Llevo a Melody detrás de mí en la moto, sus brazos no dejan de producir esa electrificante sensación agradable cada que me abraza.
Vamos rumbo a su casa porque se va a convertir en mi profesora particular de inglés.

Todo el día estuve nervioso y ansioso, pues temí que Diana apareciera diciendo que nos besamos y me fastidiara lo que trato de tener con Melody.

Dejé la moto justo frente a la casa bajo el árbol que hay a un lado. Al parecer su padre no está. Ella ofreció agua sabor uva y unos bocadillos mientras nos sentamos en la sala con libros y apuntes en la mesa de centro.

Ella es buena para hacer entender las cosas, funcionaría como maestra, aunque quizá se le dificulte encontrar un empleo con su condición, pero en una escuela para personas sordas y mudas lo haría excelente.

—¿Me estás poniendo atención? —preguntó en señas haciendo un puchero.

—Siempre —respondí embelesado.

Acomodó un mechón de su cabello detrás de la oreja, pero unas hebras quedaron fuera del área, por lo que no pude evitar acercar mi mano para acomodarlos yo. Nos quedamos unidos en las miradas, sus ojos nunca pierden ese brillo tan mágico. Mi mano toma ahora su mejilla, la acaricio con premura, como si el mínimo roce fuera a lastimarla.

—Me…

—Melody —su padre—, ya llegué. Oh, Trevor, hola.

—H-Hola —había apartado mi mano de inmediato en cuanto la voz de su padre advirtió su llegada.

Destino, vida, universo, Dios. ¿Acaso se divierten con mi desgracia? ¿Tratan de decirme algo? ¿Pueden darme una oportunidad?

El resto del tiempo nos la pasamos estudiando y hablando con su padre sobre las clases y nuestras actividades. El hombre es dedicado a su hija y se nota, pues sutilmente me habla evidenciándome mi cortejo a Melody.

Melody
Hace poco que Trevor se fue a casa, siempre nos vemos por un rato en silencio hasta que se va dando palmaditas a mi cabeza, porque le hace risa que le mire con fingido enojo porque parece que se despide de una mascota.

Papá me sonríe sabiendo que me gusta, no es necesario que le diga eso porque sabe leerme, ¿o es que soy muy fácil de leer? No lo sé, pero eso me da un poco de pena por lo que salgo corriendo a mi habitación, haciendo que papá carcajee por ello. Una vez me lanzo a la cama tomo el teléfono para marcar a Amanda y contarle mi día con su primo, y con eso ella siempre me hace videollamada para empezar a conversar.

Hablamos de lo raro que se comportó ayer y hoy, parecía un poco nervioso mientras caminamos fuera del salón. Aunque no deja de regalarme su mirada y sonrisa gentil que provoca que me ilusione tanto que comienzo a fantasear con que se me declare, nos besemos, tomemos de las manos, me pida la mano, casemos y tengamos una cabaña… Ok, ok, debo calmarme que me estoy imaginando toda un libro con él.

¿Le gustarán los perros y gatos?

—¿Todo listo? —preguntó Trevor con su carismática sonrisa tomando mi mano.

Afirmo insistentemente con la cabeza con gran alegría lista para salir al escenario. Hoy por fin es el festival escolar en el cual volveré a tocar frente a todos. Mi padre está al frente con cámara en mano, también veo a los padres de Trevor y a los de Amanda. El maestro indica mi turno y me aproximo a pararme frente a todos, no sin antes tener esa mirada tierna de Trevor alentándome en su apoyo.

Ofrezco la reverencia en saludo y el silencio empezó dándome la oportunidad de tocar lento y suave, entonando todo con alegría como antes, como cuando mamá seguía conmigo. Mis ojos se mantuvieron cerrados, sólo me dedico a la melodía que emerge de mi instrumento, toco hasta que termino y el silencio queda como parte todavía en el espacio, luego eso se acabó con los aplausos arrancándome mi sonrisa nerviosa y pintando mi rostro.

Me dirijo a salir del escenario muy contenta con el resultado, aunque me resulta un poco extraño ver que Diana se aleja, sin embargo no presto atención porque Trevor me recibe con un fuerte y largo abrazo junto a palabras de halago.

Trevor
Melody está feliz luego de tocar su violín, fuimos con los demás después que la eligieran como la mejor interpretando su canción. Las felicitaciones y halagos no se hicieron esperar, en especial de su padre que es el mayor fan de todos porque la grabó durante todo el evento.

Luego de que terminara el festival ambos fuimos de paseo al parque, como siempre Melody conversa como si tuviera un botón en play constante sin oportunidad de apagarla, y no, no me quejo porque disfruto de ponerle atención, pero esta vez necesito interrumpirla.

—Te tengo una sorpresa —dije ansioso por ver su reacción—. Sabes que mi padre trabaja como fotógrafo —ella asiente con entusiasmo—. Pues verás, fue contratado para laborar de su profesión por NightBlack.

—¿En serio? —sus sorpresa fue notoria, pero me falta revelarle la otra parte.

—Ellos van a hacer una fiesta en Halloween.

—Lo sé —sus manos se mueven con fascinación explicando que cada evento que hacen, lo hacen increíble.

—Melody —reí tomando sus manos—. Papá consiguió permiso para que tú y yo vayamos a su fiesta de disfraces, y también logró hacer que la DJ tenga interés en conocerte.

Se quedó en silencio procesando mis palabras, como si hubiese quedado atrapada en una especie de shock porque pasé mi mano por su cara sin que reaccionara. Pero pronto saltó a abrazarme con fuerza como un koala a su árbol.

«Gracias» es lo que enuncia sus tiernos balbuceos que me hacen aferrarla más a mí respirando su agradable perfume.