, gruñó Edelyn bajo su respiración.
— ¿Le tienes miedo a las fiestas? ¿O no preparaste una Poción de Amor para tener una cita?
— ¡No molestes, Malfoy!
Más tarde en la noche, Edelyn estaba de pie a solas cerca de un bowl de agua gilly, moviendo sus caderas al ritmo de la música. Pasó su dedo por el borde de su copa, preguntándose cuánto tiempo tendría que esperar para que sea considerado educado de su parte irse.
Harry inmediatamente la notó cuando llegó, y lo primero que pensó fue en que lucía incluso más hermosa de lo que lo había hecho en el Baile. Ahora, con dieciséis años, su rostro ya no tenía facciones infantiles y, en su lugar, lucía cada marca de la belleza aristocrática que había heredado.
Tenía puesto un vestido de gasa sin mangas, ceñido a la cintura y llegando hasta sus rodillas. Era de un color azul marino que resaltaba el azul de sus ojos – los ojos que tenían un brillo travieso cada vez que reía, y brillaban con cada sonrisa que daba. La mirada de Harry cayó sobre sus suaves labios. Brillaban bajo la luz de la habitación por un gloss rosado.
Aquellos labios se separaron cuando Hermione se le acercó —. ¡Lyn! Ahí estás. ¡Gracias a Dios!
Edelyn alzó las cejas. Hermione lucía como alguien que acababa de pelear para escapar de algo —. ¿Qué te pasó?—, inquirió.
—Oh, acabo de escapar - digo, dejé a Cormac—, explicó Hermione —, bajo el muérdago.
Edelyn sacó la lengua, contenta —. Te pasa por venir con él, ¿no?
Hermione soltó un suspiro pesado —. Creí que él molestaría más a Ron. Debatí en venir con Zacharias Smith, pero creí que, entre todo...
Edelyn abrió la boca —. ¡Qué vergüenza, Mione!—, la empujó con burla —. De toda la gente, ¿por qué tuviste que enamorarte de Ronald Billius Weasley?
Hermione se sonrojó —. ¡No estoy enamorada de nadie!
Edelyn simplemente asintió, sus labios curvados en una sonrisa sabionda.
—Oh, cállate, Lyn—, replicó Hermione —. De todas formas, estoy comenzando a creer que Smith era la mejor opción. Honestamente, Cormac solo habla de Quidditch. No me ha hecho ni una pregunta sobre mí. ¡Dios! No, solo escuché 'Cien atajadas increíbles por Comac McLaggen' sin parar desde que - oh no, ¡ahí viene!—, y en una fracción de segundo, Hermione se deslizó entre dos brujas y desapareció.
—Ah, Edelyn, ¿viste a Hermione?—, cuestionó McLaggen, forzando su camino entre el grupo.
—No, perdón—, se encogió de hombros.
McLaggen emitió un sonido de decepción. Estudió la copa que Edelyn sostenía y sonrió —. Cuidado, puede que haya una Poción de Amor ahí.
El rostro de Edelyn cayó en una mueca —. ¡Vete, idiota!—, siseó, entonces sintió un brazo envolver sus hombros. La habitación giró y, de repente, ella se encontró en la compañía de Harry, el profesor Snape, Trelawney, y Slughorn.
—Estábamos hablando de tu talento y el de Harry en pociones—, Slughorn le sonrió.
— ¡Oh! Erm... supongo que es una de mis mejores materias—, Edelyn habló con quietud, evitando la mirada de Harry.
— ¡Oh, ho! Bueno, igual que tu tío entonces. Regulus siempre fue apasionado con la materia - un increíble estudiante. Por supuesto, Sirius también era brillante en Pociones... aunque nunca le interesó mucho.
—S-sí...
—Entonces, recuérdame Harry, ¿qué otras materias estás cursando?—, inquirió Sughorn.
—Oh. Uh, Defensa Contra las Artes Oscuras, Encantamientos, Transfiguración, Herbología--.
