Kakashi vio al pequeño rubio caminar entre todas las personas de la aldea, estas parecían mirarlo con fastidio y odio, pero aunque el niño lo notará mantenía una sonrisa en el rostro mientras paseaba por los puestos.

-¿Que miras Kakashi?. —Le pregunto su padre con una sonrisa.

-¿Quién es él?. —Le pregunto con algo de curiosidad, señalando al menor.

-Él, es el hijo de Minato-San.. —Le dijo su padre con una sonrisa.

Ahora entendía porque la gente aunque lo mirara con despresio no se atrevía a tocarlo, Minato, el rayo amarillo es una leyenda viva..

Padre e hijo vieron como el rubio entraba al restaurante de ramen, siendo atendido con una sonrisa sincera por el vendedor.

-¿Podemos comer ramen?. —Preguntó a su padre, quien lo miró sorprendido.

Sakumo soltó una carcajada y asintió, causando un pequeño sonrojo en el peliplata, quien agredecia tener su bufanda roja cubriendo su rostro.

-Claro, eso te dará ánimos para pasar el examen de admisión a la academia. —Le dijo su padre mientras se dirigían a aquel restaurante.

Al entrar fueron recibidos por Ayame y tomaron asiento, pero Sakumo pudo ver como su hijo no quitaba la vista del rubio quien comía su plato de ramen.

-Hola Naruto. —Le saludo Sakumo, haciendo que el rubio separara la vista del plato, para al fin prestar atención a su alrededor.

-Hola Sakumo-San. —Saludo a su padre el pequeño, con una sonrisa que iluminaba el lugar al parecer del peliplata menor.

-¿Como ha estado tu padre?. —Preguntó con gracia al ver cómo su hijo hacía de todo para ver mejor al rubio ya que él se encontraba sentado entre los dos.

-Bien, gracias por preguntar. —Le dijo el rubio, al fin notando la bolita de pelo peliplata a lado del asiento de Sakumo.—Oh! ¿Él es Kakashi-kun?—Preguntó con curiosidad, queriendo ver mejor al peliplata menor.

-Si, creo que ustedes aún no se conocen.. —Respondió haciéndose un poco para atrás para que ellos dos se pudieran ver.

Kakashi al momento de conectar su vista con el rubio quedó completamente perdido en ese mar, no sabía porque sentía como algo revoleteara en su estómago, talves tenía parásitos..

-Hola. —Le saludo el rubio con un pequeño sonrojo.

Kakashi no respondió, sentía que sí lo hacía vomitaria ahí mismo, y eso no pasaría, así que simplemente lo ignoro y volteo hacia el frente.

-Oh..—Murmuro Sakumo, no esperaba esa reacción por parte de su hijo. —Tendrás que disculpar lo Naruto, es algo tímido.

-Si no importa. —Le respondió Naruto haciendo una sonrisa que parecía más una mueca, ya estaba acostumbrado a que varía gente lo ignorara en la aldea por ser hijo de la portadora del kyubi ¿Qué más daba una persona más?

Kakashi pudo notar su voz desanimada, se sentía tan miserable por ponerlo en ese estado de ánimo, pero antes de siquiera decir algo.

-Me tengo que ir ya, que tenga buen día Sakumo-San, Kakashi.. —Le dijo el rubio volviendo a su ánimo alegre de nuevo, pero el peliplata sintió una apuñalada al no escuchar el tierno sufijo en su nombre.

-Pero Naruto, ni siquiera comiste la mitad del ramen. —Le llamó la atención Ayame cuando estaba por pagar.

-Tengo que guardar espacio si no mamá me matara por no cenar lo que cocina. —Mintió el rubio, la verdad es que se le había quitado el apetito.

Dejo el dinero y salió de ahí rumbo a su casa.

Los platos de ramen fueron puestos frente a los dos peliplata, pero en lo que menos pensaba Kakashi era en la comida.

-Ve. —Le dijo su padre mientras separaba sus palillos para comenzar a comer.

El pequeño asintió y salió corriendo hacia donde había partido el rubio.

-Estoy segura que Naruto-kun lo perdonará. —Le dijo Ayame con una sonrisa, haciendo también sonreír a Sakumo.

