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𝟬𝟬𝟴 high anxiety

CAPÍTULO OCHO: ANSIEDAD ALTA.

      Edelyn se sentó en el suelo de madera, sus ojos enfocados en un libro que estaba levitando mientras respiraba en sintonía al ritmo del flujo de las olas afuera - lenta y profunda. Estaba en una habitación que Bill y Fleur habían preparado para ella en su nueva cañaba, que estaba a solas en un barranco que daba al mar.

      Cuatro largas semanas habían pasado desde que había visto a sus tres amigos, y decir que se sentía miserable era poco. Estaba en un constante estado de ansiedad, con un temblor en su muslo derecho, y su único comfort era que Kreacher aún no había vuelto.

      La orden era adamante a que ella no fuera a buscar a Harry, Ron o Hermione hasta que no fuera mayor de edad. Edelyn no tenía alternativa a aceptarlo ya que, incluso si pudiera desaparecer con magia sin varita, primero debería pasar por sobre los hechizos de protección alrededor de la cabaña. Con Fleur y Alastor observando cada paso que daba, le era imposible.

      Había sido movida a Shell Cottage una noche atrás, para su descontento, porque la familiaridad de la Madriguera y la presencia animada de Ginny habían sido su último comfort. El Ministerio la había declarado Indeseable Número 2, clamando que había estado involucrada en la muerte de Albus Dumbledore. La recompensa por su captura ahora alcanzaba los 5,000 galeones y, con todos siendo sobreprotectores sin razón (o eso pensaba ella), Edelyn sentía que se había convertido en una clase de prisionera.

      Voldemort la quería, eso era obvio. Pero hasta qué punto, Edelyn no podía entenderlo. Sí, los Beaumanoirs eran una familia poderosa; y sí, había heredado sus habilidades mágicas, pero Edelyn nunca había mostrado tal fuerza. Podía hacer magia sin varita, pero seguramente eso no era tan impresionante. Nuevamente, una voz cantó en su cabeza: en las ocasiones en que perdiste el control, tu poder fue potente. Vigoroso. Sin límites.

      Los recuerdos la hicieron temblar, pero lo que más la asustaba era la posibilidad de que Voldemort la quisiera para llegar a Harry. Que amenazaría con matarla a menos que Harry fuera a él como la cena en una bandeja de plata. Edelyn sabía que Harry, con su complejo de héroe, no dudaría; y la idea de eso enviaba escalofríos a su espalda.

      El repentino sonido del golpeteo en la puerta devolvió a Edelyn al presente. Mirando hacia la puerta del dormitorio, perdió contacto visual con el libro y éste cayó al suelo.

      —Lyn, ¿puedo pasar?

      Ella sonrió suavemente —. Sí.

      La puerta se abrió y dentro se deslizó Remus Lupin con una taza de té —. Es manzanilla—, dijo él, tomando asiento a su lado y pasándole la taza. Ella le agradeció con apreciación antes de tomar un trago y colocar la taza sobre la mesa.

      Después de un momento de duda, Remus pasó sus manos contra sus muslos y toció para aclarar su garganta —. Mira, Lyn. Yo... sé que debes quedarte aquí hasta noviembre, pero la Órden aceptó que si yo voy con--.

      —Remus—, lo interrumpió Edelyn —. Ya te lo dije. No puedo decirte cuál es la misión.

      —Lo sé. Lo sé, Lyn—, alzó las manos en defensa —. Pero puedo ser útil. Para empezar, puedo ayudarte con la desaparición hasta que seas mayor de edad. Segundo, el tipo de magia al que podrías enfrenarte... bueno, podría ayudarte a protegerte. Después de todo, yo... le prometí a tus padres que te mantendría a salvo—, sus ojos imploraron que razonara —. No es necesario que me digas exactamente qué estás haciendo.

      Edelyn frunció el ceño, pensando. Su oferta era horriblemente tentadora —. ¿Pero qué pasa con Tonks?—, le preguntó —. Digo, estás casado. ¿Cómo se siente ella con que te vayas?

      —Tonks estará perfectamente a salvo—, la voz de Remus sonaba forzada, y su mirada bajó a su falda —. Estará en la casa de sus padres. Ella está—, tragó con dificultad—, bueno, va a tener un bebé.

      Los labios de Edelyn se separaron en sorpresa, y pestañeó. Antes que pudiera reaccionar a la noticia, Remus pasó una mano su cabello canoso y habló —. Entonces, ¿aceptas mi oferta de que te acompañe?

      —Espera—, Edelyn frunció el ceño —. ¿Me estás diciendo que vas a dejar a Tonks en la casa de sus padres y venir conmigo a buscar a los demás?

      —Estará perfectamente a salvo—, dijo Remus con un tono que rozaba la indiferencia —. Mira, Lyn, no puedo imaginar que Dumbledore no estaría de acuerdo. Después de todo, me eligió como su profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras. Y tus padres, Sirius, hubiera querido que me quede contigo. Soy tu padrino--.

      —Sí, lo eres, pero ahora también eres un padre—, Edelyn lo miró —. ¡No puedes dejar a tu propio hijo!

      —Sí puedo. ¿No entiendes? ¡Los de mi especie usualmente no se reproducen!—, Edelyn se encogió cuando Remus alzó la voz, y había una desesperación terrible en la forma en que tiraba de su cabello —. Será como yo, lo sé. ¿Cómo puedo perdonarme sabiendo que arriesgue pasar mi condición a un niño inocente? Y si por algún milagro no es como yo, entonces - entonces estará mucho mejor sin un padre del que siempre estará--.

