Universo A-10

La tarde en el imperio Infinity, era relativamente tranquilo para la mayoría de habitantes.

Por que, al menos, una pequeña parte de la población estaba más feliz que el promedio.

Y en esa pequeña parte, se encontraba Avocato, que estaba en el cuarto principal y doblaba una de sus pocas prendas.

¿El motivo?

Gary Goodspeed.

Si, el ahora era el motivo de sus suspiros y sus estúpidas sonrisas.

Recordando su semana de diversión, sus pláticas, jugando juegos estúpidos inventados por ellos mismos.

Lo mejor, es que al ser solo ellos dos, podían hacer exactamente lo que ellos quisieran sin que nadie los juzgará.

Podrían tener comportamiento de adolescentes y nadie diría nada.

Por que ellos estaban bien así como eran, así como jugaban, así como eran felices.

—No puedo esperar para volver a verte. —Avocato suspiro pues ese día, no tenía planeado ir.

Aunque, tal vez fue un mal momento para decirlo.

Justo afuera de la puerta se encontraba Quinn que quedó asombrada al escuchar como esas palabras salieron del ventrexiano.

Solo por qué necesitaba ir a su cuarto a revisar un maldito documento.

Los sentimientos negativos de la chica se dispararon de inmediato.

Entro a la habitación con una mezcla de tristeza y enfado mirando al ventrexiano. —¿A quien vas a ver amor?.

Avocato se paralizó.

—¿Por qué no puedes esperar?, ¿Acaso es muy importante esa persona?.

El ventrexiano trago saliva —Em... No, no, bueno, unos amigos Quinn... Unos amigos...

—Tu no tienes amigos Avocato. —sentencio la chica que se le empezaban a cristalizar los ojos.

Avocato se quedó en blanco.

Había formulado una especie de excusa para cuando se presentase una situación similar a esta, pero simplemente, ahora no podía decir palabra alguna.

—¿A quien se supone que ibas a ver?. —el tono de voz de Quinn se estaba quebrando.

—Yo... —El ventrexiano comenzó a ponerse nervioso. —Yo...

—Avocato, si tienes otra mujer solo tienes que decirlo. —Una lágrima bajo por la mejilla de Quinn.

—No... —Avocato se acercó un poco —"bueno, una mujer, mujer que digamos, no". —penso en su mente el ventrexiano.

—¿Entonces?... ¿Por qué no puedes responder?, ¿Por qué querías más tiempo libre?, ¿Por qué siempre llegabas tarde?.

—Misiones... Misiones que tu me ponías Quinn. Eran...

—¡Eso era en tu tiempo libre Avocato!. —grito la chica limpiándose las lágrimas que estaban saliendo.

—Pero Quinn, no es lo que tú crees, no es nada...

—¡No!. —Quinn rodó los ojos. —¡Todo tiene sentido!, Ahora todo tiene sentido. —Eso ultimo lo dijo en voz baja. —Si es que tienes a otra mujer, si es que estás enamorado de alguien más... ¿¡Que haces aquí Avocato!?. —la chica se alteró. —Te di todo, te recupere, luche por ti, no te falta nada... ¿Y así es como me pagas?.

A Avocato no le gustaba que le gritaran, ni siquiera cuando estaba consciente de sus errores.

—Si todo eso lo hubieras dado de corazón, no me lo estarías reprochando en estos momentos. —se atrevió a responder el ventrexiano.

Por supuesto, escuchar eso enfado demasiado a Quinn. —¡No es reproche!, Son las cosas como son.

Avocato negó —¿Por cuánto tiempo me buscaste Quinn?.

Pregunta que tomo por sorpresa a la chica pero que no dudó en responder. —6 meses... 6 malditos e infernales meses sin ti.

