Una familia destinada.
|Nota: Tercer día de la Starker Week 2021, de la temática Starker Family. (27/07/2021)
Escrito por mí y revisado por Midnights675.
ADVERTENCIAS + INDICACIONES:
-Peter tiene 23 y Tony 48.
-Relación establecida.
-Adopción.
-Alteración del canon.
-De alguna manera, terminé involucrando a los mutantes en este escrito.
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Están en una misión cuando las cosas se complican y toman un rumbo nuevo.
Es de noche y el edificio arde en llamas, tratan de evacuar a todas las personas dentro, antes de que haya un derrumbe o explosión aún más grande: el villano de turno es un mutante con poderes pirómanos, el encargado de detenerlo es Visión, mientras Peter y Tony evacuan a la multitud atrapada.
Tony —cuando piensa que ya han terminado de sacar a todas las personas del edificio— detecta una vida más a través de sus sensores.
No es difícil entrar al edificio de nuevo y encontrar a la persona que está en peligro, pero resulta que no es una persona mayor; es tan solo un niño de, aproximadamente, cuatro años el que está en peligro. Tony entra en pánico durante unos segundos antes de acercarse al niño —que le da una mirada de sorpresa mezclada con reconocimiento— y sacarlo del edificio.
Cuando sale de entre las llamas, Peter y Visión han logrado detener al mutante y nota más agentes de SHIELD y del hospital brindando atención médica a las personas con heridas graves, leves o superficiales, al igual que tratando de salvar a las que se encuentran en un estado aún más crítico.
Entrega al niño para que uno de los agentes de SHIELD se encargue de entregarlo a sus respectivos padres y después se acerca a donde Visión y Peter, quienes hablan con uno de los agentes de alto rango de SHIELD.
Se quita la máscara del rostro antes de unirse a la conversación.
—¿Qué hicieron con el chico? —Pregunta, porque lo cierto es que el mutante pirómano solo es un chico de veinte años.
—Fue llevado a las instalaciones de SHIELD para ser procesado. —Es Peter quién responde, la máscara está puesta sobre su rostro; la gente aún no sabe sobre su identidad y el chico planea que las cosas sigan así—. Rhodes se unirá al proceso cuando llegue allá.
—¿Y toda ésta gente?
—Serán puestos en un refugio del Gobierno mientras se busca una forma de ayudarlos a todos —el agente de SHIELD responde—. La mayoría de ellos, perdieron todo en el incendio.
—Consideren los gastos de todos cubiertos por mí. Comuníquense con mí banco para solucionar todo —Tony dice—. ¿Hay algo más de lo que deba enterarme antes de irme?
—Ah, sí —el agente dice—. Antes de que fuese llevado, John Williams dijo que había otro niño mutante en el edificio. Rogó porque lo salváramos. Al parecer, él acogió al niño hace un par de semanas; no sabemos si están relacionados.
Su corazón se acelera mientras piensa inmediatamente en el niño que salvó. Si el niño es entregado a SHIELD o al Gobierno, es probable que lo encierren o lo mantengan en un lugar especial para mutantes hasta que crezca más.
Y en casos más extremos —y conociendo lo suficiente a estas instituciones— buscaran estudiar y experimentar con el niño. El fin siempre justifica los medios para ellos y no les va a detener que solo sea un menor, mientras sea un mutante.
—¿Tony? —Peter llama su atención.
Parece preocupado.
—Me quedaré con el niño —le dice al agente, quién palidece inmediatamente—. Hablaré con Fury yo mismo sobre eso, pero ahora, quiero que lo traigan aquí.
—Está bien, señor.
El agente se retira como si fuera un alivio para él; Tony trata de ignorar la sensación de la mirada intensa de Peter —aún si lleva la máscara— mientras vuelve el agente.
Está actuando por impulso y lo sabe, pero no le importa. La situación con los mutantes se ha vuelto complicada desde que Wanda causó desastres y desde que se convirtió en fugitiva junto al resto del equipo del Capitán, Tony no puede permitir que el niño viva un infierno mientras crece.
No sabe qué es lo que hará con el niño, pero dejárselo a SHIELD y al Gobierno no es una opción.
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Peter y Visión ya están en la Sede cuando Tony llega con el niño que está dormido entre brazos.
Pronto —demasiado pronto para su gusto—, el peso de la decisión que acaba de tomar cae sobre su espalda de forma imaginaria.
Lo más seguro es que Fury ni siquiera le permita conservar al niño después de unos cuántos días y Tony tampoco sabe a dónde o con quién lo enviará. Tendrá que comunicarse con Happy y con Pepper para que comiencen a buscar soluciones de forma inmediata.
Recuerda haber escuchado rumores de una escuela para mutantes que estaba al otro lado del país.
Mientras tanto, se las arreglará para encontrar a alguien que cuide del niño, él no cree ser apto para ello.
—Tony, ¿por qué traes un niño dormido entre tus brazos? —Rhodes parece alarmado, al parecer, también se unió al resto del equipo después de estar con el mutante—. ¿De dónde te lo robaste?