—Todas las materias requeridas para ser un Auror—, dijo Snape con un siseo.
—Sí, bueno, es lo que me gustaría ser—, desafió Harry.
— ¡Y serás uno muy bueno!—, animó Slughorn —. ¿Y qué hay de usted, señorita Black?
—Estoy cursando las mismas materias, y Aritmancia.
— ¿Alguna carrera en mente?
—Estoy pensando en ser profesora.
— ¡Oh, ho! ¡Y una grandiosa serás!—, entonces, con una carcajada, agregó —. Ahora, me atrevo a decir que ustedes dos no quieren pasar toda la noche con dos viejos profesores como nosotros. Los dejaremos. ¡Disfruten de la fiesta!
Edelyn abrió la boca para protestar, pero antes que pudiera emitir palabra, sintió una mano aferrarse a la suya y la voz de Harry se alzó —. ¡Gracias, profesor!—, lo siguiente que supo, estaba siendo llevada - casi a rastras - hacia una esquina más privada de la oficina.
—Harry, ¿qué estás--? ¡Suéltame!
—Lyn, por favor, solo déjame disculparme—, rogó Harry.
—No quiero escucharte—, replicó ella, liberando su mano de su agarre y a punto de alejarse, solo para ser detenida un segundo después cuando Harry la tomó por el hombro y la giró hacia él.
El muérdago colgaba sin pudor sobre ellos.
—Por favor, Lyn, lo lamento tanto. Sé que crucé la línea--.
— ¡¿Cruzaste la línea?!—, siseó Edelyn, enojada —. Hiciste más que cruzar una jodida línea, Potter.
—Fui estúpido porque estaba enojado. No quise decir--.
— ¡Sí! ¡Sí, lo hiciste! La gente siempre dice la verdad cuando están enojados.
—Lyn, lo siento, yo--.
—Eso no arregla nada, Harry. Por Merlín, ¡incluiste a Sirius en esto! Sirius.
—Lo sé... no tuve que haberlo hecho - no estaba pensando - Lyn, por favor, créeme, me siento terrible por lo que hice.
Edelyn sacudió la cabeza —. No es solo lo que dijiste, Harry, pero que realmente creíste - aún crees - que estaría con Malfoy sobre el escritorio de un salón.
— ¡Te vi en el mapa! Creí - lucía como si - y aún no has explicado lo que sucedió--.
Harry se arrepintió de sus palabras al instante.
— ¡No debería tener que explicar nada! ¡Somos amigos! Simplemente deberías haberme creído cuando te dije que no pasó nada entre nosotros. ¡Deberías haber confiado en mí como yo siempre confíe en ti!
— ¡Confío en ti!
—Bueno, ¡claramente no tanto como confías en el mapa!
—Lyn, ¡por favor! Confío en ti y, si dices que nada pasó, te creo. Te creo por completo. Solo estaba - estaba celoso, ¿de acuerdo?
— ¿Y por qué ibas a estar celoso?
—Creí - creí que tú - yo...
Su voz se desvaneció, su peso cambiado con nerviosismo de un lado al otro, y ya no pudo mirarla a los ojos. Bajando los ojos al suelo, buscó las palabras, unas que expresaran cómo se sentía, pero no las encontró.
Edelyn apretó sus muñecas —. Yo - no puedo lidiar con esto ahora. No quiero hacerlo. Por favor, solo - solo déjame sola, Harry.
Y con eso, se alejó. Sus dientes hundidos en su labio inferior, y una parte de ella esperando que él no la dejara sola.
Pero no lo hizo.
──────────────
—Entonces... en resumen—, dijo Fred, su cuerpo apoyado contra una repisa —. ¿Vas a pasar el resto de tu vida ignorándolo?
Era víspera de Navidad y estaba ocupados cerrando la tienda para volver a rellenar las repisas con productos. Era el último día antes del receso de una semana por Navidad, y los gemelos regresarían a la Madriguera para pasar un descanso merecido con su familia.