      —¡Remus, basta!—, Edelyn se puso de pie—. Ningún niño merece crecer sin su padre.

      —Sí si su padre es un hombre lobo—, Remus casi sollozó mientras hundía su rostro en sus manos.

      Edelyn resopló —. Ajá, ¿igual que cuando su madre es un convicto que asesino en masa y está en Azkaban?

      Remus sintió una chispa de culpa y la miró —. Lyn--.

      —No. La respuesta es no, Remus—, sacudió la cabeza —. Hablando como alguien que tuvo que crecer sin sus padres...—, mordió su labio antes de continuar —. Mira, no es lo mismo, ¿de acuerdo? Tanto como amo a Amos y Juliette y Cedric, no fue... no entiendes lo que es—, soltó un suspiro pesado —. Hay una conexión especial. No sé cómo explicarlo... pero... pero el punto es que no vas a abandonar a tu propio hijo.

      Sus palabras fueron seguidas por un silencio tenso y pesado, que solo fue roto por un CRACK. Kreacher apareció frente a ellos.


──────────────


      —Fuera de mi camino, Ojo Loco—, la voz de Edelyn fue un gruñido bajo mientras entrecerraba los ojos hacia el Auror frente a ella. Pero Alastor simplemente gruñó y no se movió de su posición frente a la puerta.

      —Lyn, no estás pensando—, el señor Weasley habló con calma.

      — ¡No me importa!—, gritó Edelyn, sus ojos encendidos con frustración —. ¿Qué diablos estaban pensando esos tres?—, arrojó las manos al aire —. ¡Ir al Ministerio! ¡Merlín, de todos los lugares!

      Fleur dio un paso adelante, dudando —. Pero Edelyn, no hay nada que puedas hacer.

      —¡Sí que la hay! ¡Voy a encontrarlos y matarlos yo misma por ser unos idiotas! Escucharon a Kreacher. ¡Llevaron Mortífagos a Grimmauld Place! ¡Esos cabezas de rábano!

      Formó puños con las manos.

      —Sí, y ahora escaparon y pueden estar en cualquier lugar en el mundo. ¿Cómo exactamente planeas encontrarlos?—, razonó Bill.

      —Yo... ¡todavía no planeé tanto!—, gruñó Edelyn —. ¡Solo sal de mi camino!

      —Estás siendo tan estúpida como ellos—, gruñó Alastor —. Incluso si te dejo pasar, ¿cómo planeas irte sin tener a todo el Ministerio atrás? ¡Aún tienes el rastreador!

      —Lo haré sin mi varita—, argumentó ella.

      Remus sacudió la cabeza —. No, Lyn. Nunca lo hiciste antes. Incluso si lo logras, probablemente vas a salir lastimada.

      —Entendemos que estás frustrada—, dijo el señor Weasley —. Pero salir ahora sería una sentencia de muerte. Aún no puedes usar tu varita, no tienes idea dónde están, y hay una recompensa de 5000 galeones por tu cabeza.

      Fred y George, que permanecieron callados durante la discusión, se levantaron de la mesada contra la que se estaban apoyando.

      —Creo que es hora de un compromiso, George—, intervino Fred, dando un paso adelante y arrojando un brazo alrededor de los hombros de Edelyn.

      —Estoy de acuerdo—, musitó George, imitando las acciones de su hermano. Edelyn no pudo evitar calmarse un poco por su naturaleza simpática.

      Mientras tanto, los adultos miraron con curiosidad a los gemelos.

      —Lyn necesita desquitarse un poco, ¿cierto?—, espetó Fred.

      Al ver las facciones de Edelyn contorsionarse en una mueca, George agregó —. Lo que es entendible, por supuesto. Digo, has estado aquí encerrada por dos semanas.

      —Así que, esta es nuestra solución—, continuó Fred —. Dejennos llevarla afuera esta noche, y ella acordará quedarse hasta que sea mayor de edad.

      —¿Llevarla afuera? ¿Perdieron la cabeza, bufones?—, Alastor golpeó el suelo con su pierna de palo, claramente expresando que había tenido suficiente —. ¡No es el momento para ir a restaurantes elegantes o ver shows de dragones!

      —No nos referíamos a eso, Ojo Loco—, Fred rodó los ojos —. Nos referíamos a llevarla a la radio con nosotros—, se giró a Remus —. Puedes venir con nosotros.

      — ¡No necesito una niñera!—, gruñó Edelyn, molesta porque todos la estaban tratando como una niña.

      —No dije que Remus iba a ser tu niñera—, bromeó George.

      —Creo que es una buena idea—, el señor Weasley miró orgulloso a sus hijos —. Vamos, Ojo Loco. Le hará bien.

      Alastor gruñó —. ¡De acuerdo!—, su ojo mágico giró, mirando momentáneamente a los gemelos antes de mirar a Edelyn —. Pero escúchame, jovencita. Si pones un pie fuera de la línea--.

      —No soy una niña—, Edelyn comenzó a protestar, pero George rápidamente colocó una mano sobre si boca.

      Fred aseguró —. No te preocupes, Ojo Loco. La pequeña Lynster va a comportarse.

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