Avocato, bajando la mirada sonrió —Conoci a una persona que me estuvo buscando por 5 años Quinn. —Ahora, la miro a los ojos. —5 años y me alzó la voz solo una vez ¿Y sabes por qué?. Por qué me lo merecía, por que hice cosas sin saber, desprecie sin tener conocimiento. ¿A ti que te he echo?.

La chica estaba boquiabierta. —¡Esto Avocato!... Esto.

El ventrexiano de inmediato negó. —No te he echo nada. Solo exigí lo que merecía.

—¡Entonces que haces aquí! —Quinn definitivamente exploto —¡Vete! ¡Vete de aquí y no vuelvas a aparecerte nunca más!.

El ventrexiano suspiró. —Quinn, estás diciendo cosas sin pensarlas...

—¡Estoy segura de lo que digo!.

Hubo un pequeño silencio abrumador.

—Si me voy Quinn, es por qué jamás regresaré. —Advirtio el ventrexiano.

Quinn apretó sus dientes. —Te estás tardando Avocato.

El ventrexiano asintió —Muy bien... Entonces, está claro que se acabó. —Avanzo por al alrededor de la cama y se agachó para sacar dos maletas.

Quinn negó —Tu lo terminaste. —Fue lo último que dijo antes de salir con un llanto incontrolable.

—Si claro. —Avocato abrió una de las maletas y comenzó a meter las pocas pertenencias que originalmente tenía.

En cuanto a la otra maleta, no la abrió, la mantuvo así y una vez termino de guardar lo que consideraba necesario, las agarro y salió de la mansión real.

Esta vez, ni siquiera se molestó en ponerse su traje de identidad oculta. Salió, camino sin importar que las demás personas que lo veían, se asombrarán por su presencia y así, fue desapareciendo de la zona urbana para adentrarse al lugar donde siempre escondía su nave.

No estaba seguro de tomar aquella decisión, pero era la única opción que tenía.

Universo A-1

Gary se encontraba en su departamento.

Estaba esperando a que terminara una de sus series favoritas para por fin dormir pues ya era tarde.

El chico solo se engañaba, es cierto que la serie era buena, pero no la veía por esa razón, si no por qué estaba nervioso y necesitaba distraerse.

Mañana lo visitaría Avocato.

Y solo de pensarlo, se imaginaba lo bien que se lo pasarían, como siempre.

Gary perdido en sus pensamientos solo pudo ser despertado por los golpes que hicieron de repente en su puerta.

—¿Quién podrá ser a esta hora? —el chico extrañado, se levanto y atendió.

—¿Si?.

Pero fue lo único que pudo preguntar.

Apareció el ventrexiano haciendo a un lado a Gary y aventó sus dos maletas sin importarle a dónde pudieran caer.

Gary apenas pudo comprender lo que estaba pasando. —¡Avocato!.

El ventrexiano se sentó y lo vio cruzando sus brazos —Hola Gary. —y ese fue el saludo más raro y forzado que por lo menos, había escuchado el chico.

Estaba confundido con sus sentimientos, por un lado, estaba feliz de verlo, pero algo andaba muy mal y eso no terminaba de agradarle a Gary. —Avocato, no soy vidente pero creo que algo pasó. —El chico se acercó a él y se sentó a su lado.

—Quinn. —Ni siquiera se atrevió a ver a Gary a los ojos. —Ella y yo... Terminamos y en resumen me echó.

Gary entonces vio las maletas —Oh... —regreso la vista al ventrexiano. —¿Quieres... Hablar de ello?.

Avocato negó con la cabeza y después se recostó en las piernas del chico.

Gary se sonrojó por la acción.

Sin poder evitarlo, comenzó a acariciar la cabeza del ventrexiano, el por su parte no lo rechazo, pero aún así, Gary veía decaído a su amigo.

Y no soportaba eso.

Necesitaba hacer algo para cambiar eso y optó por utilizar lo primero que se le vino a la mente.

Por supuesto, el chico no estaba orgulloso de su idea, incluso le parecía ridícula, pero no se le podía ocurrir nada más.

