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9: Uchiha

Cuando llego al lugar junto al tercer hakage y unos anbus, pensó lo peor al ver a Naruto en el suelo junto a su sensei y Kushina-San.

Corrió hacia el rubio menor y tomo sus signos vitales, pará su suerte estaba vivo, volteo a ver al tercero que estaba con la pereja y este al mirarlo buscando una respueta negó.

Maldijo por lo bajo, sin saber como sentirse realmente, Kushina y Minato habían sido como una familia para él.

-Kakashi, llevate a Naruto. —Le ordenó el Hokage con una sonrisa rota mientras miraba al menor, claramente se veía que este había llorado, nadie sabria lo que sufrio.

Kakashi asintió y cargo al rubio, le hubiera gustado haberse despedido de su sensei y la pelirroja..

Mientras iba de camino hacia su casa, ya que él vivía a las afueras y no sabía en qué estado estaría el hogar del rubio por el recién ataque, escucho unos pequeños sollozos.

-¿Naruto?. —Murmuró mientras se detenía y lo veía. —¿Te duele algo?. —Le pregunto con preocupación.

-No pude salvarlos.. —Sollozo el rubio mientras lágrimas corrían por sus mejillas.

-Nada de esto es tu culpa. —Le dijo con calma dejando un beso en su frente. —Tranquilo casi llegamos a casa.

Naruto estaba acostumbrado al constante rechazo, toda su infancia fue tratado como una peste, gracias a ser el hijo de la portadora del kyubi.

Pero de eso a que comenzarán a amenazar contra su vida y gritarle por las calles improperios que nunca había escuchado, hasta lo hacía extrañar el trato de antes.

Ni siquiera les había importado que sus padres habían dado la vida por la aldea, y lo peor es que él también lo haría, aunque no toda la gente actuaba de esa manera, pero estaba seguro que la que no, podría enumerar la con los dedos de sus manos.

-¡Hey monstruo! ¿Porque no nos haces un favor y te largas?. —Le dijo uno de los aldeanos parando lo en medio de la calle ya que se le había puesto enfrente.

-No quiero problemas. —Murmuró queriendo seguir su camino, hubiera no querido salir de casa pero el tercer Hokage lo había mandado a llamar.

El aldeano pareció no escucharlo ya que lo empujó tan fuerte que lo hizo caer de senton, hizo una mueca de dolor y miró hacia los lados, a los demás presentes pareció no importarles ya que no hicieron nada por ayudarlo, solo lo veían o hasta sonreían de que fuera tratado así.

Cuando el aldeano estuvo a punto de soltarle un puñetazo, solo se escucho el grito de dolor, más no era el de Naruto.

Kakashi había detenido el golpe y le rompio la mano, para después voltear a mirarlo en el suelo y ayudarle a levantarse.

-¿Porque no te defendiste?. —Le pregunto el peliplata soltando un suspiro.

-Solo se pondrían peor las cosas..

Caminaron juntos hasta el despacho del Hokage, y una ves al entrar vieron que todos los líderes de los clanes estaban ahí.

El Hokage quería su testimonio sobre lo que había pasado la noche en que "atacó el kyubi".

Naruto claramente se enojo por eso, Kurama nunca los atacaria, él no era la masa de odio que todos creían, ¿Como a alguien así le gustaría que le rasquen detrás de las orejas y aveces cepillen el pelaje?.

Suspiro y contó todo lo que había sucedido, desde cuando encontró a su madre hasta que se desmayo por el sello.

-Estas mintiendo.. —Le reclamo Fugaku, una ves acabo su relato.

-¿Perdón?. —Preguntó el rubio viendo al Uchiha con confusión.

-No pudo haber sido alguien de mi clan. —Le dijo con enojo, haciendo que en la sala hubiera un silencio sepulcral.

Antes de que el Hokage pudiera decir algo para calmarlo, el rubio habló.

-¿Me dice mentiroso?. —Preguntó el rubio con algo de molestia.

-Tu padre era mi amigo Naruto, te quiero como a un hijo pero no permitiré que sigas manchando su memoria con tales cos-s...

-¡Usted no va a hablar sobre mi padre!. —Le grito el rubio con enojo. —Yo se bien lo que vi, el kyubi estaba siendo controlado, mi sensei tiene el Sharingan, también mi compañero de equipo, hasta mi novio porta uno.—Les dijo sin apartar la mirada de la retadora del azabache. —Así que no venga a decirme que me equivoco, un Uchiha mató a mi madre y cuando lo encuentre pienso desgarrar lo con mis propias manos..

-Naruto.. —Murmuró el tercero tocando su hombro, intentando tranquilizarlo ya que sus ojos se estaban tornando de color rojo gracias a Kurama.

El rubio se tranquilizó haciendo que sus ojos volvieran a su color azulado, daba igual si le creían o no así que solo se dio media vuelta dispuesto a irse de aquella reunión.

Al llegar a su casa simplemente se acostó en el sofá y cerró los ojos esperando que esto fuera un mal sueño y despertaría en cualquier momento, pero no fue así.

Pasaron unos dies minutos y se escucho como alguien abría la puerta y entraba a la casa.

Kakashi se acercó hasta él y se tumbo encima suyo haciéndolo sonreír.

-Pesas, quítate de encima. —Le reclamo con una sonrisa intentando hacerlo a un lado.

-¿Me estas diciendo gordo?. —Le pregunto fingiendo un tono de enfado.

Naruto rio y lo hizo a un lado suyo, acomodándose perfectamente para quedar frente al peliplata y este pudiera abrazarlo.

Se acurrucó en su pecho y sonrió, estando con Kakashi podía finjir que nada pasaba, era su lugar seguro.

-Dejaré los dangos, lo prometo..—Le susurro el peliplata acercándose hasta él lo suficiente para dejar un beso en sus labios.

-Lo siento. —Murmuró el rubio volviéndose a refugiar en el pecho del peliplata, haciendo que este se confundiera. —Ahora saben que eres mi novio..

-Si fuera por mi lo gritaria. —Le respondió soltando un pequeña risa.

El rubio ni siquiera se había puesto a pensar en lo que dijo, tampoco creyó que sus palabras harían algo, pero se equivoco.

Después de esa reunión vio como la gente empezaba a desconfiar de los Uchihas, y no conformes los habían mandado a una esquina de la aldea.

Vaya que corrían rápido los chismes, si hubiera sabido que eso pasaría mejor no hubiera hablado.

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