32 - Desahogo
Viernes.
Último día de Avocato en el Universo A-1
El chico y el ventrexiano lo sabían perfectamente.
Existía esa sensación de querer que el tiempo se detuviera para que nunca pasará ese dia, lamentablemente, ninguno de los dos tenía ese poder.
El miércoles había sido una experiencia fantástica, el jueves no se quedó atrás.
Ahora era el último día de diversión.
Una diversión que Avocato jamás espero y que tenía 5 años que no vivía.
Una diversión que definitivamente iba extrañar.
—¿Listo? —Gary sonreía como nunca lo había echo.
—Listo. —Avocato respondió con determinación.
Después de eso, los dos fueron a la aventura.
Con mucho cuidado y sigilo, se subieron a la última nave que estaba estacionada.
Nadie debía enterrarse, eso lo hacia más emocionante.
El chico encendió la nave.
—Buenos días, Capitán Gary.
Y reaccionó de inmediato.
Aparte de que estaban realizando cosas que no estaban permitidas, habían tomado la nave que menos debían.
—¿¡H.U.E!? —El chico estaba entrando en pánico.
—H.U.E... —el ventrexiano lo menciono con tono de melancolía.
—Avocato —ignoro la reacción de Gary —Es bueno verte de nuevo.
El ventrexiano sonrió —Es bueno escucharte de nuevo.
Gary vio todo el panel de control de la nave. —Esta es la nave de Quinn ¿No?.
—Efectivamente Gary.
El chico suspiro —No debemos estar aquí.
Eso impresionó al ventrexiano. —¿Por qué?.
—Esta es la nave personal de Quinn y... H.U.E esta encargado de avisar sobre todo lo que sucede aquí. Despegues, uso... los malditos reportes —eso último lo dijo susurrando Gary.
—¿Y eso que?. —Avocato aún no entendía el punto de su acompañante.
—Que H.U.E informará a Quinn y luego me regañará por estar haciendo mal uso de las instalaciones y...
—Y, ¿Esto te importa?. —pregunto el ventrexiano incrédulo.
Gary analizó la pregunta.
¿Que tan malo era infiltrarse si la única desventaja era un regaño?.
¿Debería importarle?.
Quinn no se preocupó en ningún momento por dejarle una actividad o una misión, ¿Entonces por qué el debería seguir las reglas?.
Gary había conseguido una excusa.
—Si ustedes me lo piden, estoy dispuesto a cubrir lo que sea que tengan en mente. —confeso la inteligencia artificial.
—¿Nos harías ese favor H.U.E?. —Avocato seguía muy dispuesto con el plan.
—Por supuesto.
El ventrexiano y el chico conectaron sus miradas que emanaban complicidad.
—De ser así —Avocato se acercó al chico. —¿Cual es la próxima parada, Capitán?.
Gary no pudo evitar poner su estúpida sonrisa de enamorado correspondido. —Acepto sugerencias, cazarrecompensas.
Avocato sonrió gustoso de seguir la broma. —¿Que te parece si H.U.E. lo decide?.
—Me parece perfecto —Y era inevitable para Gary sentir que 5 años no habían pasado. Parecía como si el chico y el ventrexiano tuvieran tan solo 1 día de conocerse. —Ya escuchaste H.U.E, decide nuestro destino.
La inteligencia artificial tardó un poco en responder —Enseguida Gary
Y comenzó.
H.U.E. inicio la hipervelocidad para llevarlos a un sitio.
Los dos estaban emocionados.
El viaje no duró más de 15 minutos en donde no se emitió palabra alguna, solo permanecían expectantes.
Cuando la nave se detuvo, Gary y Avocato vieron el lugar.
Y ¿Como no recordarlo?.
H.U.E. los había transportado al Sector 11.
En el punto exacto donde sucedieron las mayores desgracias de ambos.
Tal vez... Había sido mala idea encargárselo a la inteligencia artificial.
Por qué los recuerdos llegaron como bombas atómicas.
El día en que Gary vio por última vez a Avocato.
Y el día en que Avocato vio por última vez a Pequeño Cato vivo.
La atmósfera del lugar se convirtió poco a poco en una terrible tormenta despertando en los dos sus más profundos sentimientos.
Pero más en Avocato.
Y cuando comenzó a sentir que el odio volvía a surgir, cuando su enfado, su enojo y su impotencia comenzaban a gobernarlo.