—Deja de ser tan dramático. Nunca dije eso—, replicó Edelyn, sacando las cartas mágicas de una caja.
—Las acciones dicen más que las palabras, Lynster—, espetó —. Y has pasado cada día de tus vacaciones trabajando aquí.
— ¿Es un crimen querer pasar tiempo con mis gemelos favoritos? ¿Que no vi en tres meses?—, preguntó, sus labios curvados y sus cejas juntas en una expresión de dulce inocencia.
Fred no pudo evitar sonreír, esa sonrisa de adoración que reservaba para ella y solo ella. Con sus manos sobre su pecho, dijo —. Juegas con mi corazón, amor—, entoncs, con un tono más grave, agregó —. Pero hablando en serio, Lyn, ¿segura que estás--?
—Estoy bien—, dijo ella, casi demasiado rápido mientras se ocupaba haciendo las etiquetas con los precios —. Es como si se hubiera levantado un peso de mis hombros, ¿sabes? Estoy bien. En serio, lo estoy. Estoy bien.
Fred alzó una ceja y cruzó los brazos —. Dilo una vez más y te creeré.
—De acuerdo, bien. Tal vez estoy un poco... molesto, pero estaré bien—, se encogió de hombros —. Suficiente sobre mí. ¿Cómo está George con Verity?
Fred dudó por su dolor, pero reciamente lo dejó ir justo como ella lo había hecho —. No se ha quedado en la noche aún... si eso es lo que preguntabas.
Edelyn le disparó una mirada —. Eso no era lo que preguntaba—, dijo, lanzándole un pato de goma.
—Lynster, eso que lanzas es mercadería lujosa—, regañó George, su voz contrastando con la sonrisa en su rostro.
Edelyn torció la cabeza —. ¿Qué hay con la sonrisita, Georgie?
George rápidamente escapó de su trance —. Nada—, sacudió su remera.
Fred rió —. Ajá, si nada significa besar a Verity—, se burló, lo que consiguió que George hiciera una mueca y Edelyn soltara una carcajada.
Edelyn miró al reloj en la muñeca de Fred —. Ya casi es el anochecer. Deberíamos irnos. Tu mamá no apreciara que lleguemos tarde otra vez.
Mientras tanto, en la sala de estar de la Madriguera, Harry y Ron estaban reunidos sobre el sofa. El último ofreciéndole al primero su mejor consejo.
—Mira, amigo, solo pon un poco de whiskey de fuego en su jugo de calabeza esta noche, ¿sí? Entonces, una vez que ya esté más relajada, intentando disculparte con ella otra vez.
Bill, que acababa de entrar y sentarse en el sofa frente a ellos, sacudió su cabeza, incrédulo —. Ese es el peor plan que he escuchado.
Ron se hundió en el sofá —. Danos una idea mejor entonces, Bill.
— ¿Por qué exactamente no te está hablando?
—Porque es un idiota—, ofreció Ron.
Bill alzó una ceja.
—Yo - er - dije un par de cosas dolorosas—, murmuró Harry. Ya era suficiente que Fred y George lo miraran constantemente como si estuvieran listos para asesinarlo. No quería agregar a Bill a la lista.
—Bueno, sugiero que le des su espacio, Harry. Cuando ella esté lista para hablar, vendrá a ti—, sugirió —. Créeme. Lyn nunca fue rencorosa.
Ron rió —. ¿Y qué con la vez que no te habló en todo el verano?
—Oh, sí... me olvidé de eso.
— ¿Qué hiciste?
—Puede que haya enviado un enjambre de avejas tras ella—, mencionó Bill tímidamente —. Bueno, se suponía que sería una broma de bienvenida para Fred y George después de su primer año - una venganza por haberme enviado una caja en las Pascuas que me bañó en slime cuando la abrí. Pero, ya ves, no me percaté que Lyn estaba de visita ese día. Entonces, cuando vi a los gemelos acercarse a la puerta, dije el hechizo, pero los dos idiotas se agacharon y golpeó a Edelyn que estaba bajando del viejo Ford Anglia de papá. Y bueno, ella corrió con las abejas persiguiéndola y tomó demasiado tiempo que se quedara quieta para que deshiciera el hechizo.
