36 - Aviso
Universo A-10
Quinn, después de un largo viaje entre galaxias de 1 mes de duración, había vuelto a la capital del Imperio Infinity.
Lo primero que hizo cuando bajo de la nave, fue solicitar la presencia de Avocato.
Moría de ganas por contarle absolutamente todos los detalles.
Pero todo se estropeó cuando le informaron a la emperatriz que el ventrexiano no se encontraba.
—¿Como que no se encuentra?, Sus misiones debieron haber terminado ya. ¿O acaso el departamento administrativo le puso más trabajo sin mi autorización?.
—Sabe usted muy bien que eso no es posible mi damisela —respondió su sirviente a cargo del recibimiento y de las operaciones importantes en la residencia de la máxima autoridad.
—¿No saben dónde está?. —A Quinn se le podía escuchar confundida y molesta.
—Solo informo sobre su salida hoy, pero no dijo los motivos.
Quinn no sabía qué hacer.
Ella siempre tenía planeado todo y esto en definitiva no lo esperaba.
—Yo... Ustedes...
—¡Quinn! —Avocato apareció en el hangar privado de la residencia, agitado y corriendo con las fuerzas que le quedaban hacia ella.
—¡Ahi estás! —La chica corrió hacia el, cuando se tuvieron frente a frente, se dieron un fuerte abrazo.
—Si... Aquí estoy... —dijo mientras trataba de controlar su respiración.
Quinn se separó de el y lo vio de pies a cabeza. —¿Donde estabas?.
Avocato dejo de mirarla a los ojos. —Un asunto con las misiones de exploración, me acordé que no revise un reporte y mejor me asegure de que todo estuviera bien para cuando tú llegarás. —El ventrexiano de a poco se tranquilizaba.
—¿Y no podías decirle a nadie de aquí?. —Volvio a cuestionar la chica.
—Lo hice de último momento, no lo pensé... Lo siento. —Avocato hacia un esfuerzo por sonar verídico.
—Bueno. —Quinn le dio un beso en su mejilla y después le sonrió —Tengo una gran cantidad de cosas que contarte, pero primero... ¡Conseguí la alianza!.
Avocato alzo sus cejas —¿En serio? —nego ligeramente con su cabeza —Felicidades. —dijo con certera verdad.
—Gracias. —Quinn se veía muy feliz. —En momentos creía que todo se iba a estropear pero, salió mejor de lo que esperaba.
Avocato y Quinn caminaban directo a su cuarto.
Y las historias que empezó a relatarle del viaje y del extraño planeta junto con su particular población, dejaban impresionado a Avocato.
Y no podía negarlo.
El en realidad estaba muy orgulloso de ella, por qué estaba seguro que ninguna otra persona de toda la nación, podría conseguir lo que ella logro con esfuerzo y dedicación.
Entre anécdota y anécdota, el tiempo pasó, en la ciudad el día era pasado y la noche el presente.
—Eso estuvo cerca. —dijo Avocato cuando escucho sobre el pequeño problema de diplomacia que enfrento la chica.
El ventrexiano fue el primero en acostarse.
—Si, pero... Eso ya no importa, lo que importa es que todo esta resuelto y nuestra nación se posiciona cada vez más en los lugares más altos del universo. —La chica en verdad se escuchaba feliz.
—Eso es lo que importa. —reitero el ventrexiano.
Después de una larga jornada, Quinn se acostó junto a su pareja.
—Aunque, con todo esto de la alianza y diplomacia en general, las misiones personales aumentaron considerablemente.
—¿Si? —pregunto el ventrexiano sin tener una idea de a dónde se dirigía Quinn.
—Si. —se tomo su tiempo para decirlo. —Yo se que antes tenías mucho tiempo libre pero... Creo que eso termino para ti.
Inmediatamente la atención de Avocato se enfocó en lo que dijo. —¿A qué te refieres?.
Quinn suspiro. —Voy a necesitar te el triple de lo que antes te necesitaba.
El ventrexiano se abrumó con lo que escuchó. —¿A mí?...
—Si. —Confirmó la chica. —Hay movimientos que simplemente no se le pueden confiar a cualquiera. Sé que tú nunca harías algo en mi contra y por eso es que te elegiré para esto.
Avocato comenzó a preocuparse. —¡G-Gracias! Me siento... Halagado. —Trato de sonar convincente.
Quinn agarro su mano. —¿En serio?. Que alegría, pensé que te enojarias o algo por el estilo. Se vienen tiempos de mucho trabajo y, estoy feliz de trabajar contigo.
—Yo... Yo igual.
Quinn sonrió —Buenas noches. —solto su mano y se acomodo para por fin descansar.
—Buenas noches. —respondió el ventrexiano haciendo lo mismo que su pareja.
El no lo podía creer.
Jamas hizo un buen uso de su tiempo libre.
Avocato siempre lo desperdiciaba.
No le gustaba.
Y ahora que imploraba por tiempo libre, ya ni siquiera iba a tener oportunidad de.
El problema no era tanto el tiempo libre.
El problema es que si no tenía un espacio en el que pudiera desaparecerse, entonces...
Tal vez significaba que las visitas al universo A-1 se habían terminado.
Lo pensó.
Y estuvo de acuerdo con la idea.
Tal vez sería fácil si no tuviera necesidad o razón de ir a A-1.
En ese momento no lo recordó del todo.
Pero si existía esa necesidad.
Si existía esa razón.
Tenía nombre.
Y era Gary Goodspeed.
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Holis.
Aún queda un capítulo por estrenar mañana UwU, de cierta forma para mí empieza una cuenta regresiva Xdxd.
Bai.
Hasta El Último Día II: Ecos Y Ruidos (Gary x Avocato): Capítulo 36 (50), Temporada 2.
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