CAPÍTULO 13.
Ángel.
Hace ya dos horas que Mark salió a acompañar a las chicas. Una hora y cuarenta y cinco minutos desde que avisó por el grupo de los chicos que estaba en casa de Juliet y tardaría un poco en regresar.
¿Qué cojones hace en casa de Juliet?
Seis mensajes en total le he mandado a Mark, seis mensajes que ha ignorado por completo. ¿Tan ocupado está que ni siquiera puede contestar un simple mensaje?
Me dirijo al frigorífico y saco otra cerveza. Con está ya van cuatro las que me tomo en un vago intento por calmarme para no terminar haciendo cualquier gilipollez.
Al salir de la cocina diviso a Mark entrando al salón.
- ¿Por qué no contestabas los mensajes? ¿Qué hacías en casa de Juliet? .- Suelto la cerveza en la mesa que tengo al lado y en un par de pasos ya lo tengo frente a mí.
- Eh relaja celopata.- Suelta tan tranquilo haciendo así crecer mi frustración y mi enfado.- Estaba nerviosa y necesitaba hablar con alguien, eso es todo.
- ¿Por qué cojones has tardado tanto?
- No seas tan capullo, no podía irme hasta saber si estaba bien.
- ¿Si estaba bien? .- El desconcierto crece en mi interior haciendo que mi nivel de paciencia mengüe.- ¿Qué ha pasado? ¿Qué te ha dicho?
- No puedo contarte nada.- Exploto agarrando a Mark por la chaqueta juntando nuestras caras.
- ¿Cómo que no puedes? ¿DIME AHORA MISMO QUE HA SIDO LO QUE TE HA DICHO? .- Intenta soltar mi agarre pero se lo dificulto.
Los chicos que habían estado al margen viendo la escena como meros espectadores deciden actuar. Con la ayuda de Christian termina por soltarse de mis manos mientras es Thiago quien me sostiene del brazo.
- TE ESTOY DICIENDO QUE NO PUEDO CONTARTE NADA. ¡SE LO HE PROMETIDO!
- ¿POR QUÉ COJONES TE LO HA CONTADO A TI?
- ¡PORQUE ESTABA AHÍ, IMBÉCIL! .- Intento cargar otra vez contra él pero Thiago afianza más su agarre.- ¿Qué es lo que tanto te jode? ¿Qué hayamos estado los dos sólos en su casa o qué ha tenido la suficiente confianza para desahogarse conmigo y no contigo?
- ¡BASTA! .- El grito de Thiago hace que todos lo miremos impresionados. Por lo normal es un chico muy tranquilo pero cuando su paciencia se agota estalla llevándose todo por delante y eso es lo que parece que está a punto de ocurrir.- Christian llévate a Mark arriba, no bajéis hasta que no estén los dos calmados.
- No te preocupes por eso, yo me largo.- Cojo mi móvil, las llaves de la moto, el casco y mi chaqueta de cuero para a continuación salir de la casa.
Empiezo a conducir por las calles de la ciudad sin un rumbo fijo. Intentando controlar mis nervios y mis estúpidos celos.
Espera un momento. ¿¡Celos!? ¿Desde cuándo soy celoso?
Al cabo de un tiempo conduciendo decido poner rumbo a casa de Juliet. Necesito que me explique porque no confía en mí. Necesito saber qué está pasando.
Aparco en la puerta de la casa y llamo al timbre. En unos minutos la enana está en la entrada mirándome con el asombro reflejado en cada facción de su cara. Sus ojos hinchados junto al rosado de sus mejillas y nariz me hacen saber que ha estado llorando.
- ¿Ángel qué haces aquí?
- Necesito saber qué cojones está pasando Juliet.
- No sé a qué te refieres. No está pasando nada.- Me acerco a ella en dos pasos quedando cara a cara teniendo así que levantar la cabeza para poder mirarme a los ojos.