—Espera... es por eso que, en tercer año, su boggart era...—, Harry se preguntó en voz alta.
— ¿Un enjambre?—, completó Ron —. Síp—, confirmó, una expresión de diversión en su rostro al recordar a la chica de nueve años corriendo en círculos, esquivando la nube de amarillo y negro que zumbaba detrás de su cabeza.
— ¿Qué hiciste para que volviera a hablarte?
—La endulcé con una caja de varitas de regaliz.
— ¿Eso es todo?
—Bueno, ella tenía nueve años, ¿más o menos?—, Bill rió —. Dudo que puedas solucionarlo tan fácil.
Harry soltó un suspiro pesado y hundió su rostro en sus manos.
Ron palmeó su espalda, teniéndole pena.
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Edelyn se puso a trabajar en la cocina al momento en que llegó a la Madriguera. De pie con Ron frente al fregadero, estaba pelando las montañas de papas que la señora Weasley les dejó cuando Fred y George llegaron.
—Aaah, George, mira esto—, se burló Fred —. Están hasta usando cuchillos.
—Tendré diecisiete en dos meses—, murmuró Ron con mal humor —. Y podré usar magia.
—Pero mientras tanto—, murmuró George, sentándose y colocando sus pies sobre la mesa de la cocina —, podemos disfrutar de verte demostrar el uso correcto de un - ¡whoops!
— ¡Lo hiciste a propósito!—, ladró Ron, metiéndose el pulgar en la boca —. Solo espera, cuando tenga diecisiete--.
—Estoy seguro que nos maravillarás con tus habilidades mágicas—, comentó Fred, bostezando.
Edelyn rió y tomó la mano de Ron. Enfocó sus ojos sobre el corte —. Episky.
—Espera, ¿cómo--?—, los ojos de Ron se abrieron mientras el corte comenzaba a curarse por sí solo a gran velocidad.
—Magia sin varita, ¿recuerdas?
— ¡¿Quieres decir que podrías haber pelado todo esto con magia?!
—Técnicamente, podría haberlo hecho. Pero no podría haber pasado este precioso tiempo contigo, ¿o no?—, dijo con una sonrisa juguetona —. Ya casi no pasamos tiempo en Hogwarts, no con la dulce Lav-Lav pegada a tu rostro.
Los gemelos silbaron, y las orejas de Ron brillaron escarlatas.
—Oh, ¡cállense!—, arrojó un cuchillo hacia ellos. Fred fácilmente lo transformó en un avión de papel con un vago movimiento de su varita.
—Fred, George—, musitó la señora Weasley al entrar a la cocina —. Lo lamento, chicos, pero Remus llegará esta noche, así que Bill dormirá con ustedes. Entonces, ya que Charlie no vendrá, Harry y Ron estarán en el ático, y si Fleur y Lyn comparten la habitación con Ginny... todos deberían estar cómodos. Bueno, tendrán una cama.
— ¿Percy definitivamente no mostrará su fea cara entonces?—, preguntó Fred.
La señora Weasley se endureció —. No, está ocupado - supongo que con el Ministerio—, esnifó.
Los labios de Edelyn se tornaron en una mueca —. No se preocupe, señora Weasley. Vendrá pronto—, habló con gentileza.
Fred soltó una carcajada sin humor —. Poco probable, ya que es el idiota más grande del mundo.
Edelyn le disparó una mirada —. No ayudas—, murmuró.
—Bueno—, la señora Weasley limpió la esquina de sus ojos —. Será mejor que vea cómo están Harry y Bill con el árbol.
Una vez que la señora Weasley dejó la cocina, Fred robó una galleta del jarrón —. ¿Sabes?—, comenzó —. Creo que esta será una Navidad interesante.
George reposó en su silla —. Una realmente interesante.
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