No me abandones,

no me abandones en esos sueños.
Sueños rotos.
Tras la tormenta, alcancé el dolor.

Estoy perdido en el precipicio de la vida,
dentro quema. Ahora no sé ni quien soy.
El amor fue un papel quemado, enterrado
bajo la tumba más oscura del cementerio.

Ese papel estuvo conmigo toda la vida,
escribí en él cuando llegaste tú.
Quiero regresar, volver a aquel bello pasado
en el que tendré de nuevo la felicidad.

El humo es espeso en la guarida
de la tristeza, ahora no sé
que ha sido de mi vida, tan solo que estoy quebrado,
como entonces y para siempre.

Supe que cada corazón era distinto,
bajo mi propio riesgo, te amé.
Esperé para estar juntos algún día,
las sombras oscuras me siguieron cubriendo.

Las sombras tu rostro, tu cuerpo, tus labios,
te busqué imparable, aquello
que ocultabas de mis ojos,
y entonces caí contigo.

Quiero desaparecer de una vez y para siempre,
dejarte libre y con tu gran amor.
Debo darte ese derecho
aún a expensas de perderlo yo.