Gary lo abrazo.
Lo abrazo muy fuerte.
—Aqui fue. —Apenas se pudo escuchar pues el chico no despegó su rostro del hombro de Avocato.
—¿Eh?... —Avocato volvía a la realidad.
—Aqui fue donde sucedió... —Fue lo único que Gary pudo hacer para luchar contra sus ganas de llorar.
—Si... —El ventrexiano correspondió el abrazo con detenimiento.
—Tal vez no debería pero... Pase lo que pase y aunque seas de otro universo... Nunca te volveré a soltar. —El chico lo apretó con todas sus fuerzas posibles.
Por qué sentía que en cualquier momento volvería a suceder.
El perderlo.
—¿Sabes? —el ventrexiano hablo —Yo también te perdí en este lugar... —Avocato descanso su barbilla en el hombro del chico —El Gary que conocía desapareció y jamás volvió... Se convirtió en uno totalmente diferente y cruel. —relato el ventrexiano —Y... Si tú no me vas a soltar... Yo tampoco quiero soltarte.
Toda la inseguridad de Gary se esfumo con aquellas palabras. Su miedo y su preocupación también se fueron.
El chico, con sutileza se separó del ventrexiano.
Sus ojos estaban cristalizados, a punto de las lágrimas y sonrojado.
Avocato sonrió —¿Entonces que?... ¿Te vas a poner a llorar?.
Gary río por el comentario al mismo tiempo que le propinó un golpe en el brazo. —No soy como tú Señor Bigotes.
El ventrexiano entrecerro los ojos —Vuelveme a decir así y entonces cambiaré de parecer sobre invitarte tu bebida en el bar.
Gary tallo sus ojos —Esta bien, pero entonces ¿Que estamos esperando?.
—H.U.E. llévanos al maldito bar más cercano de aquí.
—Por supuesto Avocato. —obedecio la inteligencia artificial.
Tal vez su misión peligrosa había sido un fracaso, pero eso no los detuvo para seguir con lo planeado.
Llegaron a un típico bar espacial, estacionado más allá del sector 11.
No era la gran cosa pero tampoco podían quejarse.
Después de aquellas bebidas, irían a un centro de videojuegos de realidad virtual y está vez no fue ni una clase de fracaso lo que los detuvo, si no un ventrexiano demasiado borracho.
Afortunadamente Gary se controló e iba más cuerdo que su compañero.
Con dificultad, viajaron de regreso a la base.
Y con mucha más dificultad, el chico llevo a Avocato a su cuarto.
Gary estaba muy cansado, por lo que lo dejo en el sillón y se alejó para finalmente descansar.
Pero el ventrexiano lo tomo del brazo. —No me dejes.
—Amigo, es demasiado tarde, tienes que dormir. —Gary trato de safarse.
—Pues duerme aquí. —Avocato tiro fuerte del chico y lo sentó a la fuerza.
—No puedo hacer eso —el chico en todo momento sonreía, le divertía mucho ver a Avocato en ese estado.
—Solo hoy... —El chico estaba seguro que Avocato no tenía ni idea de lo que estaba diciendo.
—No Avocato... ¿Avo?... ¿Te puedo decir ¿Avo? O prefieres que te diga... ¿Cato?. —Gary prometió no aprovecharse de su amigo con bromas, pero no pudo resistirse.
—Llámame como tu quieras... —Al ventrexiano ya le costaba mantener sus ojos abiertos. —O puedes utilizar tus malditos apodos esos... ¿Cuáles eran?... Señor Bigotes y... ¡Hombre Gato!, Si si... Me encantan...
Eso llamo la atención del chico que inmediatamente se sonrojó.
No.
No debía.
Si no salia de ese lugar las cosas podrían aumentar de nivel.
Y no. No lo haría.
—Avocato... Tengo que irme, hasta mañana —Gary apenas se levanto pero nuevamente fue imposibilitado por el agarre de su amigo.
—Gary, por favor. Quédate. —ahora la expresión del ventrexiano era de tristeza.
—Avocato... Estás loco.
La única palabra que no debía tocar el chico que sin saber, lo hizo.
Avocato dejo de ver al capitán Gary para observar claramente al comandante Gary.
—Avocato... Estás loco. —río el chico con crueldad desde el transmisor de la nave que había interceptado. —Ni tu... Ni ese intento barato de líder que se hace llamar Quinn podrán detenerme...
—Por favor Gary... Ahorrate tus palabras. —sugirió Avocato furioso.
—Me las ahorrare... Tal vez así sea más fácil ver nuevamente tu tumba junto a la de tu hijo.
Avocato alzo su mano para golpearlo nuevamente.
El chico se asustó y se cubrió su rostro de forma instintiva.
Espero un fuerte golpe, pero en su defecto, sintió como Avocato lo abrazaba al mismo tiempo que rompió en llanto.
Gary se preocupó —¿¡Avocato estás bien!?
El ventrexiano no respondió, solo aumentó la fuerza para poder sentirlo más de cerca.
Gary no sabía cómo reaccionar, intento separarse de su amigo para observar si había algo malo, pero el ventrexiano no lo permitió, lo aprisionó y hundió su rostro en el pecho de Gary.
—¿Avo?... ¿Que sucede amigo?... —finalmente, el chico correspondió su abrazo.
Y no tenía idea de lo que estaba ocurriendo, pero le partía el alma ver y sentir como su amigo sollozaba.
—Señor Bigotes... Tranquilizate... —Gary comenzó a acariciar lentamente la espalda del ventrexiano.
Eso ayudo un poco.
Gary no sabía qué hacer y Avocato estaba incontrolable.
Tal vez por el estado en el que estaba... Tal vez por qué jamás lloro la muerte de su hijo ni la pérdida de su amigo Gary.
¿Lo más probable? Un poco de los dos.
El chico no dejo de acariciarlo.
Fue tanta su necesidad que hizo lo primero que se le vino a la mente.
—¿Recuerdas cuando tú y yo estábamos en un barco por el universo?. —pregunto Gary nostálgico.
El ventrexiano no respondió, pero por poner atención, sus sollozos fueron menos intensos.
—Solo éramos tu y yo, no sabíamos que hacer, así que decidí ir a Plutón. —decía el chico sabiendo que el ventrexiano no podía responderle, y no por qué estuviera llorando, si no por qué fue un sueño de Gary y era imposible que el supiera de lo que estaba hablando.
Aún así, el ventrexiano asintió.
Gary sonrió, estaba claro que Avocato no sabía lo que decía. —Las estrellas eran hermosas... A decir verdad... Todo era hermoso.
Los sollozos y las lágrimas del ventrexiano se calmaron un poco más —Si... Y yo te cante una canción.
Eso tomo por sorpresa al chico. —¿Si? —para Gary, su amigo deliraba. —¿Cual?...
Avocato se separó del chico, se limpio sus lágrimas y se recostó en sus piernas.
—No... No recuerdo muy bien...
Avocato empezó a tararear una melodía.
—Como cambian los días cuando estás aquí.
Mi corazón late más fuerte junto a ti.
Vivo en las nubes desde que entraste a mi vida.
Perdido en una dimensión desconocida.
Me haces soñar despierto amor entre tus labios.
La realidad para nosotros es un sueño lúcido.
Avocato, aún con pequeños sollozos dio un gran bostezo. —Un sueño lúcido.
Gary estaba boquiabierto. —Es... Es una hermosa canción.
El ventrexiano emitió un ruido de aceptación y se acurrucó lo más que pudo con el chico.
Avocato había dejado de llorar y Gary permanecía con una sonrisa.
Ahora que lo pensaba, probablemente fue una canción que en algún momento Avocato le canto a Quinn, pero eso no le importaba mucho, por qué ahora sentía que en verdad se la había dedicado a el.
El ventrexiano comenzó a roncar levemente y Gary no podía evitar morirse de la ternura por verlo.
El chico comenzó a acariciar la cabeza de Avocato, su pelaje era tan suave.
Y poco a poco, segundo con segundo, bostezo con bostezo, Gary también se quedó dormido.
El chico no tenía miedo de aceptarlo.
Tal vez se había enamorado nuevamente.
Y ya sea que estuviera bien o estuviera mal, el ahora apostaría todo por saber.
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Una disculpa por no poder actualizar ayer :,v.
Vean el lado bueno, es como si hubiera actualización diaria por qué mañana es viernes! :D.
Espero que le haya gustado este capítulo UwU.
Nos leemos mañana.
Bai.
Hasta El Último Día II: Ecos Y Ruidos (Gary x Avocato): Capítulo 32 (46), Temporada 2.
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