- ¿Ah no lo sabes? ¿Entonces por qué cojones tienes los ojos hinchados de llorar? .- La vergüenza e incomodidad reflejada en la cara incluso cuando la aparta situando su vista hacía un lado en el suelo para evitar mirarme directamente.
- No es nada, de verdad.- Su voz sale en apenas un susurro que logro escuchar.
- ¿Qué no es nada? ¿Entonces por qué mierda ha estado Mark aquí más de una hora? ¡Deja de mentir de una puta vez! .- Al terminar de soltar estas palabras es cuando sus ojos vuelven a los míos pero esta vez lo que reflejan es perplejidad y enfado.
- Es mi amigo. No tienes ningún derecho a venir a reclamarme nada.
- Tengo todo el derecho cuando me ocultas cosas ¡joder!
- Ángel, vete por favor.
- No me pienso ir de aquí hasta que no me des las respuestas que quiero.
- Haz lo que quieras.- Hace el amago de girar para entrar en casa pero soy más rápido y la sujeto de la muñeca atrayéndola hacía mí.
- Quiero que me lo cuentes todo ahora.- Sus ojos desprenden el enfado que va creciendo en ella pero yo tampoco estoy feliz. Intenta zafarse de mi agarre y la sujeto por los hombros.
- Ángel suéltame, me haces daño.- Y esas son las palabras que me hacen reaccionar con coherencia. La suelto dando un paso hacía atrás.
¿Pero que mierda me pasa? ¿Qué es lo que estoy haciendo? Joder... Yo no soy así... Acabo de hacerle daño a una de las personas más importantes en mi vida.
- Lo siento mucho Juliet.- Susurro mientras camino despacio hacía mi moto sin poder mirarla siquiera.
Puede que Mark tenga razón. ¿Qué era lo que más me molestaba? ¿El hecho de que han estado los dos a solas en su casa o que ha tenido con Mark la confianza que no ha tenido conmigo?
No logro entender porque ha podido hablar con él y cuando yo le he preguntado al respecto se ha sentido incómoda. Es como si no confiase en mí. Y eso me duele. Joder, yo le pude hablar de mi madre ¿porqué ella no puede abrirse de la misma forma conmigo?
Entonces caigo en la cuenta, me he comportado con ella como un verdadero gilipollas en más de una ocasión y con la de ahora me he coronado como el rey de los imbéciles. Recuerdo los acontecimientos de unas semanas atrás. De la pelirroja hablando mierda de Juliet, lo afectada que estaba esta, lo mal que le hablé, como desapareció durante horas hasta que Carla la encontró en su casa. Me había comportado como todo un capullo de campeonato y pese a decirle que se lo compensaría, nunca lo había hecho.
Puede que este sea el momento para hacerlo. Porque aunque no sepa lo que le ocurre sé que algo no va bien, sino no habría contado con Mark. Lo más seguro es que lo hubiera hablado con Carla.
***
Era jueves al mediodía y las clases por fin habían llegado a su fin. Las cosas con Mark siguen tensas y tampoco he hablado mucho con la enana. De hecho, esta ha estado tensa desde que Christian mencionó la fiesta de inicio de curso que llevará a cabo este viernes en la casa de Mike, quien era el organizador de dicha fiesta desde hace tres años, este sería la tercera que organiza. Antes de él se encargaba su hermano mayor, el cual era uno de los amigos del mío.
Había hablado con Carla el lunes. Me costó mucho explicarle la situación con Juls y que no terminase cortándome los huevos. Así que tuve que omitir el hecho de que le grité y le hice daño al sujetarla. Le pedí consejos acerca de cómo podría compensar a Juls y la idea que me dió me gustó mucho. Así que aquí estoy, en la puerta de la casa de la enana.
Yo:
Juliet necesito hablar contigo.
Estoy fuera, por favor, sal.
Enana💜:
¿Pero qué haces aquí Ángel?
Yo:
Por favor, solo quiero disculparme por mi comportamiento.
Enana💜:
Está bien.
Dame un segundo.
