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MAS QUE AMIGOS


Jack recuerda su adolescencia con mucha nostalgia; en ella no solo conoció a gente que estaría a su lado en esos momentos que tanto atesoraba, sino que también era gente que iba a continuar con su legado.

Se encontraba tomando un vaso de agua lentamente, mirando fijamente hacia la entrada de una taberna, que era muy poco conocida y poco concurrida. En las afueras de este lugar abundaba la soledad; pocas eran las almas dispuestas a ir allí, ya que eran las ruinas de la antigua ciudad del Imperio del Sol, que estaba totalmente abandonada. Solo la gente sin oportunidades en la ciudad actual iba allí, prácticamente a esperar su muerte. Pero había una vida poco conocida allí, e incluso, para la duda de muchos, la vida clandestina en ese lugar no tenía nada que envidiar a la ciudad.

Cuando parecía agotarse el vaso de agua, dos personas cruzaron la puerta, una tras otra, solo con diferencia de segundos. La primera en ingresar fue una chica rubia con gafas y un gran chaleco: Clara. Tras ella, llegó al lugar un tipo alto, de cabello rizado y muy pálido: Abrus. Los tres habían estado esperando mucho ese momento; requerían realizar una misión especial, pero solo ellos tres, nadie más del grupo de jóvenes que ellos lideraban podía enterarse de esa junta.

Comenzó una acalorada conversación entre Abrus y Jack. Este último insistía en que en el grupo de jóvenes había posibles traidores que debían ser investigados a fondo, incluso postulándose él mismo para tomar el lugar de detective. Por otro lado, Abrus, totalmente relajado y tomando una postura indiferente a los comentarios de su amigo, decía que tenía todo bajo control y que todos esos jóvenes eran sus seguidores, y podían confiar plenamente en ellos. Cuando la conversación parecía querer cruzar los límites de la amistad, entraba Clara, quien tomaba por debajo de la mesa la mano de Jack, haciendo que este reaccionara de tal manera que parecía que ese contacto calmaba la más profunda de sus angustias.

Abrus, al ver la calma en la situación, decidió abandonar a sus compañeros, con una mirada lejana, casi como si se despidiera.

— Ya no aguanto más esta situación. Presiento como si algo se me escapara de la vista, algo que tengo frente a mis ojos y, por algún motivo, no puedo dilucidar — dijo Jack, llevándose las manos a la cabeza. — ¿Qué piensas, Clara? Debes pensar que hay algún traidor también.

— ¿Qué puedo decirte? Siempre fuiste más bueno para determinar esas situaciones. Por mi parte, soy más de accionar que de pensar — dijo Clara, soltando la mano de Jack y sacando algo de su bolsillo. — Con esto podremos saber si hay algún infiltrado en nuestro grupo.

Clara sacó de su bolso una esfera, que era la que se utilizaba para entregar noticias a las personas, pero esa esfera tenía noticias falsas, cuya función era encontrar algún traidor, si es que había alguno. A Jack le pareció una buena idea, y confiando en su compañera, decidieron llevarla a cabo. Esa misma noche se concretó una reunión del grupo de jóvenes, y justamente en esa reunión no iba a poder participar Abrus, quien parecía estar inmerso en una misión secreta de la que solo él tenía información.

Jack y Clara llegaron a los túneles que se encontraban bajo la ciudad para planear el descubrimiento del posible traidor, una situación que mantenía a Jack totalmente extasiado y ansioso, quien odiaba equivocarse y pocas veces solía hacerlo.

Se reunieron los demás integrantes del grupo, y para cuando ya todos estaban allí, se dio a conocer la noticia falsa, se había descubierto el lugar donde los altos cargos guardaban sus bienes más preciados. La idea de esta noticia era simple: había que encontrar a algún personaje que quisiera dar aviso de esta situación a sus superiores, lo que determinaría que él era el traidor.

Posteriormente, sonó una alarma y todos se posicionaron en filas, sabiendo cada uno su lugar, ya que estaban organizados por zonas donde vivían, siendo 10 personas por cada fila. En una de ellas solo había 9 personas. Jack, intentando buscar con la mirada dónde podría estar la persona faltante, también se percató de que no estaba Clara. Luego de esto, se encendió una luz desde una de las puertas donde estaban los baños. Al ir hacia allá, se encontraron con la escena en que Clara estaba con una cuchilla apuntando hacia uno de los jóvenes, quien sostenía un celular en su mano y estaba tiritando, con una expresión en su rostro que demostraba todo el miedo que sentía en ese momento.

Al ver a Jack entrar al baño, Clara tomó el celular de la mano del joven que se encontraba en el suelo y se lo entregó a su compañero. Este pudo ver claramente cómo un mensaje estaba a punto de ser enviado hacia un número desconocido, el cual daba información respecto a que fue descubierta la ubicación de los bienes materiales de personas muy poderosas. Entonces Jack no necesitaba más pruebas; él siempre había estado en lo correcto.

Luego de esta situación, los demás jóvenes se llevaron al joven que se encontraba en shock en el piso, y mientras era arrastrado fuera del baño, no dejaba de cruzar miradas con Clara, quien parecía intimidarlo cada vez más con su mirada. En ese momento, a Jack ya le dejaba de preocupar el tema del traidor; más bien, se preocupaba por cómo iba a manejar esa situación con Abrus. Pero antes de que pudiera sentirse más alterado, Clara lo tomó de la mano y se acercó lentamente. Jack la detuvo en seco, insistiendo en que debían informar de esto a Abrus inmediatamente, y le dio a Clara la instrucción de encontrarlo de inmediato.

Por otro lado, Abrus se encontraba en una casa muy lujosa, a la cual había entrado a escondidas y se mantenía tras un gran mueble esperando. Mientras escuchaba una conversación entre personajes muy poderosos, los cuales estaban intentando definir quién sería el próximo líder del Imperio del Sol. Para ese punto, todos se apartaron y se movieron hacia otra habitación, quedando solo una persona, el capitán More.

— Ya puedes salir, chico. Desde la habitación en que están ahora no podrán escuchar nada —dijo el capitán More mientras esperaba que Abrus se sentara a su lado—. Bueno, dime, ¿qué opinas? ¿Crees que alguno de esos ancianos valga la pena que siga vivo, o si quieres cambiar algo respecto al plan?

— Todo debe seguir tal cual, y para ello no deben haber testigos de lo que va a suceder —dijo Abrus mientras se levantaba de su asiento y se dirigía a la habitación contigua.

Mientras pasaron unos minutos, vemos al Capitán More revisando un mensaje que le había llegado: "Mi presa ya mordió el cebo". Esto generó una sonrisa maliciosa en él mientras esperaba pacientemente tomando el té. Solo un par de sorbos después, vemos salir de la habitación a Abrus, que parecía un poco exhausto y se dirigió a un sillón que había a un costado, donde se recostó.

El Capitán More lo ve sorprendido, pero al notar que Abrus llevaba puesta la ropa del líder, se calmó y entró a la habitación. Lo que vio no le sorprendió en absoluto: todos estaban muertos, a lo que soltó una carcajada aún más siniestra que antes.

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