—No lo sé —responde—, ¿quizás porque es un niño mutante que iba a quedar en manos de SHIELD y del Gobierno?
— No me lo robé. Es un mutante que estaba en la explosión —responde con cansancio—. No quise que quedase en manos de SHIELD y del Gobierno.
Rhodes frunce el ceño y asiente mientras mira al niño con sospecha; Tony no tiene idea de qué harán, si ni Rhodes ni él son buenos con los niños, y Visión, en cuestión de edad, aún puede considerarse un niño y recién está descubriendo sobre la vida humana y lo complicada que es, más aun si se trata de un infante.
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Toma por sorpresa a Tony cuando se da cuenta que Peter se mueve de manera ágil hasta llegar a él y después siente los labios de Peter conectar con los suyos; cuando Peter se separa, ve como toca las sienes del pequeño en brazos.
—No tiene temperatura —Peter murmura—, ¿sabes si es pariente de John?
—No lo sé —contesta, un poco sorprendido por la normalidad con la que Peter se toma todo—. John no ha dicho nada sobre los padres del niño pero lo más probable es que estén muertos.
Peter asiente, sin decir nada, él ha vivido propiamente lo duro que es la ausencia de los padres y aún más en la niñez.
—¿Dormirá con nosotros?
Tony no había pensado en eso.
—Ah…
Peter entiende su falta de respuesta y asiente, el chico duda un momento antes de tender lo brazos para que Tony le dé al niño.
Es sorprendente la forma suave en la que Peter toma al niño y con la ternura que lo toca. Tony no tenía ni idea de que Peter podía cargar niños siquiera.
—Iré a cambiarlo —Peter les dice, el niño encaja en sus brazos como si estuviera hecho para hacerlo—. El aroma a dióxido le hará daño.
—Está bien.
Peter se despide de Visión y Rhodes también, y después desaparece por los pasillos de la Sede.
Cuando Tony vuelve a mirar a sus otros dos amigos, se da cuenta que los dos están tan sorprendidos como él —bueno, Visión parece más extrañado que sorprendido—. Rhodes es el que reacciona primero y quién rompe el silencio.
—¿En qué demonios te acabas de meter?
Tony decide, de manera muy digna, ignorar la pregunta.
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Peter no está en su habitación —la que ambos comparten— cuando sube a su piso, así que asume que el chico está en la antigua habitación que le dio en la Sede cuando se unió a los Vengadores —antes de que se mudara a la habitación que ambos comenzaron a compartir cuando su relación inició—.
Ahí es donde lo encuentra, en la antigua habitación que está llena de pósters de bandas musicales antiguas y películas aún más antiguas. Le causa risa y ternura, y sobre todo le trae bastantes recuerdos del chico del cual se enamoró y del cual no se imagina que sería actualmente si no hubiese llegado a su vida.
Peter está dormido sobre la cama y Tony solo se tarda un momento para ubicar al pequeño bulto que es el niño acostado al costado de Peter. La imagen es tan tierna que ni siquiera se sorprende cuando siente ternura por verlos así.
Se acerca para sentarse al borde la cama y se queda ahí, pensando; ni siquiera conoce el nombre del niño ni nada más sobre él, quizás llevarlo consigo fue un error, solo que Tony no lo piensa así realmente, porque sabe que la manera en la que los mutantes están siendo tratados en ese momento es dura y no quiere que el niño sea expuesto a eso siendo tan pequeño. Además, a cómo ve las cosas, lo más seguro es que Peter haga hablar al niño el día siguiente.
Peter encanta a todo el mundo con rapidez —si lo sabrá él— y sabe que los niños no son la excepción.
Duda un momento más sobre qué hacer a continuación, antes de terminar decidiendo volver a su habitación para no despertar a Peter. Excepto que cuando se acerca al chico para besarlo una vez más antes de irse a su propia habitación, Peter abre los ojos y lo mira, con una sonrisa en el rostro.
—Quédate —pide—. Creo que… la presencia de los dos hará que el niño se sienta seguro.
—¿Y si en lugar de eso lo hace entrar en pánico porque no nos conoce?
—Confía en mí —Peter dice—. No lo hará. Quédate con nosotros.
Tony siente algo ante el “Quédate con nosotros”, no sabe lo que es, pero le da paz, le da algo que no sabía que necesitaba sentir. Entonces su cuerpo cede ante las palabras y toma el espacio que el chico le cede a su lado. Sonríe cuando el rostro de Peter se apoya sobre su pecho y no tarda en dormirse al sentir su calidez envolverlo.
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Cuando despierta la mañana siguiente, siente la ausencia de Peter y posteriormente se da cuenta que la del niño también. Entra en pánico durante un par de segundos, pero cuando ve la hora, entiende por qué ya ninguno se encuentra en la habitación.
Ya es mediodía.
Vuelve a su habitación y se da una ducha rápida antes de ir a la cocina. Cuando entra ve al castaño cocinado, mientras el niño está sentado en uno de los taburetes de la encimera. Luce ridículamente pequeño en el taburete y hace que su pecho se caliente la verlo.
Rhodes y Visión no se encuentran presentes, por lo que Tony asume que han salido o que se encuentran en otra parte de la Sede.
—Buenos días —saluda. La atención del pequeño niño se centra en él, es entonces cuando Tony se permite analizarlo; físicamente, no hay algo diferente en el niño, por lo que sí es un mutante no tiene un poder notable a simple vista. Tiene ojos de color avellana y cabello castaño rojizo que se enrolla en rulos alrededor de su cabeza.
—Buenos días —Peter lo saluda.
Tony aprovecha para besarlo cuando se acerca a él para servirse una taza de café. Nota también que Peter está haciendo pancakes con chispas de chocolate.
Después de servirse el café, se queda paralizado durante unos breves momentos sin saber qué hacer —generalmente, tomaría asiento mientras ve a Peter cocinar, ya que él no puede hacerlo ni para salvarse la vida, y empezaría una conversación con su pareja sobre algún tema al azar en común—, hasta que Peter le hace un gesto para que tome asiento en uno de los taburetes.
Tony se sienta lo más alejado posible del niño.
No es que esté tratando de evitarlo, solo que no sabe cómo actuar frente a los niños de manera tan directa —es fácil tratar a aquellos niños que se acercan a él para pedir un autógrafo o para tomarse una foto con él— y tiene… pánico de arruinarlo.
Las nuevas sensaciones lo abruman; lo asustan tanto como le gustan.
Dios, si tan solo su padre hubiera sido una buena figura paterna —quizá— él no estaría en esa situación, teniéndole pánico a un niño de cuatro años. O menos. O más. No lo sabe.
Se siente incómodo y evita a toda costa mirar al niño que está comiendo, con bastante tranquilidad para tener la edad en la que los mocosos se transforman en los hijos de Lucifer que derrochan energía por doquier. Pero, cuando está a punto de retirarse a hacer cualquier cosa a su laboratorio, Peter le sirve un par de pancakes y Tony no puede resistirse ante tremenda tentación.
—Gabriel —Peter le dice, mientras mira al niño— me comentó que se siente tranquilo por estar aquí.
Tony mira al niño por impulso y alza una ceja.
—¿Y eso a qué se debe?
—Los vi venir —dice Gabriel, su voz es suave y tierna—. Por eso no tengo miedo.
—¿Cuántos años tienes?
—Seis.
Tony mira a Peter, quién asiente para confirmar la respuesta de Gabriel.
—Eres mayor de lo que pareces —dice por impulso. Gabriel se encoge de hombros.
Peter apaga la estufa y se sienta frente a él.
—¿Qué es eso de que nos vio venir? —Pregunta inmediatamente—. ¿Cómo nos vio venir?
Peter suspira, y toma un sorbo de café antes de contestarle.
—¿Precognición?
Si es un mutante, es una buena suposición. Tony ha visto mutantes con todo tipo de poderes en los últimos años, por lo que no sería sorprendente que el niño pueda ver el futuro. Lo que sí es sorprendente es que sus poderes se hayan dado tan pronto y a tan corta edad.
Siente un picor en su interior al pensar en lo que SHIELD y el Gobierno podrían hacerle sabiendo eso, sabiendo los poderes del niño.
—Seguramente —acepta. Ya no puede evitar desviar su vista del niño, ahora sus ojos parecen empeñados en mirar cada acción que el niño hace.
Si el niño los estaba esperando, eso significa que era su destino encontrarse con ellos. ¿Será su destino o futuro quedarse con ellos? Tony no puede evitar hacerse la pregunta.
—¿Qué harás? ¿Lo vas a entregar a… algún lugar en donde esté seguro?
—Los rumores de la Escuela de Mutantes deben ser ciertos —Tony responde—. ¿Debería enviarlo ahí?
Peter parece pensativo; un lugar donde hayan más mutantes será lo mejor para el niño, si es cierto que ese lugar es una Escuela.
—Quizás —Peter admite—. ¿Pero qué es lo que piensas tú? No sé por qué, pero no te veo muy dispuesto realmente a entregarlo.
—¿A qué te refieres?
—A que si estuvieras dispuesto a dejarlo con alguien más —Peter dice tentativamente—, ya no estaría aquí. Te conozco bien, lo más seguro es que, en otras circunstancias, a éstas alturas Gabriel ya estuviera con la señorita Potts.
—Potts está de vacaciones —se excusa.
—¿Y cuándo eso te ha detenido?
Nunca.
Tony ignora la pregunta y vuelve su atención a su comida. Lo piensa de forma minuciosa, porque sabe que no debe tomar decisiones apresuradas en ese momento. Además de que ha ignorado las llamadas que Fury le ha hecho porque no tiene una respuesta sobre lo siguiente que va a hacer. Lo único que sabe es que no quiere que el niño termine en manos de personas que lo van a usar como una rata de laboratorio.
Mira a Gabriel: los ojos del niño parecen demasiado profundos para su edad y el pecho de Tony se encoge cuando piensa en que se verá obligado a madurar con rapidez debido a sus poderes.
Ojalá no tuviera que hacerlo.
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Peter y él llevan a Gabriel a comprar ropa, porque no piensan vestirlo con las camisas de Peter más pequeñas por el resto de los días y también quieren que el niño elija algo de su gusto.
Gabriel elije cosas sencillas y no es muy exigente a la hora de comprar cosas, por lo que su tarde de compras termina de forma rápida. Tony se siente agradecido por eso, ya que es estresante, en esas ocasiones, que los paparazzi lo sigan a todas partes mientras sale.
Ya se han publicado varios artículos que hablan sobre el papel de Peter en su vida y la mayoría son terribles, acusando a su pareja de “colgarse” de su fama; ignorando el hecho de que Peter es el mismísimo Spider-Man y que por eso fue que ambos se conocieron, pero claro, no lo saben.
Peter es natural tratando con Gabriel, Tony se sorprende bastante porque es como si el chico estuviera hecho para tratar con los niños. Es probable que así sea, piensa, después de todo, Peter parece ser bueno para todo. Tiene un alma muy pura y sabe que es eso lo que hace que conecte tan bien con las personas.
Y lo es.
Cuando la tarde termina, Gabriel ya está cansado y termina dormido sobre el hombro de Peter, quién lo carga durante varios minutos como si el niño no pesara absolutamente nada. Tony le ofrece a su pareja cargarlo durante un rato, pero Peter se niega diciéndole que así está bien.
No les toma mucho tiempo llegar a la Sede de nuevo. Acuestan al niño en una habitación que Tony mandó a preparar para él y después se van a la suya propia.
—Es un niño muy dulce —Peter comenta, mientras se desviste y se pone una camisa de Tony que le llega a los muslos—. Me pregunto quién lo habrá criado hasta esta edad y cómo es que terminó al lado de John Williams.
—Me pregunto lo mismo —coincide—. Pero Williams no ha dicho nada sobre él y no creo que lo haga. Solo expondría más a Gabriel.
—Lo está protegiendo. —Peter se acuesta en la enorme cama y Tony no tarda en acompañarlo, inclinándose sobre él para besarlo de manera profunda. Se ven obligados a separarse por falta de oxígeno—. Tiene que haber una razón.
—Sí. Y la descubriremos.
Peter asiente y vuelve a besarlo, mientras envuelve los brazos alrededor de sus hombros para acercarlos más. Es fácil para ambos meterse en la piel del otro y disfrutar de la intimidad que la habitación les permite.
Aprovechan esa intimidad.
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Despierta a media noche, extrañado porque mueve su mano para abrazar a Peter y encuentra el lado de su cama —el lado derecho— vacío y frío, como si el chico llevara horas fuera de la cama.
Al principio, piensa en ignorar la falta de Peter; es un hábito frecuente que Peter se levante a media noche y salga a dar algunas vueltas porque sus sentidos o el insomnio lo abruman y vuelve cuando ya está más tranquilo y cuando ya puede descansar en tranquilidad. Sin embargo, hay algo que lo impulsa a levantarse de forma desequilibrada de la cama y recorrer los pasillos mientras se siente adormilado.
Termina en la habitación de Gabriel, que tiene la puerta abierta y le permite observar y ubicar rápidamente la figura de Peter frente a las ventanas de la habitación. Gabriel está sobre el hombro de Peter mientras el chico se balancea de un lado a otro y acaricia su espalda de forma suave.
Peter le hace un gesto para que se acerque cuando lo ve, así que Tony no tarda en acercarse a su pareja. Cuando ya está cerca de él, nota que Gabriel ya está dormido.
—¿Qué pasó? —Pregunta. Intenta ignorar la punzada de preocupación que se abre paso a través de su pecho porque todo está bien.
—Me desperté y lo escuché llorar, vine a ver si estaba bien pero lo encontré sentado en la cama mientras lloraba. —Peter habla mientras sigue pasando su mano de manera suave sobre la espalda de Gabriel—. Creo que tuvo una pesadilla o una premonición, no sé cómo funcionan sus ciclos de sueño así que supongo que una de las dos debe ser.
—Pobrecillo —dice Tony, sorprendiéndose a sí mismo al darse cuenta que lo dice en serio—. ¿Crees que sería bueno si duerme con nosotros?
Peter no le contesta, al menos, no inmediatamente. Tony no puede observar bien sus facciones por la poca iluminación de la habitación, pero aun así sabe que se encuentra pesando en su pregunta y, probablemente, en algo más.
Peter le habla después de lo que parece una eternidad.
—Nos vamos a quedar con él —Peter suena seguro—, ¿no es así?
El corazón de Tony golpea de forma pesada en su pecho cuando se da cuenta de que Peter se incluye a sí mismo en la ecuación. No es que hubiera pensado que Peter lo abandonaría si se quedaba con Gabriel para ser su tutor legal —no quiere pensar en la palabra padre en ese momento—, pero no había estado seguro de cuál sería la reacción del chico. Saber que se considera a sí mismo para hacerse responsable de Gabriel también lo hace querer besarlo.
—¿Te molestaría?
Es su deber, como pareja, pensar en las necesidades que Peter pueda tener y, aunque está casi seguro de que está de acuerdo con él, quiere darle la opción de hacerse a un lado si así lo desea.
Incluso si eso lo lastimaría.
—No, no —Peter contesta—. Lo he pensado. Creo que lo supe desde que le ordenaste al agente de SHIELD que te lo entregara. Y lo siento como algo natural, nunca pensé en ser padre pero…
—Ahora que lo piensas te agrada, ¿no es así?
—Sí, lo es —afirma Peter—. Si me consideras una persona digna para criar a Gabriel, haré todo lo que esté en mis manos porque lo eduquemos como un hombre de bien.
—No encontraría a alguien más adecuado y digno que tú —admite—. Serás un padre perfecto.
—No lo creo —Peter rebate—. Ni siquiera sé cómo ser un padre, pero supongo que encontraré mi camino.
—Yo tampoco sé y estoy seguro de que seré un desastre —le dice—. Tendrás que tenerme paciencia cuando me equivoque en más de una ocasión.
—Sabes que siempre te tengo paciencia —Peter murmura—. Además, me parece que éste será un proceso de aprendizaje para los tres.
—Encontraremos nuestro camino.
Lo piensa un poco, con un poco de temor, pero termina extendiendo sus brazos para que Peter le dé a Gabriel. Es la primera vez que lo carga desde que lo llevó a la Sede dormido entre sus brazos, y descubre que le gusta la sensación de que encaja bien contra su cuerpo. Siente que podría pasar años cargando a Gabriel y que nunca se arrepentirá.
Y es ahí, con el peso del cuerpo cálido de Gabriel contra el suyo y el rostro del niño encajando en su cuello, cuando toma una decisión.
Se está quedando con Gabriel.
Se quedará con ambos. Se siente tan lleno de paz y después de tantos años de penumbras comienza a ver la luz venir a él.
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Fury no le pone las cosas fáciles y parece empeñado en ponerle trabas para que no adopte a Gabriel bajo su apellido, pero Tony no se rinde. Termina ganando, como siempre.
Y Peter accede a que Gabriel lleve su apellido también, solo se les permite ponerle el apellido de ambos, sin estar casados, porque Tony es amigo de la jueza que lleva el caso es su amiga. Y el dinero logra muchas cosas cuando está de por medio.
Gabriel pasa a ser oficialmente un Stark Parker un par de semanas después.
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Es fácil lidiar con el niño, porque es bastante pacífico y no parece necesitar demasiada atención —eso no significa que no se la den, por supuesto, porque Tony ama mimarlo siempre que puede—, los únicos problemas que es son las pesadillas o premoniciones que tiene, pero Tony realmente no las considera como un problema.
Las premoniciones son algo propio de Gabriel y es algo que lo va a acompañar durante toda su vida y cada etapa de ella, así que Peter y él deben adaptarse a ese hecho tan pronto como puedan. Y sobre todo tratar de demostrarle que puede contar con ellos todo el tiempo.
—¿Qué ves en tus pesadillas? —Tony le pregunta al niño, mientras lo carga en sus brazos para llevarlo a la cocina a buscar unas galletas. Están solos en la Sede, con otros del personal general de la Sede, porque Peter y Visión han salido juntos a una misión y Rhodes está haciendo un trabajo para el Gobierno. Después de conversarlo un poco con Peter, ambos pactaron turnarse para las misiones y que uno de los dos siempre cuidara a Gabriel.
La despensa de la Sede se ha surtido de dulces, galletas y demás golosinas, porque incluso Rhodes —quien aún parece un poco tenso alrededor del niño— ha estado comprando chocolates y gomitas de forma disimulada.
Peter ocasionalmente le hace burla diciendo que es buen tío, hecho que hace rodar los ojos de Rhodes.
—Muchas cosas —Gabriel contesta—. Personas que no conozco. Supongo que... momentos que pasarán.
—¿Se han cumplido varias de tus pesadillas?
Deja a Gabriel sobre la encimera de la cocina cuando llegan, y abre el tarro en el que Peter ha guardado las galletas para darle un par a su niño.
—No —dice Gabriel—. Solo dos.
—¿Dos?
—Sí.
Tony asiente, porque sabe que su niño no miente. Gabriel es completamente honesto e inocente, es como si ni siquiera supiera qué es una mentira. Solo espera que eso se mantenga así durante años.
No quiere que el destino le regrese algo de los dolores de cabeza que le dio a sus padres en la adolescencia.
—Bueno —Tony le dice—, siempre que tengas una pesadilla, puedes venir a mi habitación y a la de Peter, ¿te parece?
—Me parece —dice Gabriel.
Tony no puede resistirse y también se come un par de galletas mientras usa una de sus StarkPad para ponerle dibujos animados a Gabriel.
Cuando Peter y Visión regresan, los encuentran dormidos en la sala —que es donde se mudaron después de comer galletas— sobre uno de los sofás, mientras Tony abraza de forma protectora a Gabriel.
Peter se siente enternecido con la vista que tiene de ellos.
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Se convierten en una familia, eventualmente. Peter es demasiado bueno siendo padre para ser alguien que no se crio con una figura paterna constante, y Tony se esfuerza constantemente por hacer las cosas bien. Sus esfuerzos parecen encajar entre sí, porque las pesadillas de Gabriel desaparecen en cuanto el niño aprende a confiar al cien por ciento en ellos.
Se vuelve un niño mimado aún más cuando Rhodes termina de adaptarse a él y parece convertirse en ese tío molesto que juega frecuentemente con él mientras pelea con Peter y Tony por tonterías.
Es entonces cuando acepta por fin ser un buen tío —en sus propias palabras—.
Visión no es indiferente a Gabriel pero le da un trato diferente —un trato similar al que reciben ellos—, no como si estuviera tratando a un niño de seis años. Gabriel lo ama, porque a pesar de que todos son muy inteligentes, es Visión quien le enseña cosas cada vez que hablan o tienen contacto.
Gabriel es un niño muy inteligente, y, en cierta forma, es una ventaja que lo sea si tiene dos padres genios que tienen mucho que enseñarle.
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Tony no fue tan ingenuo para pensar que Gabriel no les iba a traer complicaciones en algún momento —no saben el origen del niño, y que John Williams haya sido el último responsable de él significa que no tiene un origen muy bueno o que hay cosas que ellos aún no saben que no son del todo buenas. Le han preguntado a Gabriel sobre sus padres pero el niño aún no sabe cómo responder y tanto Peter como él creyeron que lo mejor era darle un poco más de tiempo—, pero jamás pensó que los problemas fueran a llegar tan pronto.
Sabían que una tormenta se formaría, pero no vieron venir al primer rayo.
—Señor —FRIDAY llama su atención—, hay dos personas afuera que han traspasado la seguridad de la Sede. Están hablando sobre usted.
Tony deja lo que está haciendo —está en su laboratorio trabajando en un proyecto— y presta atención a lo que su IA acaba de decirle.
—¿Qué? ¿Sobre mí?
—En efecto, Señor.
Tony no tarda en salir de su laboratorio para ver quiénes son los que lo buscan; Peter aparece por uno de los pasillos también —anteriormente había estado jugando con Gabriel mientras conversaba con Visión—, así que asume que FRIDAY le informó sobre lo que está pasando.
—¿Sabes quiénes son? —Peter pregunta, no tiene puesto el traje pero sí trae sus webshoots alrededor de sus muñecas.
Se ve como si estuviera listo para una batalla.
—No tengo ni idea —contesta.
Peter y él llegan al primer piso de inmediato, no es difícil para ellos ubicar a las dos figuras que están afuera de la Sede gracias a los ventanales.
No los reconoce, porque no los ha visto antes, pero tiene una ligera impresión de que no son personas comunes.
Hasta el ambiente se siente diferente cuando ambos salen afuera.
—Buenas tardes —les dice—, no es que quiera ser descortés, pero necesito saber qué están haciendo aquí. Este terreno no es de dominio público, ¿saben?
La chica —son un chico y una chica— lo mira con neutralidad, como si ni siquiera hubiese registrado sus palabras.
—Venimos por el niño —ella dice, Tony se tensa y nota por el rabillo del ojo que Peter también—. Sabemos que está con ustedes, no queremos hacerle daño; el lugar de él está en la Escuela.
—¿Qué escuela? —Pregunta de forma brusca.
Los ojos de ella lo analizan mientras bufa.
—No tienes que fingir ignorancia con nosotros —ella dice—. Sabes a qué Escuela me refiero.
—En caso de que lo sepa —Tony comienza—, ¿qué les hace pensar que voy a entregarles a mí hijo para que se lo lleven?
—Gabriel está bajo nuestra tutela legal —Peter agrega, su voz suena más firme que nunca antes—. No tienen ningún derecho a llevárselo y la ley nos protege.
Su táctica de intimidación es buena, pero no parece funcionar con la chica de cabello blanco que alza el rostro y los mira con altanería.
—Lo mejor para el niño es ir con nosotros —habla el chico, su cabello es rubio y sus ojos azules parecen querer congelar con una simple mirada—. Estará más seguro ahí.
—Ese niño se llama Gabriel —Peter contesta con molestia— y saldrá de aquí solo si pasan por encima de mí.
—Y de mí y de todas mis marks y de Visión —agrega Tony con firmeza.
La mujer parece dispuesta a pelearse con ellos —a Tony no se le pasa por alto que el cielo se pone cada vez más oscuro y nubloso cuando ella parece más furiosa— pero el chico termina tomándole el brazo para llamar su atención.
Tienen una conversación a través de miradas que es demasiado intensa, en opinión de Tony.
—Permítenos ver a Gabriel —dice el rubio con cuidado—, solo queremos asegurarnos que él estará seguro aquí y que está por su propia voluntad.
Tony está a punto de replicarle que jamás tendría a un niño en contra de su voluntad bajo su responsabilidad cuando Peter habla.
—Está bien —accede el arácnido—, pero al mínimo intento que hagan para llevárselo, ninguno saldrá bien de aquí.
La chica de cabello blanco asiente con el rostro alzado en una expresión seguridad.
Tony mira a Peter, solo para confirmar que es consciente de la decisión que está tomando, pero el chico parece totalmente sereno, así que asume que sus sentidos no deben percibir ninguna especie de peligro de los mutantes.
—Nena —Tony le dice a su IA—, dile a Visión que traiga a Gabriel.
La chica y el chico ni siquiera parecen sorprendidos de verlo hablar, prácticamente, a solas. Tony se pregunta si ellos tienen a su propio genio de la tecnología en la bendita Escuela en la que se esconden.
—Visión se niega a traer a Gabriel —FRIDAY le dice—. No está dispuesto a permitir que entreguen a Gabriel.
Tony mira a Peter de inmediato, quién parece haber escuchado lo que su IA dijo y parece tan sorprendido como se siente él mismo.
—Dile a Vis que nadie se está llevando a Gabriel —indica, de manera más fuerte y segura—, solo… quieren hacerle algunas preguntas en cuanto a su comodidad.
—Ahorita viene.
Visión, efectivamente, sale del piso alto por una de las ventanas mientras carga a un muy sonriente Gabriel en sus brazos.
Peter jadea a su lado, como si estuviera dispuesto a lanzarse a recuperar a Gabriel de los brazos de Visión, es entonces cuando Tony descubre que él siente lo mismo y que también hay preocupación por la seguridad de Gabriel en ese momento.
Sin embargo, Visión toca el suelo con una expresión serena en el rostro y le entrega el niño a Peter cuando éste extiende sus brazos.
Gabriel mira a la chica de cabello blanco y al chico rubio y parece reconocerlos —tiene en su rostro la misma expresión que le dio a Tony cuando lo salvó—, pero no sabe si los reconoce porque los ha visto en alguna premonición o porque se encontró con ellos antes.
Peter le susurra unas cosas a Gabriel que Tony no escucha, y después lo deja sobre el suelo y le da espacio para que lo chica y el chico se acerquen a hablar con él.
Tony hace lo mismo en contra de su propia voluntad; Peter pone la mano sobre su hombro y la deja ahí como una muestra de apoyo, mientras la peliblanca y el rubio le hacen preguntas a Gabriel.
Desde el principio queda claro que Gabriel está con ellos porque así lo quiere, por lo que el rubio parece rendirse a medio cuestionario pero la peliblanca insiste en preguntar cada cosa que se le pasa por la cabeza.
Es estresante pero espera hasta que ella termina de hacer preguntas.
Tony se tensa cuando Gabriel los abraza a ambos como una despedida y solo está tranquilo cuando Visión lo lleva al interior de la Sede de nuevo.
—¿Ya están satisfechos? —Pregunta con irritación.
—Lo estamos —el rubio contesta—. Agradecemos que nos hayan dado la oportunidad de hablar con Gabriel para verificar su seguridad aquí.
—Es el complejo más seguro de todo Estados Unidos —Tony le dice—, ¿crees que estaría en peligro aquí?
—El peligro se encuentra en todas partes. —Es la chica de cabello blanco quién responde—. Y éste complejo no parece tan seguro si burlamos su seguridad en un par de segundos.
Tony la mira con molestia, pero antes de que pueda hablar, el chico rubio interviene de nuevo.
—Sabemos, de fuentes certeras, que los padres de Gabriel están muertos —dice el rubio—; su madre fue estudiante de la Escuela y por eso vinimos por Gabriel cuando nos enteramos de lo que pasó. Lamentamos cualquier molestia.
—¿Está relacionado con John Williams de alguna forma?
El chico rubio se tensa brevemente, pero lo disimula con bastante rapidez.
—No —le dice—, según sabemos, él mató a los padres de Gabriel por accidente frente al niño. Pero aún no sabemos por qué Gabriel decidió irse con él.
—¿Será porque es un niño?
—A los mutantes se nos enseña a sobrevivir desde pequeños —la chica dice—, sin contar que el niño cuenta con poderes que podrían haber sido usados para buscar la ayuda de un telépata cercano. Su madre le ayudó a usarlos para solicitar ayuda.
Tony se abstiene de decir algo que esté fuera del lugar, porque lo cierto es que él no sabe qué es criarse de la forma en la que los mutantes se han criado desde décadas anteriores; saber la lucha que han tenido —conocerla— y vivirla no es lo mismo.
—¿Qué poderes tenían sus padres?
—Su padre era humano —responde el chico—, pero su madre era una clarividente.
—¿Ustedes saben… —Peter duda—, cómo funcionan exactamente los poderes de precognición?
La chica y el chico se miran, y al final es la chica la que termina hablando:
—Las premoniciones pueden presentarse a través de sueños —ella dice—, sobre el futuro y el pasado. Conocimos a alguien con ese poder que podía ver el futuro o pasado de una persona con solo tocar un objeto de su pertenencia. De ahí, no sabemos nada más de lo que dicen los conceptos. Cada poder funciona de su propia forma aunque sea igual a otro; Gabriel explorará y descubrirá los suyos conforme crezca.
—Gracias. —Peter le da un asentimiento que ella corresponde.
La amabilidad parece estar inundando su rostro. Tony intenta no sorprenderse cuando se da cuenta que el cielo ha vuelto a su color normal y que es incluso más brillante y limpio que antes.
—Nos veremos de nuevo —ella dice—. Si Gabriel se encuentra en peligro y no pueden protegerlo, no duden en llamarnos; estaremos ahí. Por él.
Tony asiente y los ve marcharse a los dos hacia el montón de árboles que rodean la Sede.
—Había alguien más con ellos —Peter dice, mientras observa fijamente hacia los árboles—, pero ya no están. Ninguno.
Ni él ni Peter lo dicen en voz alta, pero es obvio que ambos ya se sienten más tranquilos.
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Gabriel está comiendo golosinas en la Sala, en compañía de Visión, cuando ambos entran. El androide ha pasado a su forma humana y luce ridículamente sereno para la situación estresante que acaban de pasar.
—¿Todo bien? —Les pregunta.
—Todo bien —responde Peter—. Gracias por cuidar de Gabriel.
—De nada —Visión contesta—. Creo que los dejaré a solas, parece que necesitan un momento para recuperar el gusto.
—Gracias, Vis.
Visión les da un asentimiento a ambos y después desaparece por un de las paredes de la Sala, no sin antes darle un último vistazo a Gabriel.
—¿Estás bien, Gabriel? —Tony le pregunta. Antes no quiso pensarlo, pero ahora no puede ignorar el hecho de que Gabriel seguramente vio morir a sus padres y aun así fue con el tipo que los asesinó.
—Sí —responde Gabriel—. Ellos eran buenas personas.
—¿Lo eran? —Peter pregunta, sentándose en el sofá a la par de Gabriel—. ¿Los conocías?
—Creo que soñé con ellos —responde Gabriel, su vocecita más suave de lo normal. Casi pensativa—. Hace un par de días.
Peter asiente y lo rodea con sus brazos; Tony no tarda mucho en unirse a ellos en el enorme sofá.
Se siente seguro estando con Peter y Gabriel y ni siquiera puede creer lo rápido que Gabriel se ha metido en sus vidas. Es como si ya fuera su destino estar con ellos.
Quizás lo es, piensa.
Sea como sea, Tony sabe que lo va a proteger hasta su último día de existencia y sabe que tanto Peter, Visión y Rhodes harán lo mismo, porque parecen tan encariñados de Gabriel como él.
—Te queremos, lo sabes, ¿no?
Gabriel asiente.
—Siempre supe que me querían —les dice—. Antes de que ustedes lo supieran.
Tony sonríe, porque no tiene duda de que eso es así.
Los poderes de Gabriel van a representar todo un reto para los tres, pero Tony está feliz de que Gabriel se lo tome con calma a pesar de su edad; la influencia de sus padres debe haberlo ayudado a ser consciente de lo importante que sus poderes son.
No sabe qué pasará en el futuro —quizá Gabriel lo sepa, Tony no está seguro—, pero sí sabe que la presencia y existencia de Peter y Gabriel estarán para acompañarlo sin importar lo que pase.
—¿Eso significa que somos tu familia destinada?
—Lo son —Gabriel responde.
Tony se siente cálido por la respuesta; no puede desear que todo sea diferente, porque Peter y Gabriel son perfectos para él. Su pequeña familia.
Peter logrará sentir el amor de una familia completa, podrá dar mucho de lo que no se le permitió disfrutar en su niñez, podrá tomar la mano de la persona que ama y con la otra encaminara a su niño hacia un futuro incierto para él mismo, pero que sin dudar nada, hará cualquier cosa por el niño.
Y una cadena más se ha roto en Tony, los años donde recordaba a su padre con rencor sobre la ausencia que le hizo incluso desde antes que muriese, ya no está más. Parte del entiende que ser padre no es sencillo y que, aunque hubiese querido más, no puede seguir perdido en los malos recuerdos. Debe dejar el pasado atrás y continuar hacia el futuro que se le está formando.
Un futuro que quiere disfrutar y vivir como alguien nuevo, alguien real, alguien feliz. Alguien que tiene una familia que lo acompaña.
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