—¿Quieres... Quieres jugar a las... Confesiones?. —pregunto Gary muy nervioso.

Avocato frunció el ceño —¿Como se juega eso?.

—Yo te digo una confesión y tú me dices una. —el chico estaba preparado para el rechazo.

Avocato sonrió —Empieza tú.

Gary abrió sus ojos por sorpresa. —Bueno... Am... Yo... Yo odio verte triste. —Ahora el chico parecía un tomate.

El ventrexiano hizo una mueca —Yo odio la vida.

Gary río —No ese tipo de confesiones Avocato, no mientas.

Avocato río ligeramente —Esta bien... Esta bien, ¿Que podría ser?. —se tomo su tiempo para pensarlo. —No pude pensar en nadie más, solo en ti para quedarme en mi primer día oficial sin hogar.

El chico sonrió —Ya veo... —Estaba feliz de escuchar eso. —Bueno me toca a mí.

Así se pasaron el rato, diciendo confesiones reales, algunas estúpidas y sin poder imaginarlo, Gary lo consiguió, ayudo a distraer al ventrexiano.

—Ahora toca una confesión muy muy personal. —reto el chico.

—Esta bien —acepto Avocato.

—Bueno...  Yo... Yo te extraño cada vez que te vas... O bueno, ibas.

El ventrexiano se sonrojo.

—Vas tu. —dijo nervioso Gary.

Avocato sonrió y lo pensó. —¿Sabes que? Ya tengo mucho sueño, creo que me dormiré otra vez en tus muy cómodas piernas Gary. Hasta mañana.

Gary se molestó —¿¡Que!? No. Era un trato Avocato, yo lo dije, ahora tu tienes que decirme, si quieres después de eso, te duermes.

—Shhhh. —el ventrexiano lo cayó —Ya estoy durmiendo.

Gary emitió un quejido —Te odio Avocato.

—Me amas Gary.

Después de eso, hubo silencio total, eso lo considero el ventrexiano como una victoria mientras que el chico no tuvo de otra más que callar.

Finalmente, era la verdad.

Y pasó el tiempo, aproximadamente una hora, Gary estaba total y profundamente dormido. Pero Avocato nunca se durmió, gracias a eso, ahora veía al chico boquiabierto y al borde del ronquido.

El ventrexiano río. —¿Así que... Quieres una confesión personal Gary?. —susurró.

Por supuesto, Gary no escucho.

—Tal vez... Que... Eh Empezado hablar de ti, a decirle a la gente... Creo que me enamoré de un amor que es poco prudente.

Empezaba a pensar en ti
A cantar tus canciones
Y me largo a reír.

Dime cómo fue...
Que me enamoraste
Dime en qué momento pasó
Que empecé a extrañarte
Y ahora dime qué tengo que hacer
Para ser más valiente
Y quedarme un ratito aquí contigo.

Por qué si algo yo aprendí
Es que nada es por siempre
Y que mientras más me dé
Más me daña la gente
Así que si me vas a herir
Mejor no lo lamentes
Creo que me preparé

Dime cómo fue que me enamoraste
Dime qué en que momento paso, que empecé a extrañarte
Y ahora dime qué tengo que hacer, para ser más valiente
Y quedarme un ratito aquí contigo.

Y quedarme un ratito aquí contigo
Y quedarme un ratito aquí contigo
Y quedarme un ratito aquí...
Dormido.

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Si, si, donde halló lugar, meto canción :3

Desde que la escuché sabía que no iba a encontrar a otra que pudiera describir en su perfección lo que siente el aguacate gato.

Mijos, faltan 5 capítulos para que acabe esto ;u;.

Y el domingo hay capítulo, pa que vean que si leo sus hermosos comentarios jaja xDXdXd

Bai pues.

Hasta El Último Día II: Ecos Y Ruidos (Gary x Avocato): Capítulo 40 (54), Temporada 2.