Unos minutos más tarde la puerta de la casa se abre dejándome ver a Juls, la cual parece que estaba estudiando por el moño pobremente sujeto con un lápiz.
Mi corazón se acelera como solo ella sabe hacer. Con cada paso que da hacía mí mis nervios se incrementan. Las manos, las cuales tengo detrás a mi espalda, me empiezan a sudar. Este es el efecto Juliet Evans.
Se detiene a unos pasos de mí, los cuales doy rompiendo la distancia.
- Hola enana.
- Hola Ángel.- Alza la cabeza para poder mirarme directamente a los ojos y puedo ver como tiene una hermosa sonrisa en sus labios. Mis nervios menguan al darme cuenta de que ya no está enfadada conmigo y que tampoco me odia.- ¿Qué haces aquí?
- He venido a pedirte perdón.- Una mueca de confusión se dibuja en su rostro así que me aclaro la garganta y prosigo.- He sido un imbécil. Un verdadero capullo. No me he comportado como un verdadero amigo. No sabes como me arrepiento de haber creído a la pelirroja, no tengo ninguna excusa. Posiblemente deberías odiarme por ello, de hecho, hubiera sido lo más lógico. En cambio, siempre has estado ahí para mí, incluso en mis peores momentos. Has estado cuando no quería estar con nadie, cuando mi única compañía era la miseria y la autodestrucción. Supiste escucharme y apoyarme, no tienes ni idea de lo mucho que te agradezco esto. Y yo en cambio he vuelto a fallarte. Siento mucho lo sucedido hace unos días.- Paro para tomar aire, intentando calmar mi corazón y a la vez coger valor. Algo inútil ya que parezco un jodido flan.- Lamento mucho haberte hecho daño y gritarte. Te diría cualquier excusa barata, pero a ti no puedo engañarte. Sin excusas... Era yo, en mi máximo esplendor, como rey de los gilipollas. Lo siento mucho, de verdad Juls, no volverá a ocurrir, creeme.- Me sorprendo cuando sus brazos rodean mi cuello mientras apoya su cabeza en mi pecho. Con mi brazo libre rodeo su cintura fundiéndonos en un abrazo mientras sigo con mi otro brazo tras mi espalda.
- Tranquilo Ángel, te perdono.
La abrazo aún más fuerte, aspirando el dulce aroma de su perfume de su cuello. El alivio inunda mi cuerpo al saber que me ha perdonado, que no me guarda rencor por ser tan capullo con ella.
Pero claro, caigo en la cuenta de que es Juls. Una chica sin maldad alguna, que solo mira por el bienestar de los demás, la cual no haría daño ni a una mosca.
- Por cierto enana, ¿te acuerdas que te dije que te lo iba a compensar? .- Me mira directamente a los ojos, asiente.- Pero nunca lo hice. De hecho, la volví a joder. Así que... Esta es mi forma de compensarte, de pedirte perdón.- Saco el brazo que tenía escondido trás mi espalda y automáticamente los ojos de Juls brillan de la emoción.
La enana pasa su mirada del ramo que le tiendo, con mi mejor sonrisa, a mis ojos repetidas veces. Un ramo compuesto de rosas azules y tres libros, los cuales Carla me informó que estaban en su lista de próximas lecturas.
- Ángel... Esto... No... No sé qué decir.- Termina de tartamudear mirándome a los ojos.
- Solo acepta mis disculpas, di que me perdonas y que me quieres.- Sus mejillas se tornan rosas. Agarra el ramo con sus dos manos para examinarlo bien mientras me regala la sonrisa más hermosa que mis ojos han visto. Cuando ya ha terminado de explorar el contenido de este lo sostiene con un brazo mientras se lanza a los míos para abrazarme.
- Claro que te perdono.- La abrazo aún más fuerte que antes. El alivio recorre cada partícula de mi ser.- Te quiero.
Una corriente eléctrica envuelve mi cuerpo nada más la enana suelta esas dos palabras. Dos simples palabras que hacen mover el mundo bajo mis pies.