Kakashi ni siquiera sabía donde vivía el rubio, hubiera sido bueno preguntarle a su padre antes de salir corriendo, pero entonces mientras doblaba en una esquina lo vio.

-¡Naruto!. —Grito Kakashi, haciendo que el rubio volteara a verlo sorprendido.

Al menos ya lo había encontrado, así que se permitió llenarse de valor mientras se acercaba a él.

-¿Paso algo Kakashi?. —Le pregunto, y hay otra puñalada.

-Y-Yo lo lamento Naruto. —Le dijo haciendo que el rubio pusiera un rostro confundido. —En el restaurante, no fue mi intención, de verdad yo quise contestarte..

Le dijo sintiendo sus manos sudar, su cara quemar y ni siquiera podía mirarlo a la cara porque moriría ahí mismo.

-Pero estaba nervioso.. —Terminó por confesar.

Solo pudo sentir unos brazos rodear lo y abrazarlo sin mucha fuerza, haciendo que al fin viera al rubio.

-Me alegra, pensé que te caí mal Kakashi-kun. —Le dijo Naruto con una sonrisa.

Listo, en ese momento fue cuando murió, el rubio se separó de él y se despidió.

Estuvo unos segundos paralizado aún recordando el calor de los brazos de Naruto y su hermosa sonrisa, para después volver al restaurante de ramen.

Al entrar volvió a tomar asiento a lado de su padre, y empezó a comer.

-Pareces feliz, imagino que te fue bien. —Le dijo Sakumo viéndolo de reojo, soltando una carcajada al ver a su hijo con un pequeño sonrojo.

Si talves no se habían conocido de la mejor manera, pero se habían vueltos cercanos ya que el rubio siempre lo buscaba.

Ahora estaba con Rin y Obito, habían pasado los exámenes para entrar a la academia, se separaron ya que irían a sus casas para contarles a su padres.

Mientras caminaba rumbo a su casa..

-¡Kakashi!. —Le grito el rubio saliendo de los arbustos, soltando una carcajada al ver que había logrando asustar.

-¿Porque hiciste eso Naruto?. —Le reclamo, si Obito lo hubiera visto seguramente se burlaria de él.

-Porque es una sorpresa. —Le dijo el rubio parando de reír y sacando una pequeña caja de los arbustos. —Me entere que pasaste el examen para entrar a la academia, así que quise darte un presente.

Kakashi sintió que su corazón se saldría de su pecho mientras tomaba la caja entre sus manos, le agradeció al rubio quien le resto importancia.

-Vamos ábrelo, espero que te guste. —Le dijo Naruto con una sonrisa.

Kakashi quito el listón rojo sintiendo que sus manos temblaban, era absurdo, ni en el examen estuvo nervioso..

Al ver lo que había dentro se sorprendió, era una bufanda verde.

-Gracias. —Murmuró, de verdad le había gustado.

Sin más quito la bufanda roja que traía puesta, haciendo que el rubio se desepcionara ya que traía una mascara abajo, su plan de ver el rostros del peliplata no salió del todo bien, pero al menos a Kakashi le gustó el presente.

El peliplata se puso la bufanda, y Naruto sonrió, le quedaba bien.

-Entonces, ¿Te asuste?. —Le dijo Naruto con gracia tomando las hojas de los arbustos y riendo al ver su reacción.

Al llegar a su casa, noto a su padre un poco desanimado, pero aún así este le dio una sonrisa.

-¿Como te fue hoy?. —Le pregunto con curiosidad, notando su nuevo accesorio. —¿Y esa bufanda?

-Me fue bien. —Le dijo caminando hasta él y entregándole los resultados de los exámenes. —La bufanda, me la dio Naruto..

-Así que Naruto.. —Le dijo con un tono burlon, alzando un poco sus cejas. —Se han vuelto buenos amigos ¿No?

-¿Acaso eso te molesta?. —Le pregunto, no queriendo seguirle el juego a su padre, porque ya sabía hacía donde iba la platica.

-No claro que no.. —Le dijo soltando una carcajada, dejando ahí el tema.