—¡En donde tienes la maldita cabeza Gary! —se acercó Quinn bastante molesta al chico.

Pero el solo mantuvo la mirada baja.

—¡Es que... En serio no lo puedo creer!. —la chica comenzo a caminar en la pequeña habitación de Gary. —¿¡Que maldita sea haces buscando a un muerto!?.

Y Gary, derramando una pequeña lágrima prefirió no contestar.

Quinn suspiro enfadada —En serio, no... No lo puedo creer. —se cruzo de brazos.

La jefa de la guardia Infinity estuvo un tiempo asimilando las cosas mientras Gary permanecía sentado y cabizbajo.

—Es que... Tu estas mal Gary.

Esas palabras tomaron por sorpresa al chico que permanecía llorando en silencio —No estoy mal. —dijo entré dientes.

—Si, si lo estás —Quinn se acercó a la puerta y la abrió —Estas mal y no voy a tolerar que sigas sufriendo por esto. Las misiones de exploración y cualquier cosa que implique estar en una nave están suspendidos para ti, y buscaré un psicólogo para que te trate.

—Pero...

—Pero nada. —Quinn azotó la puerta y salió.

Gary suspiro —¿Por qué decidí confiar en ti H.U.E.?

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