Sé que no las dice de forma romántica pero aún así no puedo evitar emocionarme, no puedo evitar que mi cuerpo reacciones a sus palabras de una forma en la que nunca antes lo había hecho.
- De verdad, no hacía falta que hicieras todo esto por mí.- Habla cortando nuestro abrazo.- Es... simplemente no tengo palabras, muchas gracias de verdad. Eres increíble.
Mirándonos a los ojos, la cercanía de nuestros cuerpos, con mis manos sujetando su cintura. Aquí. Ahora. Es el momento perfecto para un primer beso con Juls. Un beso de verdad, no como en ese estúpido juego. Volver a probar sus hermosos y carnosos labios.
Acerco nuestros cuerpos hasta que la distancia se destruye, quedando entre nosotros apenas unos pocos centímetros. Poso mis manos sobre sus mejillas acariciándolas. Esta cercanía me está matando.
¿Pero qué cojones digo?
Es Juliet. Nunca pasará nada entre nosotros. No puede pasar nada entre nosotros. Es demasiado ingenua e inocente. Yo solo podría corromperla.
Dejo un suave beso sobre su frente para soltarla y alejarme lentamente.
- Tengo que irme.- Me dirijo hacia mi moto la cual estaba unos pasos detrás de mí.
- Eh... Ángel... Muchas gracias por el regalo.- Deja un tierno beso sobre mi mejilla izquierda para a continuación regalarme esa sonrisa que tanto me gusta.
- Gracias a ti por perdonarme.- Una sonrisa triunfante abandona mis labios.
Con eso nos despedimos, me monto en la moto y me marcho.
***
Son las diez de la noche, aparco la moto frente la puerta de la casa de Juls. Escucho como Thiago aparca su moto detrás de mí y el coche de Mark aparece en mi campo de visión quedando delante mía.
Ayer habíamos quedado todos que hoy iríamos juntos a la fiesta de inicio de curso. Thiago y yo en nuestras respectivas motos mientras que Mark llevaría a Christian, Carla y la enana. Ambas habían decidido prepararse en casa de Juls. Y aquí estamos.
Del coche bajan los dos chicos que se acercan donde estamos mi mejor amigo y yo. Saludo al zanahorio chocando las manos y le doy un vistazo a Mark. Las cosas con él no habían cambiado en lo más mínimo. Sigo sin entender el porque no me puede decir lo que sea que le preocupe a Juls.
- He avisado a Carla de que estamos todos esperando aquí fuera.- Comenta Thiago.
- Perfecto.- Hablamos Mark y yo a la vez cruzando miradas.
La tensión está en el aire, prácticamente se podría cortar con un cuchillo. Nadie habla, esperamos a las chicas en silencio, tampoco sabría muy bien por dónde empezar. Mark es uno de mis mejores amigos y sabe bien lo que siento por Juliet, lo mucho que la quiero y me preocupa todo lo que tenga que ver con ella.
Varios minutos después las puertas de la casa de Juliet se abren y aparece Carla seguida de la enana.
Mis ojos se sitúan en la enana, la cual va vestida con un pantalón, que le llega por los muslos, de cuero negro que hacen resaltar sus curvas, un top y unas botas de tacón del mismo color.
Joder... Esta chica va a conseguir que me dé un paro al corazón.
Trago fuerte saliva intentando encontrar mi voz pero me parece una tarea imposible.
Juliet es, simplemente, impresionante.
- Sigues con tu pasión de comértela con los ojos.- Me giro en dirección a Chistian el cual me mira con una sonrisa intentando parecer angelical. Le lanzo una mirada asesina y me acerco a Juliet, quien ya está saludando a los chicos.
Cuando ve que me aproximo a ella, su sonrisa crece y juro por lo más sagrado que esa sonrisa termina de desarmarme. Cuando estamos cara a cara nos dejamos envolver en los brazos de otro. Segundos después, y muy a mi pesar, nos separamos.
- Estás preciosa.- Suelto mirándola a los ojos y aún así puedo notar el rubor en sus mejillas.
- Tú también estás muy guapo.
- La parejita ¿nos vamos? .- La mirada asesina que le lanzo a Thiago no tiene comparación mientras la enana mira al suelo con las mejillas carmesí.
Le doy un corto beso en el pelo a modo de despedida para que cada cual vaya a su transporte.
No pasa mucho tiempo cuando por fin estamos todos aparcando cerca de la entrada de la casa de Mike. El fuerte sonido de la música se cuela por la puerta abierta. Al entrar ya hay un considerable número de personas bebiendo y bailando.
Nos dirigimos a la barra improvisada que hay a un lado del salón. Cada uno agarra un vaso y se prepara su bebida. Me fijo en como Juls vierte Vodka con limón en su vaso, en mi caso me decanto por el whisky.
- ¡Vamos todos a bailar! .- Grita una entusiasmada Carla.
Ponemos rumbo a la improvisada pista de baile donde todos empezamos a bailar. Bueno, todos no. He perdido el rastro de la enana. Mientras Carla y Thiago bailan juntos y Christian ya ha encontrado a su próxima conquista diviso a Juls a un lado cerca de la barra hablando con Mark. En serio, no entiendo desde cuando esos dos se han hecho tan íntimos.
¿Acaso a Juliet le gusta Mark?
Nunca he visto indicios de que así sea pero claro, hace poco me había dado cuenta de que a mí me gustaba ella. Así que... si, puede ser una posibilidad.
No puedo retirar mi mirada de ellos. Los celos me están matando.
Tengo que salir de aquí si no quiero volver a cagarla con la enana.
Decido salir a tomar el aire a la parte trasera de la casa, aunque se encuentra atestada de personas al igual que el interior. No es de extrañar ya que prácticamente todo el instituto se encuentra aquí.
Doy un sorbo a mi vaso el cual ya va por menos de la mitad. Noto como alguien me echa el brazo por encima de los hombros y cuando lo escucho hablar ya sé perfectamente quién es.
- Buena fiesta.- Me giro en dirección a Mike quien me mira con una sonrisa de suficiencia.
- Pensaba que no podría superar la del año pasado pero al parecer lo he logrado.
- Pobre de los novatos, nunca sabrán cómo son las fiestas del gran Mike Brown.
- Ya ves tío.
- ¿Sabes ya quién tomará el relevo?
- Pues... Hay un chico en segundo año que tiene potencial. No se lo digas a nadie pero él me ha ayudado a organizar un poco todo esto.
- Vaya, así que has perdido la esencia dejando que otro te ayude.
- No es eso cabrón, alguien tendrá que hacerse cargo el año que viene.
Ambos nos dirigimos a la barra del jardín para recargar nuestros vasos.
- Chicos ¿bailáis? .- Giro buscando a la dueña de la voz para encontrarme a dos morenas a las cuales no reconozco. Parece que son clones. Además del color del pelo, ambas son altas, delgadas, con buenas curvas y están entalladas en vestidos minúsculos.
En otra ocasión no me importaría bailar con ella, para al cabo de un rato terminar por follarla en una de las habitaciones de la planta de arriba. Pero últimamente la única mujer que ocupa mis pensamientos es una enana, inocente, tímida, que con el alcohol se desinhibe y que no confía en mí.
- Paso.- Giro para largarme pero una mano me detiene.
- Vamos tío ¿qué te pasa? ¿es que no ves que están buenísimas? .-Susurra cerca de mi oído para que solo yo pueda escucharlo.
- No me apetece, ve tú.
- Como quieras ¿quien cojones te entiende?
Con eso se marchan juntos hacía Dios sabe dónde.
¿Pero qué cojones me pasa? He rechazado bailar con una chica que está buenísima y con la que tenía muchas posibilidades de follar. Vacío el contenido del vaso de un trago, me sirvo otro y vuelvo a repetir.
Decido dar una vuelta por la casa. Entro y la gente sigue bailando como cuando llegamos, con la única diferencia es que está aún más saturado y la gente más borracha que antes.
No sé cuánto tiempo ha transcurrido desde que llegamos, solo sé que no encuentro a mis amigos y que el alcohol ya me va afectando.
Doy tumbos por la casa hasta que en un rincón de la cocina, apoyado en la encimera encuentro a Thiago, el cual parece que se ha pasado bebiendo. Junto a él se encuentra Carla intentando cuidar de él. Notan mi presencia y ambos giran la cabeza para mirarme.
- ¡ÁNGEL HERMANO! ¿Dónde estabas?
- Por ahí, he estado hablando con Mike. Veo que te lo estás pasando bien.
- ¿Hermano has visto qué guapa viene Carla? .- Agarra a Carla por las mejillas de una forma tan tierna que nunca le había visto hacer, consiguiendo que ella haga una especie de mueca divertida.- ¿Y qué me dices de Juliet? Nuestras amigas son preciosas.
- Estoy de acuerdo contigo hermano.- No puedo evitar soltar una pequeña risa al ver a mi mejor amigo en este estado.
- Oye Ángel ¿has visto a los demás? .- Niego con la cabeza antes de contestar a la pregunta de Carla.
- No, estábamos bailando, fui a tomar el aire y ya os perdí de vista hasta que os he encontrado a vosotros.
- Ya veo... ¿Puede buscar a Juliet y ver si está bien? Supongo que estará con los chicos pero me gustaría asegurarme.- Recuerdo cuando la vi hablando con Mark con una confianza y complicidad que nunca antes le he visto hacía otra persona que no sea Carla y los celos vuelven a mí, aun así quiero asegurarme que está bien.
- Claro, si. La busco y la traigo contigo. Quédate tú con el borracho.
- ¡EH! Me ofendes.- Thiago se lleva una mano al pecho en un acto fingido por parecer ofendido mientras yo no puedo evitar soltar una sonora carcajada.
Me despido con un movimiento de cabeza para salir de la cocina. De vuelta al salón atestado de personas bailando, hablando y bebiendo me doy cuenta de que va a ser más complicado de lo que pensaba encontrar a la enana. Voy moviéndome con cuidado de no chocar con ningún borracho que termine derramando su bebida encima mía. Al cabo de unos minutos vislumbro la cabellera pelirroja de Christian junto a la barra y a su lado se encuentra Mark. Intento buscar a Juls por los alrededores pero no logro encontrarla.
- ¿Habéis visto a Juliet? .- Grito por encima de la música para que puedan oírme aunque estoy lo suficientemente cerca como para que en otra situación con un susurro bastase.
- ¿Juliet? Pensábamos que estaba contigo.- El primero en responder es Christian.
- No la he visto desde que llegamos.- La cara de Mark cambia por completo y el pánico y la preocupación es notable en ella.
- ¿¡Desde que llegamos!? Llevamos aquí dos horas, hará treinta minutos que fue a buscarte. Tenemos que encontrarla ¡YA!
- Hey hermano, tranquilo. Seguramente esté con Carla.
- Carla está en la cocina con Thiago que está borracho.- Informo.
- Bueno... Entonces estará bailando en la pista de baile.
- ¿Sola? Lo dudo. Tenemos que encontrarla y rápido.- Las palabras de Mark hacen que mis alarmas se activen. Aquí está pasando algo pero no logro averiguar el que.
- ¿Mark qué está pasando? .- Lo miro a los ojos y este parece pensárselo unos segundo para terminar suspirando y accediendo.
- Está bien, no me queda más remedio... Antes que nada, puede que no sea nada, que esté por ahí con alguien divirtiéndose pero...
- ¿¡PERO QUÉ!?
- Juliet ha estado recibiendo mensajes de amenazas. No sabe quién puede ser, tampoco cree que sea la pelirroja. Puede que sea una broma de mal gusto pero... Mejor estar seguros.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro