Confesiones de medianoche.
|Nota: Cuarto día de la Starker Week, de la temática confesiones. (28/07/2021)
Escrito por Midnights675.
ADVERTENCIAS + INDICACIONES (de Midnights675).
-Les traemos el prompt de Confesiones. Diferentes ideas surgieron al momento de planificar este, sin embargo, optamos por algo mas divertido y no tan dramático.
-Alteración de los eventos del UCM.
-Relación mayor/menor.
-Los Vengadores aún residen en la Torre.
º º º º º
Una noche no tan típica en la Torre Vengadores.
Los últimos meses habían acontecido de distintas batallas para los presentes en ella, desde lidiar batallas con robots, agentes entrenados, viejos conocidos resentidos o gente con el poder de energía chitauri y una breve pero catastrófica división de bandos entre ellos.
Al fin podían darse un ligero respiro.
Si bien las cosas fueron todo un reto de superar, se logró aminorar las aguas turbulentas que desestabilizaban al equipo. Y ahora con nuevos integrantes a sus filas, todo era más extraño de lo común, pero esto lo hacía más interesante.
—Deberíamos jugar algo—Clint habló suspirando desde el sillón donde se reposaba con los brazos detrás de su cabeza.
—¿Jugar?
—Sí, Nath, cosas normales.
La mencionada rodó los ojos.
—Sí, Barton, cosas normales para críos como Peter —Tony dijo con cierto tono de burla, a lo que Peter respondió con un bufido pero no dijo nada.
—¿Qué se te ocurre? —la pelirroja se acercó a Clint interesada en hacer algo más que nada.
—Para empezar tenemos que haber más de nosotros. ¿Dónde están los demás?
—Aquí estamos—respondió Pietro entrando junto a Wanda, Scott, Steve y Strange.
—Y yo me voy —murmuró Strange, ignorando las miradas que todos le dieron.
Abrió un portal en la sala y se marchó sin siquiera darles una segunda mirada.
—Ah.
—Bueno, ahora siéntense y juguemos algo…
—También debo irme, Vision me espera abajo. Hasta luego—Wanda se despidió de su hermano y salió del sitio.
—Bien, quedamos solo nosotros. Rápido, siéntense.
Todos se miraron confusos pero al no tener nada que hacer, hicieron caso y en medio de la gran sala se colocaron. Clint comenzó a indicar lo que harían y el cómo lo harían.
—Tony, ¿F.R.I.D.A.Y aún puede saber cuándo alguno de nosotros miente?
—¿F.R.I.D.A.Y?
—Puedo analizar las sensaciones de cada uno en la torre y saber cuándo alguien tiende a decir algo que suba sus niveles y por consecuencia tener el conocimiento sobre si dice la verdad o mentira.
—Está bien, me basta eso con nosotros aquí presentes, gracias. —Clint prosiguió.
Clint anotó el nombre de los presentes 2 veces, y los metió en un recipiente.
Tony Stark, Steve Rogers, Clint Barton, Natasha Romanoff, Scott Lang, Peter Parker y Pietro Maximoff.
El juego consistiría en que cada uno tomaría dos papeles y de las personas que les salga, le confesarían algo que pueda o ponerlo incómodo o molesto. Y aquella persona debía responder a aquella confesión.
Las reglas; no decir una confesión o respuesta falsa. O serían penados.
—¿Nervioso Peter? —Pietro preguntó a Peter.
—¿Qué? No. —Mentía, estaba muriendo de nervios.
Meses atrás solo era un chiquillo de Queens que jugaba videojuegos y armaba legos con Ned, y ahora jugaba confesiones con los héroes más poderosos del planeta.
Un gran cambio, pensó.
Clint rió. —Bien, comencemos. Giraré la botella y quien toque la cabeza…
—Sí, sí, ya, Barton, sabemos eso. Ahora gírala —interrumpió Tony.
—Solo déjalo que termine, Tony. —Steve murmuró con timidez.
—¿Qué? ¿Acaso el anciano del equipo no sabe cómo se juega? —Tony se burló.
—Girará la botella y si la botella lo apunta a usted, será el primero en iniciar el juego —respondió Peter amablemente. Tony rodó los ojos.
—Gracias, Peter.
—De nada, Señor Rogers.
—Me aburroo—el genio dramatizó el gesto, pero le aborrecía ver la mínima cercanía entre el rubio y su pequeño pupilo.
Clint la giró y la primera señalada fue Natasha, quién se inclinó a tomar un papel.
—Bien, veamos. —Natasha abrió papel, con una sonrisa danzando en su rostro—. Tony Stark.
El mayor jugó con sus manos intrigado con lo que le dirían.
—¿Recuerdas la vez que tu armadura falló y no pudiste salir durante dos horas de ella?
—Sí…
—Culpa mía.
—Eres una maldita, Romanoff. Y no veo que más responder a eso, solo espera.
—Wow, eso fue valiente. —Scott quien aún comenzaba a integrarse al equipo sonrió y presionó el hombro de la agente
.
Clint ocultó su sonrisa sabiendo que él había ayudado, pero decidió no decir nada, sabía que Tony se vengaría más tarde, y prefería no ser arrastrado por eso.
El juego prosiguió unas vueltas más.
—Vas, Maximoff.
—Me tocó… Peter.
Todos dirigieron su mirada a Peter.
—¿Recuerdas aquella noche en la fiesta de Osborn? Bueno, como sabrás, y como ninguno presente sabe, despertamos juntos en mi cama.
Tony frunció el ceño.
—Creíste que había pasado algo y admito que si hubiera pasado, no me habría quejado —sonrió, su acento siempre marcado—. Pero no fue así, solo te seguí la corriente de que sí, hubieses visto tu cara aquella mañana.
Natasha y Clint los miraban entre divertidos e intrigados. Scott lucía divertido y Steve se preguntaba cómo habían llegado a esa situación.
¿Y Tony? Tony comenzaba a sentir una ligera llama de furia dentro de sí.
—Este juego apesta —dijo sin pensar.
—Tranquilo, Tony. Ya escuchaste que no pasó nada. —Natasha dijo, con una sonrisa en el rostro.
—Tal vez deberíamos cambiar la dinámica. —Fue Scott quien habló esta vez.
—¿Por cuál?
—Algo más tradicional, giremos la botella, quien apunte la boquilla de la botella pregunta algo a quien le apunte la base.
—¿Qué eso no es para niños? —Tony se sacudió la camisa.
—¿Acaso esto no lo es, Tony? —Clint se burló—. Pero se me ocurre algo más, si alguien miente o si no quiere responder, se quita una prenda.
—Clint, hay niños presentes—Natasha ironizó, refiriéndose a Pietro y Peter—. Pero me agrada la idea. ¿Qué dicen?
Todos, incluido Peter, quien se sentía nervioso, asintieron.
—Comencemos.
Primera jugada. Natasha a Clint.
—Si pudieras besar a uno en esta sala, ¿sería Scott, Tony o Steve?
—Oh vamos…—Clint abrió la boca. —Cabe decir que es si tuviera que escoger, más no lo haría. Tony. —Dijo sin mirarlo y volviendo a girar la botella antes que alguien dijera algo respecto a eso, solo se escuchó el sonido de sorpresa de Peter y la risa de Natasha.
Segunda jugada. Scott a Steve.
—No quiero ser imprudente, pero la verdad tengo curiosidad sobre esto, ¿usted era virgen antes de que sucediera el accidente en el hielo?
Todos hicieron silencio, porque la mayoría tenían curiosidad sobre este tema pero nunca habían preguntado por respeto.
—No —respondió Steve, con las mejillas sonrojadas.
Scott asintió, luciendo satisfecho, y después le rehuyó la mirada al Capitán.
—Sigamos.
Tercera jugada. Peter a Natasha.
—Eh, bueno…sin contar a los Vengadores, ¿tiene familia? —preguntó inocente, solo curioso.
—No. —Aparentó seguridad, pero falló.
—La Señorita Romanoff ha mentido.
La IA habló y todos se miraron confusos, excepto Clint, quien creía saber por qué Nat había mentido.
—Vaya, aún hay secretos en el equipo. —Ironizó Tony. —Pero bueno, Romanoff, hace algo de calor para tanta prenda, ¿no?
Y en unos segundos la blusa de Natasha no se hallaba más sobre ella.
Cuarta jugada. Clint a Pietro.
—Menos mal, ¿cómo fue que Peter y tu creyeron que habían tenido algo?
Peter se alarmó y Pietro sintió un toque de nerviosismo.
—Yo no sé si pueda contarlo…¿Peter?
—Eh, sí, hazlo, ¿por qué no? —Sería valiente por una noche, que más daba.
Clint se cruzó de brazos gustoso y Tony fingió no prestar atención, pero la realidad es que estaba demasiado intrigado, incluso más que cualquiera presente.
—Bien… Peter estaba mal, triste. Él no quería asistir a la fiesta, Ned me lo contó y lo llevé a divertirse o algo parecido. Resulta que ambos creímos que nuestro sistema no se colapsaría si ingeríamos alcohol, y así era, solo un mareo, pero creo que todo se salió de control y bueno.
—Directo al grano, Maximoff. —Dijo Tony con irritación.
—Nos besamos. Después venimos a la torre porque Peter no quería que su tía lo viera así, y entonces llegamos aquí, en mi habitación ya que Peter aun no tenía una propia. Y pues despertamos con poca ropa, Peter vomitó la suya así que se la tuve que quitar; yo me la quité por comodidad.
—¿Entonces pasó o no pasó algo?
—No, Tony. Solo nos besamos… algunas cuantas veces—Volteó hacia Peter y le guiñó un ojo.
—Sigamos.
Quinta, sexta…decima…doceava jugada. Todos se encontraban con poca ropa en la sala.
Natasha a Tony.
Al fin. Pensó la pelirroja. Tony había terminado desquitándose anteriormente por lo de su armadura y ella no pensaba dejar las cosas así como estaban.
—¿Por qué te molestó tanto que Peter y Pietro hayan tenido casi algo?
Todos lo miraron entre diversión e incertidumbre.
—Soy el responsable de su cuidado. No hay más.
La expresión de Peter, ante la respuesta, fue ilegible.
—¿F.R.I.D.A.Y? —Natasha preguntó.
—El Señor Stark ha mentido.
F.R.I.D.A.Y. traidora.
—Solo te queda una prenda, Tony. Sera amable y te daré otra oportunidad más. ¿Sientes algo por alguno de los dos?
Tanto Peter y Pietro parecían expectantes ante la respuesta que el genio millonario fuera a dar.
—Eh… tal vez.
—Ah.
Clint y Scott lucían divertidos, Natasha como si acabase de descubrir el secreto más secreto de todos y Pietro y Peter solo decían no pensar en lo que esa respuesta estaba insinuando.
Scott a Peter.
—Esto está más emocionante que las novelas que Luis me hace ver —se rió el mayor—. Pero ya, voy. ¿Te has sentido atraído por alguien de esta sala? No cuenta Pietro ya que lo has besado.
—Que astuto, Scott —habló Natasha, con burla.
—¿Y bien?
—Sí.
—¿Quién? —preguntó Tony.
—No es tu turno, Tony. —Le observó Steve. —Aunque siendo sincero, me gustaría saberlo.
—Que chismoso es el Capitán América—Rio Scott ganándose una seria mirada de Steve—. Lo siento, Capitán señor.
—Sigamos que ya son más de las dos y tenemos entrenamiento en menos de 4 horas.
Pietro a Tony.
—Yo seré más directo. ¿Te gusta Peter?
—Oh vamos. No responderé eso. Y no me quitaré el bóxer.
—No seas un niñito, Stark. Es simple, sí o no.
—Sí, Tony. No seas aguafiestas. Responde a menos que quieras que esta chica vea más de lo que ya ha visto de ti.
—Cambiemos la pregunta, Stark. ¿Te sientes atraído por mí?
—No. —Tony hizo un gesto como si no fuese la gran cosa, hasta que captó lo acontecido.
Joder, había sido una trampa.
—Y creí que el astuto había sido Scott —Clint estaba más que expectante por lo que pasaría.
Última ronda. Steve a Peter.
—¿Te sientes atraído por Tony?
Todos dirigieron su mirada de Steve a Peter y de Peter a Steve.
—Vaya, no se anda con juegos, Capitán —Scott aprobó.
—Ni que lo digas—. Natasha fue la responsable de que todo surgiera y aun así parecía sentirse sorprendida del punto al que llegó.
—¿Y bien, chico? —Clint quería saberlo para por fin dormir.
—Sí.
Todos se miraron con distintos grados de sorpresa y terminaron el juego, decidiendo irse a sus habitaciones. Peter fue el primero que se escabulló seguido de Pietro, mientras el resto conversaba un poco, a excepción de Tony quien parecía no tener algo que decir.
-
Más noche, cuando todos en la Sede estaban en su propia cama, Tony se removía inquieto sobre su cama; se sentía frío y dubitativo. Jamás espero que la noche terminara de la forma en que lo hizo.
Y tampoco esperó que su cabeza estuviera hecha un lío después de todo.
Siempre existió algo entre Peter y él que iba más allá de la línea de mentor y pupilo, pero, por el bien de todos, Tony siempre lo ignoró. ¿Cómo podría ignorarlo ahora? No podía realmente, no cuando Peter confesó sus sentimientos a través de un juego estúpido que jugaron por aburrimiento.
Se sentía algo sorprendido por la naturalidad con la que sus compañeros presentes se lo tomaron, cosa que le hacía creer que era demasiado obvio lo que sentía. La verdad es que desde que se dio cuenta de sus sentimientos recién descubiertos por el castaño, dejó de pretender a cualquiera que se le presentare enfrente.
No sabía el por qué, pero no quería ni necesitaba a nadie. Su mente siempre divagaba hasta el castaño. Y no es estúpido como para no darse cuenta que probablemente el chico sentía algo mutuo, pero nunca quiso tocar el tema, nunca quiso ponernos en una situación donde tendieran de la cuerda floja.
Quiere a Peter, y hacer un movimiento que los aleje más le da terror.
Tomó una decisión apresurada y, sin pensarlo, se dirigió a la habitación de Peter.
Tocó dos veces pero no recibió respuesta. Cuando estuvo a punto de darse la vuelta, arrepentido de no haber pensado las cosas antes de actuar, escuchó cómo abrieron.
Y lo miró, al chico con un chándal gris y sin camisa, entonces en ese momento se percató de lo hermoso que se veía medio adormecido con los rulos cayéndole por la frente y sus mejillas ligeramente sonrojadas.
Y claro, se percató que él mismo iba con solo un bóxer negro ajustado. No pensó en volver a vestirse si quiera.
—¿Puedo pasar? —preguntó Tony.
—Eh... —Peter dudó—, sí, claro.
Tony se adentró a paso lento, su mirada escanea las cuatro paredes de inicio a fin, fingió estudiarla con detenimiento como si buscara un secreto mundial —cosa que no tenía sentido— ya que recién comenzaba a ser personalizada por su habitante.
—Sobre lo del juego… —Comenzó, para no seguir sintiendo que el silencio incómodo lo abrumaba.
—Oh, no se preocupe, no pasa nada. Solo fue eso un juego.
—Es solo que…
—No haga esto más incómodo para mí —pidió el chico—. Sí, me gusta. No es algo de lo que no se haya percatado antes. Pero nada de eso cambia el respeto y admiración que tengo hacia usted, yo sé que quizá no querrá volver a verme, y entenderé si eso pasa pero por favor no…
Ninguna palabra rebotó más en las paredes de esa habitación cuando sus labios fueron cerrados por el choque con labios del mayor y la introducción de su lengua en su cavidad bocal.
Peter, algo nervioso y con miedo, fue aumentando la intensidad del beso.
Tony lo pegó más a sí, al cuerpo de Peter. Y el menor sintió la erección del mayor ponerse dura sobre la suya propia.
Después se unos segundos se despegaron y Tony fue quien rompió el silencio.
—También me gustas.
—Oh... Eso significa que…
—Significa esto…
Y volvieron a unir sus labios en uno solo, una noche llena de confesiones sería lo que uniría a los dos hombres que compartían miradas entre misiones, entre tardes de estudio en el laboratorio, quienes entre ojos curiosos eran estudiados y analizados.
El deseo era palpable, pero su amor era visible en cada gesto de su anatomía, porque mientras algunos veían roces de manos, saludos amistosos que duraban más de lo que debían, miradas que sobrepasaban la relación menor/pupilo, ellos se veían como iguales que trataban de ocultar lo que sentían.
Y aquella noche se confesarían el amor que sentían. La forma en que Tony gustaba de Peter, y en que Peter gustaba